sábado, 30 de junio de 2012
LECTORES INMORALMENTE SATISFECHOS
"Tras el bochorno ante la negación y humillación a la que he sido sometido por parte del PIBÓN de la Cajera del FNAC DIAGONAL, aún forzada bajo amenaza, me ha gritado en mi cara: "Fuera de mi vista ASQUEROSO...!!!", antes de perder la dignidad, no pude hacer más que contestarle con un: AH MI POLLA HIJA DE PUTA!!! y darme a la FUGA en plan TORETE... éso si, ha valido la pena porque ya tengo mi 3er "MALAS PERO DIVERTIDAS", (los otros 2 ejemplares fueron regalos a un par de FOCAS por ver si la METIA EN ADOBO...!!!) , Si, los informáticos nos cuesta de meter... pasa algo???, Aquí teneis la prueba...!!!"
- Jordi Macanz Serrano, comprador e incluso puede que lector de "Malas pero divertidas" (Raima Ediciones)
"Gracias figura!!"
- Los autores del susodicho libro.
Naxo Fiol
viernes, 29 de junio de 2012
EN BUSCA DEL AVIÓN PERDIDO
Que el mayor mérito de una película sea haberse aprovechado de un taquillazo ajeno antes que nadie, es mala señal. Y mucho me temo que ese sea el caso de este "En busca del avión perdido" que, con semejante título, no hace falta decir de qué film churrupetea. Claro que es el título Español, tal vez sea cosa de un distribuidor oportunista/desalmado y en realidad, en versión original, las intenciones no canten tanto. Hombre, TANTO no, pero tampoco se quedan cortas: "Race for the Yankee Zephyr", que así se llama de verdad, tiene cierto parecido con "Raiders of the lost ark"... ambos van a la búsqueda de algo de enigmático nombre. ¿O no?. Recuerdo cuando se estrenó "En busca del avión perdido" en este país de paletos. Aún caliente el éxito del film de Steven Spielberg, apareció en los periódicos el anuncio de esta producción Australiana (con ayuda de Nueva Zelanda y los mismos USA). Eso sí, en pequeñito, sin llamar mucho la atención (y mintiendo, el avión ilustrado tiene un aspecto más futurista del que vemos en la peli). Ya entonces pensé: "¡Vaya morrazo!". Y no tuve interés en deglutirla. Y así continué hasta que la encontré metida entre mis recién adquiridos Betas y pensé que ya iba siendo hora de darle una oportunidad.
Unos cazadores encuentran en lo alto de las montañas un viejo avión de la segunda guerra mundial desaparecido en su época (y ocurre a los 10 minutos de trama, por lo que la búsqueda dura bastante poco). Resulta que entre su cargamento hay unos lingotes de oro de los que un malvado mecenas quiere apropiarse a todo precio. Los cazadores, acompañados de la inevitable hija chillona de uno de ellos, harán lo posible para ganarles la "carrera" a la que hace mención el título original.
Francamente, mientras veía "En busca del avión perdido" tenía mis dudas de si realmente la intención de sus artífices fue imitar "En busca del arca perdida". A fin de cuentas, ambas están fechadas en el mismo año, 1981... ¿no es demasiado poco margen para que los segundos vieran la de Spielberg y se pusieran manos a la obra?. Tal vez simplemente fuese casualidad... pero claro, la idea de recuperar el regusto del viejo cine de aventuras es una casualidad muy gorda para aquellos tiempos en los que a nadie parecía interesarle meterse en tales mandangas. Aunque la peli va cargadita de pequeñas pistas, pequeños detalles, que le hacen dudar a uno. ¡Qué misterio más tonto!.
En todo caso, la labor de los Australianos tampoco es que sea gran cosa. Arranca más o menos bien, como un divertimento de sobremesa, pero su repetición de conceptos (vamos, que todo se limita a esa carrera que no parece acabar nunca) termina por aburrir. Ahora los malos se adelantan, ahora los buenos les paran los pies y ganan la partida, pero los malos vuelven a adelantarse, y los buenos una vez más intentan pararles los pies. Y bla, bla. Coñazo. Además, tampoco es muy espectacular ni llamativa en ningún aspecto, y el humor, basado en el típico antagonismo entre el chico y la chica, algo inadecuado (aunque no tanto como para inspirar a unos distribuidores de vídeo que, posteriormente, la editaron con la absurda y extraña caratula que les dejo aquí cerquita, totalmente de comedia cafre y con el detalle de que el George Peppard retratado es el que por entonces se dejaba ver en las filas del "Equipo A").
Pues sí, George Peppard interpreta al malo (y que de entrada, va vestido igual que "Arnold Toht"). Le siguen el prota guaperas/golfo de rigor, Ken Wahl (de "Ultimátum") y el bueno de Donald Pleasence tirando a sobreactuado, tanto como Lesley Ann Warren (aunque en su caso, la sobreactuación es un talento innato. Por cierto, se marca un numerito erótico tan chorra/cutre como sensual) y algún que otro secundario habitual del cine de aquellos lares. Dirige el cotarro David Hammings, más conocido por su faceta como actor -lo has visto en "Blow-Up" y "Rojo Oscuro", la de Argento- pero que en funciones de director también se marcó algún que otro título de interés, como "El Superviviente"... ¡y varios episodios de "El Equipo A"!, supongo que resultado de sus buenas relaciones con Peppard.
En definitiva, "En busca del avión perdido" es una mediocridad de tamaño colosal que, si de verdad no tienes nada que hacer, y te aburres muchísimo, y no hay nadie en la habitación dispuesta/o a darte placer carnal, y el calor es infernal y... etc, entonces, sí igual te sirva de algo. En caso contrario, ¡pal container!.
Unos cazadores encuentran en lo alto de las montañas un viejo avión de la segunda guerra mundial desaparecido en su época (y ocurre a los 10 minutos de trama, por lo que la búsqueda dura bastante poco). Resulta que entre su cargamento hay unos lingotes de oro de los que un malvado mecenas quiere apropiarse a todo precio. Los cazadores, acompañados de la inevitable hija chillona de uno de ellos, harán lo posible para ganarles la "carrera" a la que hace mención el título original.
Francamente, mientras veía "En busca del avión perdido" tenía mis dudas de si realmente la intención de sus artífices fue imitar "En busca del arca perdida". A fin de cuentas, ambas están fechadas en el mismo año, 1981... ¿no es demasiado poco margen para que los segundos vieran la de Spielberg y se pusieran manos a la obra?. Tal vez simplemente fuese casualidad... pero claro, la idea de recuperar el regusto del viejo cine de aventuras es una casualidad muy gorda para aquellos tiempos en los que a nadie parecía interesarle meterse en tales mandangas. Aunque la peli va cargadita de pequeñas pistas, pequeños detalles, que le hacen dudar a uno. ¡Qué misterio más tonto!.
En todo caso, la labor de los Australianos tampoco es que sea gran cosa. Arranca más o menos bien, como un divertimento de sobremesa, pero su repetición de conceptos (vamos, que todo se limita a esa carrera que no parece acabar nunca) termina por aburrir. Ahora los malos se adelantan, ahora los buenos les paran los pies y ganan la partida, pero los malos vuelven a adelantarse, y los buenos una vez más intentan pararles los pies. Y bla, bla. Coñazo. Además, tampoco es muy espectacular ni llamativa en ningún aspecto, y el humor, basado en el típico antagonismo entre el chico y la chica, algo inadecuado (aunque no tanto como para inspirar a unos distribuidores de vídeo que, posteriormente, la editaron con la absurda y extraña caratula que les dejo aquí cerquita, totalmente de comedia cafre y con el detalle de que el George Peppard retratado es el que por entonces se dejaba ver en las filas del "Equipo A").
Pues sí, George Peppard interpreta al malo (y que de entrada, va vestido igual que "Arnold Toht"). Le siguen el prota guaperas/golfo de rigor, Ken Wahl (de "Ultimátum") y el bueno de Donald Pleasence tirando a sobreactuado, tanto como Lesley Ann Warren (aunque en su caso, la sobreactuación es un talento innato. Por cierto, se marca un numerito erótico tan chorra/cutre como sensual) y algún que otro secundario habitual del cine de aquellos lares. Dirige el cotarro David Hammings, más conocido por su faceta como actor -lo has visto en "Blow-Up" y "Rojo Oscuro", la de Argento- pero que en funciones de director también se marcó algún que otro título de interés, como "El Superviviente"... ¡y varios episodios de "El Equipo A"!, supongo que resultado de sus buenas relaciones con Peppard.
En definitiva, "En busca del avión perdido" es una mediocridad de tamaño colosal que, si de verdad no tienes nada que hacer, y te aburres muchísimo, y no hay nadie en la habitación dispuesta/o a darte placer carnal, y el calor es infernal y... etc, entonces, sí igual te sirva de algo. En caso contrario, ¡pal container!.
Naxo Fiol
jueves, 28 de junio de 2012
AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (24): DOS ERAN DOS
Como saben, recientemente fui obsequiado con un buen puñado de cintas Beta. Algunas de ellas contaban con un notable defecto, iban sin caja. Sin caratula. Y para mi una cinta de vídeo sin caja/caratula es como una mujer sin senos. Apetece, pero algo falta. El fin de estas era, obviamente, disfrutar únicamente de la película que contuvieran y, una vez vista -o ripeada-, al container. Entre tan poco afortunado grupo estaba "Alguien detrás de la puerta", sin más datos que el título. De entrada todo hacía creer que se trataba de un jugoso film de terror, pero una vez buscada senda información en la red, descubrí que en realidad era un thriller protagonizado por Charles Bronson y Anthony Perkins. Me hubiese corrido como una furcia si estuviera fechado en los 80 y con producción "Cannon" (que es cuando a mi me mola ver al del bigotillo), pero no. "Alguien detrás de la puerta" es de 1971 y en v.o. se llama "The Stranger". Según Imdb va sobre un médico que se entera que su mujer le pone los cuernos. Para vengarse y eliminarla, pilla a uno de sus pacientes amnésicos (Charlie) y le convence de que la mujer del médico es la suya y que tiene que matarla o algo así. No está mal, oiga, igual hasta la veo... lo que pasa es que si a mi me quitas al Charlie poli, justiciero o asesino profesional, frío y sin motivos personales, no me mola tanto.
Pero vamos, esto era solo una mera introducción. La verdadera sorpresa cuando encontré la caratula hispana de "Alguien detrás de la puerta" fue descubrir que, una vez más, nuestros entrañables diseñadores se habían pasado de listos con otro de sus enfermizos collages. No me pregunten a qué peli pertenece la imagen de base de la sombra, porque aunque si investigara no dudo que daría con la respuesta, tampoco es algo que me apetezca.
Sin embargo, las imágenes de los actores principales son fácilmente reconocibles. La de Charles Bronson pertenece a "Yo soy la justicia", o "Death Wish 2", segunda e infame entrega de la saga que le hizo inmortal. En ella, Charlie, decidido a vengar la muerte de su hija, por las noches se disfraza con ropajes urbanitas, destacando el sombrerico negro, y sale a la caza de los culpables.
La otra imagen, la de Perkins, es aún más reconocible, "Psicosis 2", la delicada pero aún así bien considerada segunda parte del clásico de Alfred Hitchcock. Encontrar la "fuente original" me estaba costando un güevo hasta que recordé que, si la reconocía, era porque en su año había sido flamante portada de la revista "Dirigido por", de cuando mi hermano se las compraba todas y yo me pasaba horas en su cuarto leyéndolas. Así que ale, a buscar dicha cubierta, que me va como anillo al dedo porque luce incrustado el título de "Psicosis 2", y de este modo ven que no me lo invento!!!!.
Como pueden apreciar, antes de meterla en la caratula, invertieron la dirección hacia donde mira Perkins, tal vez para que sus ojos se cruzaran con los de Bronson.
Como pueden apreciar, antes de meterla en la caratula, invertieron la dirección hacia donde mira Perkins, tal vez para que sus ojos se cruzaran con los de Bronson.
No deja de ser una extraña y curiosa casualidad que ambas fotos no solo no pertenezcan a "Alguien detras de la puerta", sino que lo hagan a sendas segundas partes de sendos éxitos taquilleros de ambos actores. Y, ya puestos, que a las dos únicamente las separe un año de diferencia. La de Bronson es del 82, y la de Perkins del 83.
¡Que raro y entrañable es todo!
