Lo curioso de todo esto es que esta revista tuvo su versión cinematográfica.
O mejor dicho, su versión videográfica.
En 1992, en los video clubes Argentinos aparece en alquiler la película de mismo
nombre que la revista, “Sex Humor”, en la que vemos una serie de historias
cortas de contenido erótico-festivo, que son todas ellas enlazadas por un hilo
conductor. En este caso, ese hilo, es el de un matrimonio que dispuestos a
consumar el acto sexual, son interrumpidos por equis motivos (¡¡una tienda de
campaña que alguien ha montado en su salón!! O como dirían ellos, en su “Living”).
Entre tanto, por las manos del matrimonio se pasea una revista, el “Sex Humor”,
la leen, y esto acrecentará sus ganas de follar. Cada capítulo que ellos leen,
se escenifica en imágenes, que son las historias que componen la película.
Protagonizada por Javier Portales, visto en las películas
americanas de “Parchís” y en alguna de Olmedo y Porcel, la
gracia de esta película radica en su origen (una revista) y el que esté rodada
en vídeo. Un vídeo muy nítido y muy bonito, eso sí, y un montaje más dinámico y
acertado que los muchos vídeos que aparecieron en nuestro país en los ochenta.
Sin embargo, esto sale en los noventa, con lo que van un poco atrasados con lo
de las películas rodadas en vídeo para el vídeo club.
Como producto, me parece súper interesante, ahora, el
contenido… Teniendo en cuenta que el hilo conductor es un tanto
coñazo, y que entre los sketchs, los hay más afortunados y otros totalmente infames,
la media sería que estamos ante una película bastante floja. Pero como es
comedia, hay una buena ración de tetas (siliconadas y naturales, grandes y
pequeñas) y de ingles brasileñas, al final, entre unas cosas y otras, la cosa se soporta bastante bien.
A destacar el sketch que abre la película, que vendría a ser
el mito aquél de “El Violador violado” con
una mujer que es perseguida por un violador. Cuando esta dice que la
viole, pero con condón, él se achanta y será ella la que le persiga, con el
fin de follarle. O el que le sigue, donde una pareja va a un motel y el gerente les ofrece una habitación especial. Esta resulta ser una en la que
hay un palco de butacas llena de hinchas de fútbol, que animan sus tareas
amatorias como si de un partido de fútbol se tratase. El resto, son largos,
sosos y aburridillos.
Se puede ver, pero no pierdan el culo.
En cuanto al director, la película la firma un tal Alejandro
Cristian Fernández, que no posee ni ficha en IMDB, el pobre…