La Blaxploitation más que por otra cosa, está asimilada por sus películas de acción. Pero dentro del sub género, hay otros géneros. “Blacula” estaría adscrita al género de terror, “Black Gestapo” al “Nazixplotation” y así… y que nadie piense que los afroamericanos no tienen sentido del humor, ya lo dejan patente dentro del género (aunque sus mejores muestras fueran realizadas por blancos) con una serie de chascarrillos y frases de getto destinadas a causar la hilaridad de su público. Aún así, como no, hicieron comedias.
“Big time”, probablemente sea más conocida por su banda sonora – Todo temas compuestos en exclusiva para la película por Smokey Robinson- que por la película en si misma, pero tiene cierto valor, porque el estilo de humor de la película es un claro referente para la comedia afro actual. Sin ir más lejos, cuando Ice Cube confecciona una comedia para el público negro, sin duda, tiene muy presente el humor de “Big Time”.
Eddie “El Afortunado”, es un viva la virgen, un chuleta de barrio que ataviado con estética “Pimp” se dedica a vivir estafando al seguro fingiendo accidentes peatonales. Se tumba en medio de la carretera, previa llamada a la ambulancia, y espera a que un coche frene con la intención de hacerle creer a todos que le han atropellado. Por otro lado, le acosan las deudas a mafiosos, y la película se va desarrollando a través de los avatares que sufre, entre chistes y chascarrillos.
La película es agradable, sin más. Es fardona, la música es cojonuda, pero le falla el ritmo, y quizás los chistes se hayan quedado un poco anticuados. Así que a fin de cuentas, nos quedamos con que se puede ver del tirón sin vomitar, pero salvo por el detalle de crear un humor que al final es característico dentro de este tipo de productos, la verdad es que no es una película muy relevante en ningún aspecto.
De hecho, su director Andrew Georgias, no volvió a dirigir ninguna otra película, y su protagonista Christopher Joy, nunca dejó de ser un secundario en “blaxplotations” como “Cleopatra Jones” o en películas de Cheeck y Chong como “Como humo se va”.
Potable.
lunes, 30 de julio de 2012
LAS 7 AVENTURAS DE SIMBAD
Mi relación con The Asylum no empezó nada bien,
Transmorphers fue lo primero que intente ver de ellos, y digo intente, porque a
los 40 minutos la tuve que quitar. No solo porque sus efectos especiales fueran
lamentables (aunque tuvo mucho que ver ya que era una película que debería de
sustentarse en eso) sino porque me estaba aburriendo horrores, no me divertía ni
siquiera de la incapacidad de los actores, simplemente me aburría. Luego ya vinieron otras de sus producciones,
la ya mitica Mega Shark Vs Giant Octopus fue la primera que aguante hasta el
final, Almighty Thor no la termine de ver por falta de tiempo, pero tampoco debí
de perderme mucho. Mega Shark Vs Crocosaurus, la medio vi simplemente por aparecer
Jaleel White (Steve Urkel) en ella, así que la jugada de meter a un
pseudo-famoso, ahí les funciono conmigo. Y así con otras tantas. No creo que
haya terminado de ver más de tres o cuatro películas de The Asylum, pero
teniendo SyFy Channel, es muy fácil tropezarse con ellas días si y día también, así
que algo siempre ves.
No creaís que porque empiece diciendo, “no me llevo bien con
The Asylum” acabare enumerando sus bondades, porque no es así. Son películas simpáticas,
más por la forma en cómo están hechas que por el producto final. Sin conocer
esa manera tan industrial de hacerlas (like a churros) por tener solo dos semanas
de rodaje, porque dudo mucho que repitan más de tres veces las escenas, porque los
actores no dejan de ser pobres desgraciados que esperan dar el salto a la serie
A y porque algo con bastante menos calidad es lo que yo haría su tuviera esos
medios, es por eso que a veces, solo a veces, me obligo a mi mismo a terminar
de ver alguna película de The Asylum, como es el caso.
Simbad, es el apellido de un rico magnate petrolero, un Tony
Stark de tercera regional, que interpreta la cara semi-conocida del plantel,
Patrick Muldoon (Starship Troopers, como se que no caéis quien es, es el que le
levanta la novia a Casper Van Dien) Uno de sus superpetroleros ha sido secuestrado
por piratas, estos solicitan un rescate y amenazan con una bomba. El propio Simbad
y un pequeño equipo de ayudantes cogen su helicóptero (en CGI mucho peor hecho que un
episodio de Bananas en pijama) y se van para la zona, cuando llegan al barco,
este es hundido en el fondo del mar por un calamar gigante. Los supervivientes,
entre los que además de la tripulación también se encuentra el jefe de los
piratas, llegan a un isla donde una supuesta aborigen lleva a Simbad a una
cueva donde está marcado su destino. Allí pinturas milenarias (dibujadas esa
misma mañana con plastidecor y boli bic, joder que canta un huevo) señala a
Simbad como el salvador de las catástrofes que va a sufrir el planeta, véase,
terremotos, tornados de agua, erupciones volcánicas…. Todo ello se debe a que
el petrolero esta encima de un meteorito que tiene ciertas cualidades que ni entendí
ni quise entender, porque a esas alturas de película lo único que quería es que
acabase ya de una vez.
Al final nos encontramos con lo de siempre en esta
productora, malos efectos especiales (aunque el cangrejo gigante tiene medio
pase, si lo ves de refilón y achinas los
ojos) actores malos que como se rodean de peores no quedan tan mal, escenarios
que han sido elegidos por su disponibilidad (mira una esquina de un portal, que
está iluminado, rápido llama a Jimmy y sus chicos y nos rodamos aquí la rueda
de prensa de Simbad Enterprise) argumentos que se van liando cada vez más hasta
que al final no sabes porque hacen lo que sea que estén haciendo en ese momento,
y unas ganas locas de hacer cine. De tercera regional, pero cine.
No la veáis, no merece la pena, es aburrida, es The Asylum
(y aun así, volveré a ver alguna de esta productora ¿sadomasoquismo? Puede que sí)
sábado, 28 de julio de 2012
LA DOMINACIÓN (NINJA 3)
Cuando "Cannon" se planteó rodar esta película, probablemente tenía en mente mezclar a sus rentables ninjas con dos títulos de -entonces- reciente éxito, "Flashdance" y "El Ente". No lo digo de guasa. "La dominación" o "Ninja 3" cuenta la historia de una adicta al aerobic (la vemos practicarlo apasionadamente, luce un look parecido al de Jennifer Beals y, como esta en "Flashdance", tiene un curro "sucio y masculino") poseída por el espíritu de un poderoso asesino-ninja con el fin de matar a los policías que acabaron con su vida. Suerte que por ahí pulula el ninja oficial del cine ochentoso, Sho Kosugi, para pararle los pies. De hecho, Kosugi es el único vínculo entre los tres films que componen la "trilogía ninja de la Cannon", sin embargo, en ninguna de ellas el muchacho interpreta al mismo personaje. Hagamos un rápido repaso, la primera era "La justicia del Ninja", en la que salía el bigotudo Franco Nero haciendo de asesino enmascarado, y la segunda, "La venganza del Ninja", la vi en su época, pero no me acuerdo de nada (luego está "Las nueve muertes de ninja", que en España se subtituló "Ninja 4", pero no, a nivel oficial no hubo nunca una cuarta entrega). Vamos, que lo único que las unía era el uniforme del asesino nipón, pero nada más.
El caso es que "La dominación" chorrea ochenterismo por todos sus poros. Dejando de lado que la productora sea la "Cannon" y que a la prota le ponga tanto el aerobic, tenemos cosas tan llamativas como fluorescentes y un "arcade"... pero no uno cualquiera, este es utilizado por el fantasma del ninja para... pues no se muy bien para qué, pero en un momento dado saca humo y un montón de rayitos laser con las más variopintas e innecesarias formas. Todo muy "espectacular". Aunque para espectacular la escena en la que la prota recibe un especie de exorcismo por parte de un curandero (otro clásico, el amigo James Hong) y que resulta genuinamente ridícula y patética, con la chavala ahí toda pálida y canosa berreando como una loca. Tampoco el super-ninja asesino merece precisamente una medalla a los méritos, porque tras asesinar a un científico al principio de la peli, lía un pitote con medio cuerpo de policía persiguiéndole que, vamos, luego no me digan a mi eso de que eran sigilosos e infalibles, cojones. El caso es que se carga un montón de polis, recibe tropecientos balazos, pero nada, que no palma... y al final, como en "Muñeco Diabólico", se cruza con la churri y se le mete dentro del cuerpo, pero por la vía menos divertida.
El amigo Sho Kosugi, que esta vez luce en el ojo un parche de lo más feo, protagoniza lo mejor del sarao, que son las peleas con el ninja malo. El director no es otro que Sam Firstenberg, un currante de la "Cannon" que terminaría casi especializado en cine de ninjas, destacando su aportación no solo a la misma trilogía (fue responsable también de la segunda entrega), sino dando pie a la famosa/infame "El guerrero americano", al menos en sus dos primeras encarnaciones.
Por lo demás, pues hombre, se deja ver, así en plan "fast food", y hasta proporciona un buen puñado de risotadas gracias a muchas de sus ridículas situaciones y diálogos de feria, pero vamos, no es ni por asomo imprescindible.
El caso es que "La dominación" chorrea ochenterismo por todos sus poros. Dejando de lado que la productora sea la "Cannon" y que a la prota le ponga tanto el aerobic, tenemos cosas tan llamativas como fluorescentes y un "arcade"... pero no uno cualquiera, este es utilizado por el fantasma del ninja para... pues no se muy bien para qué, pero en un momento dado saca humo y un montón de rayitos laser con las más variopintas e innecesarias formas. Todo muy "espectacular". Aunque para espectacular la escena en la que la prota recibe un especie de exorcismo por parte de un curandero (otro clásico, el amigo James Hong) y que resulta genuinamente ridícula y patética, con la chavala ahí toda pálida y canosa berreando como una loca. Tampoco el super-ninja asesino merece precisamente una medalla a los méritos, porque tras asesinar a un científico al principio de la peli, lía un pitote con medio cuerpo de policía persiguiéndole que, vamos, luego no me digan a mi eso de que eran sigilosos e infalibles, cojones. El caso es que se carga un montón de polis, recibe tropecientos balazos, pero nada, que no palma... y al final, como en "Muñeco Diabólico", se cruza con la churri y se le mete dentro del cuerpo, pero por la vía menos divertida.
El amigo Sho Kosugi, que esta vez luce en el ojo un parche de lo más feo, protagoniza lo mejor del sarao, que son las peleas con el ninja malo. El director no es otro que Sam Firstenberg, un currante de la "Cannon" que terminaría casi especializado en cine de ninjas, destacando su aportación no solo a la misma trilogía (fue responsable también de la segunda entrega), sino dando pie a la famosa/infame "El guerrero americano", al menos en sus dos primeras encarnaciones.