Naxo Fiol
miércoles, 27 de junio de 2012
HIERRO DULCE
Extraña película española datada en los años ochenta y dirigida por el enigmático Francisco Rodríguez Fernández, que sin subvenciones y parida en ese periodo de transición que separa el cine español popular del cine español impuesto por Pilar Miró, nos ofrece una historia que distinta a lo que la pantalla española nos tenía acostumbrados por aquel entonces. Aun con algún ramalazo a lo “Cine Quinqui”, no sabría como etiquetarla. Sin serlo, ni tan siquiera pretenderlo, el tufillo que suelta a cine “Post apocalíptico”, deja en el espectador un raro sabor de boca.
Un individuo, alentado por su padre, se ve obligado ha hacer un extraño trueque. Tiene que intercambiar un maletín lleno de dinero por algo que en ningún momento se nos revela. Seguimos sin saber muy bien que ocurre, pero el intercambio se trunca. Durante la vuelta a casa del protagonista, un niño armado con bardeo, se cuela en su coche, y bajo amenaza, ya que este huye de dos quinquis, le hace conducir hasta una explanada del extrarradio Madrileño (luego sabremos que se trata de Getafe). Allí, es medio secuestrado por el abuelo del niño, quien quiere la ayuda de este individuo ya que es ingeniero, para que le ayude a poner en marcha una fabrica de clavos que está construyendo a base de chatarra. Y durante el periplo, el tipo se verá envuelto en las más variopintas situaciones.
Una película atípica, sencillita, de bajo presupuesto pero efectiva, que cuenta muchas cosas, pero a la vez no cuenta nada, que vemos con agrado y siguiendo las situaciones, pero que una vez que acaba nos damos cuenta de que realmente, lo que nos ha contado es mínimo y poco interesante… pero está entretenida.
Porque al final, sin ser una comedia, ni un drama, ni una película de acción ni nada de eso, la atmósfera malsana del descampado donde transcurre, y la sensación de desasosiego que nos trasmite el protagonista, que por mas que lo intenta, no logra escapar de allí, resulta ser lo importante, más incluso que la historia, y por lo que a mí respecta, me quedo más que satisfecho tras su visionado.
En el reparto, el inmenso Emilio Gutiérrez Caba, Eduardo Calvo, Enma Suarez, jovencísima y mostrando sin pudor un cuidado felpudo negro y unas enormes tetas (pero inmensas) que la convierten en oscuro objeto de onanismo colectivo. Lola Gaos, Luis Ciges; Aldo Sambrell y el hijo de Manolo Zarzo, David Zarzo, que a medida que se hacía mayor, iba empobreciendo como actor. Casi ná.
Por supuesto, el cartel es tremendamente engañoso y hay muchos de los personajes que aparecen en este, que no lo hacen en la película.
Un individuo, alentado por su padre, se ve obligado ha hacer un extraño trueque. Tiene que intercambiar un maletín lleno de dinero por algo que en ningún momento se nos revela. Seguimos sin saber muy bien que ocurre, pero el intercambio se trunca. Durante la vuelta a casa del protagonista, un niño armado con bardeo, se cuela en su coche, y bajo amenaza, ya que este huye de dos quinquis, le hace conducir hasta una explanada del extrarradio Madrileño (luego sabremos que se trata de Getafe). Allí, es medio secuestrado por el abuelo del niño, quien quiere la ayuda de este individuo ya que es ingeniero, para que le ayude a poner en marcha una fabrica de clavos que está construyendo a base de chatarra. Y durante el periplo, el tipo se verá envuelto en las más variopintas situaciones.
Una película atípica, sencillita, de bajo presupuesto pero efectiva, que cuenta muchas cosas, pero a la vez no cuenta nada, que vemos con agrado y siguiendo las situaciones, pero que una vez que acaba nos damos cuenta de que realmente, lo que nos ha contado es mínimo y poco interesante… pero está entretenida.
Porque al final, sin ser una comedia, ni un drama, ni una película de acción ni nada de eso, la atmósfera malsana del descampado donde transcurre, y la sensación de desasosiego que nos trasmite el protagonista, que por mas que lo intenta, no logra escapar de allí, resulta ser lo importante, más incluso que la historia, y por lo que a mí respecta, me quedo más que satisfecho tras su visionado.
En el reparto, el inmenso Emilio Gutiérrez Caba, Eduardo Calvo, Enma Suarez, jovencísima y mostrando sin pudor un cuidado felpudo negro y unas enormes tetas (pero inmensas) que la convierten en oscuro objeto de onanismo colectivo. Lola Gaos, Luis Ciges; Aldo Sambrell y el hijo de Manolo Zarzo, David Zarzo, que a medida que se hacía mayor, iba empobreciendo como actor. Casi ná.
Por supuesto, el cartel es tremendamente engañoso y hay muchos de los personajes que aparecen en este, que no lo hacen en la película.
Victor Olid
PUNISHER: LAZOS DE SANGRE
Una de las historias clásicas del Castigador, concretamente
de 1991. En el timeline de la vida de Frank los hechos ocurren 6 meses después del
incidente en Central Park donde resulto muerta la esposa e hijos de Castle. Así
entonces, nos encontramos con un Punisher calculador, pero algo más blando de
lo que nos tiene acostumbrados en la actualidad.
Castle está siguiendo una pista que le conduce hasta Santo
Domingo. Acude al país sudamericano con la intención de acabar con el Cartel de
Ramone, pero el mismo día que está apuntando su rifle de francotirador al General
De Ortega, uno de los muchos militares corruptos que regentan el país, Frank ve
algo que le hace dejar el rifle a un lado. Un viejo compañero de Vietnam está
reunido con el General. Quince que es como se llama, es un agente de la DEA
enviado a Santo Domingo para acabar con el tráfico de drogas. Frank decide
hacerle un visita a su amigo y allí se encontrara también con la que fue el
primer amor de su vida, Angela, una oficial encargada de las desencriptación en
Vietnam, y que junto a Frank y Quince eran el trió de amigos mas unidos de
Vietnam. Quince y Angela han tenido una hija, Laura, lo que le hace recordar
los sucesos de hace seis meses en New York. Además Quince y su mujer también cobijan
en su casa a Esteban, el hijo de Ramone, el mafioso local. Esa misma noche son
atacados por los hombres del General De Ortega, y aunque no salen muy bien
parados, matan a los amigos de Frank y secuestran Laura. Es entonces cuando
Castle y Esteban van hasta lo más recóndito de la selva para rescatar a Laura.
En la historia se critica a los gobiernos latinoamericanos
que daban manga ancha a los traficantes de drogas, pero poco o nada se dice de
los intereses que los USA tenían en esas drogas o en cualquier otro trato con
los traficantes. También nos presenta un Punisher preocupado por la seguridad
de unos niños que le recuerdan vagamente a sus propios hijos, así como conocer
un poco más la vida de Castle antes de convertirse en el Castigador.
Al principio decía que Punisher era algo más blando que
ahora, ya que para sacarle información a un tipo se tira seis horas, cuando en
algunos comics con estar cinco minutos en manos de Castle ya es más que
suficiente para cantar hasta aquella vez que le cogiste cinco duros del bolso a
tu madre.
Buen comic, no es la panacea pero tampoco es aquel horror en
el que Castle volvía de entre los muertos con poderes angelicales, o alguna
mierda así.
martes, 26 de junio de 2012
LA REBELIÓN DE LOS PÁJAROS
Sin lugar a dudas, en la escena de grupos infantiles de los años ochenta (toda una muestra de lo ingenuos que éramos los niños de dicha época, que con un par de vinilos de Teresa Rabal éramos felices, y no como ahora que los niños necesitan cocaína y que se la chupen a ritmo de la más aburrida radio formula o con machacones ritmos tecno), “Regaliz”, aun teniendo un nutrido número de fans, siempre fueron los eternos segundones, el rescoldo de aquél huracán que arrasaba con todo llamado “Parchis” (y que vuelven ahora a la palestra, sin saber muy bien por qué, y con un niño negro es la nueva formación, en un alarde racista, de no parecer racistas). Y casi de manera natural y espontánea, lo natural es que, al igual que “Parchis”, “Regaliz” diera su salto al cine.
Pero lejos de conseguir un súper éxito, la primera película de la formación musical, resultó ser un fracaso (luego se resarcieron a las ordenes de Antonio Mercero y la película de culto “Buenas noches señor monstruo”). Y no es para menos ya que “La rebelión de los pájaros”, es una buena muestra de aburrimiento y sobretodo hipocresía.
Un buen día en Barcelona, la mitad de los pájaros mueren, mientras que la otra mitad se va de la ciudad. Todo ello, según la película, por culpa de los humos y la contaminación. Un grupo de niños comandado por “Regaliz”, toma la ciudad con el fin de concienciar a los mayores, de que para solucionar estos problemas medioambientales, hay que hacer algo. Para ello organizan manifestaciones y acciones al mas puro estilo greenpeace.
Un panfleto ecologista en el que se tira mucho de discurso político y donde “Regaliz” apenas cantan, con lo cual se queda en una sucia película con niños repelentes manifestándose con pancartas. Es curioso que hicieran una película de este corte, primero porque al publico, el mensaje que esta película pretende lanzar, ser la trae floja, solo le interesan las canciones, que como ya he dicho, aquí brillan por su ausencia. Y por otro lado, a mi me parece de muy poca vergüenza, que los artífices de esta película, lancen una moralina cargada de buenas intenciones y actitudes hippiosas, cuando lo hacen a través del grupo “Regaliz” a los que explotaron vilmente, y cuando el único motivo de que esta película exista, es el recaudar algo de dinero.
Pero a parte de todo esto, estamos ante una película de lo más estúpida y aburrida, que no es que en este ultimo visionado no me haya gustado, es que cuando la vi en la época, fanático cómo yo era de los grupos infantiles, ya me pareció un soberano coñazo, Junto a los “Regaliz”, en el reparto contamos con la presencia de un jovencito Jorge Sanz, que pese a que está doblado, se le ve mas suelto y con más tablas que en la actualidad, amén de ser rl verdadero protagonista de la película. Asunta Serna, que venía de mostrar el felpudaco en “Polvos Mágicos” y Alfred Luccheti con el look de Don Minervo que se gastaba en este tipo de productos y, claro, en “Las aventuras de Zipi y Zape”.
Dirige el cotarro Luis José Comerón, al que también le encargaron que sacara jugo cinematográfico a Eugenio en “Un genio en apuros”.
Pero lejos de conseguir un súper éxito, la primera película de la formación musical, resultó ser un fracaso (luego se resarcieron a las ordenes de Antonio Mercero y la película de culto “Buenas noches señor monstruo”). Y no es para menos ya que “La rebelión de los pájaros”, es una buena muestra de aburrimiento y sobretodo hipocresía.
Un buen día en Barcelona, la mitad de los pájaros mueren, mientras que la otra mitad se va de la ciudad. Todo ello, según la película, por culpa de los humos y la contaminación. Un grupo de niños comandado por “Regaliz”, toma la ciudad con el fin de concienciar a los mayores, de que para solucionar estos problemas medioambientales, hay que hacer algo. Para ello organizan manifestaciones y acciones al mas puro estilo greenpeace.
Un panfleto ecologista en el que se tira mucho de discurso político y donde “Regaliz” apenas cantan, con lo cual se queda en una sucia película con niños repelentes manifestándose con pancartas. Es curioso que hicieran una película de este corte, primero porque al publico, el mensaje que esta película pretende lanzar, ser la trae floja, solo le interesan las canciones, que como ya he dicho, aquí brillan por su ausencia. Y por otro lado, a mi me parece de muy poca vergüenza, que los artífices de esta película, lancen una moralina cargada de buenas intenciones y actitudes hippiosas, cuando lo hacen a través del grupo “Regaliz” a los que explotaron vilmente, y cuando el único motivo de que esta película exista, es el recaudar algo de dinero.
Pero a parte de todo esto, estamos ante una película de lo más estúpida y aburrida, que no es que en este ultimo visionado no me haya gustado, es que cuando la vi en la época, fanático cómo yo era de los grupos infantiles, ya me pareció un soberano coñazo, Junto a los “Regaliz”, en el reparto contamos con la presencia de un jovencito Jorge Sanz, que pese a que está doblado, se le ve mas suelto y con más tablas que en la actualidad, amén de ser rl verdadero protagonista de la película. Asunta Serna, que venía de mostrar el felpudaco en “Polvos Mágicos” y Alfred Luccheti con el look de Don Minervo que se gastaba en este tipo de productos y, claro, en “Las aventuras de Zipi y Zape”.
Dirige el cotarro Luis José Comerón, al que también le encargaron que sacara jugo cinematográfico a Eugenio en “Un genio en apuros”.
