Co-producción Hispano-Italiana entre el “giallo”, las “disco movies” y el “poliziesco”, cuyo principal benefactor es el infame y entrañable, a partes iguales, José Frade.Existe una extraña droga que, ingerida junto a la escucha de la partitura “Las trompetas del Apocalipsis”, provoca una serie de suicidios en Londres. El hermano de una de las víctimas decide comenzar una investigación por si solo, dado que la policía ha cerrado el caso.
La película, dirigida por Julio Buchs, director de "El hombre que mató a Billy el niño" y guionista de "Superargo, el gigante" entre otras muchas, tiene una cosa a favor y dos o tres en contra. A favor tiene que las tramas de investigación, a poco que seas un poco diestro en la ejecución del guion, son muy agradecidas, así que la peli está bastante entretenida. En contra, sin embargo, tiene que se ha quedado vieja. La falta de ritmo, y el ir y venir del protagonista, si más alicientes que “el ir y venir del protagonista”, hacen que, a medida que avanza la trama, te acabes agobiando lo suyo. En contra también tiene lo soso de los diálogos, demasiado serios para hacerte reír, demasiado absurdos para ser tomados en serio.
Así pues, una de cal y otra de arena, pero en resumidas cuentas, se deja ver.
Con una psicodélia setentera muy deudora de la de Jess Franco, en el reparto tenemos, casi todos con vestimentas hippiosas y características de la contra-cultura de la época, montones de caras conocidas del cine de género, tanto de España como de Italia, destacando las presencias de Alberto Dalbés ("¡Ya soy mujer!", "El jorobado de la morgue"), Brett Halsey ("El regreso de la mosca" y series televisivas tan considerables como "Colombo", "Vacaciones en el mar" o "Los ángeles de Charlie"), Manuel De Blas ("...Y si no, nos enfadamos", "Slugs, muerte viscosa", "El karate, el colt y el impostor") y una bellísima Romina Power post "Justine" y más conocida en estos lares por formar pareja con Al Bano en un dúo musical.
Curiosa.