Rollos de mafiosos que regentan casinos y Kung- Fu. Y en una
peli de estas, si la historia es mala, al menos podremos disfrutar de unas
buenas peleas. Pues ni de broma, porque ni en “Karate contra Mafia” (Ver en “Malas pero divertidas”) vi yo unas
peleas tan malas, tan mal coreografiadas y tan sosas.
Ahora, que nada más comenzar, la película parece, al menos,
chanante. Ver a todos esos individuos con su patillazas, sus trajecitos típicos
chinos y sus sombreros de gangsters, hace presagiar que se puede montar alguna
buena… al menos el look de los actores mola. Pero no. No pasa nada en la puta
película, nada que haga que mantengas tu atención durante los escasos
ochenta minutos que dura. Así, que un truño de los que hacen época.
Pero ¡Ah, amigo!
Si son aficionados al rap, esa música que consiste en robar
trozos de otros temas grabados y tunearlos para hacer otra canción en la que un
negro habla al ritmo de esa música customizada, sabrán que es muy divertido
escuchar cualquier tema de Soul, Jazz, Funk o Disco, y comprobar que esa es la melodía que tal o cual rapero
ha espoliado para hacer su track.
Bien, pues ahí va el motivo, la justificación, del por qué
aparece esta película reseñada en "Aquí Vale Todo": Resulta que es una de las películas que Mr. Tomas Tang compró,
redobló, remontó y mezcló con nuevo metraje para dar forma, color y vida a uno
de sus infra-productos preferido por mí, “El diablo de la dinamita”. Tomas Tang
toma “La ciudad de la venganza” y la altera, convirtiendo al prota, y gracias
al doblaje, en Steven Cox, apodado “El rey del juego”, que se las ve con los
mafiosos, mientras los vampiros Chinos hacen acto de presencia y el
“Robovampire” de turno se enfrenta a todo ello. Bien mirado, resulta un trabajo
de expolio y de montar material inconexo y ajeno, casi de orfebrería.
El caso es que mientras que la de Tomas Tang es dinámica,
divertida, loca y demencial (aunque muy mala, todo sea dicho) esta es un
autentico bodrio mal rodado, peor montado y, para nada, bien explicado, que no hay por donde cogerlo.
Pero bueno, como siempre digo, para satisfacer mi
curiosidad, ya sirve.