Una peli de terror sin terror, un “Slasher” (pseudo-Slasher
más bien) sin gota de sangre, una tontada como un castillo
Y es que a principios de 2000, los “Reality Shows” y más en concreto “El gran hermano” se
pusieron de moda en todo el mundo, lo que propició que en el cine se explotara
esta vertiente; en la gran pantalla con cosas como “My Little eye” por poner un
ejemplo que recuerde, “Más de mil cámaras velan por su seguridad” sería el
representante español, las series de televisión aportaron su granito con “Dead Set” y montones de subproductos de videoclub se adscribirían a este sub-género
(que, prácticamente, hermana con el “Found Footage”), fallido, pero que, al
igual que los “Realitys” siguen en activo y en forma: En televisión “Gran
hermano” es lo que tiene más audiencia y en la televisión por cable y el
VOD, obtienen buenos beneficios
películas que explotan el filón que ofrecen esos programas, como las recientes
“Jersey Shore Masacre”, “Jersey Shore Shark Attack” o la saga de “Psicosis en
mis superdulces 16” que cuenta hasta con un nutrido fandom en U.S.A. Y en común
tienen, todas ellas, que son malas como la peste. Pero este “Realidad Mortal”
se lleva, sin duda alguna, la palma.
Tomando como referente el programa “Gran Hermano”, cuenta
como un grupo de chicos y chicas entran en un concurso en el que tendrán que
convivir durante tres meses en una casa, mientras un equipo de televisión filma
todos sus actos. De repente un señor al que casi no vemos, dará buena cuenta de
ellos, mientras que los supervivientes, presos de la histeria, acabarán matándose
unos a otros inducidos por las falsas sospechas.
Huelga decir, que hasta el minuto 45 no muere ni uno, y
hasta que eso ocurre tenemos que ver intrascendentes escenas entre unos
protagonistas que no nos interesan ni un comino. Pero, curiosamente, cuando
llegan los asesinatos, la película se vuelve más previsible, más aburrida y nos
interesa aún menos. Máxime cuando está tan mal rodada que no sabemos nunca
quien es el asesino, ni que está pasando. Para colmo de males, y como ya he dicho antes, no tiene ni una gota de
sangre… entonces ¿Dónde está el interés en una película en la que lo único que
nos puede llamar la atención, es ver como masacran a una serie de jóvenes y el
gore? Obviamente, una vez explotado el filón que les reporte unos dólares a los
productores (en este caso “Gran Hermano”) la película es lo de menos. Y en este
caso, eso queda más que patente.
Bien, pues ahora viene lo único que a nivel friko puede interesarnos
de esta mierda, que es su director: El Canadiense Rafal Zielinski, que para
esta ocasión firma el truño como Rafael Zielinski. ¿Qué que ha hecho este caballero? Pues se
trata del director de, nada menos que “Los Rompecocos”, y sus secuelas “4 Chalados a tope” y “El
Hotel de los líos” y “Loca academia de reclutas”, Carrera en la comedia, muy
apreciada, no obstante por los integrantes de este blog. Sin embargo, sus
incursiones en el terror, ya entrados los 2000, son poco menos que infames e
insoportables. Como ejemplo, este “Realidad Mortal”.
En el reparto, jóvenes y jóvenas de buen ver (y mejol
tocaaaaal) con dos o tres titulitos de mierda en sus filmografías y el rapero
Sticky Fingaz, el peor componente de uno de los peores grupos de rap de la “New
School” como son “Onyx” y que si de rapero no vale nada, como actor parece que
siempre esté interpretando a un retrasado mental, cuando no, pensamos
directamente que es un actor disminuido. Lástima que al verle el careto, yo se
que se trata de un mal rapero. Aún así, hemos visto pasear su careto negro y
sus ojos vizcos en películas como “Clockers” de Spike Lee, “Viernes otra vez”,
“Leprechaun 6: el regreso”, “House of the Dead 2” secuela de la de Uwe Boll, o
“Nite Tales: The movie”. Esas serían las que yo pudiera conocer o haya visto,
pero tiene más, lo que no deja de ser una carrera, cuando menos, interesante,
para tratarse de un manazas de semejante calibre. Como para investigarlo,
vaya….
En definitiva. Una mierda como un universo de grande.