Así, sin más, les dejo con los fotocromos y el póster.
miércoles, 30 de agosto de 2017
LOS FOTOCROMOS (Y EL PÓSTER) DE "ESTA CASA ES UNA RUINA"
Todo lo que podíamos haber dicho sobre esta película, ya lo dijimos en el AVT Podcast.
Así, sin más, les dejo con los fotocromos y el póster.
Así, sin más, les dejo con los fotocromos y el póster.
Victor Olid
lunes, 28 de agosto de 2017
GHOST
“Ghost” fue un fenómeno social en 1990, una película que
habiendo costado tan solo 22 millones de dólares, llegó a recaudar cerca de 600
convirtiéndose así en la película más taquillera de los 90, y uno de los films
de mayor trascendencia en su momento.
Con fama de moñas, de edulcorada y de estúpida, fui a verla
de adolescente al cine, como cualquier hijo de vecino (en España fueron a verla
cerca de 4 millones de espectadores) y pese a los cientos de pases televisivos
que se le ha dado, jamás volví a verla. Recuerdo que en su momento me
entretuve, pero no es el tipo de cine que suscite mayor interés en mí. Así que
recientemente, y aprovechando que la tenían en un “Cash Converters” por un
pavo, dedico ver como ha aguantado el paso del tiempo.
Cuenta la historia de un banquero que está a punto de
casarse con su novia, hasta que este es asesinado por un ratero, y quedar en
tierra su fantasma. Este, vagando por la vida, descubre que su asesinato no ha
sido fortuito, sino planeado por un compañero suyo que está robando unos
cuantos millones de dólares y que casi ha sido descubierto por él. Con la ayuda
de una Médium, nuestro protagonista hará que su novia descubra todo el entuerto
que gira en torno a su asesinato, para así poder irse en paz, no sin antes
decirle a su novia lo mucho que la
quiere y la cantidad de amor que se lleva al otro barrio. A las féminas, les
encantaba este argumento, y les encantaba el bueno de Swayze, temprana y
tristemente fallecido hace algunos años.
Teniendo en cuenta lo mal que queda a día de hoy el cine
noventero, he de decir que no ha envejecido tan mal, ni es tan edulcorada ni
tan moñas, pero tampoco es una película a reivindicar. Es puro “Fast Food”, ver
y olvidar. Sin más.
Sin embargo, toda ella es una rara avis, puesto que fue un
enorme éxito a nivel mundial –y una peli muy de su época- con un director que venía de hacer un cine
opuesto a este, que luego no tuvo mucha suerte.
Y es que cuando el guionista Bruce Joel Rubin salió del
teatro de ver una obra clásica, y en ella, un fantasma le dice al protagonista
que ha de vengar su muerte, se le ocurrió que ese era un buen punto de partida
para una película de Hollywood, por lo que desarrolló el guion de “Ghost”
y al verlo los ejecutivos del estudio, a
estos les entusiasmó, por lo que el producto tuvo luz verde en seguida. En la
mente de Rubin, estaba que la película
se convirtiera en un clásico moderno –lo consiguió, no obstante- Y producida por Paramount, mucho se tenía que
torcer la cosa. En su mente, la película estaría interpretada por Tom Cruise,
que rechazó la oferta. Tom Hanks, que parecía adecuadísimo en ese momento, lo
rechazó por el mismo motivo que Cruise; no quería interpretar personajes que
estuvieran muertos, por pura superstición.
Más avanzada la preproducción, Paramount vino con la
estupenda noticia de que ya tenían director para la película. Dijeron que
habían conseguido al mejor, al más rentable. Rubin se esperaba a Steven Spielberg o a Martin Scorsese, pero el estudio le dijo que no, que tenían uno
mejor todavía. Cuando preguntó que de quién se trataba, y el estudio respondió
que Jerry Zucker, Rubin se llevó las manos a la cabeza. ¿Cómo iba a dirigir uno
de los directores de “Aterriza como puedas” o “Top Secret” su película? No
parecía el adecuado, pero el estudio convenció a Rubin de que esas películas,
no solo habían sido taquilleras, sino que además de eso, eran muy buenas
películas a pesar de ser “Spoofs”. Nada más conocer a Zucker, y ver los puntos
de vista comunes, y el entusiasmo que le ponía al proyecto, pronto hicieron
migas y el trabajo fue armonioso. Zucker, estancado como estaba en esos míticos
“Spoofs”, quería cambiar de tercio y hacer algo distinto.
