No soy muy fan de la serie B de ciencia ficción americana de los 50 y 60. Creo ya haberlo dicho antes. Me repatea un poco ese esnobismo imperante hoy día que consiste en coger esa clase de cine como referente estético... cuando en realidad lo que se hace es parodiarlo. Sin embargo, hay algunos títulos, por no decir el 80% de todos ellos, que te ponen en bandeja de plata el que te rías a su costa, y "The Giant Claw" es uno de tantos. Este film es, probablemente, uno de los más ridículos que he visto en su especialidad... tiene todo lo malo de la serie B de la época... y tiene lo bueno, pero mal hecho. Vamos, que estamos ante un aborto... eso si, uno que puede ser muy descojonable si te lo tomas como hay que tomárselo.
Un pajarraco de gran tamaño (y ojo, rodeado de antimateria, por lo que se deduce que es extraterrestre!!!) llega a la tierra dispuesto a criar a su retoño y comerse unos cuantos seres humanos. Suerte del almidonado prota, la repipi de su novia (que sale de la habitación para que él pueda ponerse los pantalones!, y encima a petición del varón... no me creo que en esa época fuesen TAN gilipollas) y los militares buenchas de siempre que lucharán para detenerlo.
A ver, la lista de sandeces es tal que no sé si lograré resumirlas todas. Naturalmente la palma se la lleva el monstruo... de un aspecto tan y tan patético que a uno le despierta la compasión. Casi parece un personaje de dibujos animados por su grotesco aspecto y esa cara de tonto a la que, encima, le dedican numerosos primeros planos (No he podido evitar dejarles una foto para que lo disfruten). Las secuencias de ataque aéreo son la risa, pero ya no sólo por las maquetas (o los muñecos de soldaditos en paracaídas), sino porque los aviones de mentirijilla rara vez se parecen a los aviones reales sacados de imágenes de archivo, material este que los realizadores explotan a gusto y a conciencia. Los diálogos son terriblemente chorras, cuando van de graciosos son inoportunos e irritantes, cuando son serios, te ríes y cuando son para-científicos ¡¡flipas!!, menuda verborrea que se gastan los protas cuando empiezan a hablar de átomos y anti-materia... pa mi que el guionista iba fumao, de verdad.
Pero lo mejor para el final. Tras una hora intentando cazar al bicho de marras, y tras conseguir derribar su "escudo de anti materia" gracias a un ridículo aparato que parece que lance pedos, le meten un par de tiros y, sin expresión alguna (lógico) el monstruo mete un graznido y, ¡flop!, se muere... vamos, ni 5 segundos... y de ahí a la aparición del "The End" tampoco crean que tardan mucho. Vamos, que la peli termina cuando aún te estás descojonando de la última patochada. Una hora y cuarto que dura... por eso se aguanta entera y sin avance rápido.
Es mala a flipar, pero también chorrea ingenuidad por todos sus poros y, después de todo, no aburre!, así que...