Podemos hacernos una idea del percal dando un rápido repaso a la siguiente crónica del "V Concurso de Cortometrajes de la UCM", donde destacan por su condición genérica -y apetecible, al menos leído así en la distancia- cosas como "Na; naraná" de Juan Pablo Ocal o "La última sesión" de Luis Lara, ambos salpicados por la imperante tendencia punk-gotiquista del momento. También se cita a Escuadrilla Lafayette, colectivo especializado en comedia que acabaría evolucionando a La Cuadrilla, esa que en los noventa lo petó con la sobrevalorada "Justino, un asesino de la tercera edad" -¡¡y anda que no nos dieron por el culo con ella!!-, intentando luego repetir la jugada sin éxito hasta desaparecer como grupo y reciclarse a artesanos competentes.
Aunque, tal vez, lo mejor de la crónica viene cuando el autor cita a Vicente Amat y celebra que se haya repuesto de su "trascendentalitis" para dedicarse al humor negro. Impagable. Me puedo poner en el lugar de todos aquellos que ejercían de jurado en movidas parecidas y lo hartos que estarían de cortos aburridos facturados por progres con infulas, de ahí que la mayoría de premios recayeran en los más desenfadados y llamativos. Una vez más, justo al revés de lo que ocurrió en la década siguiente.
Para leer, tecla Ctrl + botón izquierdo del ratón. Luego griten todos al unísono: ¡Graaaaacias ooootra veeeez tío Vicenteeee!