Vamos a ver, la cosa está así: El futuro. Una civilización de cyborgs entre cutres y chanantes (por su diseño, casi parecen salidos de un episodio de los "Power Rangers") llamados "Jen Diki" (estúpido nombre), viven obsesionados con aniquilar a la raza humana que habita una ciudad cuya energía desean poseer. Sin embargo -y esto es un puntazo- dicha ciudad, cuando ve asomar los cuernos del enemigo (porque sí, lucen cuernos), tiene la capacidad de escapar a través del tiempo. El emplazamiento entero, ni más ni menos. En una de sus huídas, deciden aterrizar en "nuestra época" (la de 1988) y para preparar el lío, mandan a dos de sus mejores guerreros (Carrie Fisher y un guaperas de pelo grasiento continuamente cabreado). Causalmente los robots han logrado también llegar antes, así que prepárense para la batalla final que, dada la nacionalidad del producto, se desarrollará en el desierto Australiano.
Todas la críticas que he leído de esta peli la emparentan/comparan con "Star Wars" únicamente porque Carrie "Princesa Leia" Fisher tiene un papel secundario (aunque no tan segundón como el que tiene Dean Stockwell... a pesar de que ambos figuren en los créditos de modo destacado), cuando resulta evidente que la inspiración viene de "Terminator". El caso es que "El guerrero del cuarto milenio" (o "The Time Guardian", el título español le va más a un "exploit" italiano de "Mad Max 2") es un pomposo film de aventuras y ciencia ficción que, a pesar de contar con unos medios no del todo desdeñables (8 millones de dólares de la época), resulta bastante cutrona y tontorrona. Nunca llega a los límites de ser una gran basura, pero siempre lo bordea. Tal vez el doblaje ayude, pero es que los trajes, los diseños (¡insisto con los cyborgs!), los decorados, los actores, los efectos visuales... todo tiene un rollo como acartonado, torpe y muy patatero, sin llegar a serlo. Es raro. Raro y simpático, por lo que al final la peli se puede ver perfectamente para pasar un ratico bien majo y a otra cosa mariposa.