Si ustedes fueran lectores atentos y pacientes, sabrían de sobras que no es la primera vez que "Cortinas", the movie, asoma por este blog. Sin embargo, seguro que padecen la misma enfermedad que el 99,9% de los cibernautas cuando se detienen ante un texto, ven pero no leen, ergo se les olvida a velocidad de pez. Por todo eso, les recordaré que fue en nuestra fantástica sección de caratuleo chungo, capítulo 34, en la que, obvio es, estudiábamos la hermosamente horrible caratula que la película lucía en los estantes de nuestros video-clubs cortesía de "General Video".
Hubiese sido muy fácil para mi copiar lo que escribí entonces y pegarlo aquí, porque básicamente voy a decir lo mismo. Pero no, no seré tan ruin. Finjamos pues que es la primera vez que hablo de "Cortinas" porque, en cierto modo, lo es. Es decir, cuando hice aquel análisis, no la había consumido. Ahora sí, y para rizar el rizo, la edición que vi hace un par de días es exactamente la de "General Video". Pero por aquello de seguir evitando el repetirse (y porque, insisto, aquella caratula era más poco agraciada que la bajoespalda de Paula Davies tras una mala noche), elijo otra imagen distinta para ilustrar la reseña.
Un director de teatro y cine la mar de exigente y cabrón, de esos que gozan humillando a sus actrices, tiene en cartera rodar un melodrama pantagruélico sobre una muchacha ficticia. Su mujer es la que se encargará de dar vida al personaje y, por aquello de conocer de primera mano las más intensas experiencias de la vida, finge estar loca para que la ingresen en un manicomio. Un mal día, su esposo, el dire, deja de visitarla. Lo siguiente de lo que se entera nuestra aguerrida aspirante a demente es que el mamón ha comenzado a preparar la película de marras y está buscando OTRA actriz, más joven y hermosa. Así que, mientras él reúne a cinco o seis aspirantes en su caserón para someterlas a un duro casting, ella escapa del encierro dispuesta a reclamar su trono, justo cuando aparece una misteriosa figura enmascarada que comienza a asesinar a las jóvenes actrices. ¿Es la mujer del director enfadada que busca venganza, es una de las muchachas deseosa de borrar toda competencia o es alguien que pasaba por allí?. Descubrir el misterio y disfrutar de la masacre, es tarea nuestra.
Bien, "Cortinas" la produjo Peter R. Simpson, productor también del clásico "slasher" "Prom Night" (y sus secuelas bastardas). Y lo hizo en pleno auge del subgénero. En concreto 1980. El tio quería salirse un poco de las tendencias imperantes, de la dependencia que esta clase de cine sufría con la platea joven, impaciente, superficial y descerebrada, por lo que enfocó "Cortinas" desde un punto de vista más adulto, más maduro. Más ¿sofisticado?. Sí, habrían adolescentes de buen ver y un asesino enmascarado que las matara one by one (y además, muy cool, luciendo un look bastante aterrador), pero todo se desarrollaría en un caserón medio-gótico y los auténticos impulsores del buque serían los personajes mayores de edad... bastante mayores... cargados de conflictos internos e interpretados por actores de peso como John Vernon y Samantha Eggar. A él lo has visto en un porrón de títulos bien reconocidos y pretigiosos como "Harry el sucio", "Desmadre a la americana" o "Topaz". Ella en los inicios de su carrera hizo cosas de mucho peso (era el objeto del deseo de Terence Stamp en "El coleccionista"), pero yo la asocio a películas como "Cromosoma 3" o "El exterminador". Soy así de inculto.
Desafortunadamente, "Cortinas" sufrió toda clase de problemas y no se dio por terminada hasta 1983. Cuando se estrenó, entre que iba más en serio de lo habitual y el "slasher" ya no tiraba tanto, fue un fracaso. Y es una pena, no porque se trate de un peliculón, ni mucho menos. Ni porque esté por encima del resto de sus iguales. Pero sí por la intención. Esta gente trató de hacer algo un poco diferente, con más clase, más estilizado, incluso un poco más próximo al "giallo" o los trabajos del buen Dario Argento, que a "Viernes 13" o alguna de su misma calaña. "Cortinas" no es demasiado truculenta, ni demasiado intensa, y tampoco chorrea suspense, pero sí momentos inspirados como, sobre todo, el asesinato en el lago helado, con el extraño criminal de la máscara de vieja pasa y su hoz patinando a cámara lenta en dirección a una aterrorizada víctima. O esa feísima muñeca que deja en cada pre-crimen, a modo de señal/aviso. Tampoco puedo pasar por alto que la banda sonora incluye, en algunos momentos específicos, música y/o efectos directamente extraídos de ese mítico archivo de la BBC que tantos cortometrajistas caseros de inicios de los 90 deben (o deberían) conocer (y del que hemos hablado con anterioridad).
Otro aspecto curioso del film lo encontramos en el casting de las actrices aspirantes que, por lógicos designios de la época, habían aparecido -o lo terminarían haciendo- en tantos otros "slashers" de orden más clásico, como Lynne Griffin en "Navidades negras", Sandee Currie en "El tren del terror" o Lesleh Donaldson en "Cumpleaños mortal". Sin salirnos del apartado "reparto", merece la pena mencionar que William Marshall, también conocido como "Drácula negro", se marca un escueto papel y que Maury Chaykin, habitual segundón en un porrón de películas que los habituales de este puto blog pueden reconocer como "The Vindicator", "Turk 182 El rebelde", "Juegos de guerra" o "Los albóndigas 3: Trabajo de verano", también (inquietantemente, otra de las actrices que se reservan roles minúsculos, Kate Lynch, luego participó en "Los incorregibles albóndigas".... muchas albóndigas para tan pocas cortinas).
El guionista, Robert Guza Jr., estuvo también ligado a "Prom Night", pero únicamente como responsable de la "story" y el director, que en realidad se llama Richard Ciupka y abandonó el rodaje cuando aún no había concluido, prefirió, antes que firmar con el habitual "Alan Smithee", hacerlo como "Jonathan Stryker", que es el nombre del personaje que interpreta John Vernon. ¡Que gracioso es todo!.
Visiblepotable.
sábado, 30 de noviembre de 2013
viernes, 29 de noviembre de 2013
PSICOSIS II, EL REGRESO DE NORMAN
Me resulta curioso que
para según que sagas, la primera de sus películas acaba siendo un
lastre, simplemente porque estas vienen precedidas de un prestigio fuera de
precedentes. Una saga como esta de “Psicosis”, con una segunda y tercera partes
magistrales (bueno, quizás la tercera no tanto), son un claro ejemplo de ello. Son películas ninguneadas,
simplemente porque la primera de ellas es un clásico intocable de Alfred
Hitchcock.
No gustándome el cine clásico en general, y si gustándome
ese primer “Psicosis” en particular, he de decir que me gustan infinitamente
más las secuelas (a excepción de “Psicosis IV” que es un telefilm de lo más
chungo). Ahora pueden cargar sus armas, que recibiré las balas, eso si, cubriéndome
con un escudo de adamamtiun.
Yo entiendo la importancia del primer “Psicosis”, entiendo
que es un precedente a la hora de tratar el terror tal y como es hoy y todo eso, pero que
quieren que les diga, me quedo con “Psicosis II, El regreso de Norman”.
Lo mejor de todo, es que hacía mogollón de años que no me
sentaba frente a esta película, y en este reciente visionado me he dado cuenta
de lo jodidamente buena que es esta secuela.
22 años después del estreno del primer “Psicosis”, Robert
Bloch, autor de la novela en la que se inspira “Psicosis”, decide escribirse la
secuela de su libro y ponerlo a la venta en las librerías, para así los
gerifaltes de universal tener un material en el que poder basar su secuela.
En la novela, Bates 22 años después de los hechos narrados
en la primera parte, se escapa del hospital psiquiátrico huyendo a Hollywood,
dónde se estaba rodando un biopic de su persona. A los productores, este
argumento les pareció una mierda, así que decidieron crear el argumento de
“Psicosis II, el regreso de Norman” desde cero, pasándose la novela por los
cojones, y haciendo una cosa un tanto más cinematográfica, pero del todo
descabellada.
La película cuenta como tras esos 22 años de encierro
psiquiátrico, Norman Bates sale en libertad ya que el juez considera que está curado de su trastorno mental, por lo que las iras de la fiscal Loomis (en
referencia a una de las víctimas de Norman en el primer “Psicosis”) se volcarán
en la persona de Norman hasta limites insospechados. Una vez en libertad,
Norman regresa al motel de su propiedad, y empezará a trabajar en un
restaurante adscrito a un programa de inserción de enfermos mentales. Allí
conocerá a una jovencita que traerá al
hombre por el camino de la amargura.
En su casa, le asaltarán los recuerdos y una serie de
asesinatos hacen pensar que Norman ha vuelto a enloquecer… aunque unos cuantos giros harán que creamos otras cosas durante el desarrollo de la peli.
“Psicosis II, el regreso de Norman”, comienza como una
absoluta mamarrachada – nadie se cree que a un enfermo mental, a un asesino en
serie, se le deje suelto y se le devuelva al lugar donde años atrás las lió
pardas- para que poco a poco la trama
vaya cobrando vida, y se vuelve tan interesante, que es imposible desviar la
atención de la película ni un solo instante. Todo lo que sucede es un misterio, que además, los diversos giros argumentales, volverán aún más
misterioso.
A eso hay que añadirle una cuidadísima dirección de Richard Franklin en la que predominan los
movimientos de cámara (hay una secuencia en la que estando la cámara dentro de
la habitación de Norman, y a modo de transición, esta, sale por la ventana,
avanza por el tejado y baja por la pared, para mostrarnos como unos jóvenes se
cuelan en el sótano de la casa, que
me parece totalmente magistral), los planos picados hasta el extremo, y
unos potentes efectos especiales obra de Greg. C. Jensen (suyos son también los
de “La Masa, un hombre increible”, “Los Goonies” o “Golpe en la pequeña China”) que dejan al
espectador, cuando menos, sorprendido.
El guión es obra de Tom Holland, a posteriori director del
“Noche de miedo” original y de “Muñeco diabólico” y en el reparto, además de a
Tony Perkins, tenemos a una guapísima (casi tanto como su hermana Jennifer) Meg Tilly ( “Fama”, “The Two Jackes”), Vera Miles que ya aparecía en el primer
“Psicosis” en un papel de importancia y a Robert Logia (“Big”, “Sangre
fresca”).
Por su lado, Richard Franklin, es popular por rodar
películas como “Patrick” al que le salió una secuela italiana, “Juego Secreto”a
rebufo de “Juegos de Guerra” o “FX2: Ilusiones Mortales”, secuela de “FX: Efectos Mortales”.
Como curiosidad, decir que un par de años de que se
estrenase la película, se estrenó de modo fraudulento un “Psicosis 2” que nada
tenia que ver con la franquicia protagonizada por Norman Bates, se trataba en
realidad del “Slasher” “Night School”, que cayó en las manos de un
distribuidor, que viendo que a José Frade le salía bien lo de las secuelas
bastardas, lo intentó con esta, teniendo en cuenta que el tipo con casco de
moto que acuchilla aquí a las jovencitas, muy poquito tenía que ver con aquello
tan famoso de Hitchcock de los años sesenta. Les dejamos la caratula del VHS al terminar la parrafada.
“Psicosis II”, la oficial,
ha envejecido muy, muy bien, y no recuerdo pasarlo tan bien viendo una
película en mucho tiempo.
Victor Olid
jueves, 28 de noviembre de 2013
EXILED
Esta película es una secuela de "The Mission", cuyo director
es el mismo (Johnnie To) al igual que sus actores intérpretes. Por lo que he podido saber de
la precuela, cinco asesinos de distintas triadas reciben el encargo de proteger
a otro mafioso. La convivencia hace que se conviertan todos en amigos. "Exiled" continúa
la historia de estos cinco gánsters y por donde les ha llevado los hechos de la
anterior película. Como los últimos films asiáticos que he reseñado en esta
santa casa, el género al que pertenece es el "Heroic Bloodshed", véase sangre,
plomo y compañerismo entre asesinos, mas allá incluso que con sus propios jefes.