Por lo demás, pues hombre, se deja ver, así en plan "fast food", y hasta proporciona un buen puñado de risotadas gracias a muchas de sus ridículas situaciones y diálogos de feria, pero vamos, no es ni por asomo imprescindible.
Naxo Fiol
viernes, 27 de julio de 2012
MAX BETA!
Ayer fui bendecido por segunda -y espero que última- vez con un buen puñado de Betas. La mayoría no valen un pimiento, pero si escarbas un poco, salen algunos títulos curiosos y de interés, la mayor parte de los cuales pueden verlos en las siguientes fotos.
Sinceramente, comienzo a estar ya un poco hasta los cojones de acumular tanta cinta. Como digo, un buen puñado de todas ellas no tienen ningún valor... ni tan siquiera como regalo, ya no digamos para intercambio o venta. Su único destino lógico es el horno crematorio. De momento las mantendré en mis aposentos, veré algunas, escanearé las caratulas de otras y hasta puede que ripee las más potables... pero luego... ya se verá.
Hasta entonces, regálense los ojos con las imágenes que siguen pues, como decía arriba, podría ser la última vez.
Sinceramente, comienzo a estar ya un poco hasta los cojones de acumular tanta cinta. Como digo, un buen puñado de todas ellas no tienen ningún valor... ni tan siquiera como regalo, ya no digamos para intercambio o venta. Su único destino lógico es el horno crematorio. De momento las mantendré en mis aposentos, veré algunas, escanearé las caratulas de otras y hasta puede que ripee las más potables... pero luego... ya se verá.
Hasta entonces, regálense los ojos con las imágenes que siguen pues, como decía arriba, podría ser la última vez.
Naxo Fiol
jueves, 26 de julio de 2012
LUNA NEGRA
El mayor problema que le veo yo a "Luna Negra" es que, así de lejos, mirándolo con mentalidad tierno-adolescente, se trata de un film algo engañoso. Es decir, ES engañoso en dos aspectos. Uno, parece una peli sobre un coche futurista capaz de todo... y no, en realidad el auto tiene un papel secundario. Dos, en la caratula se destaca a John Carpenter casi como padre absoluto del film, cuando únicamente es responsable de la idea de base y de (parte de) un guión que, seguramente, otros muchos terminaron retocando y mutando.
Un ladrón roba por encargo una cinta de cassette con un contenido de lo más importante y básico. En la huída, la esconde en el recoveco de un coche futurista que anda cerca aparcado. Cuando intenta recuperarla, otro ladrón (en este caso, ladrona) roba el auto y lo guarda en una guarida secreta comandada por una gran corporación de lo más malvada. El ladrón prota y los inventores del coche unen fuerzas para rescatar cada uno su respectivo botín.
Y sí, al final el super-coche se marca una pirueta entre espectacular y cutre, pero como digo, eso es todo. La mayor parte del metraje reposa aparcado en un garaje. El auténtico clímax de la función (y uno de sus mejores momentos) es la entrada al custodiado edificio, aunque francamente, el modo en que ambas tramas se unen me parece demasiado burdo y chorras... no sé, no me suelo tragar las pelis que parten de meras casualidades, como es el caso. Sin embargo, asumido ello, y otras carencias, la verdad es que "Luna Negra" funciona como leve entretenimiento para Domingo por la tarde. Nada chirría ni molesta, pero tampoco impresiona o deslumbra. Un film sencillito que deja un regusto potable, y a por otra cosa.
El entrañable reparto es muy de su época. Tommy Lee Jones, todavía no tan arrugado, interpreta al ladrón/anti-héroe de la función, y uno de sus mayores atributos es que comete varios errores que afectan al desarrollo de la peli, y eso mola. No es perfecto. Le sigue la guapa/fea Linda Hamilton, casi recién salida de "Terminator". Robert Vaughn en su inmortal papel de malo-dandy. Richard Jaeckel, William Sanderson, Nick Cassavetes y, muy especialmente, Bubba Smith (el "Hightower" de "Loca academia de policía") y Lee Ving, el mítico frontman de la mítica banda punk-de-goma-pero-guay "Fear" que, como era habitual en la época, hace de malo cabrón.
Harley Cokeliss, director, terminaría con sus huesos en la tele, pero antes de "Luna Negra" firmó una cosica titulada "Warlords of the 21st Century", un pseudo-"Mad Max 2" que en España se lanzó con el título "Destructor".
Ta bien.
Un ladrón roba por encargo una cinta de cassette con un contenido de lo más importante y básico. En la huída, la esconde en el recoveco de un coche futurista que anda cerca aparcado. Cuando intenta recuperarla, otro ladrón (en este caso, ladrona) roba el auto y lo guarda en una guarida secreta comandada por una gran corporación de lo más malvada. El ladrón prota y los inventores del coche unen fuerzas para rescatar cada uno su respectivo botín.
Y sí, al final el super-coche se marca una pirueta entre espectacular y cutre, pero como digo, eso es todo. La mayor parte del metraje reposa aparcado en un garaje. El auténtico clímax de la función (y uno de sus mejores momentos) es la entrada al custodiado edificio, aunque francamente, el modo en que ambas tramas se unen me parece demasiado burdo y chorras... no sé, no me suelo tragar las pelis que parten de meras casualidades, como es el caso. Sin embargo, asumido ello, y otras carencias, la verdad es que "Luna Negra" funciona como leve entretenimiento para Domingo por la tarde. Nada chirría ni molesta, pero tampoco impresiona o deslumbra. Un film sencillito que deja un regusto potable, y a por otra cosa.
El entrañable reparto es muy de su época. Tommy Lee Jones, todavía no tan arrugado, interpreta al ladrón/anti-héroe de la función, y uno de sus mayores atributos es que comete varios errores que afectan al desarrollo de la peli, y eso mola. No es perfecto. Le sigue la guapa/fea Linda Hamilton, casi recién salida de "Terminator". Robert Vaughn en su inmortal papel de malo-dandy. Richard Jaeckel, William Sanderson, Nick Cassavetes y, muy especialmente, Bubba Smith (el "Hightower" de "Loca academia de policía") y Lee Ving, el mítico frontman de la mítica banda punk-de-goma-pero-guay "Fear" que, como era habitual en la época, hace de malo cabrón.
Harley Cokeliss, director, terminaría con sus huesos en la tele, pero antes de "Luna Negra" firmó una cosica titulada "Warlords of the 21st Century", un pseudo-"Mad Max 2" que en España se lanzó con el título "Destructor".
Ta bien.
Naxo Fiol
martes, 24 de julio de 2012
HORROR MOVIES, LO MEJOR Y LO PEOR DE LAS PELÍCULAS DE TERROR
Lo peor de este tocho, es que al ser un Volumen 1, y tal y como están las cosas, el no saber si saldrá un nuevo volumen. Porque el libro es entretenido a más no poder, y si se supone que es un repaso completo a TODO el cine de terror, a pesar del mogollón de páginas, se queda totalmente incompleto. Raul Toral y Juan Carlos Ortega, a pachas, se pegan un largo ensayo en el que van comentando en un orden cronológico y en su defecto, coherente, todas las películas de terror , buenas y malas, que ellos estíman oportunas. Porque se centra en lo más conocido, alguna “Explotation”, pero se queda cojo en algunos títulos que no están, aunque ciertamente estos no sean relevantes.
En principio el libro está separado en tres partes: Asesinos en serie, psicopatas y demás, donde repasan Slashers y pelis de Psycho Killers, Cosas sobrenaturales y demonios, donde tienen cabida pelis de posesiones , casas encantadas, brujería y demás y Vampiros, hombres lobo, y monstruos clásicos, donde te deja el capítulo a medias y se centra unicamente en los vampiros. Por eso digo, que este libro no tiene ningún sentido, si no sale un segundo volumen.
Obviamente, al lector especializado le va a descubrir poca cosa, la verdad, pero este no es un libro con datos y rarezas, ya que se centran en hacer pequeñas sinopsis, se cuentan anecdotas e incluso los autores hacen una pequeña crítica, en según que pelis. Lo bueno, es que está escrito con gran sentido del humor, y eso es lo que lo diferencia de otros libros de similar semblante, aburridos como ostras. Se agradece el chascarrillo, el ningunéo y el sarcasmo que los autores se gastan con según quienes y qué peliculas.
Así pues, lo recomiendo, por entretenido, por desprejuiciado, y porque los autores ofrecen una escritura desenfadada, ligera y fluída.
Vamos, que escriben muy bien.
En principio el libro está separado en tres partes: Asesinos en serie, psicopatas y demás, donde repasan Slashers y pelis de Psycho Killers, Cosas sobrenaturales y demonios, donde tienen cabida pelis de posesiones , casas encantadas, brujería y demás y Vampiros, hombres lobo, y monstruos clásicos, donde te deja el capítulo a medias y se centra unicamente en los vampiros. Por eso digo, que este libro no tiene ningún sentido, si no sale un segundo volumen.
Obviamente, al lector especializado le va a descubrir poca cosa, la verdad, pero este no es un libro con datos y rarezas, ya que se centran en hacer pequeñas sinopsis, se cuentan anecdotas e incluso los autores hacen una pequeña crítica, en según que pelis. Lo bueno, es que está escrito con gran sentido del humor, y eso es lo que lo diferencia de otros libros de similar semblante, aburridos como ostras. Se agradece el chascarrillo, el ningunéo y el sarcasmo que los autores se gastan con según quienes y qué peliculas.
Así pues, lo recomiendo, por entretenido, por desprejuiciado, y porque los autores ofrecen una escritura desenfadada, ligera y fluída.
Vamos, que escriben muy bien.
Victor Olid
MASTERBLASTER
Desconozco si ustedes lo recordarán, pero en la época del boom videoclubero, "Masterblaster" fue un título ridículamente explotado hasta la saciedad. Habían anuncios en todas las putas revistas del gremio. El cartel se parecía al aquí expuesto, pero no resultaba tan patético con esa absurda pistola-hembra. Y el título, pues sí, molaba mil, muy macarra y prometedor. Sin embargo, por algún extraño motivo que no viene a mi cerebelo, nunca la alquilé. Tuve que esperar a tener canas y caries para visionarla ayer noche en formato Beta.
Un grupo de pazguatos se reúnen en la montaña para celebrar uno de esos juegos de guerra en el que la peña se dispara pintura y tal. El caso es que de pronto a alguien le entran verdaderas ganas de matar, sin truco, y la cosa se complica. ¿Pero quién?, ¿y por qué?... ¿de verdad le importa a alguien?.