Victor Olid
LLEGAN SIN AVISAR
En el documental oficial sobre la creación y rodaje de "Depredador" aparece Shane Black, actor secundario en el film, y actual director del tercer "Iron Man", preguntándose entre el asombro y la ofuscación cómo era posible que, hasta "Depredador", a nadie se le hubiera ocurrido antes el concepto del alienígena que viene a la tierra a cazarnos como si fuéramos animales. Evidentemente, si por un lado no pongo en duda el talento del Sr.Black para lo suyo, sí me atrevo a cuestionar sus conocimientos cinematográficos. "Depredador" NO era la primera peli sobre un extraterrestre cazador, hubo una siete años antes, concretamente esta "Llegan sin avisar" cuya caratula video-clubera seguramente quitó el sueño y fascinó a un montón de chavales en la época (yo incluido). Por lo demás, el parecido entre este film y "Depredador" termina ahí. Evidentemente la de John McTiernan, sin procesarle tampoco una especial estima, me parece mil veces mejor. Pero al césar lo que es del césar, Lyn Freeman, Daniel Grodnik, Ben Nett y Steve Mathis (guionistas todos ellos de "LLegan sin avisar") tuvieron la idea antes y merecen lucir ese mérito con orgullo (que alguien les precediera es algo que desconozco por completo).
Una vez dicho esto, no hay mucho más que contar. Se supone que la gracia de "Llegan sin avisar" está en que se trata de ciencia ficción estilo años 50 adaptada a los nuevos tiempos (con más sangre y asquerosidades, que las hay, pocas, pero las hay) y también en pensar que los bichejos redondos, voladores y dentados que aparecen en la caratula, y en el 80% del film, son los marcianos malos de nuestra historia, para luego llevarse la sorpresa al descubrir que no, que en realidad se trata del armamento de un alienígena mayor (lástima que el mismo cartel lo estropee). Contra este se enfrentarán una galería de personajes de lo más dispar, que incluye a los inevitables adolescentes excursionistas, un ex-militar loco que ve marcianos por todas partes y el anti-héroe de rigor listo para el sacrificio.
Uno de los aspectos más entrañables de "Llegan sin avisar" es su reparto, agárrense: tenemos a Jack Palance, Martin Landau, Cameron Mitchell (en un escueto papel), Neville Brand, Ralph Meeker o Larry Storch, todos ellos actores más que veteranos que en 1980 ya acarreaban largos y lustrosos curriculums. Les acompañan nada menos que David Caruso, el pelirrojo de "CSI: Miami", bastante más jovencito y Kevin Peter Hall interpretando al extraterrestre. Bien, este es un dato muy interesante ya que Hall fue también el tio bajo el disfraz en... ¡"Depredador"!, ¿demasiada casualidad?.
En cuestiones técnicas nos encontramos con Greg Cannom a los maquillajes (y el muchacho se luce, ya que en ese apartado la cosa anda bien servida), nada menos que Dean Cundey como director de fotografía (mano derecha habitual de Steven Spielberg, Robert Zemeckis y John Carpenter, ¡toma ya!) y, claro, el responsable del invento, el limitadico Greydon Clark, a quien también debemos films como "Wacko", "Joysticks", "Uninvited", "Skinheads", "Lambada, el baile prohibido" o algunos episodios de la serie "Mike Hammer". Menudo jefe.
Pero dejando de lado la idea del marciano cazador, por lo demás "Llegan sin avisar" es bastante plomiza. Algo coñazo. Sí, mola su look, los actores, algún momento inspirado (incluyo aquí la inesperada muerte de un personaje de aquellos que mas bien suelen terminar salvando la papeleta)... en fin, lo propio de la época, pero todo queda lastrado por un abuso de "nada", de mucho "bla, bla", de paseos nocturnos y, en fin, de una carencia casi total de ritmo, algo solucionada hacia el final, pero demasiado tarde como para dejarnos verdadero buen sabor de boca.
Una vez dicho esto, no hay mucho más que contar. Se supone que la gracia de "Llegan sin avisar" está en que se trata de ciencia ficción estilo años 50 adaptada a los nuevos tiempos (con más sangre y asquerosidades, que las hay, pocas, pero las hay) y también en pensar que los bichejos redondos, voladores y dentados que aparecen en la caratula, y en el 80% del film, son los marcianos malos de nuestra historia, para luego llevarse la sorpresa al descubrir que no, que en realidad se trata del armamento de un alienígena mayor (lástima que el mismo cartel lo estropee). Contra este se enfrentarán una galería de personajes de lo más dispar, que incluye a los inevitables adolescentes excursionistas, un ex-militar loco que ve marcianos por todas partes y el anti-héroe de rigor listo para el sacrificio.
Uno de los aspectos más entrañables de "Llegan sin avisar" es su reparto, agárrense: tenemos a Jack Palance, Martin Landau, Cameron Mitchell (en un escueto papel), Neville Brand, Ralph Meeker o Larry Storch, todos ellos actores más que veteranos que en 1980 ya acarreaban largos y lustrosos curriculums. Les acompañan nada menos que David Caruso, el pelirrojo de "CSI: Miami", bastante más jovencito y Kevin Peter Hall interpretando al extraterrestre. Bien, este es un dato muy interesante ya que Hall fue también el tio bajo el disfraz en... ¡"Depredador"!, ¿demasiada casualidad?.
En cuestiones técnicas nos encontramos con Greg Cannom a los maquillajes (y el muchacho se luce, ya que en ese apartado la cosa anda bien servida), nada menos que Dean Cundey como director de fotografía (mano derecha habitual de Steven Spielberg, Robert Zemeckis y John Carpenter, ¡toma ya!) y, claro, el responsable del invento, el limitadico Greydon Clark, a quien también debemos films como "Wacko", "Joysticks", "Uninvited", "Skinheads", "Lambada, el baile prohibido" o algunos episodios de la serie "Mike Hammer". Menudo jefe.
Pero dejando de lado la idea del marciano cazador, por lo demás "Llegan sin avisar" es bastante plomiza. Algo coñazo. Sí, mola su look, los actores, algún momento inspirado (incluyo aquí la inesperada muerte de un personaje de aquellos que mas bien suelen terminar salvando la papeleta)... en fin, lo propio de la época, pero todo queda lastrado por un abuso de "nada", de mucho "bla, bla", de paseos nocturnos y, en fin, de una carencia casi total de ritmo, algo solucionada hacia el final, pero demasiado tarde como para dejarnos verdadero buen sabor de boca.
Naxo Fiol
viernes, 22 de junio de 2012
EL TORMENTO DE LA SEPARACION
Hace un tiempo comentaba aquí las bondades de “Mis quejas hacia Dios”, película amateur perpetrada por gitanos evangélicos de la que, dentro del debido contexto, me deshacía en halagos. Hasta el momento me pareció lo más puro que había visto en cuanto a cine. Hasta ahora, que, consecuencia de aquella, y fruto de la investigación del incansable Enrique A. Peñas, descubro este “El Tormento de la separación”, también llevada a cabo por gitanos evangélicos, y que a niveles caseros, hace parecer a “Mis quejas hacia Dios” una súper producción de Hollywood; Si aquellos no tenían medios, estos no tienen ni cámara de vídeo –es un decir-.
Con el entusiasmo que caracteriza a los gitanitos a la hora de ponerse a hacer películas, “El Tormento de la separación”, rodada a base de planos secuencia, sin un solo plano de recurso ni nada por el estilo (Vamos, que tenían una secuencia en la cabeza y la grababan del tirón, hablando en plata), por el vestuario de los actores, intuyo que de los años 90 y grabado con algo pestoso que podría ser una HI-8, como podía ser la famosa vídeo-cámara Amstrad que no tenía zoom, sin casi verse, ni oirse, nos cuenta la historia de un joven de veinte años que se ha criado bajo las ordenanzas del Evangelio, con una recta moral y sin descuidar el culto a Dios. Un buen día, es tentado por los gitanos que pasan droga, que le dicen que es joven y que como se atreve a estar entre cuatro paredes predicando el evangelio sin haber vivido la vida, probado la coca, los porros… la buena vida. Total, que los macarras le convencen y se da a ese estilo de vida tan pernicioso.
Su padre desesperado, recurre a un pastor de su iglesia, para ver si le encaminan al muchacho, sin éxito. Hasta que un buen día, el mismísimo Dios, planea su escarmiento sobre este joven, haciendo un acto sobrenatural, que no desvelaré por supuesto… A nivel artístico, las sobreactuaciones estás muy, muy elevadas, imposible no quedarse mirando a la pantalla embobado con ese muchacho que tras vivir un par de días la vida, intuye que algo malo pasa, o con esos “dealers” que le dicen que el evangelio es un fanatismo, y que con dinero en la calle y una rayita, así si que va a gozar.
Y luego ese don que tienen los gitanos evangélicos para, sin saber que existe un ritmo, dar ritmo a sus historias, para entretener de esa manera…oye, ¡que me la he visto del tirón y con interés!. Y esa humildad de la que hacen gala; en “Mis quejas hacia Dios”, el equipo se acreditaba con tan solo el nombre de pila, pero es que en “El tormento de la separación”, no hay créditos para los miembros del equipo. Directamente, utilizan sus tituladoras, para poner pasajes de la Biblia. Amén, valga la redundancia, de todas esas escenas maravillosas del culto evangelico, que graban en directo con total impunidad.
¡Ah! Y la separación del título, no se refiere a una separación matrimonial… tendréis que ver la película para comprenderlo. Háganlo… está en Youtube. Una cinematografía marginal y exótica, que no hay que irse muy lejos para encontrarla.
Sencillamente, delicioso.
Con el entusiasmo que caracteriza a los gitanitos a la hora de ponerse a hacer películas, “El Tormento de la separación”, rodada a base de planos secuencia, sin un solo plano de recurso ni nada por el estilo (Vamos, que tenían una secuencia en la cabeza y la grababan del tirón, hablando en plata), por el vestuario de los actores, intuyo que de los años 90 y grabado con algo pestoso que podría ser una HI-8, como podía ser la famosa vídeo-cámara Amstrad que no tenía zoom, sin casi verse, ni oirse, nos cuenta la historia de un joven de veinte años que se ha criado bajo las ordenanzas del Evangelio, con una recta moral y sin descuidar el culto a Dios. Un buen día, es tentado por los gitanos que pasan droga, que le dicen que es joven y que como se atreve a estar entre cuatro paredes predicando el evangelio sin haber vivido la vida, probado la coca, los porros… la buena vida. Total, que los macarras le convencen y se da a ese estilo de vida tan pernicioso.
Su padre desesperado, recurre a un pastor de su iglesia, para ver si le encaminan al muchacho, sin éxito. Hasta que un buen día, el mismísimo Dios, planea su escarmiento sobre este joven, haciendo un acto sobrenatural, que no desvelaré por supuesto… A nivel artístico, las sobreactuaciones estás muy, muy elevadas, imposible no quedarse mirando a la pantalla embobado con ese muchacho que tras vivir un par de días la vida, intuye que algo malo pasa, o con esos “dealers” que le dicen que el evangelio es un fanatismo, y que con dinero en la calle y una rayita, así si que va a gozar.
Y luego ese don que tienen los gitanos evangélicos para, sin saber que existe un ritmo, dar ritmo a sus historias, para entretener de esa manera…oye, ¡que me la he visto del tirón y con interés!. Y esa humildad de la que hacen gala; en “Mis quejas hacia Dios”, el equipo se acreditaba con tan solo el nombre de pila, pero es que en “El tormento de la separación”, no hay créditos para los miembros del equipo. Directamente, utilizan sus tituladoras, para poner pasajes de la Biblia. Amén, valga la redundancia, de todas esas escenas maravillosas del culto evangelico, que graban en directo con total impunidad.
¡Ah! Y la separación del título, no se refiere a una separación matrimonial… tendréis que ver la película para comprenderlo. Háganlo… está en Youtube. Una cinematografía marginal y exótica, que no hay que irse muy lejos para encontrarla.
Sencillamente, delicioso.
Victor Olid
EL VUELO DEL NAVEGANTE
En 1986 Randal Kleiser, director responsable de, nada menos, "Grease" y "El lago azul", quiso subirse al por entonces transitado carro del cine infantil/juvenil "a lá Steven Spielberg" con "El vuelo del navegante", la historia de amistad entre un niño típicamente americano, con su familia happy-chachipiruli, su perro y su casita en medio de un suburbio blanco repleto de bicis, y un marciano. Ejem... así como lo leen. Lo que ocurre es que "El vuelo del navegante", copiando como copia de "E.T. El extraterrestre", intenta hacerlo con un poco más de clase. Solo un poco.
