miércoles, 29 de noviembre de 2017

MEGATON YE YÉ

Producido por Francisco Lara Polop, el debut en la pantalla de Jesús Yague sería un film para el lucimiento de una banda pop que en 1965 estaba de moda: Miky y los Tonys.
Por un lado tenemos la historia de un cantante melódico, Juan,  que se enamora de una jovencita recién llegada a Madrid. Esta relación pronto se ve truncada por motivos laborales ya que ella se tiene que marchar a París. Así, Juan, toma contacto con una banda ye yé que está obteniendo cierta popularidad, Miky y los Tonys, que se presentan a distintos concursos musicales a la vez que, como si de los cuatro de Liverpool se tratase, van a debutar en la gran pantalla con una película para su lucimiento. La película no cuenta nada más.
Con cierto sabor a la Nouvelle Vague, y al cine francés de los años 60, lo cierto es que a Yagüe le queda una película absolutamente afrancesada. En el momento de su estreno, en la prensa, alabaron la influencia que el director pudiera tener de Jaques Remy. Dice el director que toda la similitud que su película pudiera tener con la Nouvelle Vague no fue más que una casualidad. Él rodó la película a su ritmo, con su estilo, y le quedó de aquella forma de manera involuntaria, porque por aquél entonces, el director ni tan siquiera conocía a Remy—luego, cuando vio una de sus películas para ver esas similitudes que se le achacaban, en cuanto descubrió a Bresson se volvió admirador—.
Por otro lado, aún siendo una película vehículo para el lucimiento de Miky y los Tonys, estos quedan casi en un segundo plano.
Con unos gags surrealistas totalmente discordantes con el tono general de la película, y con una duración de poco más de hora y cuarto, “Megatón Ye Yé” se deja ver tranquilamente, aunque no se sepa quienes son  músicos para los que el film está concebido. Entretenidilla.
Completa el reparto, otro cantante, Mochi y una jovencisima María José Goyanes, así como Luis Sánchez Polack “Tip”, tiene un pequeño cameito.
Siendo una película de los años sesenta, llama la atención, cuando los protagonistas se dan un paseo por la Gran Via Madrileña al principio de la película, ver la cartelera que reinaba en los cines de la zona aquellos días, estando en cartel, en el Palacio de la música “Lawrence de Arabia”, mientras que, el cine que no soy capaz de ubicar y en el que nuestros protagonistas se detienen, están proyectando un mondo, nada menos que “Este perro mundo”. Curioso.
La película congregó en su momento unos nada desdeñables 538.000 espectadores.