sábado, 8 de septiembre de 2012

DREDD

"Juez Dredd" es un personaje difícil de llevar a la gran pantalla. Se trata de un policía ultra-hijoputa y antipático, que ejecuta la ley a rajatabla , sin miramientos y con la violencia necesaria. Además, el comic en el que nació es de origen británico (dibujado por un español y guionizado por un yankee que llevaba años afincado en las islas), lo que, no solo lo aleja de la popularidad masiva más allá de sus tierras, sino que garantiza un sentido del humor muy muy negro y lo suficientemente "british", hasta el punto de no saber cuando van en serio, y cuando en cachondeo. Grande!. Por todo ello, adaptarlo en plan super-producción de ciencia ficción espectacular, es un suicidio. Y a las pruebas me remito, la versión interpretada por Sylvester Stallone fue un batacazo en todos los aspectos. A nivel gran público, por el background oscuro de su personaje, y a nivel de adaptación, por los cambios, tan drásticos e inadecuados que los fans del comic no salimos demasiado contentos... más bien, muy cabreados. El "Dredd" de Stallone no respetaba nada de lo que hacia al "Dredd" dibujado un personaje especial y diferente. Comenzando por el casco, que mientras en las viñetas nunca se lo ha quitado, en la peli Stallone lo lleva puesto 20 minutos. Así pues, el único modo de hacer bien una peli de "Juez Dredd" es, uno, con un presupuesto ajustado, para que no suponga un GRAN riesgo de cara a la taquilla y, dos, que el actor protagonista no se deshaga nunca del casco. Eso da por eliminados a todos los rostros famosos que el fandom señalaría como ideales (aunque ninguno lo fuese). Lo del casco es una ventaja, lo del presupuesto podría no serlo. Y  no lo es. Aún así, los fans del tebeo demandábamos una nueva versión, más fiel, más digna, a pesar de las típicas quejas de los típicos idiotas indocumentados: "¿Pero es necesaria otra peli de "Juez Dredd"?"... ¡¡SÍ!!, en este caso SÍ lo era. Y me alegro de que la hayan hecho.
La primera buena noticia de esta nueva versión es que los principales cerebros pensantes tras ella serían británicos, recordad: país de origen del comic, y encima, el equipo responsable de dos pelis tan cojonudas como "28 semanas después" y "Sunshine" (entre ellos el talentoso Alex Garland), garantizando así genuino respeto por la fuente original, ausencia total de "hollywoodiadas" (podría ser adulta y violenta, sin suavizarla para contentar a un público mayoritario) y ¿un "Juez" con el casco durante toda la peli?. Dalo por hecho. Naturalmente el actor elegido no podía ser ni Stallone, ni Jason Statham, ni Ron Perlman (estos dos últimos bastante interesantes como alternativa), pero sí Karl Urban, lo suficiente conocido para encabezar el reparto, lo suficiente desconocido para no quitarse el casco y con la mandíbula adecuada. Todo pintaba cojonudo... menos para un sector del fandom que, sin querer entender la naturaleza real del comic, rajaban prematuramente (¡como siempre, vamos!) por ese presupuesto limitado y por Urban, al que calificaban de poco musculoso. ¿Perdón?, el "Juez Dredd" original, el auténtico, no era un armario empotrado, no era Schwarzenegger... no hasta que vino Simon Bisley y lo estropeó todo. Pero da igual, ese no era mi "Juez", el mío era el de Ezquerra o McMahon. El de "Ediciones Zinco".
Así pues, "Dredd", la película, se busca una trama de lo más sencillica para no andarse por las ramas: Hay una droga nueva en la ciudad, el Slo-Mo (si la tomas, todo a tu alrededor se relentiza mogollón, lo que da mucho juego a los responsables de la peli para recrearse en logradas cuestiones estéticas), y la que se encarga de venderla es Ma-Ma, una despiadada ex-prostituta que se ha montado el chiringuito en una de las mega-edificaciones de ese sombrío futuro que se nos pinta (y tan aterradoramente cercano). A esta acuden Dredd y su compañera con poderes psíquicos, la novata Juez Anderson. En cuanto Ma-Ma se entera de su presencia, toma el control del lugar, lo cierra herméticamente y... en fin, estalla la guerra.
