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sábado, 22 de abril de 2023

DOBLE CUERPO

De todas las películas que el gran Brian De Palma rodó entre 1980 y 1989, puede que "Doble Cuerpo" sea la más "ochentera" Básicamente por ciertas decisiones estéticas, que no cinematográficas, pues el tipo seguía fiel a su estilo... o al de Alfred Hitchcock. Sí, como "Hermanas" o "Vestida para matar", "Doble Cuerpo" entra de lleno en las obras depalmeras especialmente interesadas en recrear el cine del famoso y orondo director británico. Resulta curioso como, en esos tiempos, aceptábamos tal nivel de descaro. O tal vez no tanto, porque fue despiadadamente machacada en la prensa. Hoy se la considera "Brillante". Ya sabemos como va esto...
Básicamente vendría a ser un remedo "puesto al día -al de 1984-" de "La ventana indiscreta", en la que un actor sin mucha suerte es testigo del cruento asesinato de una vecinita sexy a la que espiaba como un sucio voyeur. El tipo da con una pista que le lleva a sospechar que tras todo ello hay un complot, uno que le conducirá hasta las catacumbas del característico cine porno de su característica década. Toda esta parte se pretende sórdida y altamente erótica, o así nos lo parecía entonces. Vista hoy, resulta de lo más inocente. Es aquí donde el rollo "ochens" estalla, con presencia de muchos "nuevaoleros", muchos neones y todo un video-clip en medio del film, ilustrado sonoramente -y presencialmente- por el "Relax" de "Frankie goes to Hollywood" (graciosamente destacado en la caratula del vhs patrio, ver al final del rollete).
Pero esa es, opino yo, la única concesión que De Palma se permite con respecto a la época, por lo demás, continúa jugando con la cámara en intrincadas secuencias donde los personajes se siguen unos a otros y entrecruzan. Ya había una así en "Vestida para matar". La de "Doble Cuerpo" puede hacerse un pelín pesada, pero es la maravillosa, siempre maravillosa, partitura del inmenso Pino Donaggio la que nos la hace más llevadera. Una vez superada esta parte, el film aprieta el acelerador y ya no lo suelta hasta su funcional pero satisfactorio desenlace.
Además de la referencia al porno, en "Doble Cuerpo" también se recrean las poco glamurosas condiciones del rodaje de una película de terror zetosa y mentalidad "exploitation", en la que un vampiro de aspecto muy gayer -y muy de la década también- soba las siliconadas tetas de una chica mientras churrupetea de su cuello (casi puedo visualizar a Tim Kincaid dirigiéndola). Excelentes créditos finales, by the way.
Como no podía ser de otro modo, el reparto es jugosito. Protagoniza un actor muy de su momento, Craig Wasson. Venía de "Historia Macabra" y aterrizaría en "Pesadilla en Elm Street 3", probablemente su rol más famoso. Luego, iría desapareciendo paulatinamente. Le acompañan en el periplo un siempre eficiente Gregg Henry. Una Melanie Griffith en pleno despegue que no tiene reparos en enseñarnos las tetillas. Un clásico de De Palma, Dennis Franz. La guapa Deborah Shelton (que acabaría con sus huesos en sendos subproductos) y, coronando el pastel, una hermosísima Barbara Crampton follando en pelota picada -y sin diálogo- un año antes de petarlo con ya saben cual. Dada la cantidad de señoras en tetas que pululan por la peli, no resulta raro encontrar a estrellas del zetismo más ramplón como Brinke Stevens o Mindi Miller (y seguro que hay más, pero ponte tu a buscarlas)
Tal vez no sea lo mejor de su director, pero tampoco lo peor. Un entretenimiento lúcido y efectivo que el paso de los años, y sus tics ochentosos, hacen un rato disfrutable.

Ahí les dejo la caratula completa de mi copia VHS...

domingo, 27 de noviembre de 2016

LOS FOTOCROMOS DE "AMENAZA EN LA SOMBRA"

Indiscutiblemente setentera en sus formas, sus intenciones, su espíritu y su todo, "Amenaza en la sombra" es una peli de esas "raras" que podemos meter en el cajón del cine fantástico y de terror, sí, pero por los pelos. Como muchas otras de la década.
Centrada sobre todo en construir una atmósfera altamente inquietante gracias a su escenario natural (Venecia), tempo, estilo visual y una magnífica partitura (cortesía de ese genio de las notas que es Pino Donaggio, compositor al que admiro por sus maneras barrocas y al que he mangado -y seguiré mangando- más de lo legalmente recomendable), lo que realmente le dio popularidad en su día a la película fue una secuencia en la que los protas reposan en pelota picada con toda normalidad y naturalidad. ¡Ya ven!.
Siempre la tuve en gran consideración, como una peli genuinamente escalofriante. Pero la última vez que la revisé no hace mucho se me hizo pesada y no funcionó tan bien conmigo. Tal vez la encontré algo anticuada, aunque continúo valorando sus aciertos estéticos y, repito, sonoros. Sí es cierto que el "gag final" sigue siendo efectivo, aunque desde luego menos que cuando lo ves por primera vez.
No sé, a lo mejor si me la pongo dentro de unos años recupere esa buena impresión inicial... hasta entonces, les dejo aquí sus fotocromos y les invito a que la vean y saquen sus propias conclusiones. Independientemente a su capacidad de gustar o no, lo que nadie puede negar es que "Amenaza en la sombra" gasta personalidad y carácter, cosas que hoy día se echan bastante de menos en el séptimo arte (aunque haberlas, haylas).