Y además de la sangre y el plomo, podemos contar con la pólvora, y más que otra
cosa el humo que esta despide al ser incendiada. ¿Por qué destaco esto? Pues
porque en el tiroteo final se monta tal humareda que parece aquello una reunión
de rastafaris. Más de uno de los allí presentes las pasarían putas para
respirar.
Johnnie To, el director, es un hombre muy prolífico. Le ha
dado a diversos géneros, principalmente el cine de gansters con el "Heoric
Bloodshed" por bandera, y películas de espadas y artes marciales. Vean su ficha
en imdb si quieren saber más. Las pelis de tiros y sangre chinas suelen tener
ritmos cambiantes, en los que si no se dispara un arma la cosa se vuelve lenta o
incluso plomiza. Aunque esto cambia en los tiroteos, claro. Y "Exiled" es de
estas, de las lentas.
Wo (Nick Cheung) es uno de los asesinos que
intentó matar a un importante jefe en la precuela. Dos de los otros han sido mandados por ese capo mafioso, el jefe Fay (Simon Yam), para
despacharlo. Los otros dos quieren impedirlo. Uno de cada grupo sube al piso de
Wo, este saca de un cajón un revólver. El que quiere matarlo (Anthony Wong),
como tiene una semiautomática, saca balas de su cargador hasta dejarlo en seis
para estar en igualdad de condiciones. El que quiere salvarlo (Francis Ng) hace
lo mismo, y es que claro, todos son amigos de la historia que vivieron
en la precuela, y una cosa es el trabajo y otra el honor entre “hermanos”. Se
tirotean, y cuando se les han acabado las seis balas a cada uno, paran, se ponen
a comer y ayudan en la mudanza de Wo. Este acaba de tener un hijo, así que sus
amigos le echarán una mano en un trabajo para conseguir dinero para su familia y luego,
se supone que los que están encargados de matarle lo harán, solo que las cosas
no salen como ellos suponen.
Los protagonistas son asesinos pero, como
siempre en estas pelis, son buena gente. Beben alcohol y el Jefe Fay "Red Bull", y es que
la marca de bebida energética ha debido de poner algo de pasta, porque en la
escena final podemos ver claramente una nevera de esta bebida y el tiroteo dura
lo que tarda en caer una lata lanzada al aire, con cámara lenta.
A mí me ha gustado, aunque reconozco que por momentos
parezca que no pasa nada... claro que también me gusta todo lo que tenga
que ver con chinos con pistolas.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (37): TATIANA JONES, LA PRIMA MANGUI DE INDIANA
Semejante caratula me ha llevado de cabeza lo últimos meses. Quería analizarla en nuestra querida sección dedicada al caratuleo chungo, pero no sabía por dónde comenzar. No bastaba con comentar el origen real y legítimo de las imágenes que luce, tenía que ir más allá, tenía que... en fin, ver la puta película. Ante la duda de no saber si iba a lograrlo, la dejé aparcada junto a un puñado de tantas otras que tengo en stand by, a la espera de poder arrojar luz sobre ellas.
Pues suerte que lo hice, porque, por avatares del destino, se me presentó la ocasión de poder disponer de una copia de "Tatiana Jones" en su formato VHS, gracias a la generosidad de nuestro viejo amigo Enorm. De hecho, mientras tecleo esto la tengo puesta en el vídeo y lo estoy flipando mucho. Pero antes de desvelar qué se esconde tras tan enigmático producto, estudiemos un poco la fantabulosa caratula, una obra maestra del recorta y pega. Y del morrazo.
¿Y qué tenemos aquí?, pues esto...
A Alan Rickman amenazando con una pistola a Bonnie Bedelia. Él interpreta al villano y ella a la esposa del héroe. Y resulta que este no es otro que "John McClane", es decir, Bruce Willis. Y la película, obvio, "Jungla de cristal", la buena, la primera.
Siguiente...
Podríamos pensar que la distribuidora "A.V.O." (¿?) intenta hacernos creer que Alan Rickman y Bonnie Bedelia actúan en "Tatiana Jones", pero no, estoy seguro de que el pazguato que diseñó la caratula con la tijeras y el pegamento de barra ni les conocía. Sin embargo, no me creo que no supiera quien es Jackie Chan que, como ven, sale en esta foto en pleno ataque de adrenalina.
Otra...
Otra...
Alan Rickman, Bonnie Bedelia, Jackie Chan y ahora, la maciza Sybil Danning posando en plan modelo con la pistola de "V". Esta foto la tenía vista de las páginas de un "L´Ecran Fantastique", en un artículo dedicado a, cómo no, las "Scream Queens".
El resto de imágenes no las sitúo. La del coro de mozas me suena a biopic de la "Ronettes" o algo por el estilo.
Y ahora vayamos a por la película en si misma.
El título, de ultra-evidente procedencia e intención, es lo más desvergonzado de todo el pitote, porque, sí queridos, NADA tiene que ver con la obra que contiene tan misteriosa cinta, pero es que NADA DE NADA. Intentan argumentar la trola con una imagen de una mano sujetando un revólver (sin duda, extraído de otra caratula que, al menos hasta hoy, no he podido bautizar) y, cómo no, con esa tipa "vestida" en plan futurista (ojo al arma láser que sujeta), puro reclamo pa salidos pero que, esta sí, no desentona tanto con lo que veremos.
Resumiendo, que nos venden "Tatiana Jones" como una de acción y aventuras, con suspense y tal... y si no, lean atentamente la sinopsis de la parte trasera...
Pues sí, pero no.
Sí hay un periodista haciendo un reportaje, pero no del mundo del espectáculo en general, sino de un local en concreto, el "Crazy Horse" de Paris que aún anda activo a día de hoy. Naturalmente olvídense de aventuras, amor, celos y pasiones... y mucho más de disparos y suspense. "Tatiana Jones" es el título español (se trata del único país donde se desviaron tanto del original, es lo que tiene disponer de una cultura basada en el engaño y la estafa) de "Crazy Horse de Paris", dirigida, escrita y más o menos protagonizada el año 1977 por Alain Bernardin (no sabemo quién demonios es ese P.Navarre, que ni aparece en los créditos iniciales). Y resulta que el tal Bernardin (que se suicidó en 1994) era el dueño y fundador del mentado "Crazy Horse", famoso cabaret de alto standing especializado en números de vedettes bailando y enseñando las tetas. A veces aparece por el escenario algún humorista o ventríluoco, pero sin hacer demasiado ruido. Vamos, que eso de "un director de cine decide investigar...." es otra puñetera falacia.
Y no, "Tatiana Jones"/"Crazy Horse de Paris" no es como "Showgirls", en realidad se trata de algo parecido a un documental... pero tampoco, porque todo lo que vemos en el es pura recreación, así que lo dejaremos en docu-ficción o, más sencillo aún, panfleto propagandístico para el puñetero local, una promo muy larga, como esas grabadas en vídeo que se producían en nuestro país sobre populares espectáculos teatrales. El hilo conductor es un especie de periodista Escocés muy poco agraciado que asiste al show, se empapa de ver tetas (y nosotros con él) y al final termina la mar de contento y feliz por lo presenciado. Justamente, lo opuesto a nosotros.
Que fascinante y, a la par, decepcionante, ¿verdad?.
Naxo Fiol
martes, 26 de noviembre de 2013
EL KARATECA AZTECA
En México, a rebufo de “Cantinflas” y partiendo de la figura de Charlie Chaplin, poseen una larga
tradición de cómicos que interpretan a individuos cortos de luces y medio
vagabundos. Todos
tendrían un éxito arrollador, independientemente de la calidad de su humor.
Estos serían “Clavillazo”, “Vitola”, “Tin Tan”,“Pompín”, “La India María”, y
sobre todo, el más popular de todos estos “Cantinflas” de serie B, “Capulina”.
Interpretado por Gaspar Henaine, ha estado casi cuarenta
años dando vida al personaje en infinidad de películas. Formando dúo cómico
en un principio con “Viruta”, incluso, protagonizó un “crossover” con “Santo,
el enmascarado de plata” en “Santo contra Capulina”, en el que figuraba en los
créditos incluso antes del propio luchador.
Su humor característico se basa en el malentendido y el
chiste fácil, tirando a infantilón y ya
trasnochado. Su imposible look consiste en un chalequito de traje y sombrero Méxicano
recortado y redoblado. Sería una especie de “Mr. Bean” a la méxicana y parlanchín.
Protagonizó tropecientas películas, pero a mí me llamó
especialmente la atención este “Karateka Azteca”.
“Capulina” se dedica a hacer figuras que imitan a incunables
de la arqueología, por lo que un individuo se las compra para hacer cambiazo con
las originales. Por otro lado, un maestro del Kárate se va a vivir a casa de
“Capulina” y así observará de cerca los pasos de este falsificador de arqueología. Con “Capulina”
cerca, lo único que ocurren son desastres, mientras el maestro reparte mamporros como
buenamente puede.
La película es todo un clásico en Mexico, una que se recuerda con cariño,
aunque no obstante yo pienso que es una tontería inofensiva, cuyo visionado no
trasciende de ninguna manera, ni positiva, ni negativamente. Me quedo igual. La cosa está en ver a “Capulina” haciendo su humor facilón y
blanco durante todo el metraje. Ni uno solo de los gags funciona, ni tampoco
hay nada que indigne u ofenda.
Es lo que es, una cosa de consumo, elaborada sin
ningún tipo de cuidado.
No aburre, pero tampoco entretiene, y, seamos sinceros, la
estrella de la película es una mierda.
Aún así se permitió el lujo de hacer cosas como “El
circo de Capulina”, “Capulina contra los vampiros” o “Capulina chisme caliente”
que junto con la de Santo, a priori –y no se muy bien por qué- si entran dentro
de mis intereses.
Mala, muy mala, espantosa, horripilante… pero sin embargo,
mola que exista.
A “Capulina” le han dirigido los mejores directores Mexicanos,
aunque para esta ocasión se encarga del asunto Alfredo Zacarías, que rodó con
el cómico montones de veces, además de con otros cómicos de similares
intenciones, así como series B Americanas tales que “Demonoid”o la archi-conocida
“Abejas asesinas” (para las que solía mutar su apellido a Zacharias)... ahí es nada, ni moco de pavo.
Como digo siempre, para satisfacer la curiosidad, ya va
bien.
Victor Olid
lunes, 25 de noviembre de 2013
EL PAYASO A MEDIA NOCHE
“Slasher” de corte sobrenatural –como Freddy- video clubero
y telefilmero de baja estofa, que no obstante, y dentro de lo malos que suelen
ser este tipo de productos, este, más o menos, se deja ver. Eso sí, si estás ya
muy curtido y tienes aguante.
La hija de una cantante opera que fue asesinada en el
pasado, se apunta a un grupo de teatro sito en el lugar dónde masacraron a su
señora madre. Allí, tendrá ensoñaciones y visiones de asesinatos,
mientras el payaso del título hace acto de presencia y va dando cuenta de todos
esos repelentes adolescentes.
Una película que se sirve de todos los tópicos y,
sobretodo, de su condición telefilmica
para permitirse un tempo mucho más lento del que es habitual en proyectos de
esta calaña destinados a salas. Más allá de eso, tampoco hay mucho que contar
aquí.
La gracia de esta película está en la galería de actores que
circulan por ella. Tenemos a Margot Kidder, en decadencia desde “Superman”, que
la gracia no está ya en ver lo avejentada que está, la gracia está en que por
la época en que se rodó la película, Kidder sufría un fuerte trastorno mental,
y creo que queda patente en la expresión de su rostro. Interpreta a una
profesora que pinta bastante poco por allí.
