En definitiva, que la película apesta a 90s. Y qué feos que
eran.
Al margen de eso, este sería el primer gran fracaso de taquilla de Pauly Shore y, paradójicamente,
su gran éxito, porque pese a que la película costó quince millones de dólares
y recaudó en taquilla solo 13, es la película más recordada de Shore. Más
afecto le tiene sin embargo su parteinare, Stephen Baldwin, quién aseguró en
una entrevista que es más reconocido por su papel en Bio-Dome, que por
cualquier otro de otra película. Y es que “Bio-Dome” se estrelló en los cines
–motivo este por el que la carrera de Shore, prácticamente, moriría- pero sin
embargo se convirtió en un pequeño título de culto que triunfó en los
videoclubes, y en sus pases en las televisiones por cable. Quizás por ello,
hace un par de años, Shore y Baldwin anunciaron sus firmes intenciones de
retomar la franquicia con una secuela, que se centraría en los hijos de los
protagonistas de esta. No se ha vuelto a hablar del tema desde 2013.
Cuenta la historia de dos retrasados mentales que están en
las cercanías de un proyecto científico llamado bio-dome, que consiste en crear
un ecosistema independiente para el cual un grupo de científicos se encerrarán
dentro de él durante un año. Por las inmediaciones se encuentran los dos
subnormales, y como uno de ellos se hace pis, tiran petardos para crear
confusión entre los asistentes a la inauguración. Durante el caos que forman,
aprovechan pare meterse dentro del recinto del ecosistema pensando que se trata
de un centro comercial, con tan mala pata, que se quedan encerrados dentro con
los científicos, por lo que la lían parda.
“Bio-Dome”, es una comedia, y como tal, la veo con agrado y
con la sonrisilla en la boca desde el principio. Pero seamos serios; se me
ocurren pocas películas más estúpidas y tontas que esta. Está realizada
tratando al espectador como a un deficiente mental, y es que, es bastante
probable que el espectador medio de esta película –y por ende, los fans de
Shore- lo sea bastante. Menuda majadería. Verla, es lo mismo que no verla.
Ahora, como documento de lo que fue la carrera de Pauly
Shore (que ahora intenta, más que recuperar la fama perdida, el que se le tenga
en consideración como cómico), me parece una cinta de lo más interesante; Pauly
Shore fue famoso porque Dios así lo quiso. La película no es más que un
muestrario de sus gracietas tontas –sin gracia alguna-, sus soniditos imitando
fluídos corporales, y chistes de caca, culo, pedo y pis, pero literales. Vamos,
que al final me hace hasta gracia, a pesar de la incompetencia tanto de Shore,
como de la película.
Dirige Jason Bloom, que para poder comer con regularidad,
puso el culo y la cámara en films como este y otra puta mierda titulada “Hotel Oasis”. Por lo demás, mucha tele.