El arranque es muy potente. El niño en cuestión se mete una yoya y pierde el conocimiento. Al despertar, han pasado ocho largos años, todo ha envejecido menos él, lo que le supone un trauma. Aquí la peli pilla un rollo más seriote y de suspense que, francamente, no te esperas. Al mismo tiempo, una nave marciana se ha estrellado en la tierra y es recogida por la Nasa. No tardan mucho en asociarla con el protagonista (y no me pregunten por qué), así pues se los llevan a la misma base. Allí el chaval, para no perder la costumbre, es casi secuestrado y sometido a toda clase de incómodas pruebas (¡¡aaaay que malos son los poderes fácticos cuando hay marcianos de por medio!!), pero se escapa, se cuela en la nave y... y... y la peli se estropea.
Aquí entramos en el terreno de "Mi amigo Mac" (reseñada en nuestro super-libro), pues nos centramos en la amistad que nace entre el niño y la misma nave, cuyo piloto robot es un ojo así como mecánico. Se alcanzan momentos de verdadera vergüenza ajena con este hablando en plan buenrollo, el niño cantando una canción de "Beach Boys" y miserables intentos de humor blanco. También tienen su intervención un puñadico de marcianos de lo más monos y para redondear el pastel, un intento de hacernos saltar las lágrimas (era la norma entonces).
No puedo decir que sea un peñazo o una mega-mierda, porque tampoco te aburres mortalmente, pero sí se trata de un producto muy muy de su época que, inevitablemente, ha envejecido fatal en muchos aspectos (y confirma que no todo lo de los 80 molaba, ni tan siquiera si entraba dentro del saco del ¿añorado? cine juvenil).
El niño, Joey Cramer, no se prodigaría mucho más en esto del cine. La voz del robot la pone nada menos que Pee Wee Herman. Aparece una jovenzuela Sarah Jessica Parker, interpretando a una empleada de la Nasa con instintos casi pederastas. Rematan la jugada los padres del chaval, Veronica Cartwright y el pobre Cliff De Young. El científico jefe, que manda perseguir al niño y la nave con helicópteros, también es medianamente conocido, sobre todo si veías la serie "Radio Cincinnatti", Howard Hesseman.
Como dato curioso, recordar que "El vuelo del navegante" sufrió un especie de expolio tardío por parte de los italianos en 1993 con el film "Navigatori dello spazio", que alcanzaba cotas plagiadoras francamente descaradas (claro que, no mucho más que las que alcanza el film de Kleiser respecto al de Spielberg) Habrá que verlo.
El arranque es muy potente. El niño en cuestión se mete una yoya y pierde el conocimiento. Al despertar, han pasado ocho largos años, todo ha envejecido menos él, lo que le supone un trauma. Aquí la peli pilla un rollo más seriote y de suspense que, francamente, no te esperas. Al mismo tiempo, una nave marciana se ha estrellado en la tierra y es recogida por la Nasa. No tardan mucho en asociarla con el protagonista (y no me pregunten por qué), así pues se los llevan a la misma base. Allí el chaval, para no perder la costumbre, es casi secuestrado y sometido a toda clase de incómodas pruebas (¡¡aaaay que malos son los poderes fácticos cuando hay marcianos de por medio!!), pero se escapa, se cuela en la nave y... y... y la peli se estropea.
Aquí entramos en el terreno de "Mi amigo Mac" (reseñada en nuestro super-libro), pues nos centramos en la amistad que nace entre el niño y la misma nave, cuyo piloto robot es un ojo así como mecánico. Se alcanzan momentos de verdadera vergüenza ajena con este hablando en plan buenrollo, el niño cantando una canción de "Beach Boys" y miserables intentos de humor blanco. También tienen su intervención un puñadico de marcianos de lo más monos y para redondear el pastel, un intento de hacernos saltar las lágrimas (era la norma entonces).
No puedo decir que sea un peñazo o una mega-mierda, porque tampoco te aburres mortalmente, pero sí se trata de un producto muy muy de su época que, inevitablemente, ha envejecido fatal en muchos aspectos (y confirma que no todo lo de los 80 molaba, ni tan siquiera si entraba dentro del saco del ¿añorado? cine juvenil).
El niño, Joey Cramer, no se prodigaría mucho más en esto del cine. La voz del robot la pone nada menos que Pee Wee Herman. Aparece una jovenzuela Sarah Jessica Parker, interpretando a una empleada de la Nasa con instintos casi pederastas. Rematan la jugada los padres del chaval, Veronica Cartwright y el pobre Cliff De Young. El científico jefe, que manda perseguir al niño y la nave con helicópteros, también es medianamente conocido, sobre todo si veías la serie "Radio Cincinnatti", Howard Hesseman.
Como dato curioso, recordar que "El vuelo del navegante" sufrió un especie de expolio tardío por parte de los italianos en 1993 con el film "Navigatori dello spazio", que alcanzaba cotas plagiadoras francamente descaradas (claro que, no mucho más que las que alcanza el film de Kleiser respecto al de Spielberg) Habrá que verlo.
Naxo Fiol
jueves, 21 de junio de 2012
EL APOCALIPSIS DEL PLANETA DE LOS SIMIOS
Pocas “Explotations” son tan descaradas como esta co-producción entre Japón y Estados Unidos, que plagia descaradamente el clásico “El planeta de los simios”, o más concretamente sus secuelas. “Time of the Apes”, que es su título internacional, se aprovecha del tirón de las secuelas originales ochenteras, y con cuatro pesetas, efectos especiales entre las viejas producciones de la Toho y lo más infame de la serie Z, con monos de rasgos japoneses (algunos, mas que monos parecen Paul Naschy) y que apenas mueven la boca cuando hablan – algunos de estos simios, directamente, hablan con las bocas cerradas- se montan una épica aventura, a la que le falta precisamente la épica.
Durante un terremoto, dos niños y una señorita, acaban por accidente en unas cápsulas de criogenización. En consecuencia, despiertan en un futuro en el que los monos son ahora quienes dominan la tierra. Allí, con la ayuda de una pequeña tití llamada Pepe, conocerán a otro humano, y juntos trataran de escapar del vil acoso al que les someten los simios durante toda la película.
La gracia del asunto está en que todo el pifostio es culpa de un súper ordenador que juega a ser dios, y la dejadez de los humanos que en los albores de 2030 se volvieron (o volverán) vagos, delegando sus tareas humanas, como por ejemplo el ir a la guerra, a los monos, con lo cual estos se volvieron (o volverán) fuertes y se extinguió (o se extinguirá) la raza humana.
La película es perfecta para echar la tarde. Por un lado influye el efecto risas, con todas esas maquetas, efectos de luces, diálogos y sobretodo los monos, y por otro el dinamismo, está montada con brío y velocidad. No da descanso y a pesar de su excesivo metraje, lo pasamos bien viendo la maldita película.
A destacar la estúpida escena final, en la que el ordenador ofrece a los protagonistas vivir en la tierra, pero en el futuro, en otro planeta, o dejarlo a decisión del propio ordenador. Las conversaciones, cábalas, y conclusiones de nuestros protagonistas ante estas cuestiones, nos hacen plantearnos si no estamos ante retrasados mentales.
Así pues, si sois de entretenimiento fácil, es más que recomendable, pues es tan mala como el diablo, y tan divertida como un mal chiste.
Dirige el cotarro en 1987 Kiyosumi Fukazawa, al que no se le conocen más referencias de ningún tipo. Una lástima.
Durante un terremoto, dos niños y una señorita, acaban por accidente en unas cápsulas de criogenización. En consecuencia, despiertan en un futuro en el que los monos son ahora quienes dominan la tierra. Allí, con la ayuda de una pequeña tití llamada Pepe, conocerán a otro humano, y juntos trataran de escapar del vil acoso al que les someten los simios durante toda la película.
La gracia del asunto está en que todo el pifostio es culpa de un súper ordenador que juega a ser dios, y la dejadez de los humanos que en los albores de 2030 se volvieron (o volverán) vagos, delegando sus tareas humanas, como por ejemplo el ir a la guerra, a los monos, con lo cual estos se volvieron (o volverán) fuertes y se extinguió (o se extinguirá) la raza humana.
La película es perfecta para echar la tarde. Por un lado influye el efecto risas, con todas esas maquetas, efectos de luces, diálogos y sobretodo los monos, y por otro el dinamismo, está montada con brío y velocidad. No da descanso y a pesar de su excesivo metraje, lo pasamos bien viendo la maldita película.
A destacar la estúpida escena final, en la que el ordenador ofrece a los protagonistas vivir en la tierra, pero en el futuro, en otro planeta, o dejarlo a decisión del propio ordenador. Las conversaciones, cábalas, y conclusiones de nuestros protagonistas ante estas cuestiones, nos hacen plantearnos si no estamos ante retrasados mentales.
Así pues, si sois de entretenimiento fácil, es más que recomendable, pues es tan mala como el diablo, y tan divertida como un mal chiste.
Dirige el cotarro en 1987 Kiyosumi Fukazawa, al que no se le conocen más referencias de ningún tipo. Una lástima.
Victor Olid
EL ALQUIMISTA
"El Alquimista" es el quinto largometraje del legendario Charles Band, después de "Metalstorm" y justo antes de arrancar su famosa "Empire" (según Imdb, la firmó con el pseudónimo de James Amante, pero en la versión que vi ayer ponía su nombre). Encima, con protagonismo del buenazo de Robert Ginty (alias El Exterminador). Una peli que había intentado ver infructuosamente varias veces, comenzando por mi primer intento adolescente, que se saldó con una entrega equivocada por parte de la despistada dependienta del vídeo-club.
De entrada nos sitúan en el año 1871, cuando un alquimista enamorado de la chorba de otro, intenta agenciársela. El marido se mete por medio, hay una pelea y la mujer muere accidentalmente apuñalada por su media naranja. El alquimista, muy enfadado, le manda una maldición, convirtiéndole para la eternidad en un especie de hombre lobo sin pelo, obligado a matar y beber sangre para vivir. Bien, pasan algo así como 90 años, y la descendiente directa de la mujer muerta entra en escena, lo que precipitará los acontecimientos. Se abre una puerta en el infierno por la que comienzan a salir demonios y el marido, aún vivo y comiendo ciervos, aprovechará para colarse y vengarse del malvado alquimista.
Estoy convencido de que Charles Band se propuso invertir la mayor cantidad del dinero disponible en dar a su película un acabado visual lo más digno posible, y se nota. Desafortunadamente ello arrasó con un buen cacho del presupuesto... por ese motivo tal vez "El Alquimista" sea, en el resto de sus elementos, tan austera. Toda se desarrolla en el mismo escenario -el bosque- entre cuatro personajes (con la presencia de un quinto al principio y al final). Y claro, cuando no hay mucho que gastar en nada, lo mejor es echar mano de diálogos, por eso los personajes de esta peli se pasan el rato hablando como cotorras, dejando poco espacio para material algo más llamativo y emocionante. Solo al final, en los últimos veinte minutos, veremos monstruos, algo de gore y un pavo derritiéndose a lo "Dracula", pero hay que tener mucha paciencia, sentir nostalgia del cine barato de la época y cierta simpatía por su director. Porque por lo demás, "El Alquimista" resulta bastante plomiza.
Ted Nicolaou, entonces futuro director de "Terrorvision", es el montador. Y la música, claro está, pertenece a Richard Band. Al que se echa de menos es a John Carl Buechler, pero que no cunda el pánico, en la siguiente peli de Band ya andaba por ahí con sus entrañables cutre-monstruos.
Suspiro... me quedo más tranquilo, oiga.
De entrada nos sitúan en el año 1871, cuando un alquimista enamorado de la chorba de otro, intenta agenciársela. El marido se mete por medio, hay una pelea y la mujer muere accidentalmente apuñalada por su media naranja. El alquimista, muy enfadado, le manda una maldición, convirtiéndole para la eternidad en un especie de hombre lobo sin pelo, obligado a matar y beber sangre para vivir. Bien, pasan algo así como 90 años, y la descendiente directa de la mujer muerta entra en escena, lo que precipitará los acontecimientos. Se abre una puerta en el infierno por la que comienzan a salir demonios y el marido, aún vivo y comiendo ciervos, aprovechará para colarse y vengarse del malvado alquimista.