Así pues, con las presencias de Demi Moore, que despuntaba,
y Patrick Swayze que le encantó a Zucker tras verle en un programa de
televisión emocionarse con la reciente muerte de su padre, amén de ser uno de
los pocos actores que no rechazaron el papel por hacer de muerto, pusieron en
marcha una película que si ajustamos a los precios de hoy en día, sería una de las
más taquilleras de todos los tiempos. El contrapunto cómico lo puso una muy en
alza Whoopy Goldberg, que acometió el papel de médium sin chirriar demasiado, y
se convirtió, según la crítica yankie, en lo mejor de la película. No en valde
se llevó el Oscar a la mejor actriz secundaria ese año.
La película fue un bombazo en todos los sentidos, se metió a
público y crítica en el bolsillo, miles de parejas se enamoraron viendo la
película –o escuchando su banda sonora compuesta de viejos éxitos de décadas anteriores-
y dejó para la posteridad la romántica escena en la que, mientras los protas se
manosean un poco haciendo alfarería, hacen el amor de una manera sexy y
delicada. De hecho, esta escena propició que en 1990, se dispararan las
matriculaciones en las escuelas de alfarería. Cosas estas que solo provoca el
cine.
La carrera de los tres protagonistas se relanzó con mayor
fuerza, si bien es cierto que Zucker, aún habiéndose desencasillado, tan solo
haría dos películas después, “El primer Caballero” y “Ratas a la carrera”, sin
embargo, tuvo una prospera carrera como productor.
Y del resto, ya saben. Clásico moderno, de los pocos que dio
la década de los noventa en lo que a cine de estudio se refiere (que ya sabemos
que el indie de aquellos años está muy bien considerado).
Victor Olid
viernes, 25 de agosto de 2017
LOS HIJOS DE...
Esta extraña comedia, de desmedida mala hostia y particular
sentido del humor, básicamente se sustenta de dos tramas que se entrelazan; por
un lado, tenemos una mujer que acaba de
enviudar, porque por ir a sacar unas fotos en un safari, su marido es devorado
por un león. Como la deja viuda y sin un duro, contrata al novio de la chacha
para que se cargue al león, cosa a la cual accede, no sin ciertas reticencias.
Por otro lado, tenemos a un joven al cual su novia lo deja
por no tener un padre reconocido. Así que la madre de este le enrolla con la
viuda del comido por la fiera, a cambio de que estos le solucionen la vida en
lo referente a lo económico.
Muy curiosa, muy divertida y muy negra, resulta esta
película del mítico Luis María Delgado, que en hora y pocos minutos se saca de
la manga una de esas comedias atípicas dentro de la cinematografía española.
Sin duda se trata de una de las películas más autorales de Delgado, y la más
personal ya que es su película más pura, y no al servicio de alguna celebridad
como acostumbraba. Por eso se rodea de nombres como Pedro Osinaga, María José Cantudo o Rafael Hernández, y la cosa queda, por lo menos, curiosa y simpática.
Y aunque tuvo otras películas personales, Delgado, al igual
que Álvaro Sáenz de Heredia, era conocido por hacer películas para el
cantante o humorista de turno, siendo
las más destacadas “Hamelín” con Miguel Ríos, “La Garbanza Negra que en paz
descanse” con Tip y Coll, “¿Dónde estará mi niño?” con Manolo Escobar, “Loca
por el circo” con Teresa Rabal, “Chispita y sus gorilas” con Chispita y el Tito
y el Piraña, o esa maravilla que es “Ni se te ocurra… dejar de verla” con Cruz
y Raya.
Por eso, y aunque me encantan todas estas películas, yo creo
que “Los hijos de…”, por otro lado tan ignota y desconocida, es una cosa aparte
para poder juzgar a Luis María Delgado en su justa medida y calibrarlo
debidamente.
Entretenida y diferente, amén de, por un lado, tener una
dirección encomiable a la par que chapuceras maneras de solventar según que
situaciones, yo creo que bien merece la pena echarle un vistazo.
Aunque es una película que apenas ha trascendido después de su estreno en salas, lo cierto es
que en su momento llegó a meter en cines 359.000 espectadores del año 1976. Un
moderado éxito en su época, que coño.
