Eric Jeffrey Haims fue un sexploiter, en el más amplio sentido del término, del que se sabe muy poquita cosa. Su actividad se reduce a poco menos de dos años comprendidos entre 1971 y 1973 en los que realizó cinco espantosas películas y en los que demostró cierta incompetencia tras las cámaras así como un excelso mal gusto.
Sin embargo, los sectores más finos de la cinefilia le confieren un culto a su obra que me parece del todo inmerecido, aunque ya sabemos como funciona esto del culto y lo lleno que está el fandom de paletos y cafres a lo largo y ancho del mundo.
“The Jekyll & Hyde portfolio” de 1971 sería la película más popular de Jeffrey Haims ¿Es la mejor de las que tiene? En absoluto, son todas una suerte de películas baratas y soft de corte amateur donde explota una sexualidad malsana y se recrea en lo escabroso. Lo que sucede es que esta película, con su calificación “X”, se vio poco y mal durante su estreno y, ya en los 80, cuando fue distribuida en vídeo, se hicieron muy poquitas copias de la misma. Por lo que en la era de los coleccionistas, a finales de los 80 y durante la década de los 90, tener una copia en vídeo de “The Jekyll & Hyde portfolio” significaba tener una película oscura y decadente a la que muy poquita gente tenía acceso, por lo que con el tiempo, se llegaron a subastar cintas en internet por valores que ascendían hasta los 1500 dólares.
Supongo que el que posea el VHS posee un objeto de valor, pero en realidad todo el oscurantismo que rodeaba a este film terminó el día que la buena gente de Vinegard Syndrome decidió remasterizar en HD y lanzar en Blu-ray, algunas de las películas de Eric Jeffrey Haims, entre ellas, la que nos ocupa. Así que debe haber algún guiri por ahí tirándose de los pelos por haber tirado 1500 dólares a la basura. Aunque probablemente lo que tenía valor en sí, era el objeto y no la película.
En cuanto a esta, efectivamente es un zurrullo muy serio, pero tiene un par de cosillas curiosas, como toda buena cosa rara, misteriosa y desperada que se precie de serlo.
El film toma libremente la obra literaria de “El doctor Jekyll y Mr. Hyde” y hace con ella lo que le da la real gana, convirtiendo este mito en una especie de pre-slasher sanguinolento y desagradable, con un montón de escenas de cama mixtas y cierta querencia por mostrarnos casquería. Higadillos, callos a la madrileña, zarajos y gallinejas hacen acto de presencia, así como, ambientada en una escuela de medicina, se nos presentan largas secuencias donde un doctor disecciona una rana. Se le pone a uno mal cuerpo con todo eso. Además de gratis.
Y el argumento no sería otro que el doctor Jekyll convirtiéndose, no ya en Mr Hyde, sino además en una especie de tullido contrahecho con pulsiones sexuales, deambulando por la escuela de medicina y asesinando con total brutalidad a las estudiantes de enfermería. Punto pelota. Entre medias, las disecciones de ranas enormes, mucho folleteo y eternas conversaciones entre actores terribles que no llevan a ninguna parte. Todo ello combinado con una serie de bruscos cortes de montaje, transiciones y planos imposibles que acercan la película al cine experimental de manera involuntaria y unos traqueteos por parte del operador de cámara, quien quiera que sea —hay quien especula que es el propio Eric Jeffrey Haims —, que le dan a uno cierto dolor de cabeza.
Pero la película es de 1971, es excesiva, y todo ese gore con sangre rojita casi tirando a rosa, que en cierto modo guarda una deuda con el cine de Herschell Gordon Lewis (pero sin inventiva), le otorgan a “The Jekyll & Hyde portfolio” cierto encanto y, uno, que ya echa sangre por las retinas de la cantidad de mierda que ha visto, afirma que, siendo esto un mojón bien lustroso, no sería, ni de lejos, el peor que he consumido en mi vida. En resumidas cuentas, tiene algo de gracia.
Y el título mola de cojones ¿Por qué “El portafolio de Jekyll & Hyde”? debe ser porque es un muestrario de sus asesinatos.
Ya irán pasando por aquí en un futuro, no sabemos si cercano o lejano, más películas de Eric Jefffrey Haims.