Cierto día, de estos que estás haciendo zapping en
televisión, escuché decir a David Bisbal, que había hecho un cameo para una
serie argentina, que él, la espinita que tenía clavada, era la de la
interpretación, y que recuerda cuando era niño, como le gustaban todas esas
películas para lucimiento de cantantes, y que era una pena que esa tradición,
tan de aquí, se hubiera perdido. Con eso, lo que el cantante quería decir es
que mataría por protagonizar una película para lucimiento propio.
Unos años después, algún gerifalte de “Universal”, su sello
discográfico, ha debido escuchar sus súplicas y como estaba en cartera el nuevo
disco del “triunfito”, ejecutó un plan,
supuestamente, maestro para promocionar el disco y a la vez, contentar los
caprichos de su artista: Rodar una película en la que Bisbal canta mogollón de
temas del disco, y donde se luce como actor. Mata varios pájaros de un tiro
porque, por un lado se saca de la manga una peli, por otro, los video clips
publicitarios saldrían, a su vez, de esa peli y por otro, es publicidad para el
disco, por la que el público también tendrá que pagar… vamos, esto es un as en
la manga, porque en caso de recuperar el presupuesto, la publicidad les sale
gratis…y es de suponer que aquellos que compren el disco, irian también a ver
la peli, ergo, el disco facilita la publi de la película. Todo muy bien pensado.
Eso si, los tiempos
que corren en cuanto a los gustos del gran público, han cambiado mucho, por
eso, y siendo esto un experimento, solo se gastaron en la película 160.000 €,
lo que es una miseria, no fuera que no recuperaran. Y siendo un mediometraje al
que le faltan cinco minutos para ser un largo, en taquilla, creo que te cobran
lo mismo que por una peli de tres horas… en cualquier caso eso es lo de menos.
De estreno reducido (aunque estrenada en infinidad de salas) su exhibición, al
menos durante un par de semanas, se reduce a una media de pase diario. Supongo, que si el
disco culpable de todo esto ha sido un
éxito de ventas, la pasta que costó hacer la peli habrá sido recuperada,
seguro, aunque también es cierto, que pasadas las dos semanas iniciales, ya no
permanece la película en cartelera, así que a saber. Supongo que si hubiera ido
bien, bien, se habrían ampliado pases.
La película cuenta como David Bisbal se enamora de una
muchacha súper guay, descarada y chachi-piruli de alocada, que un buen día
aparece en su caravana cuando este está de gira. La muchacha es un poco
subnormal, e insta al artista a hacer cosas raras como irse a un bar de Streap
tease, mientras vemos escenificados unos cuantos temas del nuevo disco de
Bisbal. Pronto descubrirá que la chica apareció en su caravana, no
gratuitamente, sino por un secreto que esconde y por el que es perseguida por
las autoridades (y que es una gilipollez).
Para llevar a cabo esta película promocional, se contrató al galardonado con el Goya a mejor
director relevación por “Eva” –la película en la que Lluis Homar hace de robot-
Kike Maillo, un director de tercera categoría con ínfulas de innovador.
Bien, pues si algún fan de Bisbal lee esto, que le quede
claro una cosa: Los artífices de la película, creen que usted es retrasado
mental, creen que Bisbal es retrasado mental, y lo peor de todo es, no ya que
la película les toque los huevos y sea un proyecto meramente alimenticio, si no
ese espantoso tufo que la película desprende a “me importa un carajo esta
mierda” y esos diálogos que intentan ser profundos, pero que claramente están
escritos por alguien que si que es retrasado mental, pero de verdad. Las planas
situaciones en las que meten a Bisbal y ese afán por hacerle parecer un paleto
de buen corazón- todo su afán en la película es dar un conciertillo pequeño, en
su pueblo con la orquesta con la que empezó, “Expresiones”, porque estas cosas
a la plebe, les llegan al corazón-, así como la dejadez y desgana con la que
resuelven los numeritos musicales, demuestran el nivel al que está el cine en
este país. Una falta de respeto al mundo del espectáculo y también un atentado
al séptimo arte. Parece que sus artífices, más que amar el cine, lo odien con
toda su alma, es como si con esta película quisieran hacerlo desaparecer de la
faz de la tierra. Una basura pero en el peor y más infame de los sentidos,
porque si USTEDES responsables de la película, nos han metido a Bisbal hasta en
la sopa, nos sabemos sus canciones a fuerza de tenerlas puestas en cualquier
lugar al que vamos, queramos escucharlas o no, deberían tener un mínimo de
respeto al fan que, también, ustedes han creado, y también al artista al cual
explotan. Que al menos las películas de Manolo Escobar, Marisol, etc, no solo
eran mas respetuosas con el espectador, si no que eran PELICULAS. Esto parece
un mal corto de un aspirante a cineasta, niño de papá, que acaba su proyecto de
fin de carrera, para que, cuando no termina de cuajar en el cine, por su más
que palpable falta de talento, termina dirigiendo la empresa farmacéutica de la que papá es propietario, y
para la que, igual que para el cine, tampoco está preparado, pero como es el
hijo del jefe... Un autentico asco.
