jueves, 6 de agosto de 2009

WEREWOLVES ON WHEELS

Un clásico de las sesiones dobles setenteras (y que nunca llegó a nuestro país) cuyo nivel de clasicismo solo es comparable a su nivel de aburrimiento.
Unos moteros andan por ahí, moteando y haciendo cosas de moteros, hasta que llegan a un lugar donde se hace magia negra. Allí, el sumo sacerdote les da de comer pan y de beber vino, mientras practican un ritual en el que toma como suya a la única fémina motorizada. Continúan moteando por ahí, hasta que al morder la chica a su novio, este se convierte en un hombre lobo.
La película dura una hora y veinte, y no vemos al licántropo hasta la hora y diez. Y aunque poco antes le da un zarpazo mortal y sangriento a una muchacha, lo único que hace después es huir en su moto y que el resto de moteros le persigan con intención de darle muerte. Estamos pues ante uno de esos carteles promocionales altamente engañosos, ya que la película no nos da nada de lo que promete; licántropos a cholón y algo divertido que llevarse a las retinas. Todo mentira. De hecho, incluso el tono termina siendo bastante serio. Los ritos de magia negra se alargan hasta la extenuación, con el fin de rellenar su escueto metraje, pero de hombres lobo, como les digo, muy, muy poquito.
Eso sí, que gran titulo ¿verdad?, “Hombres lobo sobre ruedas”.
El director, Michel Levasque, dirigió muy pocas películas más, pero se labró una carrera como director de arte trabajando a las órdenes de Russ Meyer, en alguna película mainstream como "Los locos de Cannonball" y en televisión con la serie "Renegado" de Lorenzo Lamas. Se ve que el tipo se manejaba bien montando decorados en pleno desierto.