Aunque no le llegue a la altura del betún a "Robocop", es cierto que "Starship Troopers" guarda ciertas similitudes con aquella y, a su manera, tampoco está ni tan mal. Aparte de las obvias (Paul Verhoeven dirigiendo, Ed Neumeier co-guionizando, su naturaleza de ciencia ficción con ribetes de acción, la contundente violencia, etc) "Starship Troopers" gasta también una notable mala leche. Cuando vimos "Robocop" en su estreno, muchos flipamos al encontrarnos una película un pelo distinta. No sabíamos muy bien la razón, pero estaba claro que se alejaba bastante del tono general afín a lo que entendíamos por "acción hollywoodiense". Sería el humor, sería el sarcasmo brutal. No estaba muy claro, más allá de que el dire era europeo y eso, para bien o para mal, marcaba la diferencia.
"Starship Troopers" llegó a nuestras pantallas en 1997. Entonces Paul Verhoeven era ya más que célebre, así como su tendencia provocadora. Por eso no entendí que mucha gente fuese incapaz de ver la guasa oculta. Estábamos demasiado acostumbrados a blockbusters elementales, simples, sin estrías, que nos lo daban todo claro y masticado, a base de blancos y negros perfectamente definidos. Pero aquella aventura galáctica gastaba un tufo a propaganda nazi tan evidente que, en fin, solo podía ser una broma. Sobre todo teniendo en cuenta quien era el director. Es cierto que se inspiraba en una célebre novela de ciencia ficción que, dicen los expertos, acarrea toda esa naturaleza derechista de forma seria y consciente (escrita por Robert A. Heinlein) Lo fácil hubiese sido o mantenerla o extirparla. Sin embargo, los responsables del film prefirieron jugar con ella. Ni tomársela demasiado en serio, ni demasiado en coña, aposentando la duda en el espectador. Había que pensar un poco para pillarlo, y eso es algo que no le puedes pedir al gran público. Los más listos, o mejor informados, lo cogerían. Los otros, seguramente, se ofenderían. Y vaya si los hubo. Cuando fui a verla en su momento, al terminar, en medio de una exaltada propaganda militarista, hubo quien gritó "¡Fascistas!". Me puedo imaginar al típico progre trasnochado, de tendencia anti-yankee, cegado por su discurso de maternales e incapaz de ver más allá de lo evidente. Leer entre líneas. Tan impactado quedé por aquella reacción, que corrí a escribir la respectiva reseña destinada a un fanzine amigo, basándome, por supuesto, en que todo era un enorme chiste por parte del gamberro Verhoeven. Aún hubo quien, tras leerla, confesaba no haberse dado cuenta. Algunos se lo olían pero... no estaban muy seguros. ¿En serio? ¿es que nadie conocía al director, su origen y su filmografía previa? Es más ¿y "Robocop"? allí ya se notaba mucho de aquello. En fin. Cabe decir que hubo otra clase de ofendidos, los fans de la novela, a los que no sentó nada bien lo que hicieron con ella.
La movida va de un futuro distópico muy militarista en el que se desarrolla una terrible guerra entre humanos y unos alienígenas de aspecto insectívoro. La historia se centra en un grupo de amigos que terminarán metidos de lleno en el conflicto -motivados únicamente por amoríos y desamoríos varios- y cómo este afectará a sus existencias. De entre todos ellos destaca Rico (interpretado por el erectador de penes homosexuales Casper Van Dien), que pasará a convertirse en todo un héroe.
El caso es que, aunque adoré todo el elemento polémico, tampoco es que "Starship Troopers" me hiciera saltar de la butaca. La consideré medianamente buena, sin más. Pero a base de acumular años, y visionados, se me fue ganando. Cada vez más. Hoy ya puedo confesar abiertamente que tengo el dvd en mi colección (con un audiocomentario de Verhoeven y Ed Neumeier donde, por si aún dudaban, se aclara la naturaleza de la guasa implícita)
Esos mismos elementos fueron los que, creo yo, la hicieron fracasar en su paso por salas. No es que fuera un super batacazo -de hecho, el cine al que acudí estaba hasta los topes-, pero tampoco acabó de funcionar como se esperaba. Muy al contrario, su distribución en vídeo-clubs se saldó con un éxito tremendo. ¿Y qué hacía Hollywood en esos casos? Pues parir secuelas, solo que invirtiendo menos capital -y talento- para lanzarlas directamente al mercado del vídeo. De esta guisa, "Starship Troopers" conoció dos continuaciones de imagen real. También largometrajes de animación, pero eso no nos interesa. Nos centraremos en las otras que, a pesar de sus aspiraciones modestas, reservan algunas llamativas sorpresas. Con esta reseña entramos de cabeza en la "semana strashiptroopers", en la que, de aquí al domingo, daremos un repaso a las tres entregas de la trilogía. Vuelvan dentro de tres días y sépanlo todo respecto a "Starship Troopers 2: El héroe de la federación".