Y es que a principios de los 80, dos hermanos aspirantes a
cineastas Jonh y Roger Golden, buscan inversores para llevar a
cabo su primera película independiente de bajo presupuesto. Tienen un guión
sobre dos hermanos traficantes de droga que por una serie de catastróficas
desdichas, acaban secuestrando, por error, a un retrasado mental obeso que anda
haciendo el subnormal con una maquinilla de cortar el pelo en un campamento
para deficientes mentales. Así pues, se lo llevan a la ciudad a hacer
no-se-cual-cosa, y allí el gordito retrasado nos ofrece un recital de cafrerías
tales como hacer que se folla una máquina registradora, o exhibirse ante una viandante de manera sexy a
torso descubierto. Sin más. Todo ellos con unos tintes infantiloides e ingenuos
que se alejan totalmente del aire gamberro que nos vende la Troma con la película
–y por ende, con todo su catálogo-. Para más inri, resulta que los hechos
acontecidos, están basados en la experiencia personal de John Golden, cuando
este trabajó como monitor en un campamento para disminuidos psíquicos en sus
años mozos.
Ese guion lo ejecutan gracias a los 350.000 dólares que
consiguen por su cuenta, engordando el presupuesto hasta el millón de dólares,
embaucando como pueden los inversores a los que les gusta el proyecto. Y ruedan
tranquilamente su película, siendo John Golden quien la dirija. Y, obviamente,
el título con el que la ruedan –y con el que se la conoce hoy en todas las
bases de datos- es “Zeisters”; no hay alusión alguna a un muchacho obeso en el
título.
Con su película bajo el brazo, John Golden busca
distribución desesperadamente, siempre sin éxito. Sin embargo, Tim Deegan de
20th Century Fox, viendo que la Fox no quería saber nada de la película, dijo
que en un año, y con un millón de dólares, haría a la película famosa, y así
fue… porque cayó en manos de la Troma.
Así, uno de los distribuidores, cuando ya habían comprado la
película decidió cambiar, contra la voluntad de John Golden, el título de la
película. Ya no se llamaba “Zeisters” sino “Fat Boy Goes Nutzoid”. Golden pensó
que ese título era lo peor que le podía hacer a la película, pero poco se podía
hacer.
Poco antes de estrenarla, cuando Troma la llevó al mercado
de Cannes, y cuando lanzaron la públicidad, el grupo de rap “Fat Boys”, enviaron
a sus abogados; si utilizaban “Fat Boy”
en el título, mucha gente asociaría el título al popular trío de rappers, y ya
que la película no tenía nada que ver con ellos, querían cobrar a tal efecto.
La solución era, o pagarles los que pedían, o cambiar el título. Troma no
iba soltar un duro, así que optó por
cambiar el título porque en el fondo daba igual. En vez de “Fat Boy”, en el
título pondría “Fat Guy”: Los “Fat Boys” no quedaron contentos, pero una vez
cambiado el título, ya nadie podría asociar la película con el grupo, así que
se fueron de vacío, si bien, el título tenía tanto gancho como al principio. Así
que la cosa se quedó en “Fat Guy Goes Nutzoid”. Y todos contentos, menos John
Golden, que luchó y luchó por mantener el título original, sin poder hacer
nada.
La película se estrenó en cines de manera reducida en Nueva York y California, y fue bien, como
se preveía, sin embargo, cuando la película se lanzó al videoclub, aquello fue
un bombazo del alquiler y la venta de cintas de vídeo. Corrió el boca a boca de
que había una película sobre un retrasado gordo que se titulaba “El chico gordo
se vuelve gilipolloide”, y ningún joven fan de lo que Troma venía haciendo
desde hace unos años pudo resistirse a tal cosa. Cuando fue un éxito, Johh
Golden reconoció que el título era un gancho perfecto y tuvo que aguantarse.
Sin embargo, a día de hoy Golden considera que la Troma ganó mucho más dinero
de lo que le dijeron, y que fue engañado por ellos vilmente, si bien nunca pudo
demostrarlo.
Por otro lado, ya en los 90, Troma la relanzó en VHS. La
película se hacía adjuntar con una entrevista al director, por lo que lanzaron
la película como si fuera un “Director´s Cut”, cuando nada de eso había. Otra
vez ganaron pasta, y una vez mas Golden sospecha que no recibió lo estipulado.
Ante la duda, cuando Troma quiso lanzar la película en DVD por todo lo alto,
haciendo el verdadero corte del director y con abundante material extra, Jonh
Golden pidió una cantidad de dinero que la Troma no estuvo dispuesta a pagarle,
y sin su firma, ellos no pueden sacar legalmente el DVD, al igual que por
asuntos de contrato, Golden no puede sacar la película en DVD por su cuenta,
así que, ese es el motivo por el que las viejas cintas de VHS, en cualquiera de
sus ediciones, están tan cotizadas por los fans en los USA. John Golden, harto
de Lloyd Kaufman y su manía de robar a los autores, prefiere que esto sea así, por lo menos hasta
que se le pague lo que pide, o hasta que se libere la película para poder
relanzarla. Existen dvd piratas de la película fabricados por los fans, pero
claro, el master no deja de ser un VHS ripeado.
Fascinante ¿verdad? Pues la película no deja de ser un
bodrio aburrido, cutre y hasta
telefilmesco. No pasa absolutamente nada por no verla. No llega ni a curiosa.
En España, por supuesto, ni se ha oído hablar de la película
siquiera.
La carrera de John Golden, tampoco ha sido muy prospera.
Como director no ha vuelto a dirigir nada más, y como guionista, escribió el
guion de la película “Los líos de Samantha” que si se llegó a estrenar en vídeo
en nuestro país, con protagonismo de Martha Plimtom y Dermot Mulroney, con la
que se cebó la crítica y que Golden considera su gran obra incomprendida. Desde
luego, un outsider en toda regla.