Un grupo de ladrones de élite se hacen con las valiosas joyas que luce una modelo farlopera durante el Festival de Cannes. La chica del grupo traiciona al resto y escapa con el botín. La casualidad hará que la confundan con otra persona y eso le de la oportunidad de desaparecer, casarse con un futuro embajador y darse a la buena vida. Siete años después, un paparazzi le saca una foto, lo que propiciará ser reconocida y localizada por aquellos a los que traicionó.
Si la trama ya es un pelo retorcida, más lo será a medida que avance. El final, en concreto, es desconcertante y muy arriesgado. Pero mola. No molesta. Al fin y al cabo es Brian De Palma, leñe, quien procurará que "el viaje" sea bien entretenido y, en cierto modo, fascinante gracias a sus peculiares maneras de narrar con imágenes, a base de pantallas partidas, largos travellings complicados, muchos detalles que se te escaparán si no pones atención y una música estupenda, tan barroca y narrativa como suele el De Palma más visual. La sorpresa es que no la firma el habitual y maravilloso Pino Donaggio. Esta vez recae en manos de Ryuichi Sakamoto.
Ayudan a que el visionado sea bien agradable los rostros de la hermosa Rebecca Romijn, nuestro Antoñito Banderas en pleno ascenso hollywoodiense, dos carismáticos segundones del nivel de Peter Coyote y Gregg Henry y, como curiosidad, Jo Prestia, el violador chungo de "Irreversible" que aquí hace más o menos el mismo papel, aunque en versión "soft".
Recomendable.
Antaño no tenía problema en airear reseñas tan escuetas. Pero hoy es algo que, por alguna absurda razón, me incomoda un poco. Así pues, aprovecho la ocasión para completarla con una entrevista a Brian De Palma realizada en Febrero de 1982 y publicada en la revista "Casablanca". Efectivamente, este material estaba destinado en un principio a nuestra sección del "tío Vicente"... pero me ha parecido que quedaría más chulo aquí, junto a la reseña.