jueves, 20 de junio de 2013

SAMURAI, ESPADA Y SORTILEGIO

Todo un clásico más reconocido por los amantes del gore que por los de las artes marciales (comprensiblemente) y que fue lanzado, justamente, en la época en la que las películas asiáticas de hostias estaban en boga.
En realidad se trata de corta y pega, del expolio más famoso de la historia del cine de género, en el que ocurría lo siguiente:
En los años setenta, se popularizó en Japón (hoy ya en todo el mundo) un cómic manga titulado “El lobo solitario y su cachorro”, en el que un samurai es perseguido por el shogun que se ha cargado a toda su familia. Así pues, junto con su retoño, tendrá que vérselas con un montón de malos que intentaran aniquilar a ambos.
Bien, pues se rodaron una serie de películas basadas en los cómics, de relativo éxito en Japón, a principios de los años setenta.
Ya en los ochenta, Roger Corman, para su New World Pictures comrpó algunas de las películas de la serie, y encargó al manazas de Robert Houston, director de tercera con ni un solo título destacable en su filmografía,  que hiciera un montaje con ellas para lanzar una sola película con intención de  venderla internacionalmente. Montó las dos primeras,  las mezcló sin mucha coherencia ni sentido, eliminó toda la banda de sonido, la dobló al inglés con diálogos que poco o nada tenían que ver con los originales y añadiendo una voz en off que explicaba lo que no veíamos en pantalla, amén de insertarle para el soundtrack, una música electrónica ejecutada a base de sintetizador que resultó, al final, ser tan mítica o más que la película, a pesar de que no se parecía ni lo más mínimo a la música folclórica Nipona que ilustraba las películas originales.
Se le puso un título en inglés de lo más chanante, “Shogun Assassin”, y fue un éxito internacional. Claro que nadie fue consciente de la canallada, una alteración de los materiales originales que me gustaría saber que opinión les merecía a los directores de las películas originales.
Obviamente, la versión Americana fue la que se estrenó en nuestros cines bajo el título de “Samurai, espada y sortilegio” (que es con el que he titulado a la reseña), pero luego se sometió a la película a un maltrato en cuanto a los títulos en sus consiguientes ediciones videográficas que, curiosamente, perdura hoy con sus infectas y, casi, piratas ediciones en DVD.
Así, en VHS y Beta, se la conoció con los títulos de “Samurai, espada y sortilegio”, pero también con el de “El asesino Shogun”, “Samurai” o incluso “El samurai fugitivo”.
En DVD las editó no hace mucho, por un lado, Asian trash Cinema con todos los títulos conocidos quedando en la portada  como “Shogun Assassin (Samurai, espada y sortilegio) (El asesino de shogun)” y por otro, Creative films, titulándola tan solo como “El asesino de Shogun”. En cualquier caso, ambas ediciones son infectas, pero lo del sonido en la de Asian Trash Cinema, es poco menos que denunciable, mientras que la de Creative films resulta algo más digna, pero igualmente poco cuidada. Mejor hacerse con cualquiera de los VHS de la época.
Con todo, la película con los años se convirtió en pieza de culto, destacando, sobretodo, por las ingentes cantidades de gore que contiene. Decapitaciones, desmembramientos y todo tipo de aberraciones que se les ocurran y que se puedan hacer con una espada.
A mí me gusta, el montaje internacional con la voz en off ya me sirve, me divierte y me emociona, a pesar de que el pésimo montaje la convierte en una sucesión de retales cuyo argumento, prácticamente, desparece.
No obstante,  siempre me queda esa sensación de “Cómo serían las originales??”… que quizás, y muy probablemente, no sean tan buenas como este puzzle.