Estoy convencido de que Charles Band se propuso invertir la mayor cantidad del dinero disponible en dar a su película un acabado visual lo más digno posible, y se nota. Desafortunadamente ello arrasó con un buen cacho del presupuesto... por ese motivo tal vez "El Alquimista" sea, en el resto de sus elementos, tan austera. Toda se desarrolla en el mismo escenario -el bosque- entre cuatro personajes (con la presencia de un quinto al principio y al final). Y claro, cuando no hay mucho que gastar en nada, lo mejor es echar mano de diálogos, por eso los personajes de esta peli se pasan el rato hablando como cotorras, dejando poco espacio para material algo más llamativo y emocionante. Solo al final, en los últimos veinte minutos, veremos monstruos, algo de gore y un pavo derritiéndose a lo "Dracula", pero hay que tener mucha paciencia, sentir nostalgia del cine barato de la época y cierta simpatía por su director. Porque por lo demás, "El Alquimista" resulta bastante plomiza.
Ted Nicolaou, entonces futuro director de "Terrorvision", es el montador. Y la música, claro está, pertenece a Richard Band. Al que se echa de menos es a John Carl Buechler, pero que no cunda el pánico, en la siguiente peli de Band ya andaba por ahí con sus entrañables cutre-monstruos.
Suspiro... me quedo más tranquilo, oiga.
Naxo Fiol
martes, 19 de junio de 2012
MAS LECTORES TOMANDOSELO A PECHO
Desde Plasencia, el gran Miguel Ángel Aka Tsuko, incluso prepara una escenografía para mostrarnos lo satisfecho que quedó tras la lectura de "Malas pero divertidas" ("Raima ediciones").
Gracias Monstruo!!
Victor Olid
AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (23): POR EL FLEQUILLO LES CONOCERÁS
Valentín Trujillo fue, hasta el día de su muerte por infarto, el auténtico "action hero" del cine Mexicano, destacando durante los 80 por sus papeles de tio duro-macarra.
Cuando yo era crio, y andaba más obsesionado que nunca por el cine de justicieros, me encontré con dos películas de Trujillo en mi video-club, "Yo el ejecutor" y "Un hombre violento". Esta fue la primera que alquilé, pero no me convenció, era demasiado cutre-zarrapastrosa incluso para mi. Y no volví a intentarlo con Valentín (hasta que Aratz escribió la reseña del film "La verdadera historia de Barman y Droguin", publicada en nuestro super-libro).
Ahí les dejo la caratula de la edición de "Un hombre violento" que tuve la (¿buena/mala?) suerte de pillar...
Cuando yo era crio, y andaba más obsesionado que nunca por el cine de justicieros, me encontré con dos películas de Trujillo en mi video-club, "Yo el ejecutor" y "Un hombre violento". Esta fue la primera que alquilé, pero no me convenció, era demasiado cutre-zarrapastrosa incluso para mi. Y no volví a intentarlo con Valentín (hasta que Aratz escribió la reseña del film "La verdadera historia de Barman y Droguin", publicada en nuestro super-libro).
Ahí les dejo la caratula de la edición de "Un hombre violento" que tuve la (¿buena/mala?) suerte de pillar...
Resumiendo, que Valentín Trujillo, por el tipo de papeles en los que se especializó, e incluso por alternar su carrera como actor con la de director, bien podría calificarse de "el Sylvester Stallone mexicano". ¿Descabellado?... según los entrañables amigo de "Picaro-Zannon", no....
Lo sé, estoy seguro que aún a estas alturas, deben estar todos ustedes alucinando tanto como yo. ¿¿Qué es esto??.
Comienzo a pensar que "Pícaro-Zannon" fue, sin duda, la distribuidora más desvergonzada, cutre y cabrona de la era dorada del vídeo-club. Su validez para el engaño mal parido ha sido demostrada ya varias veces en este blog, y no me cansaré de hacerlo (porque siempre supone un alegre descojone).
Pero analicemos esta otra caratula de "Un hombre violento"... bueno, no hay mucho que analizar... pille usted esta foto del "Cobra" de Sylvester Stallone...
Comienzo a pensar que "Pícaro-Zannon" fue, sin duda, la distribuidora más desvergonzada, cutre y cabrona de la era dorada del vídeo-club. Su validez para el engaño mal parido ha sido demostrada ya varias veces en este blog, y no me cansaré de hacerlo (porque siempre supone un alegre descojone).
Pero analicemos esta otra caratula de "Un hombre violento"... bueno, no hay mucho que analizar... pille usted esta foto del "Cobra" de Sylvester Stallone...
¡PÍNTELE UN PUTO FLEQUILLO (como el que luce Valentín Trujillo)!, con leves retoques en las cejas...
Y ea, pa la caratula!. Así, con dos cojones. Y para el resto de imágenes, en fin, apuesto lo que sea a que ninguna de ellas pertenece a "Un hombre violento".
Actualización: Un detalle en el que no había reparado, el canto de la cinta. Según esta, la película se titula VALENTIN, no "Un hombre violento"... vamos, que han pillado el nombre del actor prota y lo han convertido en el título. Jobar, esto es descuido y lo demás tonterías.
¿Es esta caratula la más horrible/maravillosa de cuantas hemos visto hasta ahora?. Puede...
Actualización: Un detalle en el que no había reparado, el canto de la cinta. Según esta, la película se titula VALENTIN, no "Un hombre violento"... vamos, que han pillado el nombre del actor prota y lo han convertido en el título. Jobar, esto es descuido y lo demás tonterías.
¿Es esta caratula la más horrible/maravillosa de cuantas hemos visto hasta ahora?. Puede...
Naxo Fiol
lunes, 18 de junio de 2012
EL BESO DEL DRAGÓN
Luc Besson es uno de los mejores productores franceses que
existen, por no decir el mejor. Ha hecho de todo produciendo, desde películas de
acción como la que nos ocupa o la saga Transporter, películas infantiles como
Arthur y los Minimoys, peliculones como
Nikita o Leon, el profesional (donde además dirigía), o comedias chorras como
Taxi y sus derivados. A principios del 2001 se fijo en oriente y desde China se
llevo a Jet Li a Francia para rodar dos películas, El Beso del Dragón y Danny
The Dog. Li en ese momento estaba viviendo su momento de gloria internacional,
trabajando tanto en su país con peliculones como Hero, en USA con Romeo debe
morir o El Único y ahora le tocaba el turno a Europa. No es que estas películas
fueran numero 1, pero al menos llenaba salas y eso es lo que a un productor le
interesa. Desconozco como funcionaron en taquilla sus incursiones francesas,
pero yo fui a ver las dos al cine, y esta El Beso del Dragón la tengo en DVD,
aunque en ello tiene que ver que el actor es uno de los que suelo seguir.
Mucho se puede decir de sus interpretaciones, que si es muy
tosco y no cambia casi el gesto, que se muestra muy frio con las actrices…. Vamos
a ser serios, no necesito a un nominado al oscar para repartir leches y patadas
giratorias, que si fuera mejor actor todo estaría mejor, puede, pero para los
papeles que tiene me sirve y me sobra los cuatro o cinco gestos que hace con la
cara. En cuanto a no mostrarse muy cariñoso con sus compañeras de reparto, ahí tiene
mucho que ver la mujer de Li. Debe de ser celosa como un perro guardián, porque
si os fijáis, en las películas de Li no le veis darse el lote nunca con ningún mujer,
jamás, aunque esta haga de sus esposa en la película (en el Único se nota
mucho) Así pues, en su contrato hay alguna clausula donde se indica que no se
besara con ninguna mujer. Yo que al principio pensaba que era por reparos del
propio Li (o quizá una homosexualidad velada) pero por lo que vi en un
documental sobre su vida es en parte por su mujer, y en parte por la imagen que
quiere dar al mundo, ya que Li es un ferviente seguidor del Budismo, y desea
actuar como un ejemplo de paz y serenidad. No entiendo qué relación puede haber
entre esto y no besar o magrear a una actriz, pero bueno, me inclino por pensar
que su señora es bastante celosa y lo de la religión lo pone un poco como
excusa. Sabiendo esto, vamos con la película.
Liu Jian (Jet Li) es un agente de la inteligencia china que
es enviado a Paris para colaborar con la policía francesa en una importante reunión
entre un traficante de drogas chino y sus redes en Francia. Todo se irá al
garete cuando esos mismos policías franceses están metidos en el ajo. Además
Jian conocerá a una prostituta (Bridget Fonda) que también tiene relación con
los policías corruptos, y a la que deberá de ayudar a recuperar a su hija de un
orfanato para que testifique en contra de los polis franceses.
Las escenas de lucha son muy buenas y espectaculares, merece
mención la que tiene en el restaurante donde preparan pan de gambas, con un
mastuerzo negro de casi 2 metros de altura que derriba vigas a puñetazos. Li se
luce haciendo cabriolas durante toda la película y eso es lo que el espectador
quiere, por lo que no salimos decepcionados en este aspecto. El argumento
aunque manido se sostiene por lo que el filme en general aprueba como el entretenimiento
que es. En cuanto al Beso del Dragón, es un punto en el que al aplicar una
aguja de acupuntura, toda la corriente sanguínea va hacia la cabeza, haciendo
que salga por los agujeros natrales de esta, es decir, orejas, nariz, boca y
ojos. Según el making of, el punto real existe, no está en la disposición que
aparece en la película pero es lo que se comenta. Para mí que es una burda
campaña publicitaria, pero joder, la peli mola mucho, y la verdad a quien se le
aplica el beso del dragón, se lo merece.
MIRA AL CIELO: LA INCREÍBLE HISTORIA DE SUPERMAN
El documental “Mira al cielo: la increible historia de Superman”, nace como mero producto promocional del “Superman Returns” de Bryan Singer, que a su vez, hace las veces de productor ejecutivo de este.
Todo a lo grande. Lo cierto es que estamos ante un gran spot promocional de la película, que por otro lado, resulta ser mejor que la propia película. Tampoco hay demasiado que contar, se hace un repaso a la historia del súper héroe desde el momento de su concepción hasta los previos del estreno de “Superman Returns”, centrandose sobretodo en las películas y analizando aspectos técnicos y artísticos de estas. Un buen puñado de entrevistas tanto a gente del equípo técnico como a meros fans del personaje (Mark Hamill, Stan Lee…)y buen material de archivo (descubrimos una gran bazofia en forma de serie con personas disfrazadas de animales llamada “Super Pup”), se habla de los seriales y del merchadising, se nos cuenta algo de las malas relaciones entre Richard Donner y los productores y en definitiva, la gozamos con este pedazo de documental de casi dos hora de duración de lo más completo y entretenido.
Ahora, la putada es que sea una estrategia comercial. Como ya sabemos, “Superman Returns” transcurre cinco años después de la segunda parte, así que para que no chirrie al espectador, se ningunea a la tercera y cuarta parte de la saga. Pero ni siquiera son capaces de hacerlo bien… es decir, que se podían haber contado un montón de cosas interesantes sobre estas dos películas, pero no, simplemente las comentan por encima, diciendo que son un grano en el culo en la saga. Claro, a “Superman Returns” le venía muy bien que el publico olvidara estas dos películas. El problema es, que al menos yo, las tengo mucho más presentes en la cabeza que las dos primeras, sea por los motivos que sea.
Aprovechando la coyuntura, Kevin Spacey, Lex Luthor en “Superman Returns” hace las veces de narrador en el documental, y se le da una gran importancia a que Bryan Singer haya sido el director de la ultima película de la saga, ensalzando su figura y su talento, en un documental en el que el mísmo ha puesto pasta. Que cara más dura. Por otro lado, destacar la elegancia de Stan Lee, también entrevistado en el documental, que afirma que Superman es uno de los mejores Súper Héroes de la historia, sin importarle en absoluto que este pertenezca al máximo rival de Marvel, la D.C. Comics.
En resumidas cuentas, y a pesar de ser material promocional, un gran documental a la altura del héroe que documenta. Muy recomendable.
Todo a lo grande. Lo cierto es que estamos ante un gran spot promocional de la película, que por otro lado, resulta ser mejor que la propia película. Tampoco hay demasiado que contar, se hace un repaso a la historia del súper héroe desde el momento de su concepción hasta los previos del estreno de “Superman Returns”, centrandose sobretodo en las películas y analizando aspectos técnicos y artísticos de estas. Un buen puñado de entrevistas tanto a gente del equípo técnico como a meros fans del personaje (Mark Hamill, Stan Lee…)y buen material de archivo (descubrimos una gran bazofia en forma de serie con personas disfrazadas de animales llamada “Super Pup”), se habla de los seriales y del merchadising, se nos cuenta algo de las malas relaciones entre Richard Donner y los productores y en definitiva, la gozamos con este pedazo de documental de casi dos hora de duración de lo más completo y entretenido.
