Lo que pienso de la saga "Saw" como tal ya lo dejé bien claro en la reseña dedicada a su -recomendable- sexta entrega, así que les voy a ahorrar el suplicio (en todo caso, si tienen curiosidad, pueden echarle un vistazo). Solo me repetiré en una cosa, más que nada porque en "Saw VII" esa cosa se da más que nunca: Ya pueden criticar ahí fuera los de siempre con las insaboras acusaciones de toda la vida, pero pocas franquicias llegan a su séptima entrega en tan buena forma y ofreciendo cosas relativamente diferentes... lo justo para que sus fans no se sientan decepcionados y el resto del público encuentre nuevos estímulos, aunque sea a base de complicadas y liosas subtramas, ¡¡pero algo es algo!!.
Tan bien les fue a esta gente con la sexta parte que, seguro estoy de ello, quisieron rodar la nueva un poco a la sombra de aquella. De hecho, la estructura narrativa de "Saw VII" se parece bastante a la número VI. Por un lado tenemos la movida que sigue los devaneos de la franquicia desde la número uno (en las que yo ando más perdío que un ioputa el día del padre) y por otro una historia que empieza y termina en la misma peli y que, una vez más, consta de una extensa prueba mortal en la que el prota -en este caso un tipo que se hace pasar por superviviente de "Jigsaw" para vender libros, salir por la tele y enriquecerse- se verá en la obligación de intentar salvar a sus amigos, socios y pareja de las intrincadas y originales trampas de siempre. Todo ello mientras la policía reúne pistas. El final, como no puede ser de otro modo, es atolondrado, sorpresivo y, en este caso, tratándose de la última entrega, definitorio... vamos, que se cierra el círculo con gracejo.
¿Que si me creo que este será el último "Saw"?. Entre ustedes y yo: NO. ¿Se acuerdan del último "Viernes 13" y el último Freddy?. Ok, "Saw VII" no ha funcionado en las taquillas de USA, pero puede tener perfecta continuidad en el mercado del dvd... y si no, dejen pasar el tiempo suficiente para que aflore la nostalgia (o la muy desesperada necesidad económica).
Una de las cosas que más sorprende de "Saw" es que, al revés que "Viernes 13" o "Pesadilla en Elm Street", aquí cuantos más números se suman al título, más truculenta se vuelve la franquicia. He de confesar que ayer FLIPÉ, así, con mayúsculas, ante las atrocidades y la cantidad de violencia que hay en esta peli. Vamos, si la sexta tuvo problemas en nuestro país de cazurros, no quiero pensar que pasará con la séptima. Tiene algunas de las trampas con resultados más gore de toda la saga (además con delectación, pues los que más lo sufren son una pandilla de nazis), de verdad, verlo para creerlo.
¿Pegas?... hummm, no la he visto en su 3D original, pero la verdad es que no da la sensación de que le saquen mucho partido al gimmick.
En fin, no se, supongo que a estas alturas convencer a los anti-"Saw" es tarea inútil, pero la verdad es que esta nueva aventura de "Jigsaw" y sus muchachos está muy potable, es entretenida y con momentos vibrantes, casi a la altura de la lograda sexta entrega y, repito, lo suficientemente regocijante en el apartado truculento como para contentar a aquellos que disfrutan de un buen montón de chorretones.
Que sí, que aprueba.