Aquí no hay espacio para desarrollar personajes, para profundizar en nada, ¿por qué?, porque "Juez Dredd" no lo necesita, ni su público lo quiere. "Dredd" es un ser frío, duro como la roca y con una única meta: hacer cumplir la ley al precio que cueste. Casi una máquina, y eso se ha respetado en la peli, lo que no deja de resultar fascinante. Os aseguro que a este "Juez"  no le veréis sonreír, ni enamorarse de la chica, así pues, ¿para qué buscarse una trama compleja?, ¡vamos, dadnos tiros, sangre y violencia! y, sobre todo, dadnos "Dredd". Evidentemente, el personaje de Anderson está ahí para aportar aquello que el "Juez" no aporta, la humanidad, cierta profundidad y... el rostro. Algo que ya imaginaba, pero que en ningún momento le resta protagonismo al del casco. Karl Urban es un "Juez Dredd" estupendo, el tío se lo ha currado, se pasa toda la puta peli con la mueca de cabreo característica del tebeo, es seco... joder, ¡es "Juez Dredd"! (aunque su repertorio de frases lapidarias se queda algo corta).
Estéticamente, técnicamente y en su estupenda (y adecuadísima) banda sonora, se merece un diez de nota (y la violencia truculenta, que es notoria, pero sin llegar al gran guiñol pseudo-paródico Tarantiniano, que le restaría capacidad de impacto). Entonces, ¿dónde está el "pero"?, pues el pero es, paradójicamente, que la falta de un presupuesto mayor se acaba notando. Las escenas de acción y tiros son espectaculares, pero hay pocas. Los escenarios son futuristas, pero poco. Echo de menos más naves y robots. Hasta hoy creía que situar el 90% de la peli en un edificio era una desventaja, pero luego recordé "La jungla de cristal" y vi que no tendría por que serlo. Claro que "La jungla..." (y el "Dredd" Stalloniano) contaban con un presupuesto mucho mayor. Total, que a "Dredd" le falta cierto empaque, es super-sobria, algo que yo agradezco, pero esta vez puede que incluso un poco demasiado, y es una pena porque todo lo demás, en todos sus aspectos, está muy muy logrado. Empezando por el mismo "Juez Dredd", pasando por los efectos del Slo-Mo, algunas secuencias puntuales (las metralletas arrasando con una planta entera, el clímax final, los jueces traidores...), etc. Claro que, como decía arriba, ese presupuesto ajustado es un "mal necesario" para ver un buen "Dredd", así que "ajo y agua".
Pero vamos, que dejando de lado todas esas apreciaciones propias de un fricazo de mi porte, la peli está un rato guapa. El arranque es cojonudo, el enfrentamiento final también, y en general resulta entretenida. Aunque aquí lo principal era lograr una buena traslación del personaje de las viñetas a la pantalla, y por ahí te digo yo que se pueden poner todas las medallas que quieran y más.
Y antes de cerrar el chiringo, hacer dos últimas apreciaciones: 1- ¿Cuanto tardará en salir el idiota de turno que diga que la versión de Stallone era mejor? (probablemente, será un idiota que no habrá leído un comic de "Juez Dredd" en su puta vida). 2- Y no, "Dredd" NO es "muy ochentera" como algunos invidentes ya van soltando por ahí. Puedes encontrarle similitudes con algunos films de acción míticos de aquella década, pero en muchos casos es pura casualidad (y lógica, "Robocop" tomaba muchas cosas prestadas del comic de "Juez Dredd" -el primer diseño del traje era IDÉNTICO-, así pues, es normal que "Dredd" te haga recordar a ratos la peli de Verhoeven).