De mientras el Sheriff-Reverendo del pueblo (Paco Rabal, aún
prestigioso, adscrito a los géneros hasta el fin de sus días), chantajea a
Coburn y a Chip, porque quiere quedarse con las tierras del muchacho que, intuimos,
valen más de lo que ofrece por ellas.
En co-producción con España –el magnífico guión es nada
menos que de Rafael Azcona, firmando, no obstante, como “Raphael” Azcona- nos enfrentamos a un muy divertidísimo
“Spaghetti Western” donde la verborrea juega un papel vital en la trama, ya
que, por el contrario a muchas producciones similares, su humor se aleja
notablemente del “slapstick” habitual en favor de unos diálogos, contra todo
pronóstico, brillantes, sin dejar de lado, por supuesto, las cada vez más
famosas hostias del Spencer ( ¡¡Esa mano abierta!!).
Nunca Bud Spencer había estado tan bien en otra película, ni
tan Bud Spencer (jamás, si exceptuamos alguna de sus películas de ultima
hornada o aquellos telefilmes de “Big Man”, dejó de interpretar su propio
estereotipo). Sin embargo, la presencia de un decadente y, sin embargo en
estado de gracia –está graciosísimo- Jack Palance, le hace una sombra terrible,
convirtiéndose Palance, sin duda, en lo mejor de la película.
Paco Rabal, con tremendo sentido del humor, haciendo de malo
de la función y a la vez, de caricato, cumple mucho mejor que en sus películas
prestigiosas, e incluso, llegas a partirte el culo con sus apariciones.
En definitiva, una de las mejores comedias del Oeste
italianas de las que llevo vistas.
Dirige Mauricio Lucidi, quien, al igual que Jess Franco en España se encargó de montar “Don Quijote de Orson Welles”, él lo montó en su
versión Italiana.