sábado, 8 de junio de 2019

SESIÓN DOBLE: THE PRODIGY + LA PERFECCIÓN

THE PRODIGY : Una pareja joven estrena bebé justo la misma noche que un retorcido psicópata es cazado a tiros por la policía. Desde muy jovencito el niño demostrará tener un cerebro más desarrollado de lo normal para su edad, pero también unos arrebatos de mala leche bastante potentes. Poco a poco esta siniestra faceta se irá imponiendo para mayor escarnio de sus preocupados y sufrientes padres. Aunque la guinda la pondrá el día que un especialista se aproxime a ellos usando la palabra reencarnación.
"The Prodigy" parece de entrada una típica película de niño chungo. Y en cierto modo lo es, solo que con unas pinceladas de efecto sobrenatural que le dan algo más de lustre. Ayudan mucho y bien la capacidad de su director para crear momentos de suspense e inquietud (impagable el escalofrío que me desayuné con el cambio de faz) y las buenas interpretaciones del casting... adulto, porque el infante ciertamente flojea un poquito. Pero no tanto como para estropear el festín, uno bastante entretenido y que logra el cometido de todas las de su especie: activar la tecla del moderado acojone. 
Va incluido guiño/homenaje/mangoneo a Mario Bava.
LA PERFECCIÓN : Una violonchelista-niña prodigio se ve obligada a retirarse porque su madre cae enferma. Pasados diez años esta fallece, por lo que la chica retoma el contacto con su antiguo profesor y se hace muy amiga de la nueva chica prodigio de la academia. Tan bien se caen que terminan acostándose. Al día siguiente emprenden un viaje, pero a medio camino la nueva violonchelista comienza a encontrarse mal. Muy mal. Tanto como para vomitar gusanos y ver horrorizada que algo se mueve bajo su piel.
Leído así parece que estemos ante una nueva y cansina epopeya sobre zombies. O ante algo en la línea de David Cronenberg. Sin embargo, es solo la punta del iceberg y dice muy poco, o casi nada, de una trama que te depara varios giros tremendos totalmente inesperados. Así que no se lo tomen muy a pecho, porque no van por ahí los tiros. En realidad no puedo decir por dónde van sin mandar al peo la diversión. Y es que esta producción Netflix/Miramax puede presumir de una cualidad hoy día jodidamente difícil de encontrar en una peli: Es imprevisible. Y claro, así, cuando llegas al final, resulta que te has pasado la primera mitad preguntándote "¿Pero de qué coño va esto?" y la otra gozando de las consecuencias, por lo que el total resulta muy entretenido.
Richard Shepard, director, tiene en su haber un thriller también muy gozable, "La sombra del cazador" con Richard Gere.