Por un lado tenemos la historia de un cantante melódico,
Juan, que se enamora de una jovencita
recién llegada a Madrid. Esta relación pronto se ve truncada por motivos
laborales ya que ella se tiene que marchar a París. Así, Juan, toma contacto
con una banda ye yé que está obteniendo cierta popularidad, Miky y los Tonys,
que se presentan a distintos concursos musicales a la vez que, como si de los
cuatro de Liverpool se tratase, van a debutar en la gran pantalla con una
película para su lucimiento. La película no cuenta nada más.
Con cierto sabor a la Nouvelle Vague, y al cine francés de los
años 60, lo cierto es que a Yagüe le queda una película absolutamente
afrancesada. En el momento de su estreno, en la prensa, alabaron la influencia
que el director pudiera tener de Jaques Remy. Dice el director que toda la
similitud que su película pudiera tener con la Nouvelle Vague no fue más que
una casualidad. Él rodó la película a su ritmo, con su estilo, y le quedó de
aquella forma de manera involuntaria, porque por aquél entonces, el director ni
tan siquiera conocía a Remy—luego, cuando vio una de sus películas para ver
esas similitudes que se le achacaban, en cuanto descubrió a Bresson se volvió
admirador—.
Por otro lado, aún siendo una película vehículo para el
lucimiento de Miky y los Tonys, estos quedan casi en un segundo plano.
Con unos gags surrealistas totalmente discordantes con el
tono general de la película, y con una duración de poco más de hora y cuarto,
“Megatón Ye Yé” se deja ver tranquilamente, aunque no se sepa quienes son músicos para los que el film está concebido.
Entretenidilla.
Completa el reparto, otro cantante, Mochi y una jovencisima
María José Goyanes, así como Luis Sánchez Polack “Tip”, tiene un pequeño
cameito.
Siendo una película de los años sesenta, llama la atención,
cuando los protagonistas se dan un paseo por la Gran Via Madrileña al principio
de la película, ver la cartelera que reinaba en los cines de la zona aquellos
días, estando en cartel, en el Palacio de la música “Lawrence de Arabia”,
mientras que, el cine que no soy capaz de ubicar y en el que nuestros protagonistas
se detienen, están proyectando un mondo, nada menos que “Este perro mundo”.
Curioso.
La película congregó en su momento unos nada desdeñables
538.000 espectadores.