lunes, 20 de marzo de 2017

FAT GUY GOES NUTZOID!!

Navegando por esas páginas webs americanas de Dios, descubro un día que existe una película de cierto culto por parte de cierto fandom fino, una película que se mofa de los retrasados mentales  y que gira en torno a un retrasado obeso que hace cosas de retrasado por las calles de Nueva York. Un éxito de los videoclubes distribuido por Troma, dónde los retrasados se tiran pedos y vomitan. Se títúla “Fat Guy Goes Nutzoid”; traducido, sería algo así como “El chico gordo se vuelve gilipolloíde”.  ¿Cómo no voy a querer yo ver eso? Y gracias a nuestro conseguidor de rarezas, José Manuel Romero Moreno, en menos de un par de horas ya tengo a mi disposición una copia. Los actores son muy malos, pero como son muy malos vocalizan muy bien y entiendo los diálogos casi en su totalidad sin la necesidad de subtítulos. Pero la película no es tan ofensiva ni tan extrema como la venden. Si es cierto que hay pedos y una vomitona eterna, pero poco más. Ni siquiera es graciosa, y tira más por el lado melodramático que por el de la alocada comedia. Es un coñazo. Sin embargo, son varios los reconocidos escritores de cine chungo que alaban las bondades de esta película y la consideran su favorita de cuantas distribuyó Troma. Y quizás, más que por la película, como siempre, sea por la pequeña historia que se encierra tras de ella,  y que deja más claro aún, lo ladrones e hijos de puta que eran Lloyd Kaufman y Michael Herz.
Y es que a principios de los 80, dos hermanos aspirantes a cineastas Jonh  y  Roger Golden, buscan inversores para llevar a cabo su primera película independiente de bajo presupuesto. Tienen un guión sobre dos hermanos traficantes de droga que por una serie de catastróficas desdichas, acaban secuestrando, por error, a un retrasado mental obeso que anda haciendo el subnormal con una maquinilla de cortar el pelo en un campamento para deficientes mentales. Así pues, se lo llevan a la ciudad a hacer no-se-cual-cosa, y allí el gordito retrasado nos ofrece un recital de cafrerías tales como hacer que se folla una máquina registradora, o  exhibirse ante una viandante de manera sexy a torso descubierto. Sin más. Todo ellos con unos tintes infantiloides e ingenuos que se alejan totalmente del aire gamberro que nos vende la Troma con la película –y por ende, con todo su catálogo-. Para más inri, resulta que los hechos acontecidos, están basados en la experiencia personal de John Golden, cuando este trabajó como monitor en un campamento para disminuidos psíquicos en sus años mozos.
Ese guion lo ejecutan gracias a los 350.000 dólares que consiguen por su cuenta, engordando el presupuesto hasta el millón de dólares, embaucando como pueden los inversores a los que les gusta el proyecto. Y ruedan tranquilamente su película, siendo John Golden quien la dirija. Y, obviamente, el título con el que la ruedan –y con el que se la conoce hoy en todas las bases de datos- es “Zeisters”; no hay alusión alguna a un muchacho obeso en el título.
Con su película bajo el brazo, John Golden busca distribución desesperadamente, siempre sin éxito. Sin embargo, Tim Deegan de 20th Century Fox, viendo que la Fox no quería saber nada de la película, dijo que en un año, y con un millón de dólares, haría a la película famosa, y así fue… porque cayó en manos de la  Troma. 
Así, uno de los distribuidores, cuando ya habían comprado la película decidió cambiar, contra la voluntad de John Golden, el título de la película. Ya no se llamaba “Zeisters” sino “Fat Boy Goes Nutzoid”. Golden pensó que ese título era lo peor que le podía hacer a la película, pero poco se podía hacer.
Poco antes de estrenarla, cuando Troma la llevó al mercado de Cannes, y cuando lanzaron la públicidad, el grupo de rap “Fat Boys”, enviaron a sus abogados; si utilizaban  “Fat Boy” en el título, mucha gente asociaría el título al popular trío de rappers, y ya que la película no tenía nada que ver con ellos, querían cobrar a tal efecto. La solución era, o pagarles los que pedían, o cambiar el título. Troma no iba  soltar un duro, así que optó por cambiar el título porque en el fondo daba igual. En vez de “Fat Boy”, en el título pondría “Fat Guy”: Los “Fat Boys” no quedaron contentos, pero una vez cambiado el título, ya nadie podría asociar la película con el grupo, así que se fueron de vacío, si bien, el título tenía tanto gancho como al principio. Así que la cosa se quedó en “Fat Guy Goes Nutzoid”. Y todos contentos, menos John Golden, que luchó y luchó por mantener el título original, sin poder hacer nada.
La película se estrenó en cines de manera reducida  en Nueva York y California, y fue bien, como se preveía, sin embargo, cuando la película se lanzó al videoclub, aquello fue un bombazo del alquiler y la venta de cintas de vídeo. Corrió el boca a boca de que había una película sobre un retrasado gordo que se titulaba “El chico gordo se vuelve gilipolloide”, y ningún joven fan de lo que Troma venía haciendo desde hace unos años pudo resistirse a tal cosa. Cuando fue un éxito, Johh Golden reconoció que el título era un gancho perfecto y tuvo que aguantarse. Sin embargo, a día de hoy Golden considera que la Troma ganó mucho más dinero de lo que le dijeron, y que fue engañado por ellos vilmente, si bien nunca pudo demostrarlo.
Por otro lado, ya en los 90, Troma la relanzó en VHS. La película se hacía adjuntar con una entrevista al director, por lo que lanzaron la película como si fuera un “Director´s Cut”, cuando nada de eso había. Otra vez ganaron pasta, y una vez mas Golden sospecha que no recibió lo estipulado. Ante la duda, cuando Troma quiso lanzar la película en DVD por todo lo alto, haciendo el verdadero corte del director y con abundante material extra, Jonh Golden pidió una cantidad de dinero que la Troma no estuvo dispuesta a pagarle, y sin su firma, ellos no pueden sacar legalmente el DVD, al igual que por asuntos de contrato, Golden no puede sacar la película en DVD por su cuenta, así que, ese es el motivo por el que las viejas cintas de VHS, en cualquiera de sus ediciones, están tan cotizadas por los fans en los USA. John Golden, harto de Lloyd Kaufman y su manía de robar a los autores,  prefiere que esto sea así, por lo menos hasta que se le pague lo que pide, o hasta que se libere la película para poder relanzarla. Existen dvd piratas de la película fabricados por los fans, pero claro, el master no deja de ser un VHS ripeado.
Fascinante ¿verdad? Pues la película no deja de ser un bodrio aburrido, cutre y  hasta telefilmesco. No pasa absolutamente nada por no verla. No llega ni a curiosa.
En España, por supuesto, ni se ha oído hablar de la película siquiera.
La carrera de John Golden, tampoco ha sido muy prospera. Como director no ha vuelto a dirigir nada más, y como guionista, escribió el guion de la película “Los líos de Samantha” que si se llegó a estrenar en vídeo en nuestro país, con protagonismo de Martha Plimtom y Dermot Mulroney, con la que se cebó la crítica y que Golden considera su gran obra incomprendida. Desde luego, un outsider en toda regla.