Victor Olid
miércoles, 23 de agosto de 2017
LOS FOTOCROMOS DE "LA CABRA"
La comedia de acción francesa, tan de moda en los setenta y ochenta y con resquicios de ella hasta hace poco con "El Embolao", tenía en Francis Bever un gran aliado. El otro sería Belmondo. "La Cabra" sería un éxito internacional y llegó a nuestras pantallas a nivel mainstream, no en salas de arte y ensayo, y en ella, Gerard Depardieu y Pierre Richard, estaban estupendos.
Aquí les dejo con sus fotocromos.
Aquí les dejo con sus fotocromos.
Victor Olid
lunes, 21 de agosto de 2017
UNA PANDILLA DE LUNATICOS
Los años 1988, 1989 y 1990,
son ese limbo de transición entre los 80 y 90 durante los cuales las
películas que salen de aquella época suelen ser un tanto sosainas y
desubicadas. Sin saber el año, no sabríamos deciren que fechas fueron rodadas.
Asimismo, en lo que a la comedia se refiere,
de esos años salieron unas cosas asépticas, blancas y carentes de
imaginación, de las que esta “Una pandilla de lunáticos” sería un claro
exponente. Ya lo dije en la entrada perteneciente a los fotocromos de la misma;
que no aguantan el visionado.
Sin embargo, tengo comprobado que según edad y momento con
el que se revisa una película, la percepción de la misma puede cambiar… y en mi
caso, pongo como ejemplo, también esta “Una pandilla de lunáticos”, porque viéndola anoche, de madrugada, con las
expectativas de dormirme mientras la veía, finalmente me entretuvo y la vi tan
ricamente.
Pero no vengo a reivindicarla como comedia imperecedera. Lo
cierto es que es una película mala a más no poder, verla y olvidarla. Pero por
lo que fuera, anoche la disfruté lo suficiente como para acabarla con una
sonrisilla en la cara.
Se trata de una comedia que, aunque inspirada en la novela
homónima de Ellis Weiner, homenajea, parodia, (se nutre de) –llámenlo como
quieran – claramente en el clásico de Milos Forman “Alguien voló sobre el nido
del cuco”. Toma los elementos divertidos de la película de Forman –que los hay-
y les da una vuelta para convertir esos elementos en una comedia para todos los
públicos. De hecho, en referencia a esta “inspiración”, la crítica yankie del
momento, decía de la película que chupa tanto de “Alguien voló sobre el nido
del cuco” que parecía que en cualquier momento iba a aparecer por ahí Jack Nicholson. Aunque no lo hacía, porque el personaje del protagonista, Michael Keaton, es un sosias del que hacía Nicholson. Misma enfermedad mental, misma
conducta, misma actitud. Y aunque a día de Hoy Michael Keaton sea un actor
reivindicado y de prestigio, en aquello años, intuyo que pre-Batman –Aunque en
España, “Una pandilla de lunáticos” se estrenó inmediatamente después de la del
hombre murcielago, quizás para aprovechar el tirón- no tenía nada que ver con
Nicholson, más allá de haber compartido protagonismo en “Batman”.
La idea de base de “Una pandilla de lunáticos”, es la misma
que la de “Alguien voló sobre el nido del cuco”; un grupo de enfermos
psiquiátricos que salen del hospital de
excursión y la cosa se les complica. En este caso, un doctor quiere llevarlos a
un partido de Baseball con tan mala suerte que, presenciando por error un
asesinato, a este le malogran llevándole al hospital y dejando a los enfermos a
su suerte, que tendrán que ingeniárselas para resolver el entuerto, encontrar a
su doctor, y que todo se solucione de tal manera que ni despidan al médico, ni
les atiborren a ellos a pastillas.
Simpática, a decir verdad. Veremos dentro de unos años, si
la reviso, que tal me sienta verla de nuevo.
Junto a Michael Keaton –y su Mullet- un grupo de actores en
absoluto estado de gracia como son Peter Boyle, Stephen Furst acabando sus días
de mayor gloria, e inmenso, Christopher Lloyd.
Dirige el asunto Howard Zieff, director asiduo de comedia,
quien cuenta, en su escueta filmografía, con títulos que en su momento fueron
tan populares como “Combate de fondo” o “La recluta Benjamín”, finalizando sus
días en la dirección cinematográfica con esos éxitos de principios de los
noventa que fueron “Mi Chica” y “Mi Chica 2” al servicio de Macaulay Culkin y
Ana Chlumsky, que aunque no acabó tan drogadicta como Culkin, si que acabó de
lleno en la televisión, no acordándose de ella a día de hoy, ni su puñetera
madre.
