El dvd, formato este que en la actualidad le ha tocado
convivir con el Blu Ray, teniendo que cederle a este las ediciones más chulas,
también tuvo una “edad de oro”, por llamarla de alguna forma.
Siempre se habla del VHS, y de aquellas joyas que podíamos alquilar en su momento,
concebidas para explotarlas en ese formato. Pero también hubo una etapa con la
instauración del dvd, que se comprende de entre 2000 hasta 2006, en que
podíamos ir al vídeo club y alquilar montones de roñas, actuales, eso sí,
destinadas al formato actual y en auge en ese momento, como era el dvd. Me
refiero, obviamente, a los mercados de nuestro país
Y en 2002 apareció esta película, cuyo título me hizo
especialmente gracia a pesar de que sabía la pedazo mierda que iba a
encontrarme. La vi, y no le di mayor importancia, un pequeño “Slasher” video
clubero sin más trascendencia que esa.
Pero revisándola hoy, ya me ha resultado hasta entrañable… y
eso que solo han pasado once años… He tenido un ataque de nostalgia, he
recordado el video club de detrás de mi casa de entonces, donde podía alquilar
todas estas peliculillas… Y ha molado.
Además, fíjense cómo estarán las cosas, que incluso me ha
parecido, tras su visionado, original, divertida y muy gore… cosa que en su
momento, no quise, o no supe captar.
Cuenta la historia de un muchacho que trabaja de
mantenimiento en un campo de golf, que
se disputa su amor entre su novia, zorra malparida que se aprovecha de el, y la
camarera del restaurante que le tira los tejos, mas honesta y buena que la suya.
Cuando hace una fiesta con sus amigos pijos, en la cual ¡esnifan
crack!, un individuo proveniente de una leyenda urbana que gira en torno a un
jardinero que se quemó la cara y volvió para vengarse, hace acto de presencia,
con su traje de apicultor y sus tijeras de podar, y los mata a todos.
Muy cortita (solo dura 73 minutillos), muy tonta, con
diálogos del todo estúpidos y actores de vergüenza ajena, “Terror en el green”
ha resultado ser un pequeño e intrascendente divertimento, que quizás ha
mejorado con los años, o quizás me he vuelto lo suficientemente viejo como para
divertirme con una cosita de estas.
El “Slasher man” no hace acto de presencia hasta bien
entrados los cuarenta minutos de metraje, pero en cuanto lo hace, empieza a
cargarse al personal, de las formas más sangrientas y variopintas, y ya no
dejará de hacerlo hasta el final. Su look es una pantomima, pero él (el
“Greenskeeper” del título original), es más bruto que un arado. Además, vemos
perfectamente todos los asesinatos, ya que estos se suceden completamente de
día y a plena luz del sol, en tan colorido escenario.
Por otro lado, no se toma a sí misma en serio en ningún
momento, llegando a estar cercana a la parodia en muchos momentos,
independientemente del humor involuntario que por carencias, interpretaciones y
diálogos, desprende la película.
Como momento destacable, por original y por leño, un
asesinato en el que entra en juego un aspersor de agua.
Solo eso, que me ha dado por verla sin tenerla yo ninguna
estima (ni mala, ni buena) y me lo he pasado hasta bien, sin que por ello
quiera decir que trascienda en mis preferencias.
Dirigen nada menos que tres eminencias de filmografías
escuetísimas y desconocidas que responden a los nombres de Kevin Green, Adam
Johnson y Tripp Norton. Tres tíos para
dirigir esto, que casi se compone de planos fijos y planos secuencia…. Pues
hasta eso tiene su gracia.