Luego, la nueva hornada del cine de terror independiente de
los U.S.A, tiene como simpatía por los directorcitos exóticos, y de ahí, que el
capitán de esta liga, el cada vez más “Se te ve el plumero” Eli Roth, entable
una amistad con el director Chileno e ideen una trama juntos, que el chileno
dirigirá, y el Americano financiará e interpretará.
Así, ficcionando un terremoto real ocurrido hace unos años
en Chile, se montan una historia que
tiene como “leif motiv” el slogan de la misma: “Si hay algo más terrorífico que
la propia naturaleza, eso es la naturaleza humana”. Se ve que en dicho
terremoto, durante las horas posteriores, los presos chilenos las liaron pardas
sembrando el caos, matando y violando a su antojo por las calles de Chile.
Así, la trama se centra en las vacaciones de unos niños
ricos Chilenos, que junto a su amigo Americano (por eso la película está rodada
en Español e Inglés) se la pasan de fiesta en fiesta y de discoteca en
discoteca, ligoteando y emborrachándose. En una de estas, cuando ya forman piña
con una chavalas Húngaras, en plena discoteca, son víctimas de un brutal
terremoto. A partir de ahí, reinará el caos y nuestros protagonistas lucharán por sobrevivir, mientras sotean una
alarma de Tsunami, los peligros del terremoto, los asesinos que han salido de
las cárceles, y el enloquecimiento general de las víctimas.
Antipatías hacia el director y sus películas a parte, y
quizás porque, por lo que sea se ve la mano de Eli Roth en todas partes (de
hecho, cojan ustedes “Hostel”, y cambien
la sociedad de ricos asesinos por un terremoto; tienen exactamente la misma
película. O al menos, está estructurada exactamente igual), “Aftershock” me ha
parecido una película de lo más entretenida y original, que además, sin sus
artífices quererlo, se descojona en la cara de Bayona y su “Lo Imposible”.
Podemos hablar de una película catastrófica, en la que la
violencia y la tensión de algunas escenas, más el gore, que lo hay y por un
tubo, la han convertido en una película de terror en toda regla. Y aquí,
apliquen de nuevo el slogan.
Osado han sido Roth y López al hacer una película de corte
catastrofista con un presupuesto tan ínfimo como podemos apreciar en la
pantalla, y que sin embargo el resultado sea tan satisfactorio, tan realista y
tan bien hecho. Por eso, sin embargo, luego chirría el hecho de que los presos
lleven tatuajes tan cutres; se nota que son simples dibujos sobre la piel, y
además si nos fijamos un poco, los hay hasta que se van borrando por el sudor
de los actores.
Nimiedades aparte, y acusando un descenso del excelente
ritmo hacia el ecuador de la peli, “Aftershock” es un film para nada
desdeñable, que contentará al público, por mucho que esté dirigida por el
Nicolás López este que cae tan mal.
Otra cosa. Eli Roth, las húngaras, y los secundarios, están
bastante bien en sus papeles (Roth, me empieza ha hacer mas gracia como actor
que como director… ¡¡porque no dirige apenas!!), pero la pareja de
protagonistas Chilenos, con su “spanglish”, su pronunciación y sus
sobreactuaciones, para matarlos, además que sus caracteres caen extremadamente
mal, cuando, supongo, la intención de los guionistas es que estos caigan bien.
Guiños privados de los guionistas con la introducción de “Wu
Tang-Clan” en la trama (ya saben que Roth, e intuyo que López, son amigos del
grupo de raperos), y funcional entretenimiento. Ya sería bueno que todas las
películas pequeñitas fueran como esta, insisto, por muy mal que me caiga el
director.
Además, ¡Es mas bruta que un arado!