Victor Olid
miércoles, 16 de agosto de 2017
LOS FOTOCROMOS DE "BLUES BROTHERS 2000"
La cabeza se la tenían que haber cortado a John Landis solo por esta película. Una secuela de "Granujas a todo ritmo" en plenos años 90, que no solo no interesaba a nadie, sino que además era la aberración fílmica del siglo. Con un niño repelente, John Goodman en vez de John Belushi (ya puestos, que lo hubiera hecho James) y un negro; Don Cheadle.
Gente más jóven fan de la primera parte, creen que esta segunda no existe... para dejar testimonio de que sí, aquí les dejo sus fotocromos.
Gente más jóven fan de la primera parte, creen que esta segunda no existe... para dejar testimonio de que sí, aquí les dejo sus fotocromos.
Victor Olid
lunes, 14 de agosto de 2017
SPIDER-MAN: HOMECOMING
Apenas lleva tres semanas en cartel y ya ha acumulado cerca
de 800 millones de dólares en todo el
mundo. Y es que “Spider-Man: Homecoming” era el reboot que al trepamuros le
hacía falta, así como “Volver a casa” era absolutamente necesario. La decisión de Columbia, poseedora de los
derechos del personaje para el cine, de compartir estos con Marvel Studios es
la mejor que se ha tomado en el cine de Súper Héroes desde que este se ha
convertido en el principal sustento de la industria Hollywoodiense. Y el incluir
a un personaje tan querido como Spider-Man dentro del universo cinematográfico
de Marvel, un soplo de aire fresco, y más teniendo en cuenta como se ha
planteado el nuevo universo Spider-Man.
Como fan del personaje —es el personaje Marvel que más he leído—
he de decir que ninguna de las películas existentes al respecto me han
defraudado. Las de Sam Raimi, me gustaron, el primer reboot, las de “Amazing
Spider-Man” un poco menos, pero también las tengo en alta estima. Sin embargo,
“Spider-Man: Homecoming” es tan buena que hace parecer a todas las anteriores
una puta mierda, e incluso es posible, bajo mi punto de vista, que estemos ante
mi película del Universo Marvel favorita.
Y es buena, básicamente por tres motivos: La idiosincrasia
del personaje exige que no sea tan espectacular como el resto, a saber, “ Los Vengadores” o “Guardianes de la Galaxia”. Y eso aquí es respetado. No es que no
tenga escenas espectaculares, si que las tiene, pero a la altura urbana de
nuestro amigo y vecino. En segundo lugar, todo el mundo sabe el origen de
Spider-Man, así que no nos lo cuenta otra vez. No hace falta. Se limita a
recordarnos que Spider-Man ya estuvo presente en “Capitán América: Civil War” y
a partir de ahí se desarrolla un nuevo personaje que ya es de sobra conocido
por todos. Y en tercer lugar, la película es cojonuda porque se salta a la
torera todos los protocolos del universo clásico de Spider-man, y aún así, es
el Spider-Man que el lector mejor identificará con los tebeos. Aquí el traje no
se lo cose el propio Peter Parker, sino que se lo fabrica Tony Stark, así,
tenemos un traje robotizado que e ajusta al cuerpo mecánicamente, mueve los
ojos e incluso, al igual que la armadura de Iron-Man, tiene un asistente parlanchín
con el que Parker se comunica. Y también tiene todos los gadgets típicos del
Spider-Mán más clásico; el rastreador araña, la linterna araña, etc, así como
otros gadgets que no desvelaré por no spoilear más de la cuenta.
Por otro lado, las principales motivaciones de Spider-Man no
son otras que ingresar en Los Vengadores, por lo que hará méritos en su día a
día. Aquí no hay Tío Ben que haga sentir culpable al muchacho, ni una
responsabilidad anexa a un gran poder. Y aunque la aparición de Stark y el
resto de referencias al universo Marvel son importantes para esta película,
está todo introducido de una manera tan sutil, y tan hábil, que en posteriores
entregas de la saga, si es que las hay, está todo preparado para que ya no sean
tan necesarias, y disfrutemos de las aventuras de Spidey sin necesidad de
cameos de Iron-Man, Capitán America y demás.
Otro punto que me ha llamado la atención es la distinción de
clases; mientras que los Vengadores son un grupo de élite, poco menos que
millonarios haciendo de las suyas con su pasta y/o súper poderes, “Spider-Man:
Homecoming” quiere dejar claro que Spidey es un súper héroe del proletariado,
un chaval de Queens (el Queens mejor recreado del cine hasta ahora, dónde,
casi, el único hombre de raza blanca que se sitúa en ese barrio es nuestro
Peter Parker) y que por lo tanto, no tiene mucho que hacer con sus coetáneos
megalomaníacos. No puedo decir más sin spoilear.