Por otro lado tenemos a Christopher Plummer, que de joven
tuvo una carrera decente y ahora es un oscarizado actor de prestigio, pero en
los noventa arrastraba cierta decadencia que le obligaba a dar con sus huesos
en productos como este. Eso si, su cara es de “¿Qué cojones hago yo haciendo
esta mierda?”.
Y por ultimo tenemos a Tatiana Aly, la “Ashley” de “El
principe de Bel Air”, que como todos los que aparecieron en esa serie, se vio
eclipsada por la fama del todopoderoso Will Smith y ya su carrera se redujo a
pasear su palmito por telefilmes del más variado pelaje. Claro que su talento
es limitado.
Y bueno, por estas presencias, “El payaso a medianoche” se
hace curiosa, pero por lo demás, nada del otro mundo ni nada que no hayamos
visto antes en producciones más ambiciosas y hábiles.
Dirige Jean Pellerin, habitual director de vídeo clips de
heavys como “Skid Row” y “Mötley Crüe” que luego se prodigó en alguna
producción pequeñita para el cine y un par de telefilmes.
Victor Olid
sábado, 23 de noviembre de 2013
ARMADOS Y CABREADOS
Del director y actor Bobcat Goldthwait habitualmente suelen decirse cosas muy buenas, incluido este blog, donde el compañero Victor casi siempre comenta sus películas de modo bastante favorable. Sin embargo, mucho me temo que yo no entro en ese grupo. No es que mi opinión sobre el trabajo del cineasta sea mala, únicamente digamos que no es tan entusiasta. Vamos, que me parece bastante sobrevalorado. Vi no hace mucho "El mejor padre del mundo" y me pareció correcta y llevadera, pero tampoco tan cabrona o amarga como se decía por ahí. De hecho, la encontré bastante moralista, especialmente gracias a su forzado final feliz.
Bien, hace unas noches me enfrenté al que, probablemente, sea el film más conocido y representativo de Goldthwait, "God bless America", recientemente editado en dvd en España con el discutible titulo de "Armados y cabreados". Había oído decir maravillas de esta comedia negra, de su mala hostia, de su provocación, de su espíritu crítico y bla, bla. Por experiencia sabía que no tenía que hacer demasiado caso a tanta pamplina porque ello únicamente acaba conduciéndote a la decepción. Ni aún así puedo decir que me haya gustado demasiado. En realidad, habría evitado reseñarla de no ser por un aspecto altamente curioso.
La historia va de un cincuentón amargado y perdedor que está harto de la sociedad que le rodea. Intenta ser amable con los demás, pero los demás no lo son con él. Encima, en un mismo día le echan del curro por una chorrada y le anuncian que sufre de un tumor cerebral incurable. Así, lógicamente cansado y harto de ver tele-basura (primera duda: Si tanto la odia, ¿por qué la mira a todas horas?), pilla una pistola y sale a cargarse a una detestable pija mediática (segunda duda: ¿por qué es esa siempre la salida a elegir en las películas?, ¿por qué no una actividad creativa o productiva, en lugar de la destructiva?, fácil, porque esta última atrae culos a las butacas y los sillones, da dinero, las otras, no). En el trayecto conoce a una especie de "adolescente rebelde" que se une a él y le convence para repetir la hazaña con otros personajes odiosos, como los que llaman por móvil en el cine (tercera duda: ¿jóvenes guapitos, rudiosos y palomiteros viendo un documental?, ¿y por qué un documental y no una peli de entretenimiento puro?, ¿cayendo en tópicos intelectualmente elitistas?) y, sobre todo, políticos y gente de la extrema derecha, racistas, homófobos y etc. Este último dato ha sido una de las mayores decepciones de "Armados y cabreados" porque, mientras puedo compartir mi desprecio por gente de ese calibre, el que sean las víctimas mayoritarias en el film hace que este pierda su sentido provocador, es decir, resulta más políticamente correcto y aceptable matar nazis que a gente inocente que únicamente te molesta por ruidosa o desconsiderada. Centrarse en estos habría resultado más valiente, más transgresor y, sí, menos trillado. Del modo que lo deja Bobcat Goldthwait, se queda en la pataleta de un liberal que, a la larga, no deja de presentarnos a otros "liberales" que actúan igual de chungamente que la gente "mala" a la que quieren castigar.
Pero a pesar de la parrafada expuesta, no es por ahí donde la cosa realmente me chirría. Eso son los típicos rollos ideológicos que puedes compartir o no, la senda fácil por la que tira su director y espera otorgue a su film la etiqueta de polémico para luego defenderlo alegando que invita al debate y bla, bla. No, lo que me molesta de "God bless America" es otra cosa.
Bien, la película viene a decirnos que la sociedad norteamericana (y, ya puestos, la mundial) se ha vuelto lela, simplista, chabacana y superficial. La gente hoy día disfruta viendo programas de mierda en los que todos gritan y se pelean sin descanso, en los que se humilla a los concursantes, sean o no medio retrasados, debates en los que se dicen barbaridades, anuncios horribles que engañan y presentan un mundo que no existe, vídeos en youtube absurdos y subnormaloides de individuos hostiándose o matándose, animales follando y otras gilipolleces. Tiene toda la razón. Me parece bien que decida darles un palo, pero en lo que falla es en que dicho palo está fabricado a base de las mismas esencias de aquello que tanto desprecia. Es decir, solo en una sociedad como la que Goldthwait critica tanto podría considerarse transgresora, valiente y polémica una película como la suya.
"Armados y cabreados" es hipócrita en casi todos sus aspectos y cualquiera que no tenga el cerebro reblandecido por la basura mediática que nos meten por la boca diariamente se percatrá de ello. No es todo lo nihilista que exigía su trama, y acaba padeciendo los mismos males que la gran mayoría del cine moderno, su dependencia de la taquilla, por pequeña que sea. Su miedo a asustar de verdad. Así, en el fondo, no deja de ser complaciente con un enorme sector de la posible audiencia a base de discursos moralistas, violencia tamizada, humor negro inofensivo y una tendencia general a lo políticamente correcto. A su director se le ve el plumero cuando la primera escena de todas muestra la sangrienta muerte de un bebé -eso sí, off camera- con el fin de impactarnos y llamarnos la atención, haciéndonos creer que a partir de ahí, todo en adelante es posible para que luego, evidentemente, no vuelva a atraverse con tanto. Bobcat Goldthwait nos miente desde buen principio, algo que va en contra de la mentalidad del protagonista de su propia película/discurso, que en un momento dado se siente traicionado por su acompañante adolescente a la que acusa de "mentirosa, como todos los demás".... mentirosa como la misma "Armados y cabreados". Así pues, ¿qué función y sentido tiene una película mentirosa que arremete contra una sociedad mentirosa?. Si vas a hacerlo, hazlo hasta sus últimas consecuencias, pero no te quedes a medias.
Dicho todo esto, lo que nos queda es una comedieta videoclubera de ver y olvidar al instante o, en todo caso, una oportunidad perdida como tantas hay en el cine que se fabrica hoy día.
Bien, hace unas noches me enfrenté al que, probablemente, sea el film más conocido y representativo de Goldthwait, "God bless America", recientemente editado en dvd en España con el discutible titulo de "Armados y cabreados". Había oído decir maravillas de esta comedia negra, de su mala hostia, de su provocación, de su espíritu crítico y bla, bla. Por experiencia sabía que no tenía que hacer demasiado caso a tanta pamplina porque ello únicamente acaba conduciéndote a la decepción. Ni aún así puedo decir que me haya gustado demasiado. En realidad, habría evitado reseñarla de no ser por un aspecto altamente curioso.
La historia va de un cincuentón amargado y perdedor que está harto de la sociedad que le rodea. Intenta ser amable con los demás, pero los demás no lo son con él. Encima, en un mismo día le echan del curro por una chorrada y le anuncian que sufre de un tumor cerebral incurable. Así, lógicamente cansado y harto de ver tele-basura (primera duda: Si tanto la odia, ¿por qué la mira a todas horas?), pilla una pistola y sale a cargarse a una detestable pija mediática (segunda duda: ¿por qué es esa siempre la salida a elegir en las películas?, ¿por qué no una actividad creativa o productiva, en lugar de la destructiva?, fácil, porque esta última atrae culos a las butacas y los sillones, da dinero, las otras, no). En el trayecto conoce a una especie de "adolescente rebelde" que se une a él y le convence para repetir la hazaña con otros personajes odiosos, como los que llaman por móvil en el cine (tercera duda: ¿jóvenes guapitos, rudiosos y palomiteros viendo un documental?, ¿y por qué un documental y no una peli de entretenimiento puro?, ¿cayendo en tópicos intelectualmente elitistas?) y, sobre todo, políticos y gente de la extrema derecha, racistas, homófobos y etc. Este último dato ha sido una de las mayores decepciones de "Armados y cabreados" porque, mientras puedo compartir mi desprecio por gente de ese calibre, el que sean las víctimas mayoritarias en el film hace que este pierda su sentido provocador, es decir, resulta más políticamente correcto y aceptable matar nazis que a gente inocente que únicamente te molesta por ruidosa o desconsiderada. Centrarse en estos habría resultado más valiente, más transgresor y, sí, menos trillado. Del modo que lo deja Bobcat Goldthwait, se queda en la pataleta de un liberal que, a la larga, no deja de presentarnos a otros "liberales" que actúan igual de chungamente que la gente "mala" a la que quieren castigar.
Pero a pesar de la parrafada expuesta, no es por ahí donde la cosa realmente me chirría. Eso son los típicos rollos ideológicos que puedes compartir o no, la senda fácil por la que tira su director y espera otorgue a su film la etiqueta de polémico para luego defenderlo alegando que invita al debate y bla, bla. No, lo que me molesta de "God bless America" es otra cosa.
Bien, la película viene a decirnos que la sociedad norteamericana (y, ya puestos, la mundial) se ha vuelto lela, simplista, chabacana y superficial. La gente hoy día disfruta viendo programas de mierda en los que todos gritan y se pelean sin descanso, en los que se humilla a los concursantes, sean o no medio retrasados, debates en los que se dicen barbaridades, anuncios horribles que engañan y presentan un mundo que no existe, vídeos en youtube absurdos y subnormaloides de individuos hostiándose o matándose, animales follando y otras gilipolleces. Tiene toda la razón. Me parece bien que decida darles un palo, pero en lo que falla es en que dicho palo está fabricado a base de las mismas esencias de aquello que tanto desprecia. Es decir, solo en una sociedad como la que Goldthwait critica tanto podría considerarse transgresora, valiente y polémica una película como la suya.
"Armados y cabreados" es hipócrita en casi todos sus aspectos y cualquiera que no tenga el cerebro reblandecido por la basura mediática que nos meten por la boca diariamente se percatrá de ello. No es todo lo nihilista que exigía su trama, y acaba padeciendo los mismos males que la gran mayoría del cine moderno, su dependencia de la taquilla, por pequeña que sea. Su miedo a asustar de verdad. Así, en el fondo, no deja de ser complaciente con un enorme sector de la posible audiencia a base de discursos moralistas, violencia tamizada, humor negro inofensivo y una tendencia general a lo políticamente correcto. A su director se le ve el plumero cuando la primera escena de todas muestra la sangrienta muerte de un bebé -eso sí, off camera- con el fin de impactarnos y llamarnos la atención, haciéndonos creer que a partir de ahí, todo en adelante es posible para que luego, evidentemente, no vuelva a atraverse con tanto. Bobcat Goldthwait nos miente desde buen principio, algo que va en contra de la mentalidad del protagonista de su propia película/discurso, que en un momento dado se siente traicionado por su acompañante adolescente a la que acusa de "mentirosa, como todos los demás".... mentirosa como la misma "Armados y cabreados". Así pues, ¿qué función y sentido tiene una película mentirosa que arremete contra una sociedad mentirosa?. Si vas a hacerlo, hazlo hasta sus últimas consecuencias, pero no te quedes a medias.
