jueves, 5 de marzo de 2015

FIRESTORM

Película de policías y ladrones al estilo hongkonés, véase tiros, explosiones, más tiros, alguna que otra patada, más tiros, más explosiones, gente muriendo, más tiros, sangre, pólvora, plomo, drama… lo típico.

Los Heroic Bloodshed tienen unas pautas muy marcadas, el malo es muy malo, pero siempre habrá alguno que no lo será tanto, o incluso que sea un policía infiltrado. Los buenos no son tan buenos, y muchas veces hacen cosas ilegales para llegar a cumplir su trabajo (o por avaricia, que también) Las escenas de acción suelen contar con miles de detonaciones falsas de disparos, mucho humo de pólvora, muchas explosiones y chispitas, y sangre, sangre por litros, como si un ser humano albergara 20 litros de sangre. Estos tiroteos multitudinarios suelen darse en naves industriales acondicionadas con cajas, pales y demás estructuras que se vendrán abajo, explotaran y saltaran por los aires. Como he dicho la sangre es importante, y también el drama, y es que no hay Heroic Bloodshed que acabe de manera satisfactoria, lo que los americanos llaman “Happy End” , pues en este género, de eso hay bien poco.

Pero claro yo hablo de los Heroic Bloodshed de hace 20, y aunque el género no ha muerto, muestra son por ejemplo (por eso de estar aquí reseñadas) Exiled, y metiendo más artes marciales de lo normal en el género, Duelo de Dragones. Pero, ¿Que ocurre con esta Firestorm, rodada en 2013? Pues que contiene todos los elementos citados pero se disminuye en mucho los litros de sangre desparramados. Además hay que sumarle que las explosiones tienen parte de real y parte de CGI, que no molesta pero se nota. También para las balas les han metido un efecto tipo bala trazadora, para que sepamos hacia donde dirigen los disparos los protagonistas. ¿Hace esto mejor o peor la película? No, pero sí que se nota el paso del tiempo si se compara con cosas como Hard Boiled o Full Contact, y no tiene que ser a mejor, simplemente a “más limpio”, “más políticamente correcto”.

La trama gira sobre el Inspector Lui (Andy Lau) que anda tras el millonario Cao Nam (Jun Hu) pues le supone es el cerebro de una peligrosa banda de atracadores. Una y otra vez tiene en su mira a Cao, pero nunca logra reunir las pruebas suficientes para poder enchironarle, además debido a su elevado status, Cao tiene amigos en todas partes que le pondrán las cosas difíciles al Inspector Lui. En esta película no tendremos ninguna afinidad con los delincuentes, son deleznables y para que nos quede claro hay una escena de tortura, apagando cigarrillos en un brazo, que queda fuera de plano, pero aun así es desagradable porque a quien se la están aplicando es a una niña autista. 

La película discurre como otra cualquiera de policías y ladrones, pero no puede acabar bien, siempre alguien tiene que perder algo, o todos perderlo todo. Nunca existe ese final feliz del que hablaba al principio y esta película no es menos. Deja pues un sabor agridulce al final, no solo por lo que ocurre sino por como ocurre y es que el pequeño giro de guion que da ya en el último tercio de la película, no le sienta especialmente bien y queda algo forzado.

No es mala película, aunque podría haber sido mejor, lo bueno es que el género aun no está muerto, y de eso si que me alegro.