Por otro lado, Tom Holland está estupendo como Peter
Parker/Spider-Man, es sin duda el mejor de los tres que lo han interpretado en
los últimos 17 años, y consigue un personaje simpatiquísimo con el que
empatizamos, con el que nos divertimos y que resulta tierno y entrañable. Un
acierto.
Así mismo, otra jugada maestra es la inclusión de Michael Keaton como El Buitre. Resulta un revulsivo para Marvel, y una patada en los
huevos al subnormal de Iñarritu, ya que, intencionadamente o no, El Buitre es
la respuesta de Marvel a “Birdman”, y lo hace con el actor que interpretó esa
oda anti super héroes. Al margen de eso, Keaton está estupendo también, y al igual
que Spider-Man, El Buitre es un villano del proletariado, un autentico currela,
un albañil, hasta la polla de los poderosos y de los destrozos que causan los
súper héroes. Esos destrozos precisamente, cobran un interés especial en esta
cinta, ya que además de los motivos de la ira del Buitre, son la excusa
perfecta para introducir a otros personajes muy queridos del universo Marvel de
los cómics: Control de Daños, la unidad especial encargada de reparar los daños
ocasionados por los súper héroes.
En definitiva, que está todo perfecto en este “Spider-Man:
Homecoming”, amén de ser una película endiabladamente entretenida y vibrante;
cada vez que Spider-Man entra en acción, la platea vibra.
El argumento es sencillo: En su afán por ingresar en Los
Vegadores (como ya he dicho antes), Spider-Man trata de hacer méritos en su
cuidad luchando contra el crimen, hasta que un peligroso Buitre entra en escena
con planes más malévolos que le tocan de lleno a los Vengadores, y Spidey hará
todo lo posible por evitar la catástrofe.
El director, Jon Watss, venía de hacer “Fan Movies” de
“Robocop”. Pronto saltó al cine independiente con “Coche policial”, y ahora nos
ofrece este mastodonte con el que dará que hablar (para bien) durante el resto
de su carrera. Marvel no es tonta… y cuenta con esta jóven promesa para
“Spider-Man”, pero es que para la próxima “Black Panther”, también cuenta con
uno de los directores jóvenes más interesantes que hay en el panorama actual,
Ryan Clooger, el dire de la magnífica “Creed”.
Así, da verdadero gusto ir al cine.
Victor Olid
viernes, 11 de agosto de 2017
OFICIAL Y CABALLERO
No había visto yo nunca – y desconozco el motivo real,
puesto que a mí las pasteladas románticas suelen gustarme- este “Oficial y
Caballero” considerado ya un clásico con 36 años de edad, y la verdad es que el
estatus de clásico del que goza se lo tiene de sobra merecido. Se trata de una
película cojonuda y de una vigencia absoluta, que se mantiene como si hubiera
sido rodada ayer. Y puedo decir esto pues llegué a ella virgen, no hay
condicionante por mi parte a la hora de evaluarla, y “E.T´s”, “Goonies”, “Indianas Jones” y “Star Warses” aparte, “Oficial y Caballero” es una de las mejores muestras para
comprender por qué el cine de los ochenta era tan cojonudo, al margen del cine
espectáculo nacido en aquella década, tan popular hoy entre el populacho. Si hablamos
de “Oficial y Caballero”, tan alejada -y tan cercana en cierto modo- de todo
aquello, hablamos de gran cine, del que perdura, del que se disfruta dando
igual la década en que nos veamos la película y del que se ha ganado a pulso el
estatus de clásico del cual disfruta.
Protagonizada por Richar Gere y Debra Winger (aunque nombres
como el de Travolta, que rechazo el papel, Geena Davis, Jennifer Jason Leigh,Jeff Bridges o Christopher Reeve, se
barajaron para protagonizar la película), cuenta la historia de un par de
cadetes aspirantes a pilotos de los Marines de los USA que, aún advertidos de
la presencia por la zona de “Caza-oficiales” (mujeres casaderas que buscan
cazar a un oficial en busca de una vida mejor), se encoñan con un par de ellas,
y mientras que uno acaba tomándose la relación más en serio –motivo este que le
inducirá al suicidio- el otro ofrece sexo honesto desde el principio. Entre
tanto, tendrán que lidiar con el vehemente del Sargento instructor, que se las
hará pasar putas en su camino hacia la graduación.