Ahora, la putada es que sea una estrategia comercial. Como ya sabemos, “Superman Returns” transcurre cinco años después de la segunda parte, así que para que no chirrie al espectador, se ningunea a la tercera y cuarta parte de la saga. Pero ni siquiera son capaces de hacerlo bien… es decir, que se podían haber contado un montón de cosas interesantes sobre estas dos películas, pero no, simplemente las comentan por encima, diciendo que son un grano en el culo en la saga. Claro, a “Superman Returns” le venía muy bien que el publico olvidara estas dos películas. El problema es, que al menos yo, las tengo mucho más presentes en la cabeza que las dos primeras, sea por los motivos que sea.
Aprovechando la coyuntura, Kevin Spacey, Lex Luthor en “Superman Returns” hace las veces de narrador en el documental, y se le da una gran importancia a que Bryan Singer haya sido el director de la ultima película de la saga, ensalzando su figura y su talento, en un documental en el que el mísmo ha puesto pasta. Que cara más dura. Por otro lado, destacar la elegancia de Stan Lee, también entrevistado en el documental, que afirma que Superman es uno de los mejores Súper Héroes de la historia, sin importarle en absoluto que este pertenezca al máximo rival de Marvel, la D.C. Comics.
En resumidas cuentas, y a pesar de ser material promocional, un gran documental a la altura del héroe que documenta. Muy recomendable.
Victor Olid
domingo, 17 de junio de 2012
AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (22): ULTRA BESTIAL FORCE
Suelo decir -e insisto- que no estoy nada puesto en cine japonés, chino, filipino, mandarín o lo que coño sea. Fijo que por ahí los hay que saben muuucho más que yo, así que cualquier dato o corrección, recurran al e-mail, gracias.
De mientras, cojo aire y tiro millas....
De mientras, cojo aire y tiro millas....
Siempre he creído que el cine de acción asiático moderno, tal y como lo conocemos hoy, hizo su entrada en nuestros video-clubs de la mano de la saga "Ultra Force". Tímidamente, sí, pero a alguien se le ocurrió intentarlo a base de bastante y notable publicidad. Y creo que fuimos muchos los que decidimos alquilar esta peli, o sus secuelas, y luego seguimos con otra saga igualmente lanzada por todo lo alto (siempre hablando a niveles videoclubistas), "Iron Angels".
El caso es que comencé con "Ultra Force 2" y más o menos la recuerdo impactante, espectacular. Sin embargo, "Ultra Force 1" me aburrió soberanamente. Entonces me resultó incluso demasiado comedida. La secuela, con todo su desmadre, me parecía más adecuada para lo que uno podía esperar de una peli de acción nipona.
Por aquellos tiempos se puso "de moda" la prota del primer film, Michelle Yeoh, que protagonizó otros tantos vehículos con los que lucir belleza y capacidad de ahostiar al personal.
Por aquellos tiempos se puso "de moda" la prota del primer film, Michelle Yeoh, que protagonizó otros tantos vehículos con los que lucir belleza y capacidad de ahostiar al personal.
La saga "Ultra Force" (cuyo título internacional, "In the line of duty", estaba muy guapo) funcionó muy bien, y la prueba está en que incluso despertó el olfato de las pirañas de siempre, como bien demuestra la imagen que sigue a continuación...
No importa demasiado cual es la identidad real de "Bestial Force", porque el elemento llamativo lo puso, obvio, el distribuidor español, que no se cortó un pelo robando tipografía y estética a la caratula de la saga "Ultra Force" y, ya de paso, mentándola directamente (según los expertos, las imágenes pertenecen originalmente a un video-juego de la época). Tremendo, pero no tanto como el slogan en lo alto de la caratula: "14 niños acaban de morir destrozados", ¿¿Y??, eso es sutilidad y lo demás tonterías.
Naxo Fiol
sábado, 16 de junio de 2012
QUALEN
La primera vez que tuve conocimiento de "Qualen" fue a través de la caratula de su edición americana de vídeo (donde se la bautizó como "The hereafter"). Es decir, la misma que tienen aquí a su izquierda. ¿Fascinante, verdad?. Además, si vieran la parte trasera, incluye una foto del bicho de la portada y una mujer vestida de época, con una cadena en el cuello y un escote de los que hacen historia. ¿Cómo resistirme a eso, por dios?. Lo malo es que no había ni un solo puñetero nombre en toda la caja, así que poco podía hacer para seguir su rastro. Pasado un tiempo, me reencontré con ella y, esta vez sí, decidí poner todos mis sentidos en comenzar la búsqueda. Descubrí que se trataba de un film de serie Z confeccionado en 1983 en las Inglaterras exclusivamente distribuido en el mercado Español. Eso sí sonaba raro, más aún cuando era un dato incorrecto ya que, como véis, también se lanzó en Estados Unidos. Fue entonces cuando supe que por estos lares se tituló "Qualen" (genial/absurdo título que, según el doblaje español, se traduce como "La amenaza de la maldición") y hasta logré ver la caratula correspondiente y, más raro aún, un recuerdo emborronado y desenfocado se despertó en mi castigado cerebro. Vamos, que me sonaba y todo.
A esas alturas tenía claro que, independientemente de todo lo que hubiera tras ese film, "Qualen" no podía tener nada bueno. Uno ya está lo suficientemente vapuleado para saber a ciencia cierta que esta clase de pelis son aburridas a muerte y rematadmente malas. Aún así, logré que un coleccionista generoso me regalara un ripeo en perfecto estado y, tras una sesión de auto-conciencia, la puse en el dvd y le di al "Play".
Amigos, he necesitado de cinco sesiones para verla entera. Claro que, sabiendo lo que era, me la ponía al final de la noche, con la intención de coger sueño... y joder, ¡¡ya lo creo que lo cogía!!. El caso es que la peli gira en torno a un panoli que anda enchochado por una pava y odia a su padre. Este es un empresario millonario atado a una silla de ruedas que advierte continuamente a su retoño que la mujer por la que pierde el ano es una hija de puta y que pase de ella. Un mal día, y tras una discusión, hay un accidente y el padre la palma, por lo que el hijo hereda todo el pitote. Pero entonces comienza a ver al fantasma de su progenitor acosándole (con gusanos y tó). Y lo que de entrada parece un zombie de aspecto ridículo y careta de goma barata, resulta que se justifica cuando en verdad se trata del amante de la mujer del prota que, junto a esta, han ideado un plan para matarle a base de sustos (de ahí lo del cantoso disfraz). El caso es que se lo dan bien gordo y el tipo cae por una ventana, pero no se mata, queda temporalmente impedido. La pava, decepcionada, pasa ya un huevo de disimular y el marido se da perfecta cuenta de que le pone los cuernos, así que planea su implacable y soporífera venganza.
Pues bueno, como decía un rollo de tomo y lomo. "Qualen" no es de terror, las caratulas son jodidamente engañosas. Se trata de un thriller (por así llamarlo) con unas gotas minúsculas y minimalistas de temática sobrenatural. Su condición zetosa queda patente en la tosquedad con la que está parida, tosquedad que asalta a todos los aspectos de la peli: su fotografía, los movimientos de cámara, las torpes peleas, los cutre-efectos, los infra-actores, la deliciosa música. Tremendo. Lo que más abunda es el diálogo rellena-metrajes, hay muy poca sangre (aunque hay) y un sexo muy muy light. En cuestiones de personal, no reconocemos a nadie, aunque del director, Michael J. Murphy (que para la ocasión firma Michael Melsack... ¿tan avergonzado estaba?), sí podemos decir que es un personaje de culto responsable de un puñado de películas semi-caseras rodadas en 16mm, super 8 o vídeo con títulos como "The last night", "Invitation to hell" o "Death Run". Por desgracia falleció hace no mucho.
Finalmente, lo más divertido de "Qualen", dejando de lado su oscuro origen, es que se trata de un auténtico alegato sobre la maldad femenina, sobre lo pérfidas que son las hembras -y lo son- cuando hay dineros e intereses materiales de por medio.
Pero por lo demás, pfffff.
A esas alturas tenía claro que, independientemente de todo lo que hubiera tras ese film, "Qualen" no podía tener nada bueno. Uno ya está lo suficientemente vapuleado para saber a ciencia cierta que esta clase de pelis son aburridas a muerte y rematadmente malas. Aún así, logré que un coleccionista generoso me regalara un ripeo en perfecto estado y, tras una sesión de auto-conciencia, la puse en el dvd y le di al "Play".
Amigos, he necesitado de cinco sesiones para verla entera. Claro que, sabiendo lo que era, me la ponía al final de la noche, con la intención de coger sueño... y joder, ¡¡ya lo creo que lo cogía!!. El caso es que la peli gira en torno a un panoli que anda enchochado por una pava y odia a su padre. Este es un empresario millonario atado a una silla de ruedas que advierte continuamente a su retoño que la mujer por la que pierde el ano es una hija de puta y que pase de ella. Un mal día, y tras una discusión, hay un accidente y el padre la palma, por lo que el hijo hereda todo el pitote. Pero entonces comienza a ver al fantasma de su progenitor acosándole (con gusanos y tó). Y lo que de entrada parece un zombie de aspecto ridículo y careta de goma barata, resulta que se justifica cuando en verdad se trata del amante de la mujer del prota que, junto a esta, han ideado un plan para matarle a base de sustos (de ahí lo del cantoso disfraz). El caso es que se lo dan bien gordo y el tipo cae por una ventana, pero no se mata, queda temporalmente impedido. La pava, decepcionada, pasa ya un huevo de disimular y el marido se da perfecta cuenta de que le pone los cuernos, así que planea su implacable y soporífera venganza.
Pues bueno, como decía un rollo de tomo y lomo. "Qualen" no es de terror, las caratulas son jodidamente engañosas. Se trata de un thriller (por así llamarlo) con unas gotas minúsculas y minimalistas de temática sobrenatural. Su condición zetosa queda patente en la tosquedad con la que está parida, tosquedad que asalta a todos los aspectos de la peli: su fotografía, los movimientos de cámara, las torpes peleas, los cutre-efectos, los infra-actores, la deliciosa música. Tremendo. Lo que más abunda es el diálogo rellena-metrajes, hay muy poca sangre (aunque hay) y un sexo muy muy light. En cuestiones de personal, no reconocemos a nadie, aunque del director, Michael J. Murphy (que para la ocasión firma Michael Melsack... ¿tan avergonzado estaba?), sí podemos decir que es un personaje de culto responsable de un puñado de películas semi-caseras rodadas en 16mm, super 8 o vídeo con títulos como "The last night", "Invitation to hell" o "Death Run". Por desgracia falleció hace no mucho.
Finalmente, lo más divertido de "Qualen", dejando de lado su oscuro origen, es que se trata de un auténtico alegato sobre la maldad femenina, sobre lo pérfidas que son las hembras -y lo son- cuando hay dineros e intereses materiales de por medio.
Pero por lo demás, pfffff.
Naxo Fiol
viernes, 15 de junio de 2012
EL INTRUSO
Vamos a olvidar que "Alien, el octavo pasajero" no deja de ser una copia hecha a lo grande de "It!, the terror from beyond space" y "Terror en el espacio", y le otorgaremos el honor de ser la primera en su especie, así como de generar tropecientas imitaciones que, aún a día de hoy, colean. Hay pelis cuya estructura nunca dejará de ser imitada, por muchos lustros que pasen... "Rambo", "Viernes 13" y "Alien" son tres de ellas.
Teniendo eso en cuenta, y que el film de Ridley Scott fue parido el año 1979, es muy probable que "El Intruso", o "The intruder within", producida en 1981, sea una de las primeras copias del inmortal clásico del terror y la ciencia ficción facturadas en los USA (y recalco lo de "facturada en los USA" porque en 1980 los italianos ya habían confeccionado las suyas... claro que a esos nadie les gana cuando se trata de copiar). ¿Y es ese un mérito destacable?, hombre, pos pal caso, sí, porque no hay mucho más.
En una plataforma petrolífera se pasan el día perforando el subsuelo marino, tanta caña le dan que un día liberan a un bichejo que sale al exterior y le pega un bocado a un tío, matándolo. Junto al bicho, van unos moluscos que se abrirán y expulsarán unos líquidos desagradables (vamos, que son huevos). Uno de los currantes se infectará, se volverá medio loco y dejará preñada a una de las tipas, quien dará luz al bicho de la portada justo a tiempo pal clímax final.
