Hollyward es una empresa —es un decir— bajo la cual se
auspician las películas de Geoff Ward. Ward es un exculturista que, absoluto
adorador del body building, un buen día decide hacerse actor con el único fin
de lucir palmito; no solo es un cachas, también es un guaperas. Así, y
empezando la casa por debajo, comienza a patearse los clubes de comedia de
Florida, dejando en los escenarios su impronta en forma de monólogos de humor.
Obviamente, sus capacidades actorales son limitadas, por lo
que comienza a aparecer en películas de bajísimo presupuesto para su
explotación en vídeo. La más destacada de sus intervenciones sería en la muy
pobretona, aunque oficial, “Despedida de soltero 2” en un papel minúsculo. Sin
embargo, durante la pasada década, la proliferación de la serie Z más chabacana
y de baratillo abrió los brazos ante Ward dándole papeles en algunas de sus
películas. Productoras más pequeñas que “The Asylum”, productos filmados en
vídeo y de procedencia conscientemente
chunga, le incluían en sus castings apareciendo en títulos que incluso se
hicieron populares allende los mares como, por ejemplo, “El ataque del tiburón
de dos cabezas” de Chris Ray (el hijo de Fred Olen Ray) o en la proto gay
“1313: Hercules Unbound!” perteneciente a una saga perpetrada por David DeCoteau. En definitiva: se trata de un actorcillo de tercera regional.
Pronto vio que hacer una película como en las que él
intervenía no era muy difícil, por lo que en 2017 se lanza a producir, escribir
y protagonizar su propio film con un presupuesto de 20.000 dólares. Este tipo
de películas de bajísimo presupuesto, están a medio camino entre lo amateur y
lo semi-profesional, por lo que suelen ser todas un truñazo de considerables
dimensiones y todas ellas carentes de personalidad; esta “Swamp Ape” la dirige
Geoff Ward, pero podría pasar por una de las del Mark Polonia de los últimos
años.
Resulta que los USA, lugar este que está cuajado de leyendas
urbanas, no contentos con el mito de Bigfoot tienen también, y perteneciente a
los pantanos de Florida, el Swamp Ape o Skunk Ape, una especie de hombre mono
que pulula por esa zona y que es reconocible por el hedor a mierda que
desprende. Por lo demás, tiene el mimo comportamiento que un Bigfoot. Y
basándose en esa leyenda, Geoff Ward se monta su propia película sobre este
mono de las charcas en la que un grupo de estudiantes y su profesor se adentran
en los pantanos de Florida con el fin de hacer una investigación de la zona
cuando son asaltados por este simio que irá acabando con ellos de manera
hiper-violenta. Toneladas de jarabe de arce, algunas tetas y lo mejor de todo:
Un señor disfrazado de mono al que se le nota hasta la careta.
Una soberana tontería que no es que sea auto consciente de
su condición de zetosa, es que se recrea en ella y, en lugar de intentar
camuflar sus carencias, las intensifica con el fin de provocar al espectador
unas risas. A buen seguro que el simio podría haber estado algo mejor —porque
si tienen pasta para sangre, han de tener para algo de maquillaje y látex
digno— pero se opta por un disfraz de mierda y una careta que deja asomar parte
del rostro humano del actor que hay debajo. Un desbarajuste en intenciones. Sin
embargo, y aquí está lo chocante, por lo demás la película se toma en serio a
sí misma, no hay ni una gota de humor y entonces, al estar todo en ella tan
intencionado, pero no tirar de humor ni por un momento, el espectador se queda
perplejo porque una de dos: “Swamp Ape”, o es la obra de un payaso redomado o
de un deficiente mental. Viendo la pinta de Geoff Ward, en ningún momento
podemos descartar que sea ambas cosas. Como fuere, la película es una
contradicción en sí misma. Es como si en su condición de auto parodia se
desprendiese, paradójicamente, de todos los elementos paródicos. Una cosa rara.
Por lo demás, aburrimiento y sensación de, a estas alturas,
haber perdido la capacidad de disfrutar de este tipo de películas tan
rematadamente, no ya incompetentes, si no inútiles. Lo único bueno de la cinta,
es que como solo dura una hora, justo cuando de la mala hostia estás a punto de
cagarte en la puta madre que parió a quién sea, va y se acaba.
No tengo ni idea de si Ward habrá hecho algo de dinero con
esta película, pero lo que si es cierto es que, colgada por él mismo en
youtube, ya ha superado las 50.000 descargas, lo que, visto lo visto, no se si
es un mogollón de visionados, o muy poquitos.