Nos suelen taladrar mucho con el punk británico del 77, que si "Sex Pistols", que si "The Clash", que si "The Jam"... y está bien, son bandas buenas, pero no todo acaba ahí, hay más. Algunos se han atrevido a hablar del punk de "segunda regional" como "The Lurkers", "Slaughter & the dogs", "Chelsea" o "Sham 69". Sin embargo, también existe una "tercera regional" y, en muchos aspectos, es ahí donde se esconde el mejor punk, básicamente porque son grupos oscuros que grababan sus discos en condiciones paupérrimas y por ello conservaban viva la suciedad y cutrez que -a mi modesto entender- toda banda punk debería poseer. ¿Nombres?, pues "The Drones", "Eater", "The Pop Rivets" o el que nos ocupa, "The Pork Dukes".
Nacidos como una coña (había quien creía que tras el nombre se ocultaban músicos famosos y respetables con ganas de divertirse), la especialidad de los "Pork Dukes" consistía en letras totalmente escatológicas, sexualmente explícitas y garrulas, así como una estética muy peculiar perfectamente reflejada en los diseños de sus portadas, con dibujos crudos de un cerdo haciendo cerdadas. Hasta cierto punto, podría decirse, fueron un precedente de "Macc Lads" o incluso "The Yobs". El sonido de los "Pork Dukes" es el clásico "pop razonablemente acelerado y sucio" que sonaba en plena fiebre 77. Tras armar un poco de escándalo, y alterar el flujo vaginal de feministas (sobre todo gracias a canciones como "Marxist Leninist Feminist"), el grupo puso freno a sus actividades en 1979.
Pasados veinte años, el estupendo sello "Damaged Goods" lanza un recopilatorio la mar de completo y bonito de ver, "All the filth!". Su buena recepción podría tener algo que ver con que, no mucho después, los "Dukes" deciden volver a la acción, echando mano de un sonido más limpio, trabajado e inevitablemente carente del gracejo y la garra (guarra) de sus trabajos previos. Desde entonces se han ido dejando ver, o incluso editado algo nuevo, pero sin mayor trascendencia.
Ante tan deprimente panorama, siempre nos quedan las canciones perfectamente gozosas que parieron en su etapa de mayor inspiración, con títulos tan llamativos como -tiro de traducción literal vía internete- "Masturbador telefónico", "Melody Maker, no sois más que una panda de babosos", "Chicos sucios - vosotros sucios coños", "Me gustan tus grandes tetas - A ver si se ajusta" o, mi favorita -de hilarante, salvaje, graciosísima y absurda letra-, "Mi madre me regaló una pistola en Navidad"...