Una breve sinopsis y entramos en materia: A un medico
honrado, un buen día, le entran unos delincuentes en casa con la intención de
robar y en el periplo acaban asesinando a su mujer y dejando parapléjica a su
hija. Como la policía no hace lo suficiente, este médico decide armarse y buscar a los asesinos de su familia, mientras por el camino se lleva por delante a tantos delincuentes como se encuentra.
Desde
luego, en unos años en los que es tendencia el remakear todo lo remakeable, con
según que
películas, el material a rehacer es su principal aval, pero también, su principal lastre. Una película
como “El Justiciero” tiene que pelear con la sombra de la película en la que se
basa, “
El justiciero de la ciudad” de
Michael Winner, y además, tiene que salir
airosa en el intento. Es injusto, pero es lo que sucede. Las hordas de fans van
a mirar con lupa cualquier movimiento en falso y se van a tirar a la yugular
del director, cuando no, directamente, su trabajo va a consistir en destruir
esa obra (en sentido figurado).
Sin embargo,
cuando
yo era jovencito y vi por primera vez “La Cosa” de
John Carpenter —por poner un
ejemplo—, la vi virgen. Quiero decir, que no tenía ni pajolera idea de que se
trataba de un remake de “El enigma de otro mundo”, un pequeño clásico de la
serie B más añeja. Sin embargo, a la película se la atacó por los mismos
motivos que se ataca hoy cualquier remake de una película con notable fandom.
Lo de siempre.
Ahora, nostalgias y fanatismos a parte, imagino que las
nuevas generaciones no tendrán ni pajolera idea de que “El Justiciero” está
remakeando un clásico de los 70… ¿Qué opinión tendrán ellos, que llegan vírgenes
a la justicia impartida por Paul Kersey? Me gustará saberlo.
Por otro lado, yo soy un fan incondicional de la saga de
“
Death Wish”, me flipan esas películas, y marcan momentos de mi vida
inolvidables, por lo que la nueva
versión de
Eli Roth, con
Bruce Willis como Kersey, de primeras lo tenía complicado
conmigo. La sombra de Charles Bronson es alargada. Y decidí ir al cine a verla
intentando juzgarla desde cero, como si las películas de Bronson no existieran.
No pude hacerlo. Comparé de principio a final.
Y obviamente, esta nueva versión, si la comparamos con “El Justiciero de
la ciudad” sale perdiendo. ¡Ojo! sale perdiendo, sí, pero en absoluto es una
mala película. De hecho es muy buena. Incluso, sería mejor que algunas de las
secuelas de la saga madre, sin lugar a dudas.
Entonces, aunque parezca mentira, “El Justiciero” consigue
mantener el listón de “Death Wish” bastante arriba. No se ha suavizado la
formula, no elude los clichés, es consciente del material que está tratando, y
lo moderniza sin dejar sus discutibles valores morales a un lado, quiero decir,
que si Paul Kersey se supone que es un personaje amoral porque se toma la
justicia por su mano, aquí, Willis supera a Bronson en amoralidad y hasta se permite una escena
de tortura, cosa que el Kersey original no hacía. Y me parece estupendo.
Por otro lado, Bruce Willis no me cuadraba a mí en este
papel. No me gustaba de hecho. Hasta que
le veo las arrugas y como afronta el personaje. Primordial es que Bruce Willis se despoja de su carisma. No es una peli de Bruce Willis, es una peli del justiciero. Además ya es demasiado viejo, ya no es un héroe de acción, por lo que resulta de lo más creible como Kersey. Y no es un personaje especialmente
simpático, es un pijo, un tontolapolla. Lo hace tan bien… le vemos tan
desvalido al principio de la película… rápidamente me ganó.
Entonces, tenemos buenas escenas de acción, macarrismo,
frases lapidarias tan en desuso, pero sin abusar, y un Paul Kersey que mola. ¿Qué resulta?
Entretenida de cojones. Estupenda.
