Claro, que hay una novela de por medio- de Stephen King- con
la que es respetuosa, según he leído, incluso más que la de Brian de Palma. Y
no es mejor que la de de Palma, es distinta (pero igual), y al igual que esta,
se trata de una película muy buena.
Si las comparamos, lo único que se le puede poner como pega
a esta, es la estética. La de los años
setenta, sórdida, decadente y granulosa, ayuda a que la historia sea más terrorífica
que en esta ocasión, plagada de efectos especiales infográficos y con las
nuevas tecnologías y lo digital por bandera, apostando, en los tiempos que
corren no puede ser de otra manera, por un aspecto limpio.
Ya saben: Una muchacha, Carrie, alienada por los fanatismos
religiosos de su madre, es víctima del más cruel de los “buying” en el
instituto, el día que en las duchas del gimnasio le llega su primera
menstruación, no sabe que es lo que le ocurre y naturalmente se asusta, mientras sus compañeras se ríen de ella, humillándola
y tirándole tampones. Para más inrri, esto lo graban con sus teléfonos móviles
y lo suben a la red –Esto es consecuencia de los tiempos que corren,
obviamente, no está en la novela-.
Esto provocará que castiguen a las agresoras, impidiéndoles acudir
al baile de graduación, lo que no les hará ni pizca de gracia. Una de las
agresoras, arrepentida, le pide a su pareja que invite a Carrie al baile de
graduación, y así limpiar su conciencia.
Mientras, Carrie descubre que tiene poderes telequinéticos y las cosas se
complicarán.
Se ve, que aunque Stephen King en un principio no entendió
el por qué se rodaba una nueva versión, cuando vio el cheque que le
correspondía, puso menos pegas, e incluso sugirió, para el papel de Carrie a
Lindsay Lohan. Supongo que al viejo le pondría cachondo, porque la Lohan, para
interpretar a una puta vieja adicta al crack pase, pero para interpretar a una
adolescente a la que le viene la regla por primera vez, como que no pega mucho.
Gracias a dios, la producción no le hizo mucho caso y el
papel recayó en una joven que dará mucho que hablar y que es para comérsela, la
dulce Clöe Grace Moretz ,que aunque tremendamente guapa, es tan buena actriz
que ya no te imaginas una Carrie que no sea ella. Nada que ver con la Sissy
Spacek de la de Brian de Palma, pero es que estamos con otra cosa.
Al final este remake, se prodiga como una película harto
interesante, una puesta al día más que competente, que sin embargo, cayendo el
peso de toda la película sobre la Moretz, llegamos incluso a pensar, que lo
bueno no es la peli, sino ella, y que sin ella, quizás este “Carrie (2013)” no
sería tan buena ni interesante.
Sea como fuere, la película tiene momentos verdaderamente
escalofriantes, y si ya hemos dicho que Clöe Grace Moretz, está genial, no
mucho peor está la mala de la función, Portia Doubleday, que aún teniendo diez
años más que el personaje que interpreta (y sin dar el pego), si que convierte
a su Chris Hargersen, en una psicópata hija de puta con gran convicción. Después
de Moretz, lo mejor de la película.
Junto a ellas, una Julianne Moore que le está sacando un
gran partido a la edad y que sustituye a una mucho menos eficiente Jodie Foster
que en un principio iba a hacer su papel – el de la loca madre de Carrie- y que también hace una interpretación de
antología.
“Carrie (2013)” es un gran remake, y la prueba de que no
todos los remakes son tan malos, ni tan buenos, ni mejores o peores que las
predecesoras. Simplemente, son otra cosa.
Además, hay que recordar que no es el primer remake del
“Carrie” de los setenta: en los odiosos 90, hicieron uno que se vendió como
secuela oficial de “Carrie”, que era espantoso y que se llamó “La Ira: Carrie
2”. Ese era todo lo contrario a este y al original. Un oloroso saco de mierda.
Dirige esta nueva versión, una mujer, Kimberly Peirce, que
después del éxito independiente que supuso en su carrera aquella estupidez que
se llamaba “Boys Don´t Cry”, rodó un par de productos para zorras de la gran
manzana, sin relevancia ninguna, hasta que la Metro Goldwin Meyer, le ofreció
hacerse con las riendas de este “Carrie 2013” Y la verdad, es que ha pasado la
prueba con notable.