El resultado... pues no lo sé. La vi entera, así que tampoco la voy a poner a bajar de un burro, pero no puedo decir que me divirtiera horrores. La dejaremos en mediocrilla. En general hay que reconocer que la idea es buena (aunque no especialmente original), sin embargo el director le saca muy muy poco partido. Prefiere apostar por el humor cazurro sin gracia, y olvidarse de las posibilidades que tenía si enfocaba su peli un poco más hacia el terror, ya que, esencialmente, "Masterblaster" es casi como un "slasher", incluso tiene alguna muerte sangrienta y todo. Los personajes son todos ridículamente estereotipados, destacando el prota, un motero macarra de buen corazón genuinamente cansino. Tampoco sabemos muy bien qué coño pintan los redneck violentos que salen al principio y que no aportarán mucho más a la trama de ahí en adelante. Ah! y para que quede claro que estamos ante un film del año 1987, el malo es gay.
En fin, morralla de alto standing, solo recomendable a curiosos y nostálgicos de esos de psiquiatra, que últimamente hay muchos.
Un grupo de pazguatos se reúnen en la montaña para celebrar uno de esos juegos de guerra en el que la peña se dispara pintura y tal. El caso es que de pronto a alguien le entran verdaderas ganas de matar, sin truco, y la cosa se complica. ¿Pero quién?, ¿y por qué?... ¿de verdad le importa a alguien?.
El resultado... pues no lo sé. La vi entera, así que tampoco la voy a poner a bajar de un burro, pero no puedo decir que me divirtiera horrores. La dejaremos en mediocrilla. En general hay que reconocer que la idea es buena (aunque no especialmente original), sin embargo el director le saca muy muy poco partido. Prefiere apostar por el humor cazurro sin gracia, y olvidarse de las posibilidades que tenía si enfocaba su peli un poco más hacia el terror, ya que, esencialmente, "Masterblaster" es casi como un "slasher", incluso tiene alguna muerte sangrienta y todo. Los personajes son todos ridículamente estereotipados, destacando el prota, un motero macarra de buen corazón genuinamente cansino. Tampoco sabemos muy bien qué coño pintan los redneck violentos que salen al principio y que no aportarán mucho más a la trama de ahí en adelante. Ah! y para que quede claro que estamos ante un film del año 1987, el malo es gay.
En fin, morralla de alto standing, solo recomendable a curiosos y nostálgicos de esos de psiquiatra, que últimamente hay muchos.
Naxo Fiol
domingo, 22 de julio de 2012
COCAÍNA
Esta es una de esas películas ignotas y malditas del cine español, una rareza de aquellas inencontrables, hasta que alguien que posee una de las pocas copias que existen la ripea, la comparte en Internet, y ya deja de serlo, cosa que por otro lado yo agradezco, porque por fin puedo verla tras largos años de inútil búsqueda.
Y es que es una rareza de aquellas fascinantes.
“Cocaína”, la dirige y escribe Jimmy Giménez Arnau, co-fundador de la revista de humor “Hermano Lobo”, corresponsal de guerra, y actual comentarista del corazón en televisión (por si alguien no sabe quien es, y no comprende la bizarrada de la propuesta), en colaboración con un tal Julio Wizuete.
Para más marcianada, decir que el protagonista es un Josema Yuste pre- Martes y 13, que ya deja entre ver algunos tics y maneras de lo que sería su estilo cómico en un futuro. Y si ya cuento que también aparece haciendo un papel Alfonso Ussia, apaga y vámonos, amén del papelito que se reserva el propio Giménez Arnau.
La película es rara de cojones. Muy cercana al cine Underground de los setenta, en algunos momentos parece un documental mondo (nos cuentan con pelos y señales lo que es la cocaína usando voz en off y material de archivo), y en otros es tan cercana a las películas primigenias de John Waters, que parece difícil que la similitud sea solo una casualidad.
No tiene un argumento propiamente dicho, está rodada de una manera muy extraña, mezclando conversaciones en plan estándar con imágenes sueltas, que junto con un tratamiento de la imagen de lo más cochambroso, le dan un look sórdido y raro, que desde ya convierte a esta cinta en una de mis favoritas.
A ver como hacemos una sinopsis: Josema Yuste, interpreta a Mamón (¡), un adinerado vividor, que tras descubrir la droga llamada cocaína, decide poner en marcha el rodaje de una película sobre la droga en cuestión, por lo que decide volverse un experto en la materia, e investigar u experimentar con dicha droga. Durante el periplo, somos testigos de los delirios y cuelgues que sufren tanto el, como el equipo de actrices y drogadictos que contrata, con momentos surrealistas que rozan la pantomima, sin que finalmente comience el rodaje de esa película, cuando comienzan los créditos finales. Parece como si Jimmy Giménez Arnau, contara un poco su historia; Vividor caprichoso fascinado por las bondades –y las consecuencias- de la cocaína, que decide pegarse el capricho de hacer una película sobre el tema.
El hecho de que Giménez Arnau no sea un cineasta, confiere a la película ese maravilloso desastre audiovisual, que únicamente consiguen películas como esta o “Hot Milk” de Ricardo Bofill.
Curiosamente, la película dobla a todos sus actores con dobladores profesionales, con lo que resulta un tanto extraño ver a Josema doblado por una voz característica de los doblajes de los ochenta, imitando, casi a la perfección, los tonos de pijo, y el rollito “Martes y 13” que se trae Josema, que no para de esnifar durante toda la película. De hecho, no me extrañaría en absoluto - y seguro que ha de ser así- que la película entera fuera concebida bajo los efectos de la droga que homenajea.
Un incunable. Una maravilla.
“Cocaína”, la dirige y escribe Jimmy Giménez Arnau, co-fundador de la revista de humor “Hermano Lobo”, corresponsal de guerra, y actual comentarista del corazón en televisión (por si alguien no sabe quien es, y no comprende la bizarrada de la propuesta), en colaboración con un tal Julio Wizuete.
Para más marcianada, decir que el protagonista es un Josema Yuste pre- Martes y 13, que ya deja entre ver algunos tics y maneras de lo que sería su estilo cómico en un futuro. Y si ya cuento que también aparece haciendo un papel Alfonso Ussia, apaga y vámonos, amén del papelito que se reserva el propio Giménez Arnau.
La película es rara de cojones. Muy cercana al cine Underground de los setenta, en algunos momentos parece un documental mondo (nos cuentan con pelos y señales lo que es la cocaína usando voz en off y material de archivo), y en otros es tan cercana a las películas primigenias de John Waters, que parece difícil que la similitud sea solo una casualidad.
No tiene un argumento propiamente dicho, está rodada de una manera muy extraña, mezclando conversaciones en plan estándar con imágenes sueltas, que junto con un tratamiento de la imagen de lo más cochambroso, le dan un look sórdido y raro, que desde ya convierte a esta cinta en una de mis favoritas.
A ver como hacemos una sinopsis: Josema Yuste, interpreta a Mamón (¡), un adinerado vividor, que tras descubrir la droga llamada cocaína, decide poner en marcha el rodaje de una película sobre la droga en cuestión, por lo que decide volverse un experto en la materia, e investigar u experimentar con dicha droga. Durante el periplo, somos testigos de los delirios y cuelgues que sufren tanto el, como el equipo de actrices y drogadictos que contrata, con momentos surrealistas que rozan la pantomima, sin que finalmente comience el rodaje de esa película, cuando comienzan los créditos finales. Parece como si Jimmy Giménez Arnau, contara un poco su historia; Vividor caprichoso fascinado por las bondades –y las consecuencias- de la cocaína, que decide pegarse el capricho de hacer una película sobre el tema.
El hecho de que Giménez Arnau no sea un cineasta, confiere a la película ese maravilloso desastre audiovisual, que únicamente consiguen películas como esta o “Hot Milk” de Ricardo Bofill.
Curiosamente, la película dobla a todos sus actores con dobladores profesionales, con lo que resulta un tanto extraño ver a Josema doblado por una voz característica de los doblajes de los ochenta, imitando, casi a la perfección, los tonos de pijo, y el rollito “Martes y 13” que se trae Josema, que no para de esnifar durante toda la película. De hecho, no me extrañaría en absoluto - y seguro que ha de ser así- que la película entera fuera concebida bajo los efectos de la droga que homenajea.
Un incunable. Una maravilla.
Victor Olid
DARK POWER
Ahora que ya he returnado de mi aventura por tierras exóticas, y tras un leve aperitivo carente de importancia, es de menester retomar mis pasiones y esencias por la puerta grande, echando mano de un títuo de aquellos genuinamente brutos, ideal para este blog y para devolverle a uno a la cruda realidad cual sopapo. ¿Y hay alguno más adecuado que el mítico -por las razones equívocas- "Dark Power" de Phil Smoot?. ¡No padre!.
Un viejo indio la palma en su cabaña. Dice no se qué paparruchadas de unos parientes malos enterrados vivos en el lugar y con especial afición por la carne humana. Pasan unas semanas y el lugar es alquilado a un grupo de estudiantas, y sus estúpidos colegas, que no tardarán nada en sufrir las iras de los indios zombie. Suerte de la presencia del sheriff, también conocido como "el hombre del látigo", o "el abuelo al que las mozas le tiran los trastos", que salvará la papeleta.
"Dark Power" destruyó muchas neuronas y quemó unas cuantas retinas cuando aterrizó en nuestros video-clubs de la mano de "Tri Star". Una serie Z con todas las de la ley, visiblemente rodada en 16mm y con ciertos, muy sutiles, toques a lo "Posesión Infernal" (cámara subjetiva persiguiendo por los bosques a víctima, mano surgiendo de la tierra cuando un inepto intentaba recuperar un objeto posado en el suelo, zombies pudriéndose al final en grupo). La muy hija de puta tarda hasta 46 minutos en ofrecernos algo mínimamente vistoso y que no se limite a cháchara vacía sin orden, ni concierto, ni interés. Pasados los tempos agónicos, nos metemos de lleno en la "noche del terror", con los indi-zombis de patético y ridículo aspecto atacando a los jóvenes habitantes del caserío. Un poco de gore (en realidad solo hay una secuencia trucu-lenta), muchos efectos de sonido cutre-salchicheros, una música de sintetizador (salvo el tema que acompaña a la aparición del sheriff) genuinamente minimalista y absurda y, lo peor de lo peor, unas gotas de humor voluntario totalmente fuera de lugar y que harían llorar a un infante. Vamos, mierda pura. Mierda puta... pero de la que mola. Sentarse con los colegas a sufrir en piña "Dark Power" (especialmente en toda su parte final) debe ser una experiencia descojonciable y rutilante.
Experiencia esta que debemos a su co-productor, guionista y director de simpático nombre, Phil Smoot. "Dark Power" era su primer lagometraje, al que siguió otro que tiene hasta mejor prensa, "Alien Outlaw", un especie de western de ciencia ficción (también muy zetoso) fechado en el mismo 1985. Además de todo ello, podemos ver el nombre del amigo Smoot en una gran variedad de muestras de cine de segunda haciendo toda clase de currillos, de entre las que destacan la segunda parte de "Los chicos del maiz", la tercera de "Hellraiser" y una cosa mu rara titulada "Hyperspace", una "spoof" de "Star Wars" en la que "Darth Vader" pasa a llamarse "Lord Buckethead". Habrá que dar con ella. El último atentado de Phil Smoot está fechado este 2012, en formato guión y dentro de la comedia, se titula "Off-Ramp to Eden" y... no sabemos absolutamente nada más al respecto (y ni ganas, la verdad).