Dicho todo esto, lo que nos queda es una comedieta videoclubera de ver y olvidar al instante o, en todo caso, una oportunidad perdida como tantas hay en el cine que se fabrica hoy día.
Naxo Fiol
viernes, 22 de noviembre de 2013
BIOGRAFÍA DE UN ESCLAVO
“5 Locos” son un colectivo de cineastas amateur
provenientes de la provincia de Saladillo, en Argentina, que, adictos a la
comedia, deciden hace unos años juntarse para rodar con los pocos medios de los que disponen (prácticamente
ninguno) sus propias películas. Nada nuevo, directores así los hay a lo largo y
ancho de este mundo, muchos de ellos, incluso, infinitamente más interesantes
que este colectivo. Sin embargo, siendo Argentina prima-hermana de España,
suele ocurrir, como aquí, que la mayoría de cineastas de lo precario, que hacen
sus películas con cuatro pesetas, se adscriben al gore cafre y mal entendido
(“Farsa producciones” o la gente que
grabó aquello de “2 locos en mar de plata”) o a la comedia más chusca y facilona. Además de contar con unos medios
más que decentes.
“5 Locos”, sin embargo, no disponen de nada más allá de la
video cámara, la pobreza, su entusiasmo y una concepción pura a la hora de
hacer cine. Y valentía. Mucha. Por eso les dedico esta reseña.
Valentía porque en estos tiempos que corren, en los que
cualquiera puede agarrar una video cámara y hacer una película, unos amantes de
la comedia como ellos, han decidido que su último largometraje huya de todos
los tópicos inherentes al cine “underground” y en vez de buscar las agradecidas
risas del posible público, han preferido ponerse a prueba ellos mismos y grabar
un desgarrador drama, muy consciente de su condición y jugárselo todo a una
sola carta. Si esto no es valentía, que venga dios y lo vea.
La película, con fuertes tintes de neorrealismo – los
actores son los propios vecinos de ese pueblo de Saladillo donde está rodada-, cuenta, basándose en un relato de la tal Marina Maison, en la que
un hombre de pueblo se tira la vida siendo maltatrado por su hermana, medio
bruja y timadora, y el hijo de esta hasta limites infrahumanos. Llegados a este
punto, las cosas desembocarán como han de hacerlo.
Medios con los que han contado aparte, e independientemente
del ritmo, que es lento, y que quizás no sea un tipo de película
que a mí me llegue a entusiasmar (drama rural al estilo de “Los Santos
Inocentes"), los cojones de esta gente son cuadrados, y si bien técnicamente posee muchas, muchas carencias, al final resuelven la papeleta con
solvencia, saber hacer y si la película estuviera firmada por un Arturo
Ripstein (por poner un ejemplo) en lugar de por Javier Nadares, voluntarioso
director de de “Biografía de un esclavo”, dirían que se trata de una película vanguardista.
La absoluta seriedad con la que se enfrentan al material que
abordan y el que se salen de la norma de
los establecido (por estupidez general) dentro del """cine underground""", hacen de
esta película algo distinto y a tener en cuenta.
Yo no puedo decir que me haya gustado, por momentos incluso
me he aburrido, pero porque no es mi tipo de película. Sin embargo, nada tiene
que envidiar a esos dramas rurales producidos con millones que de vez en cuando
llegan a nuestros cines dirigidos por directores de renombre. Esto no ha
costado casi dinero… y el resultado es casi el mismo.
Victor Olid
jueves, 21 de noviembre de 2013
WALL-E
Pixar tiene mucho crédito ganado, puede que demasiado. Por
ejemplo cuando vi Up por primera vez quede maravillado con ella. Pasado el
tiempo solo puedo salvar los 10 primeros minutos, el resto de la película
aunque está bien, no llega a superar lo visto en el prologo, aunque no creo que
lo intente siquiera. Pero no es una película que gane con el tiempo. No siendo
este caso el de WALL-E. La vi en cine, me encanto, han pasado ya unos cuantos
años, y el otro día la dieron en televisión a las tantas de la mañana. Me dije,
me veo el principio y en cuanto llegue a la nave donde están los humanos me voy
a la cama, pensando que me pasaría lo mismo que con Up, pero que va, no pude
levantarme del sofá hasta que terminaron los créditos finales y empezó lo
siguiente que daban, que ni me fije que era, simplemente me fui a la cama con
una sonrisa de oreja a oreja.
Doy por hecho que todo el mundo sabe lo que es el valle
inquietante, pero como sé que hay mucho garrulo lo voy a medio explicar de una
forma sencilla. ¿Recordáis aquella película titulada Final Fantasy La Fuerza Interior?
O aun más cerca, cualquier personaje humano creado en CGI? ¿A que no parecen
reales? ¿A que nos provocan cierto rechazo? Ese es el valle inquietante. Son
“cosas” tan parecidas a los humanos pero con un algo extraño que nos hace saber
que no es real, que es algo falso. Pues bien, en todas las películas de Pixar
ese valle inquietante se lo saltan haciendo de los humanos unas caricaturas. Bien,
esto no lo veremos en WALL-E hasta la parte final de la película, pero en todos
y cada uno de sus filmes se lo saltan así. Ahora bien, en WALL-E el
protagonista no es un humano, sino un robot, por lo que el valle inquietante ni
existe ni aparece. Y la verdadera maestría de Pixar es dotar a los objetos de características
y sentimientos humanos. Y es que WALL-E, el robotito, no deja de ser una caja
con dos objetivos de cámara a modo de ojos, y unas orugas a modo de pies. Y aun
así actúa mucho mejor que algunos actores cara de piedra como Steven Seagal,
Chuck Norris, o similares.
El planeta Tierra es un vertedero, hace 700 años que la
humanidad tuvo que coger una nave espacial y largarse echando chispas de aquí.
Solo el batallón de limpieza WALL-E quedo en el planeta para ir comprimiendo y
amontonando la basura. De los miles de robots solo queda uno de ellos. La
soledad, salvo por su mascota cucaracha, han hecho que se convierta en un
robotito curioso con un extraño síndrome de Diógenes. Que se le estropea alguna
pieza, no pasa nada, almacena partes de otros de sus compañeros (ahora pensado,
es como si tuviera miembros y órganos de sus semejantes en las estanterías,
algo tipo Matanza de Texas) que puede cambiarse el perfectamente. Asi que sigue
años y años trabajando. Su vida es monótona, aparte de trabajar y recargar sus
baterías con energía solar, lo único que hace es ver una y otra vez un trozo de
Hello Dolly, con Barbra Streisand. Pero un día su rutina cambiara por completo,
cuando un robot enviado por los humanos para comprobar la fertilidad de la
Tierra, que responde al nombre de EVA, se topa con el pequeño compresor de
basuras.
WALL-E quedara prendido de EVA, algo normal después de tanta
soledad. Ella, EVA, tiene una misión, y en cuanto la cumple su programación la
desconecta a la espera de la recogida por parte de la nave que la trajo a la
Tierra. Durante el tiempo que pasa hasta ese momento, WALL-E cuidara de ella,
la paseara y le enseñara su mundo. Así que no es de extrañar que cuando la nave
vuelve a por EVA, WALL-E la siga hasta los límites del espacio. ¿Es o no es una
tierna y preciosa historia de amor?
Al llegar a la nave vemos a los humanos, como se han dejado
llevar por su dependencia a la tecnología y a los síntomas de la ingravidez en
el cuerpo humano (aunque en la nave si hay una gravedad artificial, así que más
me temo que están así por putos vagos) lo que hace un poco de critica a la
sociedad de consumo, y bla, bla, bla….Y
aun así esa parte también es muy interesante, porque no se olvida de lo
importante de la película, la historia de WALL-E y EVA.
Decía al principio que llegue al final de los créditos, y es
que en ellos se nos muestra a modo de distintos tipos de artes (egipcio,
griego, romano, renacentista, expresionista….incluso 8Bits) lo que ocurre
después de que los humanos vuelvan al planeta. Donde vemos que conviven en
armonía con los robots y la naturaleza.
Muy bonita la película y muy bonita la historia de WALL-E, y
lo mejor de todo, con el paso del tiempo sigue siendo una película
cojonudisima.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
PESADILLA PARA UN RICO
Parece mentira que en
1996 un director entonces veterano, con prestigio y hasta con un público adepto
como era Fernando Fernán-Gómez, rodara semejante despropósito. Un truño de tal
calibre que sin duda, por derecho propio, entra en la categoría de “Tan malas
que son buenas”. Porque se trata de una película mala a rabiar, con un
presupuesto, se me antoja, paupérrimo, estúpida y desfasada, pero concebida
para el gran público y con afán de cine negro. Quizás Fernán-Gómez ya estaba
gagá y no atinaba, o es que nunca tuvo
talento y esto se camufabla gracias al
buen hacer de un equipo de profesionales, porque esto parece la obra de un
desquiciado, de un loco.
Fernán Gómez se quejaba de que nunca había tenido la
completa libertad para hacer una película como a él le hubiera gustado, dónde
lucirse como director, que nunca le habían dado ofertas ni presupuestos acordes
a eso, pero que cuando alguien le requería para hacer una película, siempre se
le llamaba para parir algo de autor, y
que le cabreaba sobremanera, que no se contara con él para hacer algo
de género, de consumo masivo que atrajera
a los espectadores a las salas. Así que alguien le contrató para que hiciera
una película con esas características, y así nace esta “Pesadilla para un
rico”. La idea era hacer un “hit” del cine español.
Así, creyendo ingenuamente que lo que funciona en
televisión, ha de funcionar también en taquilla, Fernán-Gómez contrató los
servicios actorales de Carlos Larrañaga, entonces muy popular gracias a su
papel en la serie “Farmacia de Guardia” y a Beatriz Rico, también muy famosa
por el programa juvenil “Hugo” de tele 5.
Además, como para darle el sello de calidad al producto,
este parte de un argumento que nunca llegó a convertir en guión el guionista
habitual de Luis Buñuel , Luis Alcoriza, que falleció años atrás. Partiendo de
esa idea, Fernando Fernán-Gómez elaboró el mongoloide libreto de esta película.
Cuenta la historia de un individuo que va a ascender a
presidente en una gran corporación empresarial, con el poder que eso conlleva.
El día de una fiesta que organiza en su casa para políticos y demás entes, una
muchacha proveniente de un ambiente marginal se le sube al coche ya que está
siendo perseguida por su pareja y sus amigos delincuentes. En cuanto bajan de
este, es para ir a tomar champagne, y acto seguido, tras una llamada a casa
advirtiendo que llegará tarde, se van a un apartamento dónde follarán… hasta
que de repente, la muchacha, aparentemente, yace muerta en el lecho. Ante tal
tesitura, el hombre tendrá que ingeniárselas para hacer desaparecer el cuerpo y
que su vida, y sobretodo, su estatus, no corran peligro.
Rodada con una torpeza de principiante, iluminada con
linternas y montada por un tipo que, o bien se estaba vengando por algo que le
habían hecho o bien, como le pagaban poco, le hacía a desgana, esto
es una autentica joya del cine “Trash” -del involuntario, el de verdad-, puesto que, aunque
inevitablemente con el tiempo sus autores debieron percatarse de que aquello
que habían creado era un pedazo de mierda cuyo interés brillaba por sus
ausencia, se rodó con idea de hacer un producto, no ya comercial, si no súper
comercial.
