martes, 3 de mayo de 2011

MAD MAX 2: EL GUERRERO DE LA CARRETERA

"Mad Max 2" es una peli importante por varios motivos. Otro ejemplo -entre los pocos que hay- de que una segunda parte puede superar, y mucho, al film que la precedió (y puede ser genuinamente diferente). "Mad Max 1" estaba bien, pero "Mad Max 2" está muuuy bien. Fue la primera en apostar por unas formas estéticas y una "narrativa" luego explotada hasta la saciedad, la del rollo post-apocalíptico retro-punk pro-sadomaso medio-gay/leather con los coches extravagantemente tuneados como principal reclamo. Su éxito desencadenó la consabida fiebre de imitaciones desvergonzadas, siendo los Filipinos (ese famoso "Stryker", cuyo parecido extremo lo trajo a España como "Mad Max 3") y los Italianos los que no pararon de parir fotocopias a lo largo de unos cuantos años. Obviamente, también las hubo en Estados Unidos (no olvidemos que "Mad Max 2" es Australiana) y no únicamente de tirón zetoso, con el tiempo incluso le salieron imitadores de gran presupuesto (como "Waterworld", por ejemplo).
Max, después de perder a su mujer y su hijo en la primera parte, se convierte en un solitario y nihilista que vaga por los desiertos de Australia con su buga fardón. El futuro está fatal, escasea todo, pero lo más deseado es la gasolina. Max da con una refinería explotada y vigilada por una gente a la que, continuamente, asedian una panda de chungos motorizados. El colega decide ayudarles movido por un único motivo, recibir a cambio su ración de gasoil.
"Mad Max 2" está repleta de cosas que molan. Su look, sus personajes, el vestuario, los coches, la violencia (ese boomerang cortador de dedos!), etc, etc... pero lo que a mi me pone más farruco es el personaje de Max. Y no lo digo por lo bueno que pudiera estar Mel Gibson, sino porque el llamado "Guerrero de la carretera" (que gran título!!) es uno de los héroes de ficción más nihilistas, individualistas, egoistas y malcarados que existen. Únicamente se mueve por su propio interés, y así lo hace durante todo el metraje, y sin ocultarlo. Eso, para mi, es absolutamente genial. Todo en esta peli tiene un punto notable de mala hostia, aquí no hay historias de amor, no hay compasión alguna que valga, no te encariñes con los personajes, especialmente si son los buenos, porque morirán en la emocionante y vibrante carrera del climax final, y lo harán sin melodramas ni actos de heroísmo, simplemente estirarán la pata y el film seguirá su curso, imparable. Una actitud esta muy adecuada para una peli como "Mad Max 2".
Destaca entre los malos Vernon Wells, el "Benet" de "Commando" luciendo una chanante cresta roja. Interpreta a un esbirro que trabaja al servicio de unos de los villanos más chulos -pero más olvidados en las listas de villanos chulos- del cine, el brutal "Humungus"!!!!.
A mi de chaval, como suele ocurrir, me fascinaba el cartel de "Mad Max 2", que es el que ilustra esta reseña... con esos tios exageradamente musculados, transpirando agresividad y violencia, algo que aún denotaba más el "Clasificada S" que recibió en nuestra tierra. Era un film que entraba de lleno en el Top Ten de mis lista de "Pelis peligrosas que algún día reuniré valor para alquilar y ver". Finalmente lo hice, y desde entonces no he vuelto a mirar atrás.
Como es sabido, años después hubo una tercera parte ("Mad Max: mas allá de la cúpula del trueno") que, al integrarse de lleno en terreno mainstream, perdía buena parte de su mala gaita, dureza y maravilloso nihilismo. ¡Cristo, si hasta salían niños! (en "Mad Max 2" sale uno, pero es gruñón y agresivo). Con el tiempo se intentó rodar una cuarta entrega con Gibson, luego se habló de una serie, de una versión en dibujos animados para adultos y al final se llevó acabo una nueva aventura del loco Max, con otro actor, éxito de público y de crítica... pero da igual, hagan lo que hagan nunca estará a al altura. Eso seguro.
Un clásico del cine de acción que, si no has visto aún, debes ver pero YA!!!.