jueves, 13 de febrero de 2014

EPIC KILL

Toda historia, narrativamente hablando, se compone de tres actos, Inicio, Desarrollo y Desenlace. Alguna historias cuentas con Epilogo, un cierre para los personajes, no solo del argumento principal, sino el “que fue después”. El comic Epic Kill de Raffaele Ienco, da la sensación de ser una historia inventada sobre la marcha, con un inicio y un desarrollo normal, pero con un desenlace apresurado y torpe, que da paso a un epilogo de lo más decepcionante. Parece que Ienco empezó a dibujar con una idea en mente, pero luego las prisas por acabar en un número limitado de comics, le trastoco su historia y tuvo que acabarla deprisa y corriendo, como fuera, caiga quien caiga. Todo esto son conjeturas mías, ojo. Lo que sí es cierto y comprobable es que, de los 10 números que componen la historia, los 7 primeros están mas o menos decentes, pero los 3 últimos emborronan todo el trabajo hecho anteriormente.

Song es una joven que ha perdido la memoria. Esta ingresada en un hospital mental, pero poco a poco va recordando pequeños trozos de sus recuerdos. Su propio cuerpo va recordando movimientos con los que sabe podría matar a una persona sin ninguna dificultad. Y es que Song es una súper asesina. Una vez ha recuperado la memoria lo único que desea es llevar a cabo su misión, matar al hombre más poderoso del mundo.

Que la protagonista sea una ninja de altísimo nivel, da para escenas de acción espectaculares y dignas de cualquier blockbuster veraniego, pero la cuestión es que los dibujos, corrijo, el horrible coloreado de ordenador que tiene, no anima a seguir leyendo mucho mas allá de por “terminar lo que he empezado, y porque es cortita la serie, que sino……” Y es que los dibujos son un punto flojo, aunque la historia y ese epilogo que comentaba hace dos párrafo son aun peor.

La trama se complica cuando hace acto de presencia un supuesto supervillano, que sostiene que los dirigentes del mundo están siendo reemplazados por cuerpos conducidos por nanorobots y cuyo principal benefactor es el objetivo de Song, el presidente de los EEUU.

En resumen y para que no perdamos más tiempo con esto, nos encontramos ante una historia con un desenlace de mierda y unos dibujos nada atractivos. Flojo no, flojísimo.