Otro aspecto curioso de "Dark Power" es el protagonismo del ya fallecido Lash LaRue, habitual actor en añejos westerns de serie B, debería de ser muy colega de Smoot, ya que también intervino en "Alien Outlaw".
Resumiendo: "Dark Power" es un pestiño de mucho cuidado... pero uno que, visto en condiciones, hasta puede ser disfrutable si te lo propones. Únicamente has de cerrar los ojos y desearlo con todas tus fuerzas.
Un viejo indio la palma en su cabaña. Dice no se qué paparruchadas de unos parientes malos enterrados vivos en el lugar y con especial afición por la carne humana. Pasan unas semanas y el lugar es alquilado a un grupo de estudiantas, y sus estúpidos colegas, que no tardarán nada en sufrir las iras de los indios zombie. Suerte de la presencia del sheriff, también conocido como "el hombre del látigo", o "el abuelo al que las mozas le tiran los trastos", que salvará la papeleta.
"Dark Power" destruyó muchas neuronas y quemó unas cuantas retinas cuando aterrizó en nuestros video-clubs de la mano de "Tri Star". Una serie Z con todas las de la ley, visiblemente rodada en 16mm y con ciertos, muy sutiles, toques a lo "Posesión Infernal" (cámara subjetiva persiguiendo por los bosques a víctima, mano surgiendo de la tierra cuando un inepto intentaba recuperar un objeto posado en el suelo, zombies pudriéndose al final en grupo). La muy hija de puta tarda hasta 46 minutos en ofrecernos algo mínimamente vistoso y que no se limite a cháchara vacía sin orden, ni concierto, ni interés. Pasados los tempos agónicos, nos metemos de lleno en la "noche del terror", con los indi-zombis de patético y ridículo aspecto atacando a los jóvenes habitantes del caserío. Un poco de gore (en realidad solo hay una secuencia trucu-lenta), muchos efectos de sonido cutre-salchicheros, una música de sintetizador (salvo el tema que acompaña a la aparición del sheriff) genuinamente minimalista y absurda y, lo peor de lo peor, unas gotas de humor voluntario totalmente fuera de lugar y que harían llorar a un infante. Vamos, mierda pura. Mierda puta... pero de la que mola. Sentarse con los colegas a sufrir en piña "Dark Power" (especialmente en toda su parte final) debe ser una experiencia descojonciable y rutilante.
Experiencia esta que debemos a su co-productor, guionista y director de simpático nombre, Phil Smoot. "Dark Power" era su primer lagometraje, al que siguió otro que tiene hasta mejor prensa, "Alien Outlaw", un especie de western de ciencia ficción (también muy zetoso) fechado en el mismo 1985. Además de todo ello, podemos ver el nombre del amigo Smoot en una gran variedad de muestras de cine de segunda haciendo toda clase de currillos, de entre las que destacan la segunda parte de "Los chicos del maiz", la tercera de "Hellraiser" y una cosa mu rara titulada "Hyperspace", una "spoof" de "Star Wars" en la que "Darth Vader" pasa a llamarse "Lord Buckethead". Habrá que dar con ella. El último atentado de Phil Smoot está fechado este 2012, en formato guión y dentro de la comedia, se titula "Off-Ramp to Eden" y... no sabemos absolutamente nada más al respecto (y ni ganas, la verdad).
Otro aspecto curioso de "Dark Power" es el protagonismo del ya fallecido Lash LaRue, habitual actor en añejos westerns de serie B, debería de ser muy colega de Smoot, ya que también intervino en "Alien Outlaw".
Resumiendo: "Dark Power" es un pestiño de mucho cuidado... pero uno que, visto en condiciones, hasta puede ser disfrutable si te lo propones. Únicamente has de cerrar los ojos y desearlo con todas tus fuerzas.
Naxo Fiol
sábado, 21 de julio de 2012
SIETE MUJERES ATRAPADAS
Un grupo de chavalas universitarias de esas gilipollas, pero gilipollas, quieren organizar un fiestón en su fraternidad, sin embargo, la señora que las controla y vigila la casa no se lo piensa permitir.
Hartas de la vieja bruja, las niñatas le pegan un buen susto que sale mal y la lady la palma. A pesar del mal rollo, las chicas piensan tirar palante el plan inicial y esa misma noche el caserón se llena de más estudiantes idiotas. Lo que nadie sabe es que el desván está habitado por el hijo mongo de la muerta, que ha sido testigo de su fenecimiento y, por ende, piensa jorobarles la noche a los jóvenes despreocupados a base de cepillárselos uno a uno.
Aunque parezca mentira, "Siete mujeres atrapadas" es uno de los mejores slashers de los 80, básicamente por su currada fotografía y su notable atmósfera. El director, Mark Rosman, decide tirar más por el suspense que por la sangre, aunque de esta hay suficientes dosis como para tenernos contentos. Lo que sí que no cambia nunca es el nivel de subnormalidad de sus protagonistas, y yo digo amén a eso.
El año 2009 la peli fue objeto de un remake no del todo fallido, donde Rosman ejercía de productor y que, como bien explicamos en este mismo blog, alteraba en exceso la trama del film original, arrasando con sus mejores aportaciones.
Hartas de la vieja bruja, las niñatas le pegan un buen susto que sale mal y la lady la palma. A pesar del mal rollo, las chicas piensan tirar palante el plan inicial y esa misma noche el caserón se llena de más estudiantes idiotas. Lo que nadie sabe es que el desván está habitado por el hijo mongo de la muerta, que ha sido testigo de su fenecimiento y, por ende, piensa jorobarles la noche a los jóvenes despreocupados a base de cepillárselos uno a uno.
Aunque parezca mentira, "Siete mujeres atrapadas" es uno de los mejores slashers de los 80, básicamente por su currada fotografía y su notable atmósfera. El director, Mark Rosman, decide tirar más por el suspense que por la sangre, aunque de esta hay suficientes dosis como para tenernos contentos. Lo que sí que no cambia nunca es el nivel de subnormalidad de sus protagonistas, y yo digo amén a eso.
El año 2009 la peli fue objeto de un remake no del todo fallido, donde Rosman ejercía de productor y que, como bien explicamos en este mismo blog, alteraba en exceso la trama del film original, arrasando con sus mejores aportaciones.
Naxo Fiol
martes, 17 de julio de 2012
JUEGOS SALVAJES 2
Secuela para el mercado del dvd y la televisión por cable de la película “Juegos Salvajes” de 1997. un thriller erótico de baja estofa, con el que su director, John McNaugthom, responsable de “Henry, retrato de un asesino” y de una de las mejores comedias de los noventa, “La chica del gangster”, dejó de ser uno de los directores con más proyección de Hollywood, para pasar a ser uno de tantos directores relegados al ostracismo.
Sin embargo, Sony Pictures en un intento de llenar la programación de alguno de sus canales, decide poner en marcha una secuela, que absolutamente nada tiene que ver con la que le precede, aunque el póster y/o carátula de la cinta, si evoque directamente a la película original… al menos en aspecto.
Naturalmente, el motivo por el que yo decido ver esta película, ya que la primera parte tampoco es que fuera una peli que yo tuviera en alta estima, es que la dirección de esta fue encargada a nuestro amigo, prologuista de nuestro libro “Malas pero divertidas” y director de “Megashark vs. Giant octopus”, Jack Pérez.
Y obviamente, es un trabajo que aunque me pese, porque Perez es un tipo que me cae muy bien, a pesar de una cuidada fotografía y de un acabado técnico más que notable, hace aguas por todos y cada uno de sus lados. Es un autentico coñazo.
Por un lado tenemos una trama entre liosa, confusa y estúpida, en la que una tiparraca hace la vida imposible a una compañera de universidad, alegando que su madre era una puta y que se casó con un millonario por pasta. Más tarde, ambas se enrollarán. Y más tarde, harán un trío con un médico forense que acude a dar clases a la universidad, mientras un detective negro investiga una serie de crímenes, relacionados (o no) con todo este folleteo.
Una cosa simplona que no interesa por mucho que nos empeñemos.
No hay que olvidarse del gancho erótico de la franquicia. Si en “Juegos Salvajes” el reclamo era ver a Matt Dillon liándose en la piscina con Neve Campbell y Dense Richards, aquí se ven obligados a incluir gratuitas escenas eróticas con el fin de justificar su supuesto erotismo. Pero es que el destete, rompe con el ya de por si maltrecho ritmo de la película. Además, las protagonistas, de enormes pechos neumáticos, redondos como pelotas de playa, sin ser ni estrellas de Hollywood ni nada que se le parezca, se deberían andar con remilgos y no se cortaron a la hora de imponer sus condiciones, porque lo cierto es que todas ellas tienen dobles de cuerpo, que dan muy mal el pego, porque es de juzgado de guardia que una actriz que debe usar una 110 de sujetador, cuando se lo quita, resulta ser plana como una Grace Jones cualquiera. En cualquier caso, el folleteo es lo de menos, y no pinta nada.
Mala, malísima, de visionado denso y cansino, de un interés nulo y de un torridísmo igual a cero. Solo apuntar, que me hizo falta dios y paciencia para acabar el visionado completo, eso si, dando muchas vueltas en mi maltrecha butaca.
Sin embargo, Sony Pictures en un intento de llenar la programación de alguno de sus canales, decide poner en marcha una secuela, que absolutamente nada tiene que ver con la que le precede, aunque el póster y/o carátula de la cinta, si evoque directamente a la película original… al menos en aspecto.
Naturalmente, el motivo por el que yo decido ver esta película, ya que la primera parte tampoco es que fuera una peli que yo tuviera en alta estima, es que la dirección de esta fue encargada a nuestro amigo, prologuista de nuestro libro “Malas pero divertidas” y director de “Megashark vs. Giant octopus”, Jack Pérez.
Y obviamente, es un trabajo que aunque me pese, porque Perez es un tipo que me cae muy bien, a pesar de una cuidada fotografía y de un acabado técnico más que notable, hace aguas por todos y cada uno de sus lados. Es un autentico coñazo.
Por un lado tenemos una trama entre liosa, confusa y estúpida, en la que una tiparraca hace la vida imposible a una compañera de universidad, alegando que su madre era una puta y que se casó con un millonario por pasta. Más tarde, ambas se enrollarán. Y más tarde, harán un trío con un médico forense que acude a dar clases a la universidad, mientras un detective negro investiga una serie de crímenes, relacionados (o no) con todo este folleteo.
Una cosa simplona que no interesa por mucho que nos empeñemos.
