Un clásico de las sesiones dobles setenteras ( y que nunca llegó a nuestro país) cuyo nivel de clasicismo, solo es comparable a su nivel de aburrimiento.
Unos moteros andan por ahí, moteando y haciendo cosas de moteros, hasta que llegan a un lugar donde se hace magia negra. Allí, el sumo sacerdote, les da de comer pan y de beber vino, mientras practican un ritual de magia negra, en el que toma como suya a la única fémina motorizada que anda por allí. Continúan moteando por ahí, hasta que al morder la chica a su novio, este se convierte en un hombre lobo.
La película dura una hora y veinte, y no vemos al licántropo hasta la hora y diez de película, y aunque poco antes le da un zarpazo mortal y sangriento a una muchacha, lo único que hace después es huir en moto, ya que el resto de los moteros le persiguen para darle muerte. Con lo cual, estamos ante uno de esos carteles promocionales altamente engañosos, pues la película no nos da nada de lo que promete; Aquí en este cartel, vemos que no se distingue bien si son lobos o humanos los que están ardiendo y/o tirados en el suelo, pero como vemos bien visible al que va en la moto, nos parece que sí, que todos son hombres lobos... También parece que vamos a ver una película bastante descerebrada y divertida. Bien, pues nada de lo que ocurre en el cartel, no ocurre en la película. Es más, estamos ante una película, dentro de lo que cabe, bastante seria.
Los ritos de magia negra, se alargan hasta la extenuación, con el fin de rellenar su escueto metraje, pero de hombres lobo, muy, muy poquito.
Eso si, que gran titulo ¿Verdad?, “Hombres lobo sobre ruedas”.
El director, Michel Levasque, dirigió muy pocas películas más, pero se labró una carrera como director de arte trabajando a las ordenes de Russ Meyer, en alguna película mainstrean como LOS LOCOS DEL CANNONBALL y en televisión, en la serie RENEGADO con Lorenzo Lamas. Se ve que el tipo se manejaba bien montando decorados en pleno desierto.
Unos moteros andan por ahí, moteando y haciendo cosas de moteros, hasta que llegan a un lugar donde se hace magia negra. Allí, el sumo sacerdote, les da de comer pan y de beber vino, mientras practican un ritual de magia negra, en el que toma como suya a la única fémina motorizada que anda por allí. Continúan moteando por ahí, hasta que al morder la chica a su novio, este se convierte en un hombre lobo.
La película dura una hora y veinte, y no vemos al licántropo hasta la hora y diez de película, y aunque poco antes le da un zarpazo mortal y sangriento a una muchacha, lo único que hace después es huir en moto, ya que el resto de los moteros le persiguen para darle muerte. Con lo cual, estamos ante uno de esos carteles promocionales altamente engañosos, pues la película no nos da nada de lo que promete; Aquí en este cartel, vemos que no se distingue bien si son lobos o humanos los que están ardiendo y/o tirados en el suelo, pero como vemos bien visible al que va en la moto, nos parece que sí, que todos son hombres lobos... También parece que vamos a ver una película bastante descerebrada y divertida. Bien, pues nada de lo que ocurre en el cartel, no ocurre en la película. Es más, estamos ante una película, dentro de lo que cabe, bastante seria.
Los ritos de magia negra, se alargan hasta la extenuación, con el fin de rellenar su escueto metraje, pero de hombres lobo, muy, muy poquito.
Eso si, que gran titulo ¿Verdad?, “Hombres lobo sobre ruedas”.
El director, Michel Levasque, dirigió muy pocas películas más, pero se labró una carrera como director de arte trabajando a las ordenes de Russ Meyer, en alguna película mainstrean como LOS LOCOS DEL CANNONBALL y en televisión, en la serie RENEGADO con Lorenzo Lamas. Se ve que el tipo se manejaba bien montando decorados en pleno desierto.