lunes, 3 de febrero de 2020

VAMPIRES

Resulta muy curioso que después del éxito internacional de la neozelandesa “Lo que hacemos en las sombras” descubra esta “Vampires”, película mucho más barata y belga. Y resulta curioso porque, la neozelandesa, con tanto prestigio que ha ganado durante su carrera, no es más que un vulgar plagio de esta —si no es que la más feroz casualidad ha hecho de las suyas—. Al menos en la forma y el contenido.
“Vampires” cuenta, en forma de falso documental, la vida de una familia de excéntricos vampiros que ha de enfrentarse a su día a día. Los padres obsesionados con alimentarse y la hija que quiere ser humana y le encanta el color rosa y el hijo que se quiere pasar por la piedra a la líder de la comunidad vampírica de Bélgica. Mientras, para que se alimenten, la policía les proporciona inmigrantes y, así, no se comen a la gente de bien.
Básicamente, lo que hace “Lo que hacemos en las sombras” es rodar al mismo estilo que está rodada esta, usar la misma cadencia y el mismo tipo de humor para contar una historia distinta, pero la misma en esencia; también es un falso documental sobre una excéntrica familia de vampiros. Hacen otras cosas, dicen otros chistes, pero lo demás es lo mismo. Sin embargo ¿cuál es la diferencia? Pues que mientras que la de Jermaine Clemet y Taika Waititi es ultra divertida, esta, aun con cierto gracejo, no llega a los niveles de la neozelandesa y resulta un tanto tostón. ¿Es ético robar una idea y mejorarla sustancialmente? Pues la verdad, no lo se muy bien. Pero si que se reconocer la genuinidad y, tras ver “Vampires”, está claro que “Lo que hacemos en las sombras” no lo es. Es mejor película, sin duda, pero no es genuina.
En cuanto al hurto, en el caso de que lo haya, no sería raro. Ambas películas, sus directores, se han paseado por los mismos festivales (Turín, Sitges) sin inmutarse, por lo que no se puede descartar en ningún momento que las malas ideas hayan aflorado en las mentes de los neozelandeses, más poderosos, más célebres que el director de la película Belga, Vincent Lanoo, más bien tirando a desconocido, pero también menos habilidoso en lo que a comedia se refiere, porque, sin embargo, posteriormente, si que tiene un film absolutamente incendiario que sí que me parece estupendo y que sentó algo de cátedra: “Au nom du fils”.
Al margen de esto y de la curiosidad que podamos sentir al respecto, “Vampires” no tiene nada más reseñable, más allá de ser una mala comedia sobre vampiros. Y el hecho de que “Lo que hacemos en las sombras” exista, no hace más que otorgarle más valor a esta, aunque sea porque es un robo descarado.