No hay que olvidarse del gancho erótico de la franquicia. Si en “Juegos Salvajes” el reclamo era ver a Matt Dillon liándose en la piscina con Neve Campbell y Dense Richards, aquí se ven obligados a incluir gratuitas escenas eróticas con el fin de justificar su supuesto erotismo. Pero es que el destete, rompe con el ya de por si maltrecho ritmo de la película. Además, las protagonistas, de enormes pechos neumáticos, redondos como pelotas de playa, sin ser ni estrellas de Hollywood ni nada que se le parezca, se deberían andar con remilgos y no se cortaron a la hora de imponer sus condiciones, porque lo cierto es que todas ellas tienen dobles de cuerpo, que dan muy mal el pego, porque es de juzgado de guardia que una actriz que debe usar una 110 de sujetador, cuando se lo quita, resulta ser plana como una Grace Jones cualquiera. En cualquier caso, el folleteo es lo de menos, y no pinta nada.
Mala, malísima, de visionado denso y cansino, de un interés nulo y de un torridísmo igual a cero. Solo apuntar, que me hizo falta dios y paciencia para acabar el visionado completo, eso si, dando muchas vueltas en mi maltrecha butaca.
Victor Olid
miércoles, 11 de julio de 2012
BATTLE ROYALE
Menudo pollo
me monto mi novia (hoy mi santa esposa) el día que le dije que yo la mataría para salvar mi vida. No
se daba cuenta que yo le estaría ahorrando vivir el resto de su vida con un
gran sentimiento de culpa. Pero seamos sinceros, el ser humano es egoísta por
naturaleza y a nadie le hace gracia eso de tener que morir, así que mis razones
no eran solo altruistas, vamos que me estaban intentando salvar el culo como
fuera. Battle Royale es algo más que una película polémica en su país, donde
casi es prohibida por el gobierno nipón, y allí donde se estrena, Battle Royale
te hace pensar. ¿Estarías dispuesto a matar a tus compañeros de toda la vida,
incluida a esa chica que tanto te gusta, para salir con vida de semejante
marrón? No conteste ahora, siga leyendo.
Puede que los actores no sean los
mejores, vale que la casualidad haga que los protagonistas principales tengan
las peores ¿armas?, de acuerdo que la idea de que algún día ocurra lo que Kinji
Fukasaku nos muestra es más que descabellada, pero como idea, como película, en
su conjunto general, es una gran película. Igual puede que tu, incauto lector,
veas la película y al salir de la sala pienses que no has visto más que la
típica peli en la que los adolescentes se masacran sin ton ni son porque es lo
que vende, pero prueba a formular la pregunta de marras a tus amigos,
descubrirás que algunos te mentirán, “No, yo nunca alzaría mi mano contra ti
para salvarme” y también veras quienes no pueden pronunciarse, “Buuuf pues no
se qué decirte, si no estoy en situación...” y por supuesto conocerás a los
verdaderamente sinceros “Joder ni me lo pensaría, te metía un tiro entre ceja y
ceja y luego me fumaba un puro más feliz que el pipas” Haz la prueba, descubre
a tus amigos. Yo la hice y salvo las mujeres todos me dijeron que si me
matarían o que se lo tendrían que pensar (el tiempo más que suficiente para que
yo fuera por detrás y les cortara el cuello). A riesgo de ser llamado machista,
diré que las mujeres no me dieron una respuesta concreta, no por su gran
corazón y espíritu de sacrificio, sino para que estuviera desprevenido y si
casualmente se da esa situación meterme una puñalada trapera por la espalda
cuando menos me lo espere.
Mención
aparte es el personaje de Takeshi Kitano ¿Quién mejor para interpretar a un
profesor cansado de la/su vida, y con cara de cabrón? Kitano era la mejor
opción, no solo por dar ese aspecto de profesor hijoputa, sino como reclamo promocional,
tanto a nivel nacional como al internacional, y también como estandarte de la
violencia que en su mayoría de películas es habitual. Yo me encuentro con
Kitano en un callejón oscuro y juro que no paro de correr hasta que he llegado
a casa y cerrado todas las cerraduras a cal y canto.
Solo espero
que si algún día nos vemos las caras en una isla desierta, con un collar
explosivo al cuello, echéis a correr, porque por mucha pena que me dé yo no
pienso dudar ni un momento. Sinceramente, ¿Qué haríais vosotros? Pues eso. Por cierto,
sigo con la misma novia a la que quiero muchísimo, solo espero que no quiera ir
a ninguna isla desierta de viaje de novios, porque no sé si volvería (vivo).
martes, 10 de julio de 2012
EL EXORCISTA III
William Peter Blatty, escritor de la novela en la que se basó “El Exorcista” y que tomo parte activa de la misma, siempre vivió un tanto al rebufo, más que de su creación, de la película que popularizó a Regan y a Pazuzu. O al menos de sus personajes. Por eso, cuando rodó su primera película “The Ninth configuration”, a el se le llenaba la boca diciendo que era una secuela de “El Exorcista”, basándose en un simple personaje secundario que aparecía en ambas películas.
Sin embargo, pasaron muchos años tras el fracaso de “Exorcista II (El Hereje)” y tuvo que pasar algo de hambre para volver a ponerse manos a la obra en nuevas historias sobre los extraños hechos de George Town.
Por eso, y con la mente en una nueva película, escribió una nueva novela, “Legion”, que es la secuela directa de “El Exorcista”.
Tras publicarla, se puso manos a la obra con los directivos de Warner para llevar a cabo la adaptación de la novela al cine, con lo que se retomaría la franquicia rodando este “El Exorcista III”.
Pero en 1990, una secuela de la película más terrorífica de Warner Brothers, no era garantía de nada, así que tras ser el proyecto rechazado por todo aquél director al que se le ofrecia, se decidió que fuera el propio Blatty quien la dirigiera. Y el resultado, obviamente, no superó al de la película de Friedkin, pero si que es muy superior a la película de Boorman. Pero la gracia está, en que “El Exorcista III”, en realidad es una película de psycho-killer…Aunque incluye un exorcismo, para justificar el título, por supuesto.
La película retoma al Padre Dyer y el teniente Kinderman de la primera parte, que son muy amigos y comparten cine y charleta. En una de estas se lamentan de la serie de asesinatos que está cometiendo un tal Géminis. Durante la investigación, detectan que las huellas dactilares del autor de los crímenes, pertenecen al difunto padre Karras… ¿Escalofriante, verdad?.
No está nada mal la cosa. Como una muestra de cine policiaco, funciona, como peli de psycho killer, que incluso en algunos aspectos se adelantó al éxito del año siguiente, “El silencio de los corderos”, también funciona, y como película de terror, funciona menos, pero tiene momentos verdaderamente escalofriantes, como ese maldito Jesucristo de madera que abre los ojos…
Con aíres telefilemescos, la película se deja ver la mar de bien, y deja a la franquicia en un buen lugar, no como las dos mierdas que se rodaron quince años después, y que traen cola en su confección, como fueron “El Exorcista, el comienzo” del inefable Renny Harlin o “El Exorcista, la versión prohibida” de Paul Schrader. En el papel del asesino Géminis, tenemos a un excepcional Brad Dourif, que todavía hacía cositas antes de encasillarse de una vez por todas como “The voice of Chucky”.
Sorprendentemente, es una película muy maja.
Sin embargo, pasaron muchos años tras el fracaso de “Exorcista II (El Hereje)” y tuvo que pasar algo de hambre para volver a ponerse manos a la obra en nuevas historias sobre los extraños hechos de George Town.
Por eso, y con la mente en una nueva película, escribió una nueva novela, “Legion”, que es la secuela directa de “El Exorcista”.
Tras publicarla, se puso manos a la obra con los directivos de Warner para llevar a cabo la adaptación de la novela al cine, con lo que se retomaría la franquicia rodando este “El Exorcista III”.
Pero en 1990, una secuela de la película más terrorífica de Warner Brothers, no era garantía de nada, así que tras ser el proyecto rechazado por todo aquél director al que se le ofrecia, se decidió que fuera el propio Blatty quien la dirigiera. Y el resultado, obviamente, no superó al de la película de Friedkin, pero si que es muy superior a la película de Boorman. Pero la gracia está, en que “El Exorcista III”, en realidad es una película de psycho-killer…Aunque incluye un exorcismo, para justificar el título, por supuesto.
La película retoma al Padre Dyer y el teniente Kinderman de la primera parte, que son muy amigos y comparten cine y charleta. En una de estas se lamentan de la serie de asesinatos que está cometiendo un tal Géminis. Durante la investigación, detectan que las huellas dactilares del autor de los crímenes, pertenecen al difunto padre Karras… ¿Escalofriante, verdad?.
No está nada mal la cosa. Como una muestra de cine policiaco, funciona, como peli de psycho killer, que incluso en algunos aspectos se adelantó al éxito del año siguiente, “El silencio de los corderos”, también funciona, y como película de terror, funciona menos, pero tiene momentos verdaderamente escalofriantes, como ese maldito Jesucristo de madera que abre los ojos…
Con aíres telefilemescos, la película se deja ver la mar de bien, y deja a la franquicia en un buen lugar, no como las dos mierdas que se rodaron quince años después, y que traen cola en su confección, como fueron “El Exorcista, el comienzo” del inefable Renny Harlin o “El Exorcista, la versión prohibida” de Paul Schrader. En el papel del asesino Géminis, tenemos a un excepcional Brad Dourif, que todavía hacía cositas antes de encasillarse de una vez por todas como “The voice of Chucky”.
Sorprendentemente, es una película muy maja.
Victor Olid
lunes, 9 de julio de 2012
MANOS, THE HANDS OF FATE
Según la crítica especializada, y los listados de “Peores películas de la historia”, los primeros puestos siempre de lo disputan los clásicos “Plan Nine from outer space” de Edward D. Wood Jr. y este “Manos, the hands of fate”. Desde luego, a mí me gusta más la segunda, porque considero, que mientras que “Plan 9”, es simplemente una aburrida película de ciencia ficción de bajo presupuesto, “Manos” es un claro ejemplo de lo que puede hacer un autentico manazas cuando le dejan una cámara.
De un culto atroz, “Manos” es un autentico festival de risas, que funciona igual tanto por separado como en comandilla, sin que ni una sola de esas risas fuera planeada por parte de su principal artifice. Un despropósito de la mano de un director que desconoce por completo las normas establecidas, y por lo tanto hasta la persona menos acostumbrada a ver cine, detecta que ante lo que estamos, algo falla. Una familia formada por papá inútil, mamá estúpida e hija border line, deciden irse de vacaciones (sin maletas ni nada), pero se pierden por el camino, yendo a parar a una sucia casa custodiada por un tal Torgo. La casa pertenece a una especie de brujo que tiene confinadas ahí a sus seis esposas, y según el dios al que adora, un tal Manos, ahora tiene que desposar también a la nueva mujer que ha llegado a la casa. La cosa se complica cuando Torgo, decide que su amo ya tiene demasiadas esposas, y que esta le vendría muy bien a el.
