Tras pasearse la película por algún que otro festival internacional,
esta ha adquirido cierta notoriedad entre la crítica que ya la califica de obra
de culto. Hasta que esos pazguatos de la prensa seria aprendan lo que es una
película de culto (que hoy por hoy, “Lo que hacemos en los sombras”, no lo es)
lo que si podemos decir es que si hay una película cómica que haya sabido
capturar y poner al día el humor de los Monty Phyton, sin duda es esta. Y es
que no el valde, sus dos directores y máximos responsables –que además
protagonizan la cinta- Taika Waititi (bonito nombre) y Jemaine Clement, son
unos laureados cómicos neozelandeses absolutamente deudores del humor de los
Python. Y eso en la película se nota llegando, incluso, a recordarnos sus
interpretaciones a las de algunos de los componentes del grupo británico. Yo
diría, que les imitan sin vergüenza alguna.
Y aunque es humor es
agradable, contiene gags del todo inteligentes y de carcajada, lo que más me
llama la atención de la película es lo respetuosa que es con el cine de terror,
al que homenajea desde el humor con sutil buen gusto, a la par que hace un
alarde de realización magistral; esto es, además de estar rodada
magníficamente, que toma la estética del “Found Footage” en algunos momentos
punteros, y la aplica tan bien, que a pesar de estar viendo escenas cómicas
cuya comicidad se enfatiza a ritmo de música vodevilesca, cuando vemos a esos
vampiros volar, o convertirse en vampiros, da hasta un poco de miedo ¡En serio!
Y ni tan siquiera es la intención de los directores.
Huelga decir, que sorprendido me quedé de la calidad de los
efectos especiales a ratos infográficos, a ratos de la vieja escuela –en los
agradecimientos finales nombran a Peter Jackson. A saber si él o su “Weta”, han
tenido que ver- que son tremendamente efectivos y resultones, a la par que
agradecidos. Y por otro lado, destacar las abundantes cantidades de gore que
contiene la película, siempre teniendo en cuenta de que se trata de una
comedia, y para un público más o menos gafasteril (en realidad es una comedia
populachera neozelandesa, sin más, pero por lo que sea, se ha estrenado aquí en
circuitos reducidos y de V.O. por lo que hipster y demás morrallas, toman la
película como suya, como hecha para ellos. Nada más lejos).
La verdad es que se trata de una película muy divertida, muy
agradable y hasta sorprendente. Hacía mucho que no se veía una comedia de
horror tan divertida y como, no, tiene que provenir de una tierra exótica como
es Nueva Zelanda.
En defínitiva, buen cine, muy recomendable.