miércoles, 29 de mayo de 2013

KILLJOY

Saga menor de la “Full Moon” rodada en vídeo, cuyo primer título, curiosamente, apareció en nuestro país una extraña edición en VHS y DVD por una compañía de la que no me consta que haya sacado más referencias.
Amparándose en varios subgéneros del cine de terror (payasos asesinos, monstruos sobrenaturales, terror de “ghetto”), con posiblemente uno de los presupuestos más pequeños de toda la producción del señor Charles Band –por no tener, aquí no tenemos ni sangre- y con un payaso de look diabólico de lo más fardón, “Killjoy” traslada su acción a algún suburbio de los estados unidos, dónde los pandilleros rapean y campan a sus anchas.
Un “nerd”, está enamorado de una chica de barrio, que sale con un “gangzta”. Al ir a declararse, es sorprendido por el novio de la chica y sus amigotes, que le propinarán al una soberana paliza. Este, acudiendo a la magia negra, invocara a “Killjoy”, un payaso demoníaco para que cobre vida. Intentando divertirse un poco, los pandilleros acaban pegándole por accidente un tiro al muchacho. Pronto, una extraña camioneta de helados llegará al barrio, ofreciendo a los pandilleros buenas drogas gratis. Al subir a la camioneta, estos se meterán en el mundo de “Killjoy”, el payaso diabólico, que dará buena cuenta de ellos.
Como cualquier película de la “Full Moon”, y como no podía ser menos, esta es un autentico trozo de mierda… pero al menos es una mierda entretenida y con estilo. Estilo, no solo por lo fardón del look del payaso que da nombre a la cinta sino también en la dirección, donde predomina la cámara al hombro y ese vídeo tan vídeo, que le da un toque especial al resultado.
Sin embargo, “Killjoy” se desmarca un tanto del resto de las películas de “Full Moon”, ya que siendo esta de las más pequeñitas, carece del humor sin gracia del resto de sus producciones y la trama se desarrolla de manera fluida, con lo que al final, y contra todo pronostico, nos lo pasamos muy bien viéndola.
Y a pesar de que el maquillaje y el look del payaso están de lo más logrados, el resto de los efectos especiales, generados a  base de C.G.I. vídeoclubero de principios de siglo, maquillajes a base de plastidecor y disparos que no causan heridas, son de la más baja estofa que he visto yo nunca en una película destinada al consumo doméstico, lo que en este caso no molesta demasiado y le dan un tonillo gracioso.
Obviamente, la película está destinada al público afroamericano de barrio (como las dos últimas entregas de “Leprechaun” y algunas de zombies del mismo pelaje) por lo que no vemos ni un solo actor blanco en la película, de los tres o cuatro que aparecen.
El no esperar absolutamente nada de ella y que, finalmente, me entretenga tantísimo (la he visto dos veces seguidas, porque estaba yo tumbado y no me apetecía levantarme a quitar el DVD, por lo que se ha reproducido sola de nuevo, y me la he vuelto a comer…) y el aliciente que supone su duración, setenta minutos escasos, es algo que agradezco bastante. Y así debieron pensar los compradores del DVD, ya que después generó tres secuelas, “Killjoy 2”, “Killjoy 3” y “Killjoy goes to Hell”, en las que  va variando el actor (en esta es Ángel Vargas) y el director.
Dirige Craig Ross Jr, que como buen negrata, está especializado en pelis videocluberas de y para negratas. También ha dirigido capítulos de series tan importantes como “Prison Break”.
Recomendable.