Ineptitud en todo, en el rodaje, en el montaje, en la escenografía. Tiene unos desenfoques y unos desencuadres que son una delicia. La banda sonora a base de ritmos Jazzis, sin embargo, es muy bonita, pero intuyo que lógicamente, esta es robada. Pero en lo que “Manos, the hands of fate” destaca a un nivel de retraso mental absoluto, es en las interpretaciones y en los diálogos.
Se lleva la palma el guardián de la casa, Torgo, es una especie de vagabundo que no cesa de gesticular, que no para de cojear y de moverse… intuimos que tiene parkinson, si no fuera porque ya avanzada la película, el tipo deja de moverse de esa manera, y gesticula algo menos. El actor en cuestión es John Reynolds, un yonkie en la vida real que murió poco después del rodaje. Cuenta la leyenda, que el motivo de su sobreactuación, es porque en momentos puntuales del rodaje, Reynolds estaba sufriendo el mono. Verdad o no, me gusta creérmelo.
En cuanto al director Harold P. Warren, interpreta también al patriarca de esa estúpida familia, otro ejemplo de idiotez, tanto delante como detrás de las cámaras. A este le pasa lo contrario que a Torgo, que no se mueve. Tampoco movía la cámara… P. Warren, después de esta película, no volvió a hacer nada, ni de cine, ni de nada. No me extraña en absoluto, pero hubiera molado ver la evolución del director, si le hubiera dado por volver a meterse en uno de estos berenjenales.
Sin embargo, quien le iba a decir a el, que su película, ninguneada en su momento, se iba a convertir en una de las películas más famosas del cine Trash universal, que iba a ser seguida por miles de fans, y que a día de hoy goza de una potente edición en DVD y de montones de proyecciones a lo largo y ancho de Estados Unidos.
Y es que estamos ante un clásico único e irrepetible, que para deleite del aficionado español, lleva un tiempo circulando con subtítulos por la red, que yo hasta hace poco la vi en inglés y a pelo, y la experiencia no es igual de satisfactoria.
De un culto atroz, “Manos” es un autentico festival de risas, que funciona igual tanto por separado como en comandilla, sin que ni una sola de esas risas fuera planeada por parte de su principal artifice. Un despropósito de la mano de un director que desconoce por completo las normas establecidas, y por lo tanto hasta la persona menos acostumbrada a ver cine, detecta que ante lo que estamos, algo falla. Una familia formada por papá inútil, mamá estúpida e hija border line, deciden irse de vacaciones (sin maletas ni nada), pero se pierden por el camino, yendo a parar a una sucia casa custodiada por un tal Torgo. La casa pertenece a una especie de brujo que tiene confinadas ahí a sus seis esposas, y según el dios al que adora, un tal Manos, ahora tiene que desposar también a la nueva mujer que ha llegado a la casa. La cosa se complica cuando Torgo, decide que su amo ya tiene demasiadas esposas, y que esta le vendría muy bien a el.
Ineptitud en todo, en el rodaje, en el montaje, en la escenografía. Tiene unos desenfoques y unos desencuadres que son una delicia. La banda sonora a base de ritmos Jazzis, sin embargo, es muy bonita, pero intuyo que lógicamente, esta es robada. Pero en lo que “Manos, the hands of fate” destaca a un nivel de retraso mental absoluto, es en las interpretaciones y en los diálogos.
Se lleva la palma el guardián de la casa, Torgo, es una especie de vagabundo que no cesa de gesticular, que no para de cojear y de moverse… intuimos que tiene parkinson, si no fuera porque ya avanzada la película, el tipo deja de moverse de esa manera, y gesticula algo menos. El actor en cuestión es John Reynolds, un yonkie en la vida real que murió poco después del rodaje. Cuenta la leyenda, que el motivo de su sobreactuación, es porque en momentos puntuales del rodaje, Reynolds estaba sufriendo el mono. Verdad o no, me gusta creérmelo.
En cuanto al director Harold P. Warren, interpreta también al patriarca de esa estúpida familia, otro ejemplo de idiotez, tanto delante como detrás de las cámaras. A este le pasa lo contrario que a Torgo, que no se mueve. Tampoco movía la cámara… P. Warren, después de esta película, no volvió a hacer nada, ni de cine, ni de nada. No me extraña en absoluto, pero hubiera molado ver la evolución del director, si le hubiera dado por volver a meterse en uno de estos berenjenales.
Sin embargo, quien le iba a decir a el, que su película, ninguneada en su momento, se iba a convertir en una de las películas más famosas del cine Trash universal, que iba a ser seguida por miles de fans, y que a día de hoy goza de una potente edición en DVD y de montones de proyecciones a lo largo y ancho de Estados Unidos.
Y es que estamos ante un clásico único e irrepetible, que para deleite del aficionado español, lleva un tiempo circulando con subtítulos por la red, que yo hasta hace poco la vi en inglés y a pelo, y la experiencia no es igual de satisfactoria.
Victor Olid
EL ÚNICO
Esta película de James Wong (Destino Final, el ñordo ese de DragónBall Evolution) es de las que comentaba el otro día en la reseña de El Beso del Dragón, cuando Jet Li andaba en la cima del cine de acción. La premisa de aunar
toques de ciencia ficción con las artes marciales del chino dieron un buen
resultado al menos en lo que tocante a la diversión, de taquilla ni idea, pero
como película de acción entretiene y deja abiertas muchas puertas a secuelas o
serie de televisión, pero que al final ni una cosa ni la otra, y es una pena
porque la idea original no es mala, aunque tenga ciertas lagunas.
No existe un universo, sino un multiverso, la tecnología para
viajar entre universos paralelos es conocida, pero está prohibida. Solo en un universo
que no es el nuestro, una agencia de control lleva a rajatabla esa máxima. Y es
que en cada uno de esos universos existe una versión de nosotros mismos, y cuando
uno de nuestros “yos” muere, la energía de este es repartida entre el resto de “yos”.
No se sabe qué pasaría si una persona se convirtiera en única en el multiverso,
algunos creen que sería invencible, y otros que todo el multiverso explotaría.
Por si ocurriese la segunda opción, los agentes Harry Roedecker (Delroy Lindo)
y Evan Funsch (Jason Statham) están persiguiendo a su antiguo compañero Gabriel
Yulaw (Jet li) ya que este ha ido acabando con todos sus “yos” con lo que se ha
hecho tan fuerte y rápido que ya sobrepasa los límites del ser humano. Además
ya solo queda otro como él, y han de impedir de cualquier forma que se
convierta en el único.
Solo queda con vida la versión de Yulaw de nuestro universo,
Gabe Law (simplón juego de palabras con los apellidos, el bueno se llama Law,
Ley, y el malo Yulaw, Tu Ley) al que las cosas se le torcerán, no solo por el
aumento en velocidad y fuerza que ha sentido últimamente, sino porque Yulaw
matara a la mujer de Gabe y le hará cargar con las culpas. Mientras Gabe es
perseguido por sus compañeros, buscan venganza contra el asesino de su mujer,
pero tampoco puede matarlo porque entonces el serie el único, y el follón estaría
montado igualmente. Así pues aunara fuerzas con los agentes del multiverso para
atrapar a Yulaw cueste lo que cueste, aunque Gabe tenga que morir en el
intento.
La actuación de Jet Li en esta película no solo se decide en
hacer de bueno y de malo a la vez, que también, y por una vez se le ve actuar
algo más de lo normal con distintas expresiones de ojos y cara, sino también en
su estilo de lucha. El personaje de Yulaw tiene un estilo de lucha de avance,
siempre hacia delante, cuando el de Gabe Law es más circular, dando vueltas alrededor
del enemigo. Parece una tontería pero dota a cada personaje de una identidad
distinta a la hora de luchar.
Los efectos especiales de la película están muy conseguidos,
tanto las transportaciones a otros universos como el mostrarnos los poderes de
los que hacen gala los protagonistas, ninguna pega en este apartado. En cuanto
al resto de actores, todos cumplen su papel, sin más. Con Delroy Lindo, Li ya
trabajo en Romeo debe morir, y con Statham lo hizo en El Asesino (War) y en The
Expendables, además de tener pendiente la secuela de la reunión de colegas de
Stallone. En cuanto a las lagunas de guion ¿Es que nunca ha habido un único?
Cuando solo quedan dos ¿Se mueren a la vez? En el caso de que hubiera un caso así
y vivieran mucho tiempo ¿No ven esos señores ancianos que son particularmente
fuertes y rápidos para su edad? Pequeños fallitos de guion que aun así no
ensombrecen lo que es una entretenidísima película de acción, a la que aun no sé
cómo no le han sacado secuela, es que no me lo explico.
jueves, 5 de julio de 2012
EL HEREJE (EXORCISTA II)
Posiblemente, “El Hereje (Exorcista II)” fue la primera película de terror que vi siendo muy chaval, y mucho antes que la primera. La maldita me dejó traumatizado. Tuve pesadillas, sentí la presencia del demonio en mi habitación y durante muchos años no volví a ver películas de terror, por su culpa. 28 años después, ya completamente olvidada, decido verla. Y es curioso lo que es la percepción de un niño ante según que temas oscuros, pues lo cierto es que “El Hereje (Exorcista II)”, no da ni pizca de miedo. En todo caso da risa.
Y es que estamos, a pesar de la buena prensa que trae consigo su director, John Boorman, ante la mayor estupidez que han tenido a bien filmar en celuloide, una secuela tan tonta que a día de hoy cuesta creer que exista. Mala es decir poco. La palabra que mejor la define es “chabacana”. Una jodida pantomima, un caricato, una vulgar parodia de si misma (y la previa).
Han pasado algunos años, y Regan está recluida en una institución para enfermos mentales. Allí han fabricado una estúpida máquina a base de bombillas a la que, si se conectan dos personas, ambas pueden ver las pesadillas de una de ellas (!!!) Paralelamente, un exorcista (inevitablemente tiene que salir uno), quiere conocer el caso más de cerca, así que acude para un bis a bis con la niña ex-poseída.
Y a partir de ahí, un montón de bla, bla, bla de lo más tontesco, un viaje a África que no sabemos muy bien si es astral o físico, James Earl Jones disfrazado de saltamontes, Max Von Sydow metido con calzador protagonizando unos flashbacks tan innecesarios como su presencia, una Linda Blair con enormes tetas que lo único que hace es poner cachondo al espectador, un Richard Burton en horas tan bajas que más que interpretar a un cura, parece interpretar a un alcohólico, planos descartados del primer "Exorcista", una langosta usada en las transiciones que parece extraída de un bazar chino, muchos paneles de cristal delante del objetivo para conseguir efectos especiales de lo más cutres, maquetas que se rompen, tribus de negros llenando metraje, el demonio Pazuzu haciendo de guía turístico por África al padre Phillip y discurriendo con lógica, y lo más importante, ni una sola posesión convincente y ni un solo exorcismo, solo algo que se le parece un poco. Desde luego, todo un despropósito que hace perder dignidad a la primera entrega. De hecho, si no entra dentro de la categoría “malas pero divertidas” se debe, simplemente, a que el aburrimiento al que nos sometemos durante su visionado es solemne. Únicamente a posteriori, recordando, sí que nos echemos unas risas.
