miércoles, 21 de mayo de 2014

LILIAN, LA VIRGEN PERVERTIDA

El agente Mario Pereira, se encuentra una chica drogada, una adicta a la droga que según vamos viendo la historia a base de flashbacks, vemos que se volvió adicta por culpa de una pareja de desalmados poderosos que, en una fiesta, le dieron drogas para abusar de ella. Recluida contra su voluntad, esta chica es violada continuamente, así como iniciada en el sado y demás prácticas “De Sadianas”. El Agente Pereira, consternado por la situación, decide ver que pasa.
“Lilian, La virgen pervetida” se concibió como película “S”justo en el momento en el que las salas “X” se legalizaron en nuestro país, con lo que estrenar una película erótica, y más cuando lo que se anda buscando es la pasta, no tenía ningún sentido. Así que, deprisa y corriendo, Jess Franco grabó un par de escenas explícitas con sus actores de confianza, José Llamas y su compañera Lina Romay y las insertó ahí de mala manera. Esto convierte la película en una cosa rara, porque como película porno, toda la trama y el rollo dramático y descarnadamente cruel sobra, y como película dramática, lo que sobra es la pornografía. Personalmente, si no se hubieran incluido esos insertos, yo creo que estaríamos ante una buena película de Franco. Todo lo buena que pueda ser una de sus películas, claro.
La película nos presenta a una de esas actrices de las que el tío Jess se enamoraba constantemente, la alemana Katja Bienert, menor de edad y que iba con su madre a todos lados (por lo que si algún caradura del set se la quería tirar, lo tenía crudo) que interpreta (es un decir) a la joven virgen que es, más que pervertida, forzada por estos caprichosos ricachos. En la piel de estos, Lina Romay y Emilio Linder.
Linder se enfadó muchísimo con Jess Franco, porque el firmó un contrato para actuar en una película “S” (ya había rodado unas cuantas) en la que hay simulación de coito, pero realmente ni se tocan, e incluyó insertos porno justo en sus escenas con Katja Bienert, lo que propició que la gente se creyera que el actor había realizado porno. A día de hoy, se queja de esto, pero lo cierto es, que en “Una rajita para dos”, se ve claramente como el actor practica sexo delante de la cámara, con lo que su rabieta se queda en tierra de nadie. Linder hizo porno, diga lo que diga.
Por otro lado, tenemos el agitanado rostro y afilada polla de José Llamas (no confundir con “Pancho” de “Verano Azul”, que es José Luis Fernández… lo digo, porque hasta ahora yo creí que José Llamas era él…). Tenemos a  Antonio Mayans haciendo del agente Mario Pereira, que se llama Mario como se podía llamar pedro, pero que és Al Pereira. Y es que el “Universo Pereira” es muy raro. Cambia de nombre, mote, género, como le da la gana, pero siempre nos podemos hacer una idea de cuando Mayans está interpretando al “famoso” detective. Y el propio Jess Franco tiene un papel de importancia, que para nada era mal actor, al contrario, tenía una fuerte vis cómica cuando tocaba –no le juzguen por los chistes malísimos de sus guiones, sino por su presencia cómica en pantalla- y potencial dramático cuando se prestaba, como es el caso, dónde interpreta al amigo de Pereira que se lamenta de que “es monstruoso que la juventud se drogue de esta manera”.
Así pues, como el producto final es claramente pornográfico, podemos decir que se trata de su mejor película pornográfica, con una ambientación y una atmósfera enrarecida y sórdida, haciendo un uso indiscriminado del  gran angular, sin venir a cuento, solo por usarlo, que la convierten, también, en una de sus mejores películas en general.