Resulta muy curioso, que esta película que costó tan solo 6
millones de dólares y que recaudó más de 200 (en nuestro país la vieron más de
dos millones y medio de personas), haya llegado a convertirse en lo que es hoy,
puesto que durante su concepción no las tenía todas consigo; Don Simpson, el
productor, ávido de cocaína y pastillotes, odiaba el guion, no le gustaba la
película en general, ni le gustaba Debra Winger. Los continuos días de lluvia
ponían en peligro los rodajes diarios y cuando escampaba, se quedaba una luz
natural muy chunga, que por otro lado y pese a todo, favoreció el look de la
película. Para más inri, la pareja protagonista se llevaba a matar, Winger
decía que Gere era un desaborío y Gere le tenía envidia a la Winger, acusándola
de, cuando ambos estaban en escena, robarle los planos, de ser más carismática
que él.
Por otro lado, ese maravilloso final en el que Richard Gere,
ya licenciado, entra en la fábrica de papel en la que trabaja Debra Winger, y a
pesar de todo lo anteriormente vivido, se la lleva en brazos para darle la vida
que ella buscaba –huelga decir que su amor se intuye verdadero-, un final tan
icónico como la propia película, un final que madres de la época y jovencitas
adolescentes recuerdan con especial excitación, y un final que posiblemente sea
el verdadero motor del éxito de la película, a punto estuvo de no ser rodado;
Tanto Don Simpson, como el director Taylor Hackford, como el propio Richard
Gere, coincidian en que el final era una moñada
y que los derroteros de la cinta iban por otros senderos más duros. No
se iba a rodar ese final. Pero ante la insistencia del guionista Douglas Day
Stewart, que si que defendía el guion, como para que se callara, Hackford
decidió rodarlo en una sola toma con la idea de desecharlo. Sin embargo, cuando
lo rodaba, en las instalaciones reales de una fábrica de papel, dos de las
trabajadoras que hacían de extra para la escena, al ver a Gere saliendo de allí
con Winger en brazos, se emocionaron y se pusieron a llorar como dos benditas.
Supo entonces Hackford, que ese final iba a funcionar. Cuando finalmente
montaron la escena, con la música de Joe Cocker, y lo vieron juntos Gere,
Simpson y el director, decidieron incluirlo porque, aunque en un principio eso
no les gustaba, comprendieron que le daría un sentido distinto a la película, y
que eso les iba a proporcionar un éxito mayor. Y así fue. De hecho, lo más
recordado de la película, es su final.
La película fue un éxito mundial sin precedentes.
Por otro lado, le valió el Oscar como actor secundario a
Louis Gosset Jr. que interpreta al hijoputa del sargento, y que como le pasó a
todos los actores negros que ganan Oscars como secundarios –caso mismo de Cuba
Gooding Jr.- después del premio, pocos papeles relevantes protagonizaría
después, encasillandose Gosset en papeles de militar con mala hostia.
Debra Winger por el contrario, despegaría en su carrera,
aunque poco después acabaría hasta el coño de Hollywood reduciendo así su
intervención según avanzaba el tiempo, Richard Gere se convertiría en galán y
Súper-Estrella en una carrera que se prolongó hasta, prácticamente, nuestros
días, y el director, Taylor Hackford, rodaría unos cuantos films de éxito, si
bien, ninguno llegaría a las cotas de popularidad y calidad que el que nos
ocupa. Como muestra de su trabajo, citaré, “Noches de Sol”, al servicio de
Gregory Hines y “Pactar con el diablo”con Al Pacino.
Qué gran película.
Victor Olid
miércoles, 9 de agosto de 2017
LOS FOTOCROMOS DE "LA PATRULLA DE LOS INMORALES"
Una comedia setentera de Robert Aldrich, director de "Doce del patíbulo", entre otras, que transcurriendo en un entorno policial, no era en exceso desmadrada. Lo desmadrado vino cuando aprovechando el tirón de "Loca Academia de Policía", apareció esta película en videoclubes a ver si picába alguien.
No me extiendo más, que la reseña del film en cuestión, caerá en un momento u otro. Les dejo con los fotocromos.
No me extiendo más, que la reseña del film en cuestión, caerá en un momento u otro. Les dejo con los fotocromos.
Victor Olid