Al final, lo que más retiene la psique del espectador son los rollizos mofletes de Linda Blair, y sobretodo, sus dos cacho tetazas. Muy apetitosa la moza con sus ya 18 castañas.
Menos mal que cuatro años después, Boorman se resarció con “Excalibur”, que si no… Ahora, eso si; como pedazo de mierda del “¿cómo es posible?”, “El Hereje (Exorcista II)” hay que tenerla en cuenta y coleccionarla.
Desde luego, de niño debía ser muy cagueta o muy tonto, porque vamos, de terror, esto tiene más bien poquito.
Y es que estamos, a pesar de la buena prensa que trae consigo su director, John Boorman, ante la mayor estupidez que han tenido a bien filmar en celuloide, una secuela tan tonta que a día de hoy cuesta creer que exista. Mala es decir poco. La palabra que mejor la define es “chabacana”. Una jodida pantomima, un caricato, una vulgar parodia de si misma (y la previa).
Han pasado algunos años, y Regan está recluida en una institución para enfermos mentales. Allí han fabricado una estúpida máquina a base de bombillas a la que, si se conectan dos personas, ambas pueden ver las pesadillas de una de ellas (!!!) Paralelamente, un exorcista (inevitablemente tiene que salir uno), quiere conocer el caso más de cerca, así que acude para un bis a bis con la niña ex-poseída.
Y a partir de ahí, un montón de bla, bla, bla de lo más tontesco, un viaje a África que no sabemos muy bien si es astral o físico, James Earl Jones disfrazado de saltamontes, Max Von Sydow metido con calzador protagonizando unos flashbacks tan innecesarios como su presencia, una Linda Blair con enormes tetas que lo único que hace es poner cachondo al espectador, un Richard Burton en horas tan bajas que más que interpretar a un cura, parece interpretar a un alcohólico, planos descartados del primer "Exorcista", una langosta usada en las transiciones que parece extraída de un bazar chino, muchos paneles de cristal delante del objetivo para conseguir efectos especiales de lo más cutres, maquetas que se rompen, tribus de negros llenando metraje, el demonio Pazuzu haciendo de guía turístico por África al padre Phillip y discurriendo con lógica, y lo más importante, ni una sola posesión convincente y ni un solo exorcismo, solo algo que se le parece un poco. Desde luego, todo un despropósito que hace perder dignidad a la primera entrega. De hecho, si no entra dentro de la categoría “malas pero divertidas” se debe, simplemente, a que el aburrimiento al que nos sometemos durante su visionado es solemne. Únicamente a posteriori, recordando, sí que nos echemos unas risas.
Al final, lo que más retiene la psique del espectador son los rollizos mofletes de Linda Blair, y sobretodo, sus dos cacho tetazas. Muy apetitosa la moza con sus ya 18 castañas.
Menos mal que cuatro años después, Boorman se resarció con “Excalibur”, que si no… Ahora, eso si; como pedazo de mierda del “¿cómo es posible?”, “El Hereje (Exorcista II)” hay que tenerla en cuenta y coleccionarla.
Desde luego, de niño debía ser muy cagueta o muy tonto, porque vamos, de terror, esto tiene más bien poquito.
Victor Olid
OLD BOY
Park Chan-Wook es conocido en el mundillo principalmente por
su trilogía de la venganza, la cual componen Sympathy for Mr. Vengance, Old Boy
y Lady Vengeance. En las tres se trata la violencia a través de la venganza, ya
que este es un sentimiento tan primario que no es exclusivo de los seres
humanos, aunque si es llevado a las cotas más altas cuando es cometido por un
hombre (o una mujer)
El film se basa en el manga de mismo nombre y que trata la
misma historia. Como no lo he leído desconozco las diferencias, aunque como
dispongo del primer tomo en japonés, si se que el arranque de la historia es el
mismo. Oh Dae-su, el protagonista, acaba de ser padre recientemente, festejándolo
se pilla una borrachera de las que hacen historia. Cuando se despierta al día
siguiente está encerrado en una habitación que cuenta con un camastro y una televisión.
Se le hace saber que ha sido secuestrado y que su mujer e hijas han sido
asesinadas cargándole el muerto a él. Si saber que estas secuestrado no es
suficiente tormento, que te digan que han matado a tu mujer e hija y además todas
las pruebas apuntan hacia ti, es aun más demoledor. Todos los días es
alimentado, y de vez en cuando le gasean la habitación para dejarle dormido y
cortarle el pelo, por ejemplo. Va pasando el tiempo, los días, las semanas, los
meses…incluso los años. Oh Dae-su ha empezado a planificar su venganza, no sabe
cómo ni cuándo la tendrá pero ya se va preparando para ello. Así se entrena
diariamente haciendo flexiones, abdominales y todo el ejercicio que puede en
las reducidas dimensiones en las que le tienen encerrado. Un día, después de 15
años allí metido le gasean la habitación, lo siguiente que Oh Dae-su ve es que está
encerrado en una maleta que han dejado abandonada en un descampado. Por fin es
libre, ahora solo tiene que averiguar quién ha sido su captor y hacerle pagar
por todo el sufrimiento que ha pasado, desde el asesinato de su mujer
e hija hasta los 15 años de encerramiento. Desgraciadamente cuando conoce la
identidad del su captor, este le dice que si, puede matarle si quiere, pero que
no descubrirá las razones por las que le ha jugado esta treta. Así Oh Dae-su se
las verá con sus demonios interiores,
matar con ese maldito cabron o hacer lo que dice para que finalmente
confiese sus motivos y conocer toda la verdad.
La película cuenta con una escena que se hizo famosa, hablo
de la escena del martillo y el pasillo lleno de mafiosos a los que Oh Dae-su
les da estopa de la buena. Esta escena tiene un par de particularidades, es un
plano secuencia bastante largo, y las ostias que se dan son ostias reales, nada
de un puñetazo y te dejo inconsciente, sino que es como una pelea callejera
donde los puños lanzados al aire son mayoría contra los que impactan en el
cuerpo del oponente.
No contare la razón del captor, ya que es el misterio de la película,
pero si diré que en mi opinión es demasiado manga, muy de comic. Puede que
incluso algo ridículo, pero que aun así sienta al espectador, no digamos ya al
protagonista, como un mazazo, no por los motivos del captor, sino por lo
calculada e hijoputesca que es la venganza de este.
La trilogía de Chan-wook habla de venganza, pero es que en
Old Boy tenemos dos venganzas, la del captor y la de Oh Dae-su, la primera, fría
calculada y con muy mala leche, la del protagonista explosiva, visceral y
llevada sobre la marcha.
Hace tiempo que se habla de un remake americano, la verdad
es que no es necesario, pero tampoco estaría mal ver qué punto de vista le dan
los yankees.
martes, 3 de julio de 2012
SESSION 9
La primera vez que vi "Session 9" fue en el Festival de Sitges. No tenía ni idea de a qué me enfrentaba, y me gustó, me impactó. Compré el dvd y desde entonces la habré visto unas cuantas veces más. Incluso se la he puesto a alguna ex esperando que la disfrutara tanto como yo. Aunque "Session 9" no siempre funciona, es de esas películas que te tiene que pillar en el momento adecuado. La penúltima vez me resultó un poco más pesada, sin embargo, ayer noche, la última de momento, fue a través de un inesperado pase en la televisión y me entró cojonudamente bien, puede que incluso mejor de lo que lo hizo la primera vez, en Sitges. ¿Por qué pasa eso?, seguramente porque "Session 9" sea, ante todo, una película de atmósfera, pura y dura, que se toma su lógico y necesario tiempo, un paso este ineludible y obligado si quieres que el público se empape de sus sensaciones. A veces funciona mejor, a veces peor, pero cuando lo hace, es tremendo.
Un grupo de currelas es contratado para limpiar las corroídas estancias de un imponente manicomio abandonado. Pronto, comenzarán a surgir asperezas entre ellos, incrementadas por el extraño comportamiento del patrón y el descubrimiento de nueve cintas que contienen la entrevista con un escalofriante paciente y obsesionarán a uno de los trabajadores. Algo se oculta en el manicomio... pero ¿qué?.
¿Por dónde empiezo?. Existe una palabra en inglés ideal para describir "Session 9", pero que no tiene una traducción adecuada, y es "creepy". Nosotros podríamos decir macabra, angustiosa... pero sobre todo inquietante. A pesar de su reparto realmente cojonudo (David Caruso, Stephen Gevedon, Paul Guilfoyle, Josh Lucas, Peter Mullan y un papelillo para el actor/director Larry Fessenden. La demostración definitiva de que, lo único que necesitas para que una peli de miedo funcione, son buenas interpretaciones. No hay ninguna mujer en un papel relevante, ¿por qué?, sencillamente porque no hacen falta en esta historia), el auténtico protagonista es el fabulosamente siniestro manicomio abandonado, totalmente real y que necesitó de muy pocos retoques posteriores por parte del decorador. De ahí que "Session 9" fuera una de las primeras películas "oficiales" rodada en vídeo de alta definición. Ti West, cuando hizo "The Roost", dijo que la filmaba en 16mm porque era el único modo de recrearse en la oscuridad como algo tenebroso y misterioso. Estoy de acuerdo a medias. El vídeo, que no necesita de excesivas alteraciones lumínicas para funcionar correctamente, es el formato ideal para rodar a oscuras y que no parezca artificial. Cientos de pelis del palo "found footage" lo demuestran. La estética visual de "Session 9" es fabulosa y aporta mucho a su atmósfera. Al ser tan clara y cristalina, le da un rollo que funciona muy bien, especialmente en las secuencias situadas en los más siniestros recovecos del lugar.
También resulta brillante el montaje. Hay secuencias que realmente funcionan como un reloj gracias a la combinación de planos y sonido (esto segundo es esencial en toda buena muestra de cine de terror, y aquí se lo curran mogollón). Y os diré algo, no soy para nada un obseso de la versión original, pero "Session 9", en su idioma real y subtítulos, gana muchísimo. Primero porque encaja con la naturalidad de los actores, y segundo, porque las famosas cintas que escucha uno de los protagonistas en v.o. son genuinamente terroríficas gracias a esas voces graves repletas de imprevisibles silencios y cambios de tono, acordes a la esquizofrénica personalidad del entrevistado. De cagarse!.