Es el típico guión escrito por un señor ya muy mayor, que al
introducir en la trama personajes jóvenes y de ambientes marginales, escribe
los diálogos de estos como él cree que
hablan, alejándose esa jerga millones de kilómetros de la realidad y provocando
la vergüenza ajena del espectador. Así, si encima vemos como escupe esas
mamarrachadas una actriz, follable, eso sí, pero tan limitadita como es Beatriz
Rico, las risas están aseguradas. A saber: “Para el carro, que yo de prosti
nada”, “¿No tienes un refu al que podamos ir?”, “Me gustas hasta mojarme, pero
ahora tengo el Niagara entre las piernas” o, sobretodo, “¿En que estás
pringado?” para preguntar que a qué se dedica, son las perlitas que asoman por
la boca de la actriz, dando vida a su personaje. Personaje que por otro lado,
proviene del macarrerío y los barrios bajos, dónde los raterillos de unos
quince años llevan coleta, suelen violar a sus novias saliendo indemnes y
amenazan con una navaja a una Beatriz Rico que rondará los 30 tacos, pero que
rula con ellos aquí y allá e incluso es pareja de uno. Las
conversaciones que tienen en la discoteca a base de jerga de esta inventada por
Fernán-Gómez, que se creería muy probo pero que demostró que era un ignorante con
este guión, por lo menos a lo que a la marginalidad se refiere.
Por otro lado, la voz en off de Larrañaga que de vez en
cuando aparece para contarnos lo que va a hacer o la escenificación de los pensamientos
del personaje son de absoluta
vergüenza ajena, dignas de alguien que no sabe hacer una película y tras
estrujarse mucho los sesos, decide añadir estos elementos.
Además, diré que la iluminación es nefasta, y si en
las escenas nocturnas no se ve absolutamente nada, las de día no se ve mucho
más… eso si, lo suficiente para percatarnos, en las escenas en las que
Larrañaga conduce, que por la altura, este está en lo alto de un trailer, o
eso, o los neumáticos de su Jaguar descapotable han de medir dos metros.
Y ya para rematar, la banda sonora de un tal
Alexander Lubomirov Kandov. Esta se compone de metálicas melodías de
sintetizador, cercanas a las canciones de Luixy Toledo pero con intención
de Walter Carlos, que no solo no pegan con las imágenes que estamos viendo,
sino que además son una porquería. Unos chirridos que no dejan de sonar,
prácticamente, durante todo el metraje, llegando a poner al espectador de los
nervios.
Y es que todo en “Pesadilla para un rico” es ridículo y
estúpido, todo es lamentable y risible, situaciones, diálogos,
interpretaciones… ¡Todo! Lo que por otro lado significa que, para los amantes
del cine malo, esto es una delicatessen.
Fíjense que en España se han hecho toneladas de cine malo,
incluyendo las de Michael Skaife (o Miguel Madrid) o las de Germán Monzó. Bien,
pues “Pesadilla para un rico” es peor que todo eso, y encima, los responsables en ningún momento son conscientes de la basura que están haciendo.
No me despeino afirmando que, probablemente, sea la peor
película del cine español. Les invito a comprobarlo. Y no la dirigió ningún
“outsider” un poco “borderline” ni ningún paleto, la dirigió Fernando
Fernán-Gómez, al que los plumillas tienen mucho respeto y que consideran películas
suyas como “El Extraño Viaje” o “El viaje a ninguna parte” obras maestras. Pero
pasan por alto esta, y cuando no lo hacen, se refieran a ella como “La película
más maldita de Fernán-Gómez” cubriéndola con ello con una pátina de misterio.
Hipócritas…
Fue un fracaso absoluto que consiguió congregar
en salas únicamente unos 80.000 espectadores, en tiempos en los que el cine
español estaba de moda y en alza.
En el reparto, haciéndolo igual de mal que todos, Álvaro de Luna, Carmen Elías, Manuel Alexandre (este lo hace bien, como siempre), y como
macarrilla violador, el “triunfito” Naim Thomas.
A descubrir.
Victor Olid
lunes, 18 de noviembre de 2013
AUTOBIGRAFÍA DE UN MENTIROSO
Por norma general, detesto la animación. La respeto como
arte, pero el concepto “Dibujos animados”- a rasgos generales, porque, hay
ciertas cosas que, sin embargo, me apasionan- me parece una mierda. El concepto
“Disney” me horripila, odio que el grueso de este producto esté destinado a la
infancia, y odio esos adultos que disfrutan con películas que son para niños,
porque eso quiere decir que tienen una mentalidad idiota.
No obstante, por un lado, me gustan ciertos aspectos del
cine experimental, y adoro a los “Monty Python”.
Entonces, “Autobiografía de un mentiroso”, es una película
de animación, que sin ser exactamente cine experimental, sí que
se está experimentando con esa mezcla de distintas animaciones de las que
consta la película. En este caso, y estando destinado al público adulto, excuso
el hecho de que sea un producto animado, y en ese contexto, hasta puede llegar
a fascinarme, como es el caso.
Graham Chapman, uno de los más divertidos e ingeniosos
componentes de “Monty Phython” debido a sus problemas de salud, intuía que no
le quedaba demasiado tiempo en este mundo cuando decidió grabar en cinta magnetofónica su
vida; la voz en off narrándola, y los diálogos de su personaje.
Años después, muchos años después, con ese material los directores
Bill Jones, Jeff Simpson y Ben Timlett, deciden darle salida rodeándose del resto de los “Monty” (con la excepción de Eric Idle, que
dicen por ahí que tiene delirios de grandeza) para poner voz a los distintos
personajes de la historia, y de un buen grupo de animadores, que dan vida a una de las películas minoritarias más
frescas e interesantes que he podido ver últimamente. Se trata de una vuelta de
los “Monty Python” –nadie diría que cuando se reuniesen de nuevo, estaría
Graham Chapman, y no Eric Idle. Por otro lado, desde “El sentido de la vida”,
si se han reunido a tal efecto, siempre ha faltado alguno de ellos, bien sea por
fallecimiento o por discrepancias con el resto-, un biopic y una película del
todo vanguardista, además de una simpática comedia. Y sí, de animación. Pero no
pasa nada ¡al contrario!, si la película no lo fuera, quizás resultaría
demasiado British y sosa, así que es un acierto. Porque lo bueno es que no se limita a hacer unos personajes en dibujos animado y ya está, no.
La historia es lineal, pero cada escena está animada por un tipo de animación
distinta, así tenemos escenas que van desde la animación artesanal, pasando por
la animación 3-D, rotoscopia y hasta homenajean a las propias animaciones
(tremendas animaciones) de Terry Gilliam. Nadie diría que estamos viendo una
película con su principio, nudo y desenlace, parece un festival de cortos y, sin embargo, estamos viendo lo primero.
En cuanto a la autobiografía de Chapman, está de lo más
interesante, porque vemos desde sus inicios universitarios dónde conocería a
John Cleese, sus problemas con el alcohol, hasta sus devaneos sexuales, sus
salidas del armario y la ambigua sexualidad que ofrece la fama, el dinero y la
desorientación.
Divertida, interesante, moderna, innovadora… “Autobiografía
de un mentiroso” es lo mejor que podemos ver ahora mismo. Y eso si, no hay nada
del humor característico de los “Phyton”. Cosa esta que tampoco hace falta esta
vez.
Muy, muy, muy recomendable.
En cuanto a los directores, son habituales de la televisión
Inglesa, responsables, entre otras cosas de la serie autobiográfica “Monty
Python Almost the truth”, con muy poquito cine en sus espaldas, pero mucho
conocimiento-y obsesión- por lo que el propio Graham Chapman definió como “Una
cosa negra y homosexual”.
Victor Olid
sábado, 16 de noviembre de 2013
DUELO DE DRAGONES
Otra película de Donnie Yuen (Ip Man, Ip Man 2) que paso a
reseñar en este blog. Y es que no sé por qué la tenía en el fondo del
cajón y no me había llamado mucho hasta el otro día, que estando enfermo en
casa me dio por ver que “pelis de chinos” podía comerme. Probablemente no la vería
antes porque el título me indicaba que sería una de artes
marciales tradicional, pero realmente es una película de policías chinos en la
actualidad. En la década de los 80, en Hong Kong, apareció un subgénero llamado
Heroic Bloodshed, uno de sus máximos exponentes fue "Hard Boiled" de John Woo con
Chow Yun-Fat de protagonista, aunque hay muchas más, "Full Contact", "The Killer",
"A Better Tomorrow", "City on Fire"….. Casualmente todas las mencionadas con Chow
Yun-Fat en el reparto, cuando no era el protagonista principal. Lo que primaba
eran los tiroteos espectaculares, los baños de sangre y los sentimientos de
lealtad, compañerismo y sacrificio. El plomo, la sangre y la capacidad para
aguantar varios disparos en el cuerpo son otras de las señas que este subgénero
nos ofrecía. Las cámaras lentas y los saltos acrobáticos con pistolas en
las manos, las palomas de John Woo, las triadas chinas, los litros y litros de hemoglobina…. en fin, que ya os hacéis una idea de lo que es el Heroic Bloodshed.
"Duelo de Dragones" mama un poco de este género, pero sin tiroteos excesivos,
dejando la acción más a las artes marciales, para eso Donnie Yuen es el
co-protagonista y Sammo Hung el malo de la función.
El inspector Chan (Simon Yam) se la tiene jurada a Po (Sammo Hung), uno
de los más importantes jefes de la triada de Hong Kong. Trasladando a un
testigo y su familia, a declarar contra Po, son interceptados por los mafiosos, que matan al testigo y a la mujer de este, salvándose la niña y el policía. El inspector Chan se hará cargo de
la hija del testigo y buscará venganza al precio que sea. Como no todas las
desgracias vienen solas, le detectan un tumor cerebral maligno, así que no
dispondrá de mucho tiempo para vengarse de Po. Pasan unos años, y aunque le
extirpan el tumor, sigue teniendo el tiempo muy limitado. Así le buscan un
relevo, el inspector Ma (Donnie Yuen) quien no se incorporara al trabajo hasta
dentro de unos días, pero que ayuda a Chan y a su equipo para ver qué trabajos
pendientes tendrá que hacer frente.
Un joven discapacitado graba cómo la mafia de Po mata a un
policía infiltrado, y aunque en el vídeo no se ve a Po asesinando al agente,
modifican las pruebas para que así se de a entender y poder acusar de homicidio
al mafioso. Toda la acción de la película es cómo quieren sustituir y manipular
las pruebas para llevar a Po ante el juez. Pero, a modo de tragedia
shakespiriana, acaba mal para todo el mundo.
Es una buena película de acción, con hostias como panes y
luchas muy bien coreografiadas. Con esos momentos de sacrificio y lealtad de
los que hablaba al inicio de la reseña, y con un mensaje claro, si la haces la
pagas, seas quien seas y da igual del lado que estés de la justicia, y como
buen Heroic Bloodshed, con un final desolador.
viernes, 15 de noviembre de 2013
2 LADRONES Y MEDIO
Ay, las comedias familiares que bonitas ellas, para ver con
tu cría dando vueltas y saltos por el salón, y si además se aderezan con unas
cuantas patadas de Kung Fu y unas cuantas acrobacias de Jackie Chan, son lo
puto mejor para una tarde de domingo llovioso, como fue este pasado finde, y
gracias a La Sexta 3 no tuve que tirar de mi versión bajada de la red en V.O.
ni la que después me bajé en calidad DVDrip al castellano. Vamos que el canal temático
de la TDT salvó mi alma del pecado de la piratería (pero que chorradas escribe
uno para alargar un poco la presentación, Diox mío!)