Por otro lado, entra el factor Eli Roth. Mucha gente hecha
pestes de él, sus películas no acaban de cuajar en el fandom. A mí sin embargo,
me gusta Eli Roth, me gusta “
El infierno verde” y me gusta “
Toc, Toc” y ese
tono que le da a sus películas como de serie B de lujo. Me gusta su estilo, me
gusta su última etapa, y su cadencia. En ese sentido, “El justiciero” es puro
Eli Roth. Ha cogido el material, le ha dado un limpiado de cara y ha puesto al
personaje en su universo, por lo cual, la película se torna bastante violenta y
gore. Y algo que es de agradecer; en manos de Roth, todo este material corría
el peligro de resultar paródico. No lo es. Impregna todo de una seriedad que le
viene muy bien a una película de justicieros que en pleno 2018 puede pecar de
desfasada. Todo en sus dosis justas y de la mejor manera. De hecho, Roth se tomó el
proyecto en serio. Incluso, pasó jornadas junto a la policía de Chicago con el
fin de empaparse del ambiente policial al cual era completamente ajeno.
Claro, haters, a Roth y al remake, no le han faltado. He
leído de todo. Las opiniones, pues ya se sabe. Es más, las críticas han sido
espantosas en la prensa yankie, además de influir el hecho de que se estrenó
tan solo unos días después del tiroteo en el instituto de Stoneman Douglas. Ya
saben como son los americanos para estas cosas.
Por otro lado diré que me hace mucha gracia el cambio de
profesión de Paul Kersey con respecto a las
de Bronson; aquí es médico ¡Como en el exploitation de
Paul Naschy “
La noche del ejecutor”! obviamente, eso es producto de la casualidad, pero no
sería raro que Roth conociera la película de Jacinto Molina. Me gusta fantasear
con que ha tomado ese detalle prestado.
Otras licencias, para nada molestas, son el hermano que le
encaloman a Paul Kersey, que la película transcurre en Chicago (como en alguna
de las novelas en las que se basa todo este pifostio) y no en Nueva York,
o la sustitución de otro de los personajes
míticos de las películas originales,
el
teniente Frank Ochoa interpretado por Vincent Gardenia,
que aquí pasa a llamarse Kevin Raines, y
tiene una acompañante femenina.
Vincent D’Onofrio sería el hermano de Kersey, y
Dean Norris y Kimberly Elise, la pareja de policías que investiga el caso del
justiciero.
Como esposa de Kersey, tenemos a
Elisabeth Sue, que está muy
bien. Lástima que esté ahí solo para morir.
Muchas vueltas dio el proyecto desde el día que
Silvester Stallone se pondría con él hasta que este parecía que iba a ser cosa de
Joe Carnahan —quién escribiría finalmente el guion, y que, dicen, que aunque así
aparece acreditado en el film, no hay ni una sola página de su guion que
permanezca en la película, al ser este rescrito por Roth y otros guionistas—
hasta acabar en manos de Eli Roth, quien finalmente lo llevó a buen puerto. Sin
duda, me gusta más lo que he visto que la idea inicial de Stallone, en la que
quería que Kersey fuera un policía que jamás había tocado un arma, y me gusta
más Bruce Willis que Stallone, o cualquiera de los que aspiraban al papel
(desde
Will Smith a
Brad Pitt) siendo el
favorito de la crítica
Lian Nelson, el actor que lo iba a interpretar en la
versión de Carnahan, y del que dicen que hubiera sido el actor adecuado. Joe
Carnahan, de hecho, se salió de la película cuando la producción decidió
sustituirlo por Bruce Willis. Me sigo quedando con Willis.
Distribuida por la siempre en mala racha Metro Goldwin
Meyer, en España se encarga de hacerlo la Filmax, que hacía tiempo que no daba
señales de vida. Y como anécdota al respecto, decir que en el poster
promocional, ponen una franja roja en el lado superior en el que asegura que ha
tenido “Más de 30.000.000 de recaudación”, como si eso fuera un mega
taquillazo… ese es su presupuesto. Mientras escribo esto, ya ha superado los 40
millones, pero a duras penas ha recuperado la inversión y se puede hablar de
fracaso de taquilla.
En definitiva, no sabía muy bien con qué me iba a encontrar
y lo que me encontró me dejó satisfecho, no solo en lo referente a la saga de
“Death Wish”, sino también en lo concerniente al cine de acción, que hace años
que no me motiva lo que veo. “El Justiciero”, sí.