Vale, así de entrada mola. Y de hecho, los primeros minutos de "El Intruso" están chulos, lástima que en realidad se trate de un producto televisivo, de cuando estos eran mojigatos, planos y aburridos (hoy día siguen siéndolo, pero al menos ya meten sangre), y el resto de la peli es mucho bla, bla carente de interés, pocos aspectos llamativos, nada de violencia, nada de sexo y un mostro reservado para los últimos 10 o 15 minutejos y que no compensa.
Peter Carter, director, es también culpable de la aburridísima "Rituals", conocida en España como "Deliverance 2", nada menos.
Resumiendo, todo lo bueno de "El Intruso" se reduce a su caratula. Contémplenla con placer y olvídense de ver la película que parapeta.
Teniendo eso en cuenta, y que el film de Ridley Scott fue parido el año 1979, es muy probable que "El Intruso", o "The intruder within", producida en 1981, sea una de las primeras copias del inmortal clásico del terror y la ciencia ficción facturadas en los USA (y recalco lo de "facturada en los USA" porque en 1980 los italianos ya habían confeccionado las suyas... claro que a esos nadie les gana cuando se trata de copiar). ¿Y es ese un mérito destacable?, hombre, pos pal caso, sí, porque no hay mucho más.
En una plataforma petrolífera se pasan el día perforando el subsuelo marino, tanta caña le dan que un día liberan a un bichejo que sale al exterior y le pega un bocado a un tío, matándolo. Junto al bicho, van unos moluscos que se abrirán y expulsarán unos líquidos desagradables (vamos, que son huevos). Uno de los currantes se infectará, se volverá medio loco y dejará preñada a una de las tipas, quien dará luz al bicho de la portada justo a tiempo pal clímax final.
Vale, así de entrada mola. Y de hecho, los primeros minutos de "El Intruso" están chulos, lástima que en realidad se trate de un producto televisivo, de cuando estos eran mojigatos, planos y aburridos (hoy día siguen siéndolo, pero al menos ya meten sangre), y el resto de la peli es mucho bla, bla carente de interés, pocos aspectos llamativos, nada de violencia, nada de sexo y un mostro reservado para los últimos 10 o 15 minutejos y que no compensa.
Peter Carter, director, es también culpable de la aburridísima "Rituals", conocida en España como "Deliverance 2", nada menos.
Resumiendo, todo lo bueno de "El Intruso" se reduce a su caratula. Contémplenla con placer y olvídense de ver la película que parapeta.
Naxo Fiol
jueves, 14 de junio de 2012
CON LAS BRAGAS EN LA MANO
Una de las películas más populares del fenómeno “S”, dirigida por Julio Pérez Tabernero, que para la ocasión firmó con el estúpido seudónimo de T.A. Bernero.
Teniendo en cuenta lo aburridos que son estos productos, este, sin dejar de ser un bodrio infumable, al menos tiene un poco más de gracejo que muchos otros de la misma índole, a pesar de no tener ni una sola estridencia. Resulta curioso que una película que solo cuenta con un par de exteriores y escenas de cama, sea más solvente que otra película “S” con trama fantástica y efectismos como pueda ser la horripilante “Neumonía erótica y pasota” en la que incluso sale una sosias de Hulka.
Lo curioso de esta película, es que, siendo un soft en el que nadie tiene que ponerse a follar, Emilio Linder, que rodó muchos de estos productos, se pone las botas con prácticamente todo el reparto. La cámara, obviamente, esquiva penetraciones, pero Linder no se corta en metérsela a una de las actrices cuando la pone a cuatro patas (además se ve claramente), ni en exagerar un terrible orgasmo cuando otra, le practica una brutal felatio que también vemos. Y como no sea un doble de cuerpo, que pudiera ser, vemos en primer plano el erecto falo de Emilio Linder.
La peli cuenta la historia de un matrimonio que no funciona sexualmente (a pesar de que la primera escena de la película es un polvo todo cerdo entre ese matrimonio), a el no se le pone dura, pero aconsejado por unas amigas, este se pone a follar con todo lo que se mueve. Incluso tiene que lidiar con una zorrupia que se enamora de el. Tras una asquerosa orgía llena de espuma y líquidos varios a la que el prota lleva a su mujer, estos se arreglan, por lo que el macho follador parte peras con todas sus amiguitas. Despechada, la puerca que se a enamorado de el, avisa a un colega suyo y secuestran y violan a la mujer de nuestro amigo. Fin.
Cine sórdido, marginal y desagradable para pajilleros de cine de sesión continua, sin más ínfulas artísticas que conseguir el toqueteo del respetable, intuyo que en muchos casos sin conseguirlo. Esta peli es lo menos sugerente que existe.
Resulta curioso el comprobar in situ, la famosa leyenda que dice que las actrices de estas películas no tenían ni que saber actuar, ya que en sus textos, al ser incapaces de memorizar, los directores les pedían que contaran o dijeran el abecedario, que ya introducirían sus diálogos en el doblaje. En algunas escenas de “Con las bragas en la mano”, efectivamente, se ve que las actrices están contando en voz alta, mientras la dobladora suelta su texto.
También decían que con estar buenas bastaba… aquí, se pasaron esa norma por el forro de los cojones, pues lo cierto es, que lejos de ser guapas o dar morbo, las actrices son de lo más feitas, desgarbadas e incluso desagradables. Claro que a Emilio Linder eso le debía dar igual, pues lo cierto es que se infla a lamer coño peludo en cuanto se le brinda la ocasión. Y no era mal actor el tío…
Curiosa, sin más.
Teniendo en cuenta lo aburridos que son estos productos, este, sin dejar de ser un bodrio infumable, al menos tiene un poco más de gracejo que muchos otros de la misma índole, a pesar de no tener ni una sola estridencia. Resulta curioso que una película que solo cuenta con un par de exteriores y escenas de cama, sea más solvente que otra película “S” con trama fantástica y efectismos como pueda ser la horripilante “Neumonía erótica y pasota” en la que incluso sale una sosias de Hulka.
Lo curioso de esta película, es que, siendo un soft en el que nadie tiene que ponerse a follar, Emilio Linder, que rodó muchos de estos productos, se pone las botas con prácticamente todo el reparto. La cámara, obviamente, esquiva penetraciones, pero Linder no se corta en metérsela a una de las actrices cuando la pone a cuatro patas (además se ve claramente), ni en exagerar un terrible orgasmo cuando otra, le practica una brutal felatio que también vemos. Y como no sea un doble de cuerpo, que pudiera ser, vemos en primer plano el erecto falo de Emilio Linder.
La peli cuenta la historia de un matrimonio que no funciona sexualmente (a pesar de que la primera escena de la película es un polvo todo cerdo entre ese matrimonio), a el no se le pone dura, pero aconsejado por unas amigas, este se pone a follar con todo lo que se mueve. Incluso tiene que lidiar con una zorrupia que se enamora de el. Tras una asquerosa orgía llena de espuma y líquidos varios a la que el prota lleva a su mujer, estos se arreglan, por lo que el macho follador parte peras con todas sus amiguitas. Despechada, la puerca que se a enamorado de el, avisa a un colega suyo y secuestran y violan a la mujer de nuestro amigo. Fin.
Cine sórdido, marginal y desagradable para pajilleros de cine de sesión continua, sin más ínfulas artísticas que conseguir el toqueteo del respetable, intuyo que en muchos casos sin conseguirlo. Esta peli es lo menos sugerente que existe.
Resulta curioso el comprobar in situ, la famosa leyenda que dice que las actrices de estas películas no tenían ni que saber actuar, ya que en sus textos, al ser incapaces de memorizar, los directores les pedían que contaran o dijeran el abecedario, que ya introducirían sus diálogos en el doblaje. En algunas escenas de “Con las bragas en la mano”, efectivamente, se ve que las actrices están contando en voz alta, mientras la dobladora suelta su texto.
También decían que con estar buenas bastaba… aquí, se pasaron esa norma por el forro de los cojones, pues lo cierto es, que lejos de ser guapas o dar morbo, las actrices son de lo más feitas, desgarbadas e incluso desagradables. Claro que a Emilio Linder eso le debía dar igual, pues lo cierto es que se infla a lamer coño peludo en cuanto se le brinda la ocasión. Y no era mal actor el tío…
Curiosa, sin más.
Victor Olid
AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (21): MAD MAX 2 + 3 = Z MEN
Parece raro que un film bélico con Gibson y Sam Neill en el reparto sea tan poco conocido, pero en parte todo ello tiene que ver con el hecho de que, desde su parimiento, todo fueron problemas y, encima, una vez estrenado, se pegó un hostión de aúpa. Los líos arrancan cuando su director y guionista contratado, Phillip Noyce, con un currículum -posterior- notorio ("Calma total", "Furia ciega", "El Santo", "El coleccionista de huesos", "Peligro inminente", "El americano impasible" o la reciente "Salt"), es sustituido por el don nadie Tim Burstall. ¿Motivo?, que Noyce desaprobaba el fichaje, en roles protagónicos, del más bien acabadito y zetoso John Phillip Law. A los productores les molaba Law, y se quedaron con él... y sin Noyce. Así que imaginaos el contraste, Mel Gibson y Sam Neill junto a un prota que le daba al film resultante pinta de ser una Filipinada de quinta regional.
Tal vez por eso, o por algún extraño motivo que desconozco, "Z Men" es una peli que a España llegó en varias ediciones distintas, con carátulas distintas, aunque todas ellas con una misma intención: explotar la presencia de "Mad Max". Y aquí es cuando entra en la ecuación la edición mal parida por los hermanos tontos de "Ízaro Cannon", los míticos "Pícaro Zannon", de los que ya habíamos hablado con anterioridad...
Con la excusa de que el film es una co-producción entre Australia y Taiwan, y se desarrolla durante la segunda guerra mundial, las imágenes utilizadas como base no pertenecen a "Z Men", sino a alguna que otra peli asiática de serie Z.
Una vez maquetado el pitote, vino el diseñador con un par de ejemplares del "Fotogramas" (cosecha del 80 y pico), recortó dos fotos del amigo Gibson, y las pegó ahí, de cualquier manera. Tan obvio resultan, que no me ha costado nada localizar las originales, ambas pertenecientes a la saga "Mad Max" (¡oh, casualidad!). La de la portada está sacada de una imagen promocional de "Mad Max: más allá de la cúpula del trueno", y la de la contraportada pertenece a "Mad Max 2: El guerrero de la carretera". Ahí van...
Hay un detalle más a destacar de esta maravillosa cutre-caratula, y es que, si se fijan, en el reparto NO aparece Sam Neill y, en su lugar, tenemos a un misterioso Oti. No, no se trata de que el diseñador se quedara sin Letrasset, en realidad este caballero existe, es un actor asiático originalmente nacido como O-Ti (vamos, que faltaba el guión).
Misterio resuelto, panza contenta.
Gracias al bueno de Norman Llorente por la caratula y la idea.
Naxo Fiol
miércoles, 13 de junio de 2012
UN CASTILLO ALUCINANTE
Horroroso título español con el que se bautizó a una de las producciones “Full Moon” que Stuart Gordon dirigió para la factoría – y por ende, de las mejores-.
Todavía no andaba muy pervertida la productora que se hizo un hueco en el corazón del fandom con la saga de “Puppet Master”, y todavía hacían películas potables, no por la producción y las artes de Charles Band y su familia, si no por el incuestionable talento de Gordon. Salvando las distancias, “Un castillo alucinante” (“Castle Freak” en el resto del mundo), tienes esos aires y maneras de las entrañables producciones “Empire”.
Básicamente, se nos cuenta la historia de una familia americana que hereda un castillo en un remoto pueblo Italiano. En ese castillo tiempo atrás, vivió una duquesa que fingió la muerte de su hijo, un deforme, y lo encerró en una mazamorra. Cuando esta familia llega allí, el deforme continúa por el castillo y al tomar contacto con la hija ciega del patriarca, este se encapricha, se escapa como puede de la mazmorra, y lógicamente, arma una escabechina.
Stuart Gordon, se pasa por los huevos los presupuestos pequeños, y resuelve contrariedades con talento y un dominio absoluto de la situación, usando en la mayoría del metraje la cámara al hombro, y recreándose en las escenas más sangrientas y efectivas. Sin duda, peli que toca Gordon, peli que se convierte en peli de autor, por lo personal de su manera de rodar y sus tempos tan característicos. Siguiendo con la tradición que comenzó con “Re- Animator” en los tiempos de la “Empire”, en el reparto contamos con un hiper-mega-sobreactuado Jefrey Combs al que da gusto verlo en acción y a una recatada Barbara Crampton, que a pesar de que el filme tienes generosos destetes y felpudos, vemos vestida todo el tiempo.
