viernes, 4 de octubre de 2013

LA CIUDAD DE LA VENGANZA

Un individuo sale de la cárcel con dos cosas en la cabeza; matar a los que le enchironaron y (creo que entendí) matar a los asesinos de su hijo. Y esa es toda la sinopsis que les puedo hacer, porque esta película, verdaderamente, no hay por donde cogerla.
Rollos de mafiosos que regentan casinos y Kung- Fu. Y en una peli de estas, si la historia es mala, al menos podremos disfrutar de unas buenas peleas. Pues ni de broma, porque ni en “Karate contra Mafia”  (Ver en “Malas pero divertidas”) vi yo unas peleas tan malas, tan mal coreografiadas y tan sosas.
Ahora, que nada más comenzar, la película parece, al menos, chanante. Ver a todos esos individuos con su patillazas, sus trajecitos típicos chinos y sus sombreros de gangsters, hace presagiar que se puede montar alguna buena… al menos el look de los actores mola. Pero no. No pasa nada en la puta película, nada que haga que mantengas tu atención durante los escasos ochenta minutos que dura. Así, que un truño de los que hacen época.
Pero ¡Ah, amigo!
Si son aficionados al rap, esa música que consiste en robar trozos de otros temas grabados y tunearlos para hacer otra canción en la que un negro habla al ritmo de esa música customizada, sabrán que es muy divertido escuchar cualquier tema de Soul, Jazz, Funk o Disco, y comprobar  que esa es la melodía que tal o cual rapero ha espoliado para hacer su track.
Bien, pues ahí va el motivo, la justificación, del por qué aparece esta película reseñada en "Aquí Vale Todo": Resulta que es una de las películas que Mr. Tomas Tang compró, redobló, remontó y mezcló con nuevo metraje para dar forma, color y vida a uno de sus infra-productos preferido por mí, “El diablo de la dinamita”. Tomas Tang toma “La ciudad de la venganza” y la altera, convirtiendo al prota, y gracias al doblaje, en Steven Cox, apodado “El rey del juego”, que se las ve con los mafiosos, mientras los vampiros Chinos hacen acto de presencia y el “Robovampire” de turno se enfrenta a todo ello. Bien mirado, resulta un trabajo de expolio y de montar material inconexo y ajeno, casi de orfebrería.
El caso es que mientras que la de Tomas Tang es dinámica, divertida, loca y demencial (aunque muy mala, todo sea dicho) esta es un autentico bodrio mal rodado, peor montado y, para nada,  bien explicado, que no hay por donde cogerlo.
Pero bueno, como siempre digo, para satisfacer mi curiosidad, ya sirve.