Pues lo dicho, es una comedia familiar de humor blanco con
algunos momentos de drama y un poquito de amor, tanto entre nuestro protagonista
Fong (Jackie Chan) y la chica de turno, como entre los ladrones y el pequeño
bebé que secuestran. Vamos al lío. Fong (Chan) y Octopuss (Louis Koo) son dos
ladronzuelos que hacen trabajitos para El Casero, quien les consigue los
curros. Fong es un ludópata, que todo lo que gana en los robos se lo funde (lo
pierde) en los casinos ilegales, y Octopuss es un mujeriego que está casado,
pero que no ve a su mujer ni pasa por casa desde hace meses. En un trabajo por
el que les van a pagar 7 millones, sin
saber cuál es el objetivo, se encuentran que tienen que secuestrar a un bebé
que podría ser nieto de un importante hombre de negocios. Este quiere hacer una
prueba de ADN y comprobar si es suyo, así que en vez de ir a los
tribunales, organiza este embrollo. Por temas del destino, Fong y Octopuss
tendrán que hacerse cargo del crío durante una semana. Lo que nos lleva a los
siempre simpáticos equívocos y escenas de pañales con cacas. Como los dos son
unos inútiles, acuden a unas clases de maternidad donde Fong quedará prendado
de la maestra, y esta de él al verle como padre soltero. Ya sabéis chicos, si queréis
ligar, secuestrar un niño, o mejor pedírselo prestado a algún familiar, de esta
forma no tendréis problemas con la ley, y lejos de mis intenciones hacer apología del
secuestro.
Aunque son dos los ladrones, y Octopuss tener una historia
paralela con su esposa, el verdadero protagonista de la película es Jackie Chan
y el bebé. Aun así, todos tendrán motivos para sentirse mal por el secuestro del
crío. Fong porque su familia, y sobre todo su padre, lo han pasado muy mal con
la vida que lleva su hijo. Octopuss porque también le ha dado mala vida a su
esposa y porque ella está embarazada, y El Casero, porque tiene una mujer que
está pirada y que por lo que sea no puede tener hijos, pero pasea un muñeco al
que trata como si fuera un niño real.
Al ver la ficha de la película mientras la estaban dando, me
fijo que pone que Yuen Biao, compañero de Jackie Chan y Sammo Hung desde su
época en el Teatro de Opera China y en multitud de películas, se supone que
aparece, pero yo por más que me fijaba no caía qué papel podía interpretar. Hasta que de repente me fijo en el policía de buen corazón que se
topa cada dos por tres con Fong con el
que se supone estudió en el colegio, y digo, “No puede ser ese Yuen
Biao, joder que viejo está” Pues sí, ese es. Como digo está bastante mayor, la
cara se le ha ensanchado y ha perdido ese aspecto juvenil. Hace una escenita de
lucha dando dos patadas y poco más. Se ve que ha envejecido bastante peor que
sus dos compañeros de juventud. Así que esta película me sirvió para pasar la
tarde y para ver que el correr del tiempo es implacable con todos, aunque el cabrón de Jackie Chan
sigue saltando como un gamo y haciendo más o menos las mismas películas de
antes, aunque ya tenga una edad y esta peli sea del 2006.
jueves, 14 de noviembre de 2013
KILL BOTS
Sin duda, la mejor etapa del amigo Jim Wynorski, fueron los
ochenta, valga el tópico y la nostalgia, y mi película favorita de su extensa
filmografía es esta “Kill Bots”.
A nuestro país llegó en vídeo gracias a la franquicia
española de la “Vestron Vídeo” que al igual que “Lightning Vídeo”, nos
abasteció, en territorio bastardo, de muchos clásicos de serie B, hoy
imprescindibles históricamente hablando.
Se la conoce también como “Choping Mall”, ya que por lo
visto, en el momento de su estreno con “Kill Bots” en el póster, no captó
muchos espectadores, por lo que deprisa y corriendo se cambió el título por el
de “Choping Mall”, que traducido sería algo así como “centro comercial chungo”,
que era más acorde con los tiempos que corrían, dónde lo que de verdad estaba
de moda en 1986 era ir al centro comercial. Y así lograron recaudar algo de
pasta. No obstante, son muchos los países Europeos a los que la película llegó
como “Kill Bots”, el nuestro incluido, y cada póster promocional era más
engañoso…en la edición española, vemos una mano zombie robotizada sujetando una
bolsa con partes del cuerpo humano en su interior. Bien, pues jamás llegamos a
ver esos zombies robotizados en la película,
puesto que los robots asesinos que aparecen, son pequeños robotitos de
corte clásico, a lo “Nono” de “Ulises 31” o el robotito de la serie animada de
“Los 4 Fantásticos”. No obstante, el resto de carteles son igual de engañosos,
variando únicamente la mano robotizada que sujeta la bolsa de partes humanas
pero, jamás, apareciendo las pinzas que usan los robots auténticos para sujetar
las cosas.
Que el engaño “caratulil” no sea óbice para dejar de ver la
película. Con todas sus carencias, sin robots monstruosos, ni partes humanas en
bolsas, es harto disfrutable.
La tecnología ha conseguido que se diseñen unos robots para
un centro comercial que detendrán a los cacos gracias a un súper ordenador que
los controla y que hace distinguir a los trabajadores de los ladrones. La mala
suerte quiere que la noche en que debutan estos policías mecanizados, una
tormenta joda el ordenador, por lo que los robots fallan, convirtiéndose en
asesinos en potencia. Un grupo de jóvenes que se queda dentro del centro
comercial celebrando una fiesta, tomará las armas y se enfrentará a ellos, antes de que se cobren más víctimas.
Un divertimento fuera de todo precedente, con un ritmo
endiablado y buenos efectos especiales en según que momentos – el reventamiento
de cabeza de una de las jovencitas protagonistas, no tiene mucho que envidiar
ni a los de “Scanners” ni al de “Maniac”- que además de una duración escueta,
como era habitual en estos productos, proporcionan entretenimiento inofensivo y
eficaz. No existe película menos pretenciosa que esta.
Desde luego, si Wynorsky es lo que es, es por películas como
esta, por la ingenuidad (a la hora de rodar, que no en el resto de los aspectos
que supone hacer una película… de hecho decía que si se metió a esto del cine
era para hacer pasta y follar… y vaya si lo consiguió) que destila, por lo
que hoy es lo que es este hombre, porque lo cierto es que con sus películas
actuales, no solo se le ve el plumero, sino que además, las carencias están ahí
de forma expresa, por lo que su cine actual ya carece de sentido. Tomen como ejemplo
“Pirañaconda”. No así con este “Kill Bots”.
Como curiosidad frikosa, decir que la película entera está
llena de pósteres de las films de aquella época en las que Wynorsky o
Corman tenían algo que ver, como, reconocibles por mi, “Los Rompecocos”, “La
reina de barbaria”, etc, etc…
En el reparto destaca la “Scream Queen” por antonomasia
Barbara Crampton, que está especialmente histérica en esta peli, y que nos
regala un destete –que era por lo que, primordialmente, se la contrataba- de lo
más edificante. Aunque la prota femenina es otra "Scream Queen" de segunda, Kelly Maroney, que actuaba en esta cosa. Así mismo, asoman el careto otros personajes tan cormanianos (no en balde la peli la produce Julie Corman) como Paul Bartel, Mary Woronov, Dick Miller y Mel Welles. También están el gran Gerrit Graham y nada menos que Angus Scrimm. La banda sonora la firma todo un clásico de la serie B/Z, Chuck Cirino.
Muy buena para pasar el rato.
Victor Olid
miércoles, 13 de noviembre de 2013
EL GRITO
Lo primero de todo, decir lo mucho que me fascinaba en mi
infancia, en mis visitas al video club, el dibujo de la carátula. Realmente me
daba escalofríos ese señor con la boca abierta. No más que otras de
terror más terroríficas, pero sí lo suficiente para que, al igual que las
otras, no la alquilase.
Y nunca más volví a
saber de la película hasta que hoy día me topo de nuevo con ella, y digo “¿Por
qué no?” a un visionado.
Se trata de la obra de terror de Jerzy Skolimovsky,
Polaco puesto ahí para hacerle la
competencia a su tocayo Polanski. Lo que se traduce en “Terror
de autor” en el sentido más estricto del termino. Con esto quiero decir que si
hasta ahora consideraban “El Exorcista” como “Terror de autor”, deben olvidarse,
puesto que no tiene las pretensiones de reconocimiento artístico que tiene “El
Grito” ni el poco afán de cine de consumo de esta, concebida desde el primer
momento para llevarse todos lor premios posibles dentro de los marcos de los
festivales Europeos. Lo que nuevamente se traduce en que no da miedo. Causa
inquietud en sus momentos más puntuales, es un argumento de pelaje claramente terrorífico, pero no da ni
gota de miedo.
Lo que quiero dejar bien claro es que, aunque me
ha gustado, si obviamos todas las posibles lecturas rebuscadas que el
intelectual pueda sacar de ahí, o ciertos simbolismos, el argumento es más bien tontorrón y sencillito, para nada obra de un genio.
En un hospital psiquiátrico en el que juegan al críquet, a
uno de los internos le gusta contarle a los otros su singular historia, en
la que irrumpe sin ningún motivo en la casa de un individuo que también está
ingresado por allí y le amenaza con meterle un grito que le matará. Como no se
lo cree, le lleva a unas dunas – muy simbólicas y que hacen acto de presencia
durante gran parte del metraje- y para no matarle, le avisa de que parará antes
de que le estalle la cabeza, y le pega in situ el berrido, dejando al individuo
hecho polvo y matando a toda la vida animal (ovejas) de por allí ante sus ojos.
Por lo que el individuo se acojona de tal manera que acaba sometido a la
voluntad del gritador. Por otro lado, sus historias acaban enamorando a la
mujer de este, que no dudará en, incluso, maltratarle para que se vaya a los
recados y así follarse al gritador.
Como ven, una gilipollez de argumento pero que, filmado con
toda la seriedad posible, con un ritmo lento que roza, por momentos, lo
contemplativo, rodeado todo de un halo de extrañeza y sordidez y unos diálogos a
veces ininteligibles, confieren un “engañoso” prestigio a la película, rematado
por quién es el director. Pero si lo piensan bien, ese argumento, sin cambiarle
una coma, no solo es estúpido (“¡Os mataré a todos de un grito!” dice el prota
en un momento del metraje… yo me descojonaba) sino que además, valdría para una comedia.
Con todo, y aún pese a mi indignación por su condición de
tomadura de pelo, se trata de una buena película que se sigue con interés, y
que se pasa por los huevos los convencionalismos del cine, lo que no deja de
ser un gran punto a su favor, por lo menos para mí. “Siempre cuento la misma
historia, pero me gusta cambiar el orden de los acontecimientos para que esta
siga viva” dice el gritador en un momento. Me resulta, al menos,
significativo.
En el reparto tenemos a Alan Bates como el berreador, actor
de televisión al que ocasionalmente se le ha podido ver en cine en películas
como “Mister Frost” o “Réquiem por los que van a morir”, Susana York
(“Superman” o “Danzad, danzad, malditos”), John Hurt o Tim Curry.
Muy extraña y rara, pero disfrutable al fin y al cabo.
Victor Olid
martes, 12 de noviembre de 2013
IP MAN 2
Donnie Yuen vuelve a interpretar al maestro del Wing Chun,
Ip Man, al que se conoce mundialmente por haber sido el maestro de Bruce Lee.
En esta secuela vemos como monta su primera escuela en Hong Kong, después de
que tuviera que salir huyendo de Foshan tras provocar una reyerta popular por
su combate con el oficial japonés al que le dejo la cara guapa. El filme es
bastante similar al anterior, primero vemos las vicisitudes que pasa Ip Man y
su familia, luego peleas con otros maestros, y para acabar una pelea organizada
contra otro campeón extranjero. En este caso, al estar en Hong Kong, colonia ocupada por los hijos de la Gran
Bretaña, pues su contrincante será el campeón mundial del Boxeo Taylor “The
Twister” Milos. Si esto es históricamente correcto, lo desconozco, pero como
siempre en este tipo de películas biográficas, los hechos suelen exagerarse o
inventarse completamente. Además igual que la primera, esta película sirve para
ensalzar el sentimiento patriótico chino, pero con un mensaje algo más humilde
en el que todos los hombres son iguales, y no demonizando tanto a los
extranjeros, aunque su parte sí que se llevan.
