Ya saben que amo, adoro y venero a "Creepshow", el clásico de George A. Romero a puntito de renacer de la mano de una nueva serie comandada por Greg Nicotero y que, aunque dudo que esté a la altura, por lo menos parece que le han puesto mucho cariño. Y eso ya es algo.
He hablado de "Creepshow" mil veces, he mostrado mi colección de cosas, los fotocromos... En fin. Todo. Así pues, hoy, en este viaje retro hasta los tiempos en los que "Fotogramas" era una revista que molaba, y cuya cantidad de publicidad estaba dentro de lo razonable (lo mismo que el lameculismo hacia mucho del producto nasioná), recuperamos un pequeño y completito artículo firmado por el ilustrado especialista Javier Coma (incluido error ortográfico en el título del film, que pasa a ser ¡¡¡¡"Crepshwow"!!!!), y un par de anuncios del lanzamiento en vídeo de tan insigne película.
Desconozco si para entonces ya la había visto, o estaba apuntísimo de hacerlo (en esa misma edición de Polygram que aún conservo y que mis amados y generosos padres me regalaron por Navidad), pero no cabe duda de que material como este me hacía vibrar. Aprovecho para reivindicar el poco difundido dibujo que ilustraba las imágenes dos y tres, incluso a pesar de la torpeza con la que se había diseñado el título. Me encantaba de crío y me sigue encantando ahora. De hecho, acabó formando parte de la decoración de mis carpetas escolares.
Disfruten.
He hablado de "Creepshow" mil veces, he mostrado mi colección de cosas, los fotocromos... En fin. Todo. Así pues, hoy, en este viaje retro hasta los tiempos en los que "Fotogramas" era una revista que molaba, y cuya cantidad de publicidad estaba dentro de lo razonable (lo mismo que el lameculismo hacia mucho del producto nasioná), recuperamos un pequeño y completito artículo firmado por el ilustrado especialista Javier Coma (incluido error ortográfico en el título del film, que pasa a ser ¡¡¡¡"Crepshwow"!!!!), y un par de anuncios del lanzamiento en vídeo de tan insigne película.
Desconozco si para entonces ya la había visto, o estaba apuntísimo de hacerlo (en esa misma edición de Polygram que aún conservo y que mis amados y generosos padres me regalaron por Navidad), pero no cabe duda de que material como este me hacía vibrar. Aprovecho para reivindicar el poco difundido dibujo que ilustraba las imágenes dos y tres, incluso a pesar de la torpeza con la que se había diseñado el título. Me encantaba de crío y me sigue encantando ahora. De hecho, acabó formando parte de la decoración de mis carpetas escolares.
Disfruten.