En realidad se trata de corta y pega, del expolio más
famoso de la historia del cine de género, en el que ocurría lo siguiente:
En los años setenta, se popularizó en Japón (hoy ya en todo
el mundo) un cómic manga titulado “El lobo solitario y su cachorro”, en el que
un samurai es perseguido por el shogun que se ha cargado a toda su familia. Así
pues, junto con su retoño, tendrá que vérselas con un montón de malos que
intentaran aniquilar a ambos.
Bien, pues se rodaron una serie de películas basadas en los
cómics, de relativo éxito en Japón, a principios de los años setenta.
Ya en los ochenta, Roger Corman, para su New World
Pictures comrpó algunas de las películas de la serie, y encargó
al manazas de Robert Houston, director de tercera con ni un solo título
destacable en su filmografía, que
hiciera un montaje con ellas para lanzar una sola película con intención de venderla internacionalmente. Montó las dos
primeras, las mezcló sin mucha
coherencia ni sentido, eliminó toda la banda de sonido, la dobló al inglés con diálogos
que poco o nada tenían que ver con los originales y añadiendo una voz en off
que explicaba lo que no veíamos en pantalla, amén de insertarle para el
soundtrack, una música electrónica ejecutada a base de sintetizador que resultó,
al final, ser tan mítica o más que la película, a pesar de que no se parecía ni
lo más mínimo a la música folclórica Nipona que ilustraba las películas
originales.
Se le puso un título en inglés de lo más chanante, “Shogun
Assassin”, y fue un éxito internacional. Claro que nadie fue consciente de la
canallada, una alteración de los materiales originales que me gustaría saber
que opinión les merecía a los directores de las películas originales.
Obviamente, la versión Americana fue la que se estrenó en
nuestros cines bajo el título de “Samurai, espada y sortilegio” (que es con el
que he titulado a la reseña), pero luego se sometió a la película a un maltrato en
cuanto a los títulos en sus consiguientes ediciones videográficas que, curiosamente, perdura hoy con sus infectas y, casi, piratas ediciones en DVD.
Así, en VHS y Beta, se la conoció con los títulos de
“Samurai, espada y sortilegio”, pero también con el de “El asesino Shogun”,
“Samurai” o incluso “El samurai fugitivo”.
En DVD las editó no hace mucho, por un lado, Asian trash
Cinema con todos los títulos conocidos quedando en la portada como “Shogun Assassin (Samurai, espada y
sortilegio) (El asesino de shogun)” y por otro, Creative films, titulándola tan
solo como “El asesino de Shogun”. En cualquier caso, ambas ediciones son
infectas, pero lo del sonido en la de Asian Trash Cinema, es poco menos que
denunciable, mientras que la de Creative films resulta algo más digna, pero
igualmente poco cuidada. Mejor hacerse con cualquiera de los VHS de la época.
Con todo, la película con los años se convirtió en pieza de
culto, destacando, sobretodo, por las ingentes cantidades de
gore que contiene. Decapitaciones, desmembramientos y todo tipo de
aberraciones que se les ocurran y que se puedan hacer con una espada.
A mí me gusta, el montaje internacional con la
voz en off ya me sirve, me divierte y me emociona, a pesar de que el pésimo
montaje la convierte en una sucesión de retales cuyo argumento, prácticamente,
desparece.
No obstante, siempre
me queda esa sensación de “Cómo serían las originales??”… que quizás, y
muy probablemente, no sean tan buenas como este puzzle.