Ip Man es un hombre pobre ahora que vive en Hong Kong, toda
su fortuna le fue arrebatada por los japoneses, y en la colonia británica malvive
en un cuartucho con su hijo y su mujer la cual está embarazada. Gracias a sus
amistades consigue que le renten la azotea de un edificio para crear su escuela
de artes marciales. Los primeros días no acude ninguna persona a interesarse por sus enseñanzas, hasta que
un día un joven llega pidiendo un duelo de demostración. Ip Man sorprende tanto
al joven que rápidamente va a buscar a más amigos para ser todos alumnos de tan
insigne maestro. Pero lo que el
protagonista desconoce es el ambiente turbio que hay en la ciudad con las
escuelas de artes marciales. El Maestro Hung, interpretado por el siempre
grande (en los dos sentidos) Sammo Hung, es quien lleva la voz cantante entre
todos los maestros. Para que Ip Man pueda enseñar deberá de pasar una prueba,
dando lugar a una escena de lucha de lo más espectacular del film, los
contrincantes subidos a una mesa, y quien caiga, queda eliminado, en el que
caso de ser Ip Man, no podrá enseñar en Hong Kong. Huelga decir que pasa la
prueba, pero además de esto deberá de pagar 100 dólares al mes a Hung para “su
protección”, a lo que el protagonista se niega. Esto no es bien visto por el resto
de maestros pero le dejan estar. Cuando llega a la ciudad el campeón mundial de
Boxeo y desprecia las artes marciales chinas, tenemos el embolado montado.
Lo más importante en una película de artes marciales son las
coreografías, que la cámara este bien encuadrada y que el montaje sea bueno
para poder apreciar correctamente la pelea, y en Ip Man 2, al igual que en su
precuela, esto está de lujo. Donnie Yuen sigue haciendo un gran trabajo tanto
en las luchas como en las escenas de palique, su cara calmada y su porte hacen
de el un muy creíble Ip Man. La producción del filme también es muy buena,
aunque se aprecien los decorados en vez de ser exteriores, pero al ser una
película de época se acepta.
Existen dos películas más, la que se denomina tercera parte,
seria realmente la primera de todas, ya que narra desde que Ip Man tenía 16
años hasta los 22, y la cuarta parte sí que sería la última ya que es un Ip Man anciano que sigue enseñando a sus discípulos, entre los que se encuentra
Bruce Lee, como todo el mundo sabe. Decir que como epilogo de esta película
que nos ocupa, podemos ver a un chavalín de unos 10 años, que hace el papel de Lee, solicitando ser alumno de la escuela, pero al verlo tan joven y
soberbio, le dice que vuelva cuando sea mayor. Y así fue.
lunes, 11 de noviembre de 2013
WITHER, POSESIÓN INFERNAL
Cuando era un jovencito imberbe y veía una película que me gustaba excepcionalmente, me pasaba los días o las semanas siguientes buscando otras que se parecieran a aquella. Y si lo que localizaba eran exploitations descarados, tipo la escuela italiana, mejor que mejor. Era un modo como cualquier otro de prolongar el placer y saciar mi sed. A base de visionados y decepciones aprendí que aquellos sucedáneos nunca estaban a la altura del film original y rara vez me quitaban el mono, por lo que dejé de seguir tan poco recomendable prática, a pesar de que hoy día es algo tan normalizado que incluso tiene su propia etiqueta, "mockbuster". Sin embargo, todavía existe una película capaz de reavivar en mi tan insano deseo y, obviamente, no puede ser otra que "Posesión Infernal", la primera, la original, la obra maestra que, no solo adoro, sino que casi representa para mi toda una forma de vida (aunque sin llegar a la subnormalidad profunda de la que hacen gala los fans que aparecen en el reciente documental "Hail to the deadites". Eso ya sobrepasa incluso mis peores pesadillas).
A lo largo de todos estos años, he echado mano de cualquier película que hiciera tufo a "Evil Dead", sobre todo si eran imitaciones directas como "Evil Clutch", "Demon Wind", "Dark Power" o los primeros minutos de "Forever Evil" (todas ellas bastante terribles), por eso mismo el día que me enteré de que existía una nueva candidata al trono, y que encima llegaba desde la lejana Suecia, rápidamente me entraron unas ganas incontrolables de consumirla. Se llamaba "Wither" y lucía un poster tan chanante como el que ven aquí al lado. Logré agenciarme alguna que otra versión, pero todas estaban en el idioma del diablo y no podría gozarlas, así que me di por vencido, hasta que un amigo me dijo que sorprendentemente la iban a sacar en dvd en España, así que era cuestión de tiempo que pudiera echarle el lazo. Cosa que ocurrió hace escasos días.
Imaginemos ahora que, en una realidad alternativa por ahí inicios de los 80, se estrena el clásico de Sam Raimi, funciona razonablemente bien, pero no tanto como para generar un culto, secuelas y mucho menos el temible merchandising que, a la larga, todo lo vulgariza. Imaginemos también que "Wither" se rueda un par de años después y con intenciones puramente "exploitables", sin homenajes ni polladas. En su paso por las pantallas españolas, "Posesión Infernal" funciona tan bien que un distribuidor avispado (¿José Frade?) decide comprar los derechos de la peli sueca y estrenarla en nuestros cines de barrio como, directamente, "Posesión Infernal 2". Así, igual que hacían los italianos, por la patilla. ¿Suena bien, eh?. Pues algo parecido debieron pensar los muchachos de "Cameo" cuando decidieron lanzar la imitación en dvd con el notorio y descarado título de "Wither, posesión infernal". ¡¡Seeeeh señoooorrr!!. Treta no tan descabellada si tenemos en cuenta la coincidencia de fechas entre "Wither" y el remake oficial de la masterpiece de Raimi. Y es que, por lo visto, el pequeño film sueco, dentro de su indudable modestia, acarreaba consigo cierto nombre, cierto peso, aunque fuese única y exclusivamente por su condición de refrito. Algo muy lógico en estos tiempos tan post-modernos que vivimos y sufrimos. En Estados Unidos se lanzó en dvd con el menos divertido, pero también muy funcional, título de "Cabin of the dead", tal vez con la intención de churrupetear del éxito de "The cabin in the woods". Todo es posible.
A semejante curriculum, había que añadir un dato más que lo hacía todavía más atractivo, su responsable. La mente pensante tras "Wither" es la de Sonny Laguna. No, no es un chiste, este caballero con nombre de "crooner" decadente existe de verdad y antes del film que ahora tratamos había dirigido un "slasher", también con fines homenajeistas, titulado "Blood runs cold" que comenté, bastante positivamente, en este blog hace un tiempo. Que ese películo nunca llegara a España, y "Wither" sí lo haya hecho, certifica el interés que esta segunda despertaba en el siempre alerdado fandom. Sin embargo, ya les adelanto que en lo referente a resultados satisfactorios, la ecuación es totalmente inversa.
Bien, aquí no hay truco alguno. Un grupo de chavales parten a la montaña para pasar el finde en una cabaña en el bosque. Pim pam. Y, encima, el emplazamiento se parece mucho al que salía en "Blood runs cold", lo que no sería nada raro. Bien, resulta que, como haríamos todos al colarnos dentro de una vieja cabaña abandonada en pleno monte, una de las chicas baja al sótano (al que se accede mediante trampilla) y ahí es poseída por algo. No tardará mucho en manifestarse y comenzar a atacar al resto del reparto (entre ellos un chulazo rubiales por el que todas las tías pierden los jugos, pero que únicamente logra pescar la -curiosamente- menos agraciada). En plena noche aparece un tio armado con un rifle y les explica no se qué de unos bichos infernales que si los miras, te roban el alma. Luego, una vez ha cumplido con su cometido explicativo, la palma. El resto también os lo sabéis de sobras, los jóvenes irán siendo poseídos one by one y aniquilados por los supervivientes, que van reduciendo el número a medida que la diabólica noche se acerca a su final.
No perdamos el tiempo y vayamos a lo que de verdad nos interesa, a lo que nos da morbo, ¡¿cuánto se parece "Wither" a "Posesión Infernal"??. Pues mucho. De hecho, viéndola me planteé seriamente dónde termina el homenaje y comienza, simple y llanamente, el plagio. O hasta dónde es válida la excusa del tributo para poder copiar indiscriminadamente. La lista es larga. Tenemos un prota que se llama Alvin (que suena muy parecido a Ashley), con una novia que se llama Lisa (que suena muy parecido a Linda). Es así como el más tímido e inofensivo y luce una camisa azul. A medida que se desarrolle la locura, tendrá que enfrentarse al mal usando hacha y fusil y, claro, deberá sacrificar a su querida pareja. Del sótano maldito ya hemos hablado, así que vayamos a por otras cuestiones: tenemos el brindis durante la cena, tenemos la poseída que habla e insulta a su víctima y que cuando creemos muerta, tumbada en el suelo, abre los ojos en primer término mientras al fondo los demás no se dan cuenta. También está el momento en que una de las chicas heridas reposa durmiente en el sofá, y uno de los boys va a comprobar su estado, para que esta, de pronto, despierte convertida en un demonio. Claro que no todo se limita a salidas narrativas, también las hay estéticas, el director calca algunos encuadres del film de Raimi o ya directamente de la secuela, como cuando el chulazo, en pleno bosque y tras agredir a una chica maldita, planta la pala en la tierra dentro de lo que llamamos un plano de ángulo aberrante (muy típicos de la buena época del papá de "Darkman"). O la música, hay fragmentos que recuerdan demasiado a la que Joe LoDuca compuso, especialmente con la utilización del piano. ¿Material propio?, sí, claro, algo hay... por ejemplo, el film arranca en la ciudad, con los protagonistas preparando el viaje. Ahora a la distancia, puedo decir con bastante seguridad que esa parte fue parida única y exclusivamente para marcar la escueta diferencia, porque la verdad es que, narrativamente, no aporta absolutamente NADA y bien podría haber comenzado todo ya de camino a la cabaña. Aún así, a pesar de lo expuesto, hay un tipo en Imdb que osa afirmar que la peli de Sonny Laguna "no tiene nada que ver con "Evil Dead"". Si, claro, sin duda.
Vale, superado el juego de las comparaciones, ¿qué nos queda?. No mucho. "Wither" tiene sus cosas buenas, sí, técnicamente es bien solvente, incluso puede presumir de algunas imágenes bonitas y otras notables y contundentes. Vamos, la primera posesión está lograda, es bastante inquietante y hasta, ¡coño!, incluso hay un susto que funciona. Lástima que todo eso pase a los 15 o 20 minutos de metraje, porque a partir de ahí es cuesta abajo. En realidad es una película bastante plomiza, sosa, sin alma, repetitiva y con una puesta en escena carente de imaginación. Y es una pena, porque el monstruo que todo lo genera, el que sale en el poster, tenía posibilidades... de hecho, recuerda un poco a la tía "Henrietta" de "Terroríficamente muertos", pero cuando le llega la hora de lucirse, en fin, no es gran cosa y resulta bastante fácil de tumbar. No explico más, ya lo verán. El final es de lo más tontaina y, nota incongruente, la policía nunca llega a hacer acto de presencia a pesar de que, a diferencia de lo habitual, aquí sí que funcionan los móviles, uno de los chavales les llama y estos aseguran que parten para allá.
Pero ¿hay gore?. Que sí, zopencos, que lo hay y es bastante contundente. Totalmente serio, algo que agradezco. De hecho, las paredes de la cabaña terminan teñidas de rojo y uno se percata de que, en realidad, no se ha derramado TANTA sangre como para manchar de esa manera... pero bueno, tampoco molesta. La hemoglobina siempre es efectiva.
