James Balsamo es una de esas "super-stars" del submundo de las convenciones dedicadas al cine de terror. Produce sus propios largometrajes facturados en vídeo, encarga estupendas carátulas a dotados dibujantes (como la parejita JellyKoe) para los respectivos dvds, los rejunta en una mesa a disposición de todo aquel incauto dispuesto a invertir dineros en ellos y dedica toda su energía a la más desquiciante auto-promoción. Aunque si algo ha hecho "famoso" a Balsamo estos últimos tiempos, es su capacidad de recorrer esas mismas convenciones abordando a sendas personalidades "cult" para pedirles que hagan un micro-cameo en su nueva producción. Salen al exterior, o van a una habitación de hotel, y graban. Facilita las cosas que Balsamo sea el prota de casi todo lo que dirige. Y así, sumando cameos y cameos, se gasta una galería de rostros reconocibles para el fan medio francamente envidiables. Su especialidad es la comedia cafre, bastante influenciada por Troma, mezclada con terror. Esto es así hoy día. Pero en 2012 el muchacho no lo tenía tan claro e intentó currarse un slasher de 80 minutos pretendidamente serio y protagonizado por su propio icónico psycho-killer, "The American Executioner", luciendo ropa militar y un saco en la cabeza estampado con la bandera norteamericana (al que, además, daba vida Balsamo himself).
La movida va de un soldado salvado por su malherido compañero durante la guerra. Mientras este último lo pasa putas en un hospital (incomprensiblemente situado en Alemania, a pesar de que todos los carteles de las paredes estén en inglés), el otro vuelve a los USA decidido a otorgarse la medalla de héroe que no le pertoca. Ello motivará que el agonizante se ponga en pie y persiga a su traicionero ex-colega con el fin de matarlo. Claro que, antes, se cruzará con un montón de gente distinta, y ajena al drama, a la que, obvio, también exterminará. Una excusa como cualquier otra para sumar minutos y más minutos de muertes no excesivamente truculentas a ritmo de un mareante soundtrack compuesto de metal, punk y demás sonidos extremos. Y no digo lo de mareante por el volumen -que, por cierto, está más alto que los diálogos-, sino porque Balsamo -quien antaño se dedicaba a cantar en grupos del ramo y tiene muchos amiguitos- atiborra la peli de extractos de canciones, una tras otra. Ahora diez segundos de esta, ahora tres de aquella, etc, etc. Sin dar descanso al pobre espectador.
Técnicamente la película es una oda al amateurismo más incapaz. La lista de desenfoques, desencuadres, traqueteos salvajes y cortes aleatorios es interminable. Pero eso ya me lo esperaba. Para compensar tanta negación, Balsamo la trufa con tetas. Muchas tetas. Algunas francamente bonitas. Y todas absolutamente gratuitas (también cae alguna polla en primer plano). Concretamente, hay dos chicas que, según la escena, para convencer a algún feo empleado de un estamento oficial, se quitan la ropa frente a sus ojos y se lo tiran. La agradecida pesadilla de una feminista. Fascinante. Obviamente, todas fenecen en manos del "American Executioner", aunque para ello el director tenga que hacer añicos las leyes de la lógica y la verosimilitud.
La lista de cameos es interminable. Hay muuucho músico (incluidas grabaciones de conciertos en las que el cámara es sacudido por el público, así que imaginen el nivel de los encuadres. En estas vemos a bandas como "The Meatmen" o los cafres "Ghoul" en acción) y, por supuesto, gente del cine y la farándula como Donald ("Cannibal Hookers") Farmer, Joel ("Sardu/Bloodsucking Freaks") Reed, Tim ("Eliminator") Ritter, Lynn Lowry en un cameo patético (todo un icono del horror setentero, la has visto en "Vinieron de dentro de..." o "Me bebo tu sangre"), Joe Fleishaker (el -otro- gordaco de las pelis de Troma), el inevitable Lloyd Kaufman, la scream queen Debbie Rochon, Doug ("Punk Rock Holocaust") Sakmann y el más conocido de todos, Howard Stern. En el reparto principal sobresale la presencia de Carmine Capobianco, habitual en las primeras películas de Gorman Bechard.
Todo esto, rejuntado y empaquetado, se titula "I Spill Your Guts". Ocho años después James Balsamo grabó la segunda parte. El día menos pensado cae la tercera. ¿Apuestan algo?.