No es exactamente un “Found Footage”, pero si una
consecuencia de ellos y con sanas intenciones de dotar al asunto de seriedad. Para
que me entiendan, que es un semi “Found Footage” adulto, y destinado a un
público adulto, no al adolescente.
Un buen día una señora madre recibe la noticia de que su
hija ha desaparecido mientras se bañaba en un lago. Cuando aparece el cuerpo y
se la da oficialmente por muerta, la familia comenzará a presenciar a través de
sus fotos y sus vídeos caseros, apariciones de esta niña. Un parapsicólogo
revela que la chica iba a verle y durante las sesiones avistaba su
fallecimiento. Pronto descubrirán –y descubriremos- que es lo que pasa
realmente.
A rasgos generales, salvo por la obviedad de algunas
resoluciones, no es una mala idea, de hecho está filmada a modo de documental
en plan muy serio, con buenos actores y sin que chirríe nada de ello. Incluso,
cuando presenciamos esos videos filmados por la familia, o esas fotos, y vemos
el supuesto fantasma de la chica, verdaderamente sentimos escalofríos. Lo único
que los sentimos las primeras veces, y como no dejamos de ver vídeos en los que
la chica aparece, a la cuarta aparición, por repetición, cesamos de sentirlos,
por lo que la atmósfera que en un momento se crea, desaparece por mostrarnos
demasiado. Conscientes de esto, los responsables tiran por otros derroteros;
Craso error, perdemos por completo el interés por la historia, por lo que
sucede y tenemos sensación de tomadura de pelo.
Pensando fríamente, porque como ya he dicho, no es en
absoluto una mala idea, ni creo que esté en exceso mal ejecutada salvo por lo
antes comentado, yo creo que el problema de que esta película no me acabe de
enganchar es su procedencia Australiana. Con esto lo que quiero decir, es que
no estoy familiarizado con el tempo de esa cinematografía, ni con la concepción
de sus terrores y quizás sea su procedencia la que me ha impedido disfrutar totalmente
de la película. Quien sabe.
Con todo, véanla. Muchas cosas peores han pasado por estas
retinas sin inmutarme, y al fin de al cabo, esta es sosainas, pero no es mala
película. Simplemente, no me acaba de convencer.
Técnicamente, de los efectos especiales, sencillos pero en
un principio potentes y efectivos, se han encargado los señores de Weta.
Efectivamente, los que suelen trabajar siempre con Peter Jackson.
Se trata del debut en el largo del director Joel Anderson,
que simplemente por la seriedad con la que se enfrenta al material, aunque este
“Lake Mungo” resulte fallido, habrá que tenerle en cuenta.