El aclamado libro de Chuck D, lider moral y espiritual del
mítico grupo de rap Public Enemy —para los neófitos decir que son, más o menos,
los Rolling Stones del rap— recibe en 2017 una revisión y actualización debido a una edición adscrita a la licencia “Creative
Commons” de 1000 ejemplares, que una editorial de carácter consciente y
reivindicativo de Argentina tiene a bien publicar sin animo de lucro. Dicha
edición, salvo por el prólogo actualizado de Chuck D y otro panfleto que
adjunta uno de los responsables de la presente, dista poco de la original
publicada en 1997, por lo que en ese sentido se queda un tanto desfasada. En
1997, Public Enemy, aunque no estaban en su mejor momento, si vivían tiempos de
bonanza y aún no habían lanzado al mercado el último de sus grandes discos, el
“He got game”, pero si disfrutaban de la popularidad suficiente como para
permitirse el lujo Chuck D de hablar como lo hace, con absoluta aseveración,
casi como si de un profeta se tratara, no ya del rap, si no de la cultura negra
en general. Pero hoy en día, Public Enemy, aún activos, no son ni una mera
sombra de lo que llegaron a ser, sacando discos auto editados que ponen a
disposición de manera gratuita en la red porque el negocio de los discos ya no
les deja una perra como para tomarse la molestia de seguir haciéndolo. Se
dedican a grabar discos y regalarlos, que el dinero les viene por parte de los
bolos, o en su defecto, de alguna parte ajena a la industria musical. Así, leer
a día de hoy a un Chuck D en lo más alto de su carrera, pontificando,
permitiéndose el lujo de decir el camino que debería llevar la industria del
rap con el fin de conseguir algo grande sabiendo que a día de hoy puede que sea
uno de los grandes losers de su generación (porque llegó a ser el más grande,
precisamente) no deja de parecer una anécdota.
Con todo, leí gustoso este libro por muchos factores, sobre
todo, el nostálgico. Public Enemy, posiblemente sea el segundo grupo de rap que
escuché en mi vida (el primero fue Fat Boys) y aunque a día de hoy reniego de
todo mensaje consciente que pueda encontrar en una canción (considero que los
papeles son mejor medio para los panfletos políticos que la música), la única
verdad es que disfruté (y disfruto) con la música de Public Enemy como un enano
pese a su potente carga política. Cuando yo lo bailaba en las discotecas,
tampoco podía imaginar del todo de lo que hablaban, así que, ojos que no ven…
Como fuere, y aún a destiempo, en esta
edición de 20 años después de que fuera concebida, esta lectura era obligada
para mí.
El libro claramente resulta irregular por como está
planteado. Se basa en tres conceptos, que son el autobiográfico, el político y
el racial, cosa que es más que obvia teniendo en cuenta el título del libro y
quién lo ejecuta, pero claro, no comulgo con el nacionalismo negro con el que
tan enfervorizadamente comulga Chuck D (no se puede comulgar con él a no ser
que seas negro) ni me creo su política izquierdosa teniendo en cuenta que toda
su carrera, sus grandes éxitos y sus mejores momentos los ha vivido estando
dentro de una multinacional capitalista desde la que él ha soltado sus soflamas
y ha cobrado el cheque, pero aún así, la pluma de Chuck es grácil, por lo que
se lee con agrado. Otra cosa es que al lector blanco y peninsular le interese lo
que tiene que decir Chuck en ese campo. Sí que me siento más identificado con
aquello que dice él de hacer lo que uno cree que debe hacer al margen de todo y
de todos y el derecho que uno tiene a cambiar de opinión según las experiencias
vitales. Pero todo este panfleto no me interesa en absoluto de no ser por toda
la parte autobiográfica, que si que me interesa y es la que me lleva a no
saltarme páginas (entre otras cosas, porque va combinando estos conceptos en
cada capítulo). La parte biográfica, centrada en la era pre-Public Enemy, en su
gira con U-2 y en los problemas que tuvo el grupo ante las declaraciones
antisemitas de uno de sus componentes, Profesor Griff, son material literario y
autobiográfico de primera categoría; ahí Chuck D se luce como los mísmos ángeles.
Da gusto leerlo. Lo malo es que cada buen pasaje es bombardeado a continuación
por un panfleto político que hace que la estructura de este libro se convierta
en una montaña rusa de emociones. Después del subidón de la parte musical, toca
soportar el coñazo político. Una lata.
Con todo, se trata de un libro esencial para todo aquel, no
ya que haya escuchado a Public Enemy, sino que se haya dignado en escuchar rap
alguna vez en su vida: “Fight the power, rap, raza y realidad” es un diagrama perfecto
de cómo era el Hip-Hop en su única década brillante, la de los 90.