Mientras la veía, y con el fin de combatir el cada vez más notable aburrimiento, me planteé una idea retorcida y que, en cierto modo, ya hemos tratado al principio de este texto infernal. Dado el mimetismo, casi podríamos tildar a "Wither" de remake de "Posesión Infernal". Y teniendo en cuenta que este ya existe oficialmente y casi coincide en fecha de rodaje con la película de Sonny Laguna, la pregunta se hace inevitable: ¿Es mejor remake este "Wither" que la cosilla regulosa que hizo Fede Álvarez?. Hummmm. Honestamente, no. A pesar de que la peli del uruguayo no me entusiasma, y de que seguramente los medios con los que contaban los suecos están más próximos a los que tenían Raimi y cía en la época, lo que podría haber incrementado el "efecto afectivo por pura nostalgia recreativa", es indiscutiblemente superior... aunque hay una cosa en la que "Wither" le gana cierto terreno, los poseídos. Me gustan más los de Laguna que los de Álvarez. Y, por cierto, ambas pelis poseen una imagen en común: Uno de los monstruos apoltronándose sobre su víctima y vomitándole un colorista y generoso chorro de líquido rojo ¡zas, en toda la boca!. ¿Quién imitó a quién que imitó a...?. Mizterio.
Sí, seguro que ya lo han deducido, ha sido más divertido escribir esta reseña que ver la película. "Wither" es mala, lo es. Está más o menos bien hecha técnicamente, y resulta muy gracioso y entrañable el tributo/expolio... pero no hay más. El envoltorio es gonito, pero dentro no hay nada. Vacío. Al menos con "Evil Clutch" podías reírte un poco, aquí ni eso. Por lo que, muy a mi pesar, solo me queda decir aquello de que no merece demasiado la pena y, claro está, no hace honor a la peli que imita. Por todo ello, solo se la recomendaría a completistas muy obsesivos del género, a devotos del gore que se sientan ya pagados con un poco de truculencia sin importar el resto (traduciendo: fans del ultra-gore germano) o, claro está, enamorados del clásico de Raimi que quieran jugar al juego de las diferencias (por pocas que sean).
A lo largo de todos estos años, he echado mano de cualquier película que hiciera tufo a "Evil Dead", sobre todo si eran imitaciones directas como "Evil Clutch", "Demon Wind", "Dark Power" o los primeros minutos de "Forever Evil" (todas ellas bastante terribles), por eso mismo el día que me enteré de que existía una nueva candidata al trono, y que encima llegaba desde la lejana Suecia, rápidamente me entraron unas ganas incontrolables de consumirla. Se llamaba "Wither" y lucía un poster tan chanante como el que ven aquí al lado. Logré agenciarme alguna que otra versión, pero todas estaban en el idioma del diablo y no podría gozarlas, así que me di por vencido, hasta que un amigo me dijo que sorprendentemente la iban a sacar en dvd en España, así que era cuestión de tiempo que pudiera echarle el lazo. Cosa que ocurrió hace escasos días.
Imaginemos ahora que, en una realidad alternativa por ahí inicios de los 80, se estrena el clásico de Sam Raimi, funciona razonablemente bien, pero no tanto como para generar un culto, secuelas y mucho menos el temible merchandising que, a la larga, todo lo vulgariza. Imaginemos también que "Wither" se rueda un par de años después y con intenciones puramente "exploitables", sin homenajes ni polladas. En su paso por las pantallas españolas, "Posesión Infernal" funciona tan bien que un distribuidor avispado (¿José Frade?) decide comprar los derechos de la peli sueca y estrenarla en nuestros cines de barrio como, directamente, "Posesión Infernal 2". Así, igual que hacían los italianos, por la patilla. ¿Suena bien, eh?. Pues algo parecido debieron pensar los muchachos de "Cameo" cuando decidieron lanzar la imitación en dvd con el notorio y descarado título de "Wither, posesión infernal". ¡¡Seeeeh señoooorrr!!. Treta no tan descabellada si tenemos en cuenta la coincidencia de fechas entre "Wither" y el remake oficial de la masterpiece de Raimi. Y es que, por lo visto, el pequeño film sueco, dentro de su indudable modestia, acarreaba consigo cierto nombre, cierto peso, aunque fuese única y exclusivamente por su condición de refrito. Algo muy lógico en estos tiempos tan post-modernos que vivimos y sufrimos. En Estados Unidos se lanzó en dvd con el menos divertido, pero también muy funcional, título de "Cabin of the dead", tal vez con la intención de churrupetear del éxito de "The cabin in the woods". Todo es posible.
A semejante curriculum, había que añadir un dato más que lo hacía todavía más atractivo, su responsable. La mente pensante tras "Wither" es la de Sonny Laguna. No, no es un chiste, este caballero con nombre de "crooner" decadente existe de verdad y antes del film que ahora tratamos había dirigido un "slasher", también con fines homenajeistas, titulado "Blood runs cold" que comenté, bastante positivamente, en este blog hace un tiempo. Que ese películo nunca llegara a España, y "Wither" sí lo haya hecho, certifica el interés que esta segunda despertaba en el siempre alerdado fandom. Sin embargo, ya les adelanto que en lo referente a resultados satisfactorios, la ecuación es totalmente inversa.
Bien, aquí no hay truco alguno. Un grupo de chavales parten a la montaña para pasar el finde en una cabaña en el bosque. Pim pam. Y, encima, el emplazamiento se parece mucho al que salía en "Blood runs cold", lo que no sería nada raro. Bien, resulta que, como haríamos todos al colarnos dentro de una vieja cabaña abandonada en pleno monte, una de las chicas baja al sótano (al que se accede mediante trampilla) y ahí es poseída por algo. No tardará mucho en manifestarse y comenzar a atacar al resto del reparto (entre ellos un chulazo rubiales por el que todas las tías pierden los jugos, pero que únicamente logra pescar la -curiosamente- menos agraciada). En plena noche aparece un tio armado con un rifle y les explica no se qué de unos bichos infernales que si los miras, te roban el alma. Luego, una vez ha cumplido con su cometido explicativo, la palma. El resto también os lo sabéis de sobras, los jóvenes irán siendo poseídos one by one y aniquilados por los supervivientes, que van reduciendo el número a medida que la diabólica noche se acerca a su final.
No perdamos el tiempo y vayamos a lo que de verdad nos interesa, a lo que nos da morbo, ¡¿cuánto se parece "Wither" a "Posesión Infernal"??. Pues mucho. De hecho, viéndola me planteé seriamente dónde termina el homenaje y comienza, simple y llanamente, el plagio. O hasta dónde es válida la excusa del tributo para poder copiar indiscriminadamente. La lista es larga. Tenemos un prota que se llama Alvin (que suena muy parecido a Ashley), con una novia que se llama Lisa (que suena muy parecido a Linda). Es así como el más tímido e inofensivo y luce una camisa azul. A medida que se desarrolle la locura, tendrá que enfrentarse al mal usando hacha y fusil y, claro, deberá sacrificar a su querida pareja. Del sótano maldito ya hemos hablado, así que vayamos a por otras cuestiones: tenemos el brindis durante la cena, tenemos la poseída que habla e insulta a su víctima y que cuando creemos muerta, tumbada en el suelo, abre los ojos en primer término mientras al fondo los demás no se dan cuenta. También está el momento en que una de las chicas heridas reposa durmiente en el sofá, y uno de los boys va a comprobar su estado, para que esta, de pronto, despierte convertida en un demonio. Claro que no todo se limita a salidas narrativas, también las hay estéticas, el director calca algunos encuadres del film de Raimi o ya directamente de la secuela, como cuando el chulazo, en pleno bosque y tras agredir a una chica maldita, planta la pala en la tierra dentro de lo que llamamos un plano de ángulo aberrante (muy típicos de la buena época del papá de "Darkman"). O la música, hay fragmentos que recuerdan demasiado a la que Joe LoDuca compuso, especialmente con la utilización del piano. ¿Material propio?, sí, claro, algo hay... por ejemplo, el film arranca en la ciudad, con los protagonistas preparando el viaje. Ahora a la distancia, puedo decir con bastante seguridad que esa parte fue parida única y exclusivamente para marcar la escueta diferencia, porque la verdad es que, narrativamente, no aporta absolutamente NADA y bien podría haber comenzado todo ya de camino a la cabaña. Aún así, a pesar de lo expuesto, hay un tipo en Imdb que osa afirmar que la peli de Sonny Laguna "no tiene nada que ver con "Evil Dead"". Si, claro, sin duda.
Vale, superado el juego de las comparaciones, ¿qué nos queda?. No mucho. "Wither" tiene sus cosas buenas, sí, técnicamente es bien solvente, incluso puede presumir de algunas imágenes bonitas y otras notables y contundentes. Vamos, la primera posesión está lograda, es bastante inquietante y hasta, ¡coño!, incluso hay un susto que funciona. Lástima que todo eso pase a los 15 o 20 minutos de metraje, porque a partir de ahí es cuesta abajo. En realidad es una película bastante plomiza, sosa, sin alma, repetitiva y con una puesta en escena carente de imaginación. Y es una pena, porque el monstruo que todo lo genera, el que sale en el poster, tenía posibilidades... de hecho, recuerda un poco a la tía "Henrietta" de "Terroríficamente muertos", pero cuando le llega la hora de lucirse, en fin, no es gran cosa y resulta bastante fácil de tumbar. No explico más, ya lo verán. El final es de lo más tontaina y, nota incongruente, la policía nunca llega a hacer acto de presencia a pesar de que, a diferencia de lo habitual, aquí sí que funcionan los móviles, uno de los chavales les llama y estos aseguran que parten para allá.
Pero ¿hay gore?. Que sí, zopencos, que lo hay y es bastante contundente. Totalmente serio, algo que agradezco. De hecho, las paredes de la cabaña terminan teñidas de rojo y uno se percata de que, en realidad, no se ha derramado TANTA sangre como para manchar de esa manera... pero bueno, tampoco molesta. La hemoglobina siempre es efectiva.
Mientras la veía, y con el fin de combatir el cada vez más notable aburrimiento, me planteé una idea retorcida y que, en cierto modo, ya hemos tratado al principio de este texto infernal. Dado el mimetismo, casi podríamos tildar a "Wither" de remake de "Posesión Infernal". Y teniendo en cuenta que este ya existe oficialmente y casi coincide en fecha de rodaje con la película de Sonny Laguna, la pregunta se hace inevitable: ¿Es mejor remake este "Wither" que la cosilla regulosa que hizo Fede Álvarez?. Hummmm. Honestamente, no. A pesar de que la peli del uruguayo no me entusiasma, y de que seguramente los medios con los que contaban los suecos están más próximos a los que tenían Raimi y cía en la época, lo que podría haber incrementado el "efecto afectivo por pura nostalgia recreativa", es indiscutiblemente superior... aunque hay una cosa en la que "Wither" le gana cierto terreno, los poseídos. Me gustan más los de Laguna que los de Álvarez. Y, por cierto, ambas pelis poseen una imagen en común: Uno de los monstruos apoltronándose sobre su víctima y vomitándole un colorista y generoso chorro de líquido rojo ¡zas, en toda la boca!. ¿Quién imitó a quién que imitó a...?. Mizterio.
Sí, seguro que ya lo han deducido, ha sido más divertido escribir esta reseña que ver la película. "Wither" es mala, lo es. Está más o menos bien hecha técnicamente, y resulta muy gracioso y entrañable el tributo/expolio... pero no hay más. El envoltorio es gonito, pero dentro no hay nada. Vacío. Al menos con "Evil Clutch" podías reírte un poco, aquí ni eso. Por lo que, muy a mi pesar, solo me queda decir aquello de que no merece demasiado la pena y, claro está, no hace honor a la peli que imita. Por todo ello, solo se la recomendaría a completistas muy obsesivos del género, a devotos del gore que se sientan ya pagados con un poco de truculencia sin importar el resto (traduciendo: fans del ultra-gore germano) o, claro está, enamorados del clásico de Raimi que quieran jugar al juego de las diferencias (por pocas que sean).
Naxo Fiol