Todavía existe gente que te suelta aquello de "Ya no se hacen pelis de miedo de verdad". Sí se hacen, y se han hecho, "Session 9" es EXACTAMENTE eso. Una peli de miedo, que da miedo y encima está cojonudamente parida a todos los niveles. Ayer noche tuve un buen puñado de escalofríos viéndola. Tal vez el desenlace sea su único punto flojo, pero no importa mucho, porque sigue siendo bueno. De por medio, hay un montón de material para el recuerdo -y el acojoncio- como la visita nocturna que uno de los empleados hace al manicomio y sus terribles consecuencias (¡esas palomas y esa silueta negra!, ¡¡uuughh!!), el paseo que David Caruso se marca linterna en mano por un aterrador y lúgubre pasillo, el niñato jevi -y su nictofobia- huyendo del imparable apagón de las luces, los inquietantes diálogos que el "malo" se marca consigo mismo, la imagen de este con el uniforme de trabajo teñido de sangre..... y la música, la brillante banda sonora IDEAL para una peli como esta y que acentúa muchas de las secuencias más terroríficas, además de contribuir a la intranquilidad general.
Un gran gran trabajo de Brad Anderson, tan grande, que nunca ha sabido estar a la altura de nuevo. Sus siguientes aportaciones se mueven entre lo potable ("El maquinista") y lo muy muy mediocre ("Transsiberian"), aunque con puntuales destellos de inspiración. "Session 9" es su obra maestra, una película genuinamente de miedo, genuinamente inquietante, de pura atmósfera y altamente recomendable.
Un grupo de currelas es contratado para limpiar las corroídas estancias de un imponente manicomio abandonado. Pronto, comenzarán a surgir asperezas entre ellos, incrementadas por el extraño comportamiento del patrón y el descubrimiento de nueve cintas que contienen la entrevista con un escalofriante paciente y obsesionarán a uno de los trabajadores. Algo se oculta en el manicomio... pero ¿qué?.
¿Por dónde empiezo?. Existe una palabra en inglés ideal para describir "Session 9", pero que no tiene una traducción adecuada, y es "creepy". Nosotros podríamos decir macabra, angustiosa... pero sobre todo inquietante. A pesar de su reparto realmente cojonudo (David Caruso, Stephen Gevedon, Paul Guilfoyle, Josh Lucas, Peter Mullan y un papelillo para el actor/director Larry Fessenden. La demostración definitiva de que, lo único que necesitas para que una peli de miedo funcione, son buenas interpretaciones. No hay ninguna mujer en un papel relevante, ¿por qué?, sencillamente porque no hacen falta en esta historia), el auténtico protagonista es el fabulosamente siniestro manicomio abandonado, totalmente real y que necesitó de muy pocos retoques posteriores por parte del decorador. De ahí que "Session 9" fuera una de las primeras películas "oficiales" rodada en vídeo de alta definición. Ti West, cuando hizo "The Roost", dijo que la filmaba en 16mm porque era el único modo de recrearse en la oscuridad como algo tenebroso y misterioso. Estoy de acuerdo a medias. El vídeo, que no necesita de excesivas alteraciones lumínicas para funcionar correctamente, es el formato ideal para rodar a oscuras y que no parezca artificial. Cientos de pelis del palo "found footage" lo demuestran. La estética visual de "Session 9" es fabulosa y aporta mucho a su atmósfera. Al ser tan clara y cristalina, le da un rollo que funciona muy bien, especialmente en las secuencias situadas en los más siniestros recovecos del lugar.
También resulta brillante el montaje. Hay secuencias que realmente funcionan como un reloj gracias a la combinación de planos y sonido (esto segundo es esencial en toda buena muestra de cine de terror, y aquí se lo curran mogollón). Y os diré algo, no soy para nada un obseso de la versión original, pero "Session 9", en su idioma real y subtítulos, gana muchísimo. Primero porque encaja con la naturalidad de los actores, y segundo, porque las famosas cintas que escucha uno de los protagonistas en v.o. son genuinamente terroríficas gracias a esas voces graves repletas de imprevisibles silencios y cambios de tono, acordes a la esquizofrénica personalidad del entrevistado. De cagarse!.
Todavía existe gente que te suelta aquello de "Ya no se hacen pelis de miedo de verdad". Sí se hacen, y se han hecho, "Session 9" es EXACTAMENTE eso. Una peli de miedo, que da miedo y encima está cojonudamente parida a todos los niveles. Ayer noche tuve un buen puñado de escalofríos viéndola. Tal vez el desenlace sea su único punto flojo, pero no importa mucho, porque sigue siendo bueno. De por medio, hay un montón de material para el recuerdo -y el acojoncio- como la visita nocturna que uno de los empleados hace al manicomio y sus terribles consecuencias (¡esas palomas y esa silueta negra!, ¡¡uuughh!!), el paseo que David Caruso se marca linterna en mano por un aterrador y lúgubre pasillo, el niñato jevi -y su nictofobia- huyendo del imparable apagón de las luces, los inquietantes diálogos que el "malo" se marca consigo mismo, la imagen de este con el uniforme de trabajo teñido de sangre..... y la música, la brillante banda sonora IDEAL para una peli como esta y que acentúa muchas de las secuencias más terroríficas, además de contribuir a la intranquilidad general.
Un gran gran trabajo de Brad Anderson, tan grande, que nunca ha sabido estar a la altura de nuevo. Sus siguientes aportaciones se mueven entre lo potable ("El maquinista") y lo muy muy mediocre ("Transsiberian"), aunque con puntuales destellos de inspiración. "Session 9" es su obra maestra, una película genuinamente de miedo, genuinamente inquietante, de pura atmósfera y altamente recomendable.
Naxo Fiol
lunes, 2 de julio de 2012
CIELO DE OCTUBRE
Joe Johnston es un cineasta muy convencional. Y estoy seguro de que debe ser un individuo aburrido. Pero eso no quiere decir que no tenga talento... de hecho, es bueno en su convencionalidad y las pelis que hace se dejan ver perfectamente. Incluso las peores (y no incluyo aquí el tercer "Parque Jurásico", no comprendo por qué le tienen tanta manía, si cumple como producto palomitero...). Cuando escuché el audiocomentario del dvd de la estupenda "Capitán América: El primer vengador" (para mi, la mejor peli de Johnston) me sorprendió lo desapasionado del mismo. Sin llegar a los extremos deprimentes de los audiocomentarios de "Top Secret" o "Posesión Infernal" (el de Raimi y Tapert, claro, porque el de Campbell es genial), se notaba que el cineasta se había limitado a cumplir con su función, como el que curra en una fábrica, ficha, hace su trabajo sin ganas pero sin pausa, y luego pa casa a cenar. Eso encajaba muy bien en la imagen mental que tengo del director en cuestión (y de que, digan lo que digan, las películas Marvel son películas de productor). Por eso no me sorprende que cuando Joe Johnston decide dejar de lado monstruos y superhéroes para hacer una película más humana, sencilla y personal, haga algo como "Cielo de Octubre" que, a pesar de los años que acarrea ya la jodida (es del 1999), no supe de su existencia hasta hace pocas semanas. Y vi ayer noche.
La acción se sitúa en los años 50, concretamente en un pueblo minero de lo más inóspito. Los rusos acaban de lanzar el Sputnik, y un chaval lo flipa tanto viéndolo cruzar el cielo estrellado, que decide construir su propio cohete. Naturalmente ello no le dará más que problemas por culpa de un estricto padre (minero) y que aspira a que su retoño le siga los pasos. El chaval se encontrará con toda clase de impedimentos y cortarollos... pero él, cabezón, seguirá luchando por llevar adelante su sueño, hasta las últimas consecuencias.
Mineros, padres intolerantes y drama familiar con una historia verdadera como fondo (sí, sí, VERDADERA).... los ingredientes infalibles para un dramón de clase obrera parido por el chapas de Ken Loach. Sin embargo, en manos del director de "Rocketeer", sale algo que sería como "E.T. El Extraterrestre", pero sin marciano. Johnston no puede disimular la influencia brutal de su maestro, Steven Spielberg, bien presente en todo lo que hace, y "Cielo de Octubre" es una peli super-Spielbergiana... del Spielberg "serio". De hecho, si se estrenara hoy, dirían aquello de "es muy ochentera". Un cuento moral de superación tan simplista, facilón, previsible y lacrimógeno como eficaz, entretenido, divertido, emotivo y disfrutable. Ya les decía yo, Johnston es convencional, es super-mainstream, pero también es bueno en lo suyo, y "Cielo de Octubre" cumple con todos los requisitos. Es tan blanca, tan positiva y tan formulaica, que parece mentira que pasara de verdad. El final incluye un repaso a lo que acabó ocurriendo con los auténticos protas de la historia, y ver que algunos sueños logran hacerse realidad es de lo más hermoso y punzante. No me sorprendería que incluso fuese un intento por parte de su realizador de llegar a los Oscars.
Sí amigos, me hago mayor, pero ya estoy cansado de malos rollos y cosas desagradables... viva el cine bonito, viva el cine esperanzador y positivo... y sobre todo, bien hecho y entretenido. Si ustedes están pasando por el mismo trance que yo, vean "Cielo de Octubre" y lo agradecerán.
La acción se sitúa en los años 50, concretamente en un pueblo minero de lo más inóspito. Los rusos acaban de lanzar el Sputnik, y un chaval lo flipa tanto viéndolo cruzar el cielo estrellado, que decide construir su propio cohete. Naturalmente ello no le dará más que problemas por culpa de un estricto padre (minero) y que aspira a que su retoño le siga los pasos. El chaval se encontrará con toda clase de impedimentos y cortarollos... pero él, cabezón, seguirá luchando por llevar adelante su sueño, hasta las últimas consecuencias.
Mineros, padres intolerantes y drama familiar con una historia verdadera como fondo (sí, sí, VERDADERA).... los ingredientes infalibles para un dramón de clase obrera parido por el chapas de Ken Loach. Sin embargo, en manos del director de "Rocketeer", sale algo que sería como "E.T. El Extraterrestre", pero sin marciano. Johnston no puede disimular la influencia brutal de su maestro, Steven Spielberg, bien presente en todo lo que hace, y "Cielo de Octubre" es una peli super-Spielbergiana... del Spielberg "serio". De hecho, si se estrenara hoy, dirían aquello de "es muy ochentera". Un cuento moral de superación tan simplista, facilón, previsible y lacrimógeno como eficaz, entretenido, divertido, emotivo y disfrutable. Ya les decía yo, Johnston es convencional, es super-mainstream, pero también es bueno en lo suyo, y "Cielo de Octubre" cumple con todos los requisitos. Es tan blanca, tan positiva y tan formulaica, que parece mentira que pasara de verdad. El final incluye un repaso a lo que acabó ocurriendo con los auténticos protas de la historia, y ver que algunos sueños logran hacerse realidad es de lo más hermoso y punzante. No me sorprendería que incluso fuese un intento por parte de su realizador de llegar a los Oscars.
Sí amigos, me hago mayor, pero ya estoy cansado de malos rollos y cosas desagradables... viva el cine bonito, viva el cine esperanzador y positivo... y sobre todo, bien hecho y entretenido. Si ustedes están pasando por el mismo trance que yo, vean "Cielo de Octubre" y lo agradecerán.
Naxo Fiol