Pero en el caso de Piquer Simón, que tanto dinero acumuló con
sus películas en las taquillas americanas –aunque solo fuera porque la gente
iba a reírse de ellas- es el caso de una
decadencia absoluta. Resulta difícil creer que tras “Slugs” y “La Grieta”,
Piquer Simón rodara una serie de películas tan, tan, tan malas. Pasó de ser un director de género pasable y
digno, a ser el puto ñordo hasta que falleció, siendo, probablemente, uno de
sus mayores despropósitos este “La Mansión de Cthulhu” que nos ocupa.
La cosa va de unos macarras que por tema de cocaína y un
asesinato a sus espaldas en un parque de atracciones, acaban raptando a un mago
y a su familia durante su huída, y llegan a una mansión en cuyo interior se suceden
una serie de fenómenos extraños que darán cuenta de todos y cada uno de ellos.
No hay mucho que decir en verdad. Una historia lineal con
personajes planos que van muriendo a lo largo del metraje. Y si algo salvo de
este trocito de mierda blandurria, serían los maquillajes y los f/x, que,
simpáticos y artesanales, no causan el efecto que deberían por culpa de una
realización del todo incompetente. Y es que Piquer Simón despertaba mis simpatías,
pero, a la vista de cualquiera está en que es muy limitadito.
Me resulta especialmente graciosa toda la primera parte de
la película, puesto que está rodada en el desaparecido parque de atracciones
del centro comercial “Parque Sur” en Leganés, parque este de corta vida y que
con sus cuatro atracciones y el estilo
de estas, era más parecido a una feria que al “Gran parque de atracciones” que
decía ser. No obstante, siendo reconocible todo ello, incluido el gran cartelón
de “Norauto” que a principios de los noventa portaba dicho centro comercial, le
confiere a la película un tono aún más cutre del que ya de por si tenía, y
tienes que llevarte las manos a la cabeza cuando descubres que esta película se
rodó con la vista más en los USA que en España, y ya te tienes que deshuevar de
la risa cuando una de las escenas la ruedan justo delante del puesto de
perritos calientes que había allí, cuyos carteles de “Hot Dog” estaban en
Inglés, para que diera un poquito el pego y que pasara por americana. Así pues,
es muy divertido, también, como el “segurata”, de look totalmente español,
nombra a sus compañeros del parque de atracciones con nombres Ingleses.
Tremendo.
Y si bien esta primera parte de la película me hace más o
menos gracia, también es verdad que cuando ha de venir lo bueno, cuando el
grupito de protagonistas se adentra en la mansión, la cosa se torna soporífera,
y el aburrimiento más asesino hace acto de presencia, jodiéndose la diversión.
Ni tan siquiera unas muertes, más o menos, burras, salvan la película de la
quema. Un horror.
Por otro lado decir que los fans de H.P. Lovecraft en
particular y el fandom en general, ponen en Internet el grito en el cielo
porque Cthulhu no aparece en toda la película (¡Ja! Como si ese fuese su
principal problema). Y ahí si que voy a defender yo la película, porque, que no
veamos los tentáculos a Cthulhu, no
quiere decir que no esté por ahí… Obviamente, los protagonistas van a la
mansión dónde él se aloja. De hecho hay una puerta con un gran pasillo, dónde
una cámara subjetiva (a lo porno gonzo) nos deja claro que esa cámara es él, y
que es allí dónde se encuentra…además ¿de quién iban a ser obra si no los
fenómenos paranormales? ¿Del espíritu Santo? ¡No! son de Cthulhu que se los va
cargando de forma creativa. Ignorantes… de hecho, que no salga el bicho, intuyo,
que porque no había ni una peseta para construirlo, es casi lo único bueno de
la película.
A nivel comercial, en un principio, tenía que distribuirla
en cines “Lauren Films”, pero, conscientes de que esto era un desbarajuste que
no solo no les iba a proporcionar dinero, sino que se podían reír de ellos el
resto de distribuidores, aplazaron su estreno en salas hasta tal punto, que
nunca llegó a hacerlo, saliendo directamente en vídeoclubs, y con las copias
contadas. No obstante, algún pase con entrada al público se debió dar, ya que
los datos del ministerio de cultura indican que la película recaudó 5, 71 € que
dejaron en taquilla 5 espectadores. Sería el típico pase para justificar en
estreno.
En USA, tuvo similar distribución, pero no le fue mucho
mejor que aquí.
El principio de la decadencia de Juan Piquer Simón… ¿o eso
fue con “Viaje al centro de la tierra?
En el reparto tenemos a Frank Finlay que vimos en “Lifeforce” pero que estuvo toda
su vida en mierdecillas y series de televisión, Luis Fernando Alvés, que ahora
mismo no recuerdo que programa de tele 5 en los 90 presentaba, Frank Braña, cuya presencia no queda clara en la
película y además ¡No habla! y Emilio Linder, cuya aparición es vista y no
vista… le matan a navajazos dentro de una atracción a los tres minutos de
aparecer en escena.
Insufrible.