Y yo, que no soy fan de Bisbal, pero si que tenía curiosidad
por ver su incursión en el cine como cantante, porque conocía las ganas de este
de hacer algo de esto, desde fuera, como fan del cine, lo que veo es una
absoluta estafa. Lo que está ocurriendo en este país con sus gobernantes corruptos, aplíquenlo al cine español, y así,
sin hacer excesivo ruido, tienen “Tu y yo”, una absoluta vergüenza.
Como será la cosa, cuando digo, sin despeinarme, que lo
único bueno de la película, lo único digno y honesto, es el propio David
Bisbal, que se esfuerza por no parecer lo que sus jefes se empeñan en hacernos
ver que es, se esfuerza, sin ninguna formación con María Rota, en hacer una
interpretación decente, y eso es lo que hace. La vergüenza ajena viene, en este
caso, no por él, sino por todo lo demás; lo ridículo de la trama en general,
del tono de la película y sobretodo, por parte de los actores profesionales de
la misma.
Yo he tratado lo suficiente con actores profesionales de
este país para llegar a la conclusión de que los actores jóvenes van de
profundos y cultos cuando en realidad son la cosa más simple y analfabeta del
mundo, su cultura cinematográfica en nula, y los esfuerzos que han empleado en
que parezca lo contrario se han volcado en cosas de calado pretencioso y no
popular, con lo que a que tengas, no dos, sino un dedo de frente, se les ve el
plumero. Me dan asco.
Pues de eso está lleno esta película, empezando por el tal
Cristian Valencia, que hace del regidor (¿???) amigo de Bisbal y que responde al perfil antes explicado. Su
interpretación es una absoluta vergüenza. No ya porque no sepa interpretar, si
no por su irritante mera presencia. Los diálogos más idiotas, los que
pronunciaría un mongólico, se los reservan a este actorcillo que también salía
en “Atrocius”. Pero no es lo peor de la película. Ni tan siquiera lo son los
cameos de José Corbacho, tan mal actor
como siempre o Santi Millan y sus peinados según imperen las modas, que ya
peina canas y estira arrugas y cuyas dotes actorales son más limitadas que
cuando empezaba. No. Lo peor es María Valverde, cuya aparición, cuyas frases y
caritas, más allá de provocar vergüenza ajena, provocan arcadas. Porque es que
a esta niña (que ya no es tan niña) alguien le ha hecho creer que es buena
actriz, y está claro que no lo es. Alguien le ha dicho que la hostia, y se lo
ha creído… y de ahí que de tanto repelús cuando se viste de tío, se dibuja un
bigotillo o imita el acento andaluz de bisbal para seducirle. Un papel y unas
situaciones, que por mucho que le pagasen, que no lo creo, si hubiera sido
lista, hubiera rechazado. Tremendamente espeluznante.
En cuanto al directorcito, es posible que no sea tan malo
como parece en esta película, pero es poco inteligente tomársela a cachondeo
como él hace, rodar para un público retrasado(o eso cree él, firmemente),
porque al fin de al cabo, “Tu y yo” es una creación suya… y a las creaciones de
uno, y más cuando se es “mainstream” y se vive de ello, hay que ponerles un
poco de alma o rechazarlas si no interesan. Claro, que a lo mejor si es tan mal
director como demuestra y ha puesto en esta película todo su esfuerzo técnico e
intelectual y lo que pasa es que no da para más, que es lo que mucho me temo….
Ya les digo, un aplauso para Bisbal, que está más que
correcto, le pone ilusión y esfuerzo y es el único de los que participa en la
película al que podemos llamar artista (nos guste su música -que no es el caso-
o no), y un zurullo bien gordo para los millonarios que tiene detrás de su
producto y para el equipo técnico y artístico que da puta pena. De verdad.
Ahora, ¿Te ríes con la película de lo mala que es? Como ya
he dicho, gana por goleada la vergüenza ajena, pero si, alguna carcajada te
echas.
Como dato freak comentar, que Mario Casas, uno de los peores
actores de la historia, solo comparable al gran Paul Marco, pero sin llegar a
ser tan patético como para que nos alegre con sus interpretaciones, es novio de
María Valverde. Bien, pues la prensa rosa dice que, durante el rodaje, acudía a
acompañar a su compañera para vigilarla, y que los celos hacia Bisbal le
consumían… Valverde en las entrevistas se ha dedicado a desmentirlo, pero no se
por qué, la cosa me cuadra. O al menos, me gusta creérmelo.
Véanla… total, ¿no es material promocional?