El "2000 Maníacos" original de don Herschell Gordon Lewis, es, guste o no, un pequeño clásico del cine de terror. No fue el primero en explotar el gore como subgénero y/o atractivo comercial (eso lo hizo "Blood Feast" del mismo Lewis), pero sí el primero en combinar gore y comedia, tendencia esta que con el paso del tiempo se acabaría imponiendo del todo. Muchos años después saldría a la luz "2001 Maníacos", el remake oficial con Tim Sullivan dirigiendo, Eli Roth y su clan (Scott Spiegel entre ellos) produciendo y Robert Englund en el rol principal del "jefe" de los maníacos. La peli no es que fuera gran cosa, a su delirante y descerebrada primera parte le seguía una segunda que se obcecaba en tomarse demasiado en serio. Pero bueno, para un visionado tontuno funcionaba. Su modesto pero notable éxito pronto generó el rumor de una secuela. Se habló de "2002 Maniacs", creo, y se habló de "2001 Maniacs: Beverly Hillbillies"... pero algo no acabó de funcionar debidamente porque la segunda parte finalmente parida ni cuenta con Robert Englund (sustituido por Bill Moseley, del que hablaba hace poco), ni con el clan Eli Roth, ni con la mitad del presupuesto de aquella (lo que debería acercarla más a la miseria de medios de la peli antigua y, sin embargo, parece que en aquella se invirtió bastante más dinero -y talento-) y, en fin... que el resultado es absolutamente horrendo.
Los maníacos del título quieren seguir matando yankis, pero el sheriff del condado les prohíbe hacerlo. Después de cargárselo (una muerte directamente inspirada en la peli original), deciden que en lugar de esperar, saldrán a la caza y captura de víctimas. Casualmente en su camino se cruzará un autocar en el que viaja el equipo de televisión de un reality show sobre una sosías (muy descarada) de Paris Hilton (en una parodia de aquella cosa titulada "The Simple Life"). La mezcla sería explosiva... si la peli no resultara tan dolorosamente mala.
En fin, lo que más choca en un principio de "2001 Maniacs: Field of Screams" es su cutrismo, lo chapucera que es, lo increíblemente pobre que resulta en todos sus aspectos (especialmente ver la población de "Plaseant Valley" convertida en un grupito de 10 individuos). Luego, viene su guión sin sentido ni lógica, sus chistes facilones, escatológicos (desde una óptica muy infantil) y patéticos que intentan compensar con un chorro de sexo y violencia. Aquí se denota la tendencia sexual de su realizador, Tim Sullivan, pues el film está plagado de jovencitos monos musculosos medio en pelotas. Obvio, las tetas también abundan, así como las coñas políticamente incorrectas que no ofenden a nadie (en el reparto hay de todo, hispano, judío, gay...estratégicamente colocados para dar pie a sus respectivos chistes). El gore es explícito y llamativo (destacando la tía partida en dos verticalmente mediante sierra circular), pero al estar tratado con humor, pues ya sabéis, no es lo mismo.
Herschell Gordon Lewis y su socio de la época, David Friedman, son los productores ejecutivos (y eso que Lewis en el festival de Sitges decía no estar nada satisfecho del anterior remake!!).
Resumiendo, que es una de las mayores mierdas que he visto este año, ¡me costó un cojón llegar hasta el final!... así que, tu mismo.