Sin embargo se trata de una película demasiado ambiciosa para el presupuesto nimio que se gasta, porque “Camp Daze”, no contenta con ser un homenaje a los slashers ochenteros, también quiere juguetear con los viajes en el tiempo, cosa que se convierte en una idea genial, solo que ejecutada sin medios y sin pericia, por un lado los espectadores tardamos en darnos cuenta del juego que se nos propone, y por otro falla, porque todo en esta película falla. A eso añádanle un metraje de casi dos horas de duración, así que se pueden hacer una idea del tipo de producto al que nos estamos enfrentando. Más allá de tratarse de una curiosidad, esto es un sopor de difícil descripción. Como suele pasar casi siempre; dos de arena por una de cal.
Nos encontramos en el campamento Hiawata en el año 1980, donde se celebra la festividad del lugar, cuando una figura indefinida comenzará a asesinar a los campistas de diversas y variopintas maneras. Pronto la acción se trasladará a la actualidad y un grupo de jóvenes decide irse de vacaciones a dicho campamento. Cuando llegan allí les llamará la atención el hecho de que todo es añejo, como de los 80, y serán testigos de una masacre de campistas, aunque a ellos no les sucederá nada. Más tarde descubriremos que el emplazamiento se encuentra en un bucle temporal en el que se revivirá una y otra vez la matanza de aquél aciago día, por eso a nuestros protagonistas no les sucede nada (en cierto modo podríamos decir que la película se adelantó unos años a los recientes experimentos "retronostálgicos" que se marca Blumhouse como "Feliz día de tu muerte" o "Este cuerpo me sienta de muerte"). Después descubriremos al asesino, que no desvelaré porque les estaría haciendo un enorme spoiler, pero a poco que comiencen con el visionado, uno puede intuirlo y acertarlo, o no.
Todo ello servido con efectos especiales muy artesanales, algunos francamente resultones, combinados con otros bastante de andar por casa.
En definitiva, “Camp Daze” que también se editó bajo el título de “Camp Slaugther” en según que edición de vídeo, sería una película bastante soporífera que solo merece la pena ser vista si se es un completista del género y, aun así, dudo que se arme de la paciencia suficiente para verla del tirón. A mí me ha costado cuatro sesiones (quizás cinco) poder hacerlo.
El director responde al nombre de Alex Pucci y su filmografía la componen un buen número de cortometrajes y direct to video, cuya actividad se para en seco en el año 2013. Otro aspirante a director frustrado.
Nos encontramos en el campamento Hiawata en el año 1980, donde se celebra la festividad del lugar, cuando una figura indefinida comenzará a asesinar a los campistas de diversas y variopintas maneras. Pronto la acción se trasladará a la actualidad y un grupo de jóvenes decide irse de vacaciones a dicho campamento. Cuando llegan allí les llamará la atención el hecho de que todo es añejo, como de los 80, y serán testigos de una masacre de campistas, aunque a ellos no les sucederá nada. Más tarde descubriremos que el emplazamiento se encuentra en un bucle temporal en el que se revivirá una y otra vez la matanza de aquél aciago día, por eso a nuestros protagonistas no les sucede nada (en cierto modo podríamos decir que la película se adelantó unos años a los recientes experimentos "retronostálgicos" que se marca Blumhouse como "Feliz día de tu muerte" o "Este cuerpo me sienta de muerte"). Después descubriremos al asesino, que no desvelaré porque les estaría haciendo un enorme spoiler, pero a poco que comiencen con el visionado, uno puede intuirlo y acertarlo, o no.
Todo ello servido con efectos especiales muy artesanales, algunos francamente resultones, combinados con otros bastante de andar por casa.
En definitiva, “Camp Daze” que también se editó bajo el título de “Camp Slaugther” en según que edición de vídeo, sería una película bastante soporífera que solo merece la pena ser vista si se es un completista del género y, aun así, dudo que se arme de la paciencia suficiente para verla del tirón. A mí me ha costado cuatro sesiones (quizás cinco) poder hacerlo.
El director responde al nombre de Alex Pucci y su filmografía la componen un buen número de cortometrajes y direct to video, cuya actividad se para en seco en el año 2013. Otro aspirante a director frustrado.