Como estaba rodada en Italia, en el momento de su estreno, muchos plumillas especializados quisieron ver más allá de los hechos, afirmando que Gordon había rodado una especie de homenaje al cine de terror Italiano. Mentira, o un criterio mínimo. Stuart Gordon rodó una peli a lo Stuart Gordon, sin tener en cuenta a los italianos más que en el momento de cobrar el cheque.
Entretenida, sórdida, y al fin de al cabo cutrecilla, “Un castillo alucinante”, probablemente sea la mejor película de “Full Moon”, y también, una de las mejores de Don Stuart Gordon, al que ya se le echa un pelín de menos tras las cámaras. ¿Saben lo que diría Joaquín Prat? Pues eso, que se la recomiendo.
Todavía no andaba muy pervertida la productora que se hizo un hueco en el corazón del fandom con la saga de “Puppet Master”, y todavía hacían películas potables, no por la producción y las artes de Charles Band y su familia, si no por el incuestionable talento de Gordon. Salvando las distancias, “Un castillo alucinante” (“Castle Freak” en el resto del mundo), tienes esos aires y maneras de las entrañables producciones “Empire”.
Básicamente, se nos cuenta la historia de una familia americana que hereda un castillo en un remoto pueblo Italiano. En ese castillo tiempo atrás, vivió una duquesa que fingió la muerte de su hijo, un deforme, y lo encerró en una mazamorra. Cuando esta familia llega allí, el deforme continúa por el castillo y al tomar contacto con la hija ciega del patriarca, este se encapricha, se escapa como puede de la mazmorra, y lógicamente, arma una escabechina.
Stuart Gordon, se pasa por los huevos los presupuestos pequeños, y resuelve contrariedades con talento y un dominio absoluto de la situación, usando en la mayoría del metraje la cámara al hombro, y recreándose en las escenas más sangrientas y efectivas. Sin duda, peli que toca Gordon, peli que se convierte en peli de autor, por lo personal de su manera de rodar y sus tempos tan característicos. Siguiendo con la tradición que comenzó con “Re- Animator” en los tiempos de la “Empire”, en el reparto contamos con un hiper-mega-sobreactuado Jefrey Combs al que da gusto verlo en acción y a una recatada Barbara Crampton, que a pesar de que el filme tienes generosos destetes y felpudos, vemos vestida todo el tiempo.
Como estaba rodada en Italia, en el momento de su estreno, muchos plumillas especializados quisieron ver más allá de los hechos, afirmando que Gordon había rodado una especie de homenaje al cine de terror Italiano. Mentira, o un criterio mínimo. Stuart Gordon rodó una peli a lo Stuart Gordon, sin tener en cuenta a los italianos más que en el momento de cobrar el cheque.
Entretenida, sórdida, y al fin de al cabo cutrecilla, “Un castillo alucinante”, probablemente sea la mejor película de “Full Moon”, y también, una de las mejores de Don Stuart Gordon, al que ya se le echa un pelín de menos tras las cámaras. ¿Saben lo que diría Joaquín Prat? Pues eso, que se la recomiendo.
Victor Olid
LA CINTA GUARRA
A lo largo de mi vida han sido cientos las cintas de vídeo que he visto recubiertas de mierda, pero me parece que hoy, Miércoles 13 de Junio del 2012, se han superado todos los récords con esta copia en formato Beta de "El Intruso".
Así estaba antes de pasar por el departamento de higiene....
Así estaba antes de pasar por el departamento de higiene....
Y así, después de aplicar mis artes con el trapo y el "Pronto"....
¿A que me lo he currao?.
Llevo varios días limpiando, ordenando y catalogando los Betas con los que recientemente fui bendecido, y me resulta difícil poder explicaros lo divertido y gozoso que es para mi. Un verdadero hobby.
Y sigo con ello, a ver que otras sorpresas me llevo....
Llevo varios días limpiando, ordenando y catalogando los Betas con los que recientemente fui bendecido, y me resulta difícil poder explicaros lo divertido y gozoso que es para mi. Un verdadero hobby.
Y sigo con ello, a ver que otras sorpresas me llevo....
Naxo Fiol
VISIONARY
Reconocedlo, algún numero de esta colección de comics ya habéis
leído. O visto, porque leer poco hay para leer, estos mangas eran más para
mirar. Los que sí que los recordáis, ya sabéis por que, a los que no pusieron
sus manos sobre ellos lo explicare con una palabra, hentai. Ahora es tan fácil como
poner “manga porno” en cualquier buscador y ver miles de imágenes de dibujos
nipones haciendo todo tipo de guarrerias y practicando filias que nunca se nos pasarían
por la cabeza, pero antes si quería alegrarte la vista (y lo que no es la
vista, tu ya me entiendes) había que acercarse a un kiosco y pedir como si
fuera lo más normal del mundo un Visionary, la obra que nos ocupa, o Angel,
otra serie también del mismo autor, U-Jin. Y es que el autor japonés además de
ser una institución en su país, fue el primero que llego con una regularidad a
nuestro país. Todo se lo debemos a Norma, que compro los derechos y vendió aquí
estas dos colecciones.
En Visonary cada comic era una historia completa, con su
principio y su final, aunque los primeros números repiten protagonista en un
par de ocasiones, dando así una especie de continuidad a la serie. Luego ya, a
partir del 5 número o por ahí, ya cada historia sí que es independiente y los
protagonistas no vuelven a repetir. Hay historias de todo tipo, desde las que
pasan por la fantasía, como la del chaval que tiene en casa una mujer-gata-robot
que le concede deseos tipo Doraemon pero que además se puede zumbar, a
historias de detectives, como la del policía que investiga un caso y acaba tirándose
a la culpable todos los días por no delatarla. También hay algún que otro número
en el que no aparecen escenas de sexo, y solo tenemos alguna que otra viñeta erótica
(chica tirada en el suelo con postura sugerente mientras su braguitas quedan al
aire) pero lo que caracteriza a toda la serie es el humor. Aquí no estamos
antes filias aberrantes, sí que hay alguna cosa extraña, pero nada que den
ganas de vomitar. U-Jin, el creador, era un cachondo mental, entiéndase en los
dos sentidos, tanto para las situaciones sexuales como para arrancar una
sonrisa al lector de vez en cuando. Y aunque los argumentos no son su fuerte sí
que hay que reconocer que los lápices si que lo son. Sus señoritas están muy
bien hechas, no son mujeres de pechos imposibles con cinturas de avispa, son más
o menos mujeres normales, puede que alguna sí que le meta un poco más de talla
de sujetador, pero nada escandaloso. Eso sí, debido a la absurda censura
japonesa, los miembros masculinos están siempre pintados de negro como si
fueran una sombra, y los genitales femeninos no existen, simplemente se
muestran los labios externos como dos líneas y por dentro eso esta mas liso que
la entrepierna de Barbie o Ken. Pero como digo eso es tema de la censura, no
cosa del autor.
En España se distribuyeron 17 números de esta colección,
desconozco si en Japón era más larga, pero vamos, para lo que son estos comics,
con un par te basta y te sobra. Anda que de chaval no me habré hec… digo… anda
que de chaval no habré disfrutado de esta obra… eh….no sé si lo he arreglado o suena
incluso hasta peor. Reconócelo, tu también.
martes, 12 de junio de 2012
LA MALDICIÓN DEL ÍDOLO
Y por fin, aquí la tenemos, la segunda película/aventura de ese fugaz "James Bond" de saldo que fue "Duncan Jax" tras su primer, simpático y agradable debút.
En "La maldición del ídolo" el super-agente secreto favorito de.... de vaya usted a saber quién, cambia el tono belicoso de la primera entrega por un rollo más "Indianajonesco" a base de selvas (o bosques normales y corrientes que lo pretenden), templos, sectas diabólicas, oro que rescatar, ídolos cargados de joyas, cocodrilos y, también, unas raquíticas artes marciales. Desconozco cual fue el fenómeno ninja en el año 1988, que es cuando se hizo esta peli, pero el caso es que, para la ocasión, "Duncan Jax" y su equipo se disfrazan de ninjas enmascarados cada dos por tres. Total, que se las piran a la supuesta selva con la intención de enfrentarse a un malvado la mar de folletinesco llamado Lider Escarlata, previo reclutamiento del equipo de aguerridos pero muy poco carismáticos (al revés de lo que sucedía en la primera peli) colaboradores, para lo cual deberá superar otros tantos peligros de novela barata tan absurdos e inútiles como una habitación puesta ahí, tal cual, con las paredes móviles a modo de trampa. Suerte que la astucia de "Jax" y sus gadgets salvarán la papeleta en más de una ocasión... pero no la peli, que a pesar de unos medios razonables (especialmente notables en sus decorados) se estanca la mayor parte del tiempo en diálogos chorras ofreciendo acción a cuenta gotas sin la más mínima emoción ni espectacularidad. Todo en "La maldición del ídolo" es sosaina, frío, aséptico y acartonado. Sin vida.
Detalles de relativo interés: A diferencia de lo que ocurría en "La orden del águila negra", aquí el mandril que acompaña a "Duncan Jax" tiene más intervenciones. De hecho, se puede decir que es él quien encuentra el ídolo maldito. Los títulos de crédito son muy Bondianos, especialmente la canción, que a base de intentar imitar los modos de un Tom Jones, roza la parodia. Dos guiños fricos: En el casino, "Jax" apuesta por el número 007. Cuando entra en una cabina a ponerse el disfraz de ninja, se da cuenta de que básicamente está emulando a Superman y esputa un notorio gesto que así nos lo hace saber.
Por lo demás, repiten director (el limitadito Worth Keeter), el prota, Ian Hunter y William Hicks, que si aquí hace de simpático amigote del agente secreto, en "El orden del águila negra" interpretaba a su mayor enemigo. Curioso.
Pero sí, mucho me temo que, tal y como recordaba tras mi primer visionado adolescente, esta segunda aventura de "Duncan Jax" está muy muy por debajo de los logros obtenidos en la primera y, sinceramente, no merece ni el más mínimo esfuerzo.
En "La maldición del ídolo" el super-agente secreto favorito de.... de vaya usted a saber quién, cambia el tono belicoso de la primera entrega por un rollo más "Indianajonesco" a base de selvas (o bosques normales y corrientes que lo pretenden), templos, sectas diabólicas, oro que rescatar, ídolos cargados de joyas, cocodrilos y, también, unas raquíticas artes marciales. Desconozco cual fue el fenómeno ninja en el año 1988, que es cuando se hizo esta peli, pero el caso es que, para la ocasión, "Duncan Jax" y su equipo se disfrazan de ninjas enmascarados cada dos por tres. Total, que se las piran a la supuesta selva con la intención de enfrentarse a un malvado la mar de folletinesco llamado Lider Escarlata, previo reclutamiento del equipo de aguerridos pero muy poco carismáticos (al revés de lo que sucedía en la primera peli) colaboradores, para lo cual deberá superar otros tantos peligros de novela barata tan absurdos e inútiles como una habitación puesta ahí, tal cual, con las paredes móviles a modo de trampa. Suerte que la astucia de "Jax" y sus gadgets salvarán la papeleta en más de una ocasión... pero no la peli, que a pesar de unos medios razonables (especialmente notables en sus decorados) se estanca la mayor parte del tiempo en diálogos chorras ofreciendo acción a cuenta gotas sin la más mínima emoción ni espectacularidad. Todo en "La maldición del ídolo" es sosaina, frío, aséptico y acartonado. Sin vida.
Detalles de relativo interés: A diferencia de lo que ocurría en "La orden del águila negra", aquí el mandril que acompaña a "Duncan Jax" tiene más intervenciones. De hecho, se puede decir que es él quien encuentra el ídolo maldito. Los títulos de crédito son muy Bondianos, especialmente la canción, que a base de intentar imitar los modos de un Tom Jones, roza la parodia. Dos guiños fricos: En el casino, "Jax" apuesta por el número 007. Cuando entra en una cabina a ponerse el disfraz de ninja, se da cuenta de que básicamente está emulando a Superman y esputa un notorio gesto que así nos lo hace saber.
Por lo demás, repiten director (el limitadito Worth Keeter), el prota, Ian Hunter y William Hicks, que si aquí hace de simpático amigote del agente secreto, en "El orden del águila negra" interpretaba a su mayor enemigo. Curioso.
Pero sí, mucho me temo que, tal y como recordaba tras mi primer visionado adolescente, esta segunda aventura de "Duncan Jax" está muy muy por debajo de los logros obtenidos en la primera y, sinceramente, no merece ni el más mínimo esfuerzo.
Naxo Fiol