sábado, 24 de septiembre de 2022

FEMME FATALE + ENTREVISTA A BRIAN DE PALMA (MANGADA, POR SUPUESTO)

Tras dirigir unos cuantos títulos tan correctos y visibles como convencionales ("Atrapado por su pasado", "Misión Imposible", "Snake Eyes" y "Misión a Marte") a Brain De Palma debieron entrarle ganas de hacerse un buen pajote -creativo, digo- recuperando sus desvaríos más hitchcockianos de finales de los 70 / inicios de los 80. La última vez que le había dado al manubrio fue con "En nombre de Caín", justo una década antes. Y ya iba siendo hora de retomarlo. Así que decidió asociarse con los perfectos "partners in crime", los franchutes, y tiró palante todo un ejercicio de estilo en formato thriller.
Un grupo de ladrones de élite se hacen con las valiosas joyas que luce una modelo farlopera durante el Festival de Cannes. La chica del grupo traiciona al resto y escapa con el botín. La casualidad hará que la confundan con otra persona y eso le de la oportunidad de desaparecer, casarse con un futuro embajador y darse a la buena vida. Siete años después, un paparazzi le saca una foto, lo que propiciará ser reconocida y localizada por aquellos a los que traicionó.
Si la trama ya es un pelo retorcida, más lo será a medida que avance. El final, en concreto, es desconcertante y muy arriesgado. Pero mola. No molesta. Al fin y al cabo es Brian De Palma, leñe, quien procurará que "el viaje" sea bien entretenido y, en cierto modo, fascinante gracias a sus peculiares maneras de narrar con imágenes, a base de pantallas partidas, largos travellings complicados, muchos detalles que se te escaparán si no pones atención y una música estupenda, tan barroca y narrativa como suele el De Palma más visual. La sorpresa es que no la firma el habitual y maravilloso Pino Donaggio. Esta vez recae en manos de Ryuichi Sakamoto.
Ayudan a que el visionado sea bien agradable los rostros de la hermosa Rebecca Romijn, nuestro Antoñito Banderas en pleno ascenso hollywoodiense, dos carismáticos segundones del nivel de Peter Coyote y Gregg Henry y, como curiosidad, Jo Prestia, el violador chungo de "Irreversible" que aquí hace más o menos el mismo papel, aunque en versión "soft".
Recomendable.

Antaño no tenía problema en airear reseñas tan escuetas. Pero hoy es algo que, por alguna absurda razón, me incomoda un poco. Así pues, aprovecho la ocasión para completarla con una entrevista a Brian De Palma realizada en Febrero de 1982 y publicada en la revista "Casablanca". Efectivamente, este material estaba destinado en un principio a nuestra sección del "tío Vicente"... pero me ha parecido que quedaría más chulo aquí, junto a la reseña.
Para leer bien el pifostio, tecla Ctrl + botón izquierdo del ratón.









viernes, 18 de febrero de 2011

CURSE IV: THE ULTIMATE SACRIFICE / CATACOMBS

Antes de hablar estrictamente de esta peli, hagámoslo de la franquicia de "The Curse". Todo comenzó con la piece de mismo título, estrenada en las Españas como "Granja Maldita" (mediocre, pero pasable, y muy ligeramente inspirada en H.P.Lovecraft). Funcionó tan bien a la hora de recaudar billetes que rápidamente se hizo necesaria una secuela, ¿solución?, pillar cualquier otra peli adscrita al terror y meterle de título "Curse 2", aunque no tuvieran absolutamente naaaada que ver la una con la otra. Y así hasta tres veces. A "Curse 2: the bite", un rollazo de tomo y lomo sobre un tio con un brazo/serpiente, le siguieron "Curse 3: blood sacrifice", que ni me he molestado en ver por la mala pinta que gasta (una historia de vudú con Christopher Lee por ahí metido) y, obvio, "Curse 4: The ultimate sacrifice". Sí, esta cuarta entrega está tan desvinculada de la supuesta peli madre como de las secuelas (que irónicamente se hicieron después), pero claro, a falta de nada mejor, y dada su condición de "peli desvalida", era la perfecta candidata. ¿Que por qué digo lo de "peli desvalida"?, pues porque originalmente esta obra se titulaba "Catacombs" y estaba producida por Charles Band desde su sello "Empire". Sin embargo, este quebró, se hundió y el film quedó en el limbo de los olvidados, a la espera de que alguien lo rescatase. Finalmente, y pasados unos años, se tuvo que conformar con ser la cuarta parte de una saga video-clubera. Independientemente de su calidad, debió ser muy frustrante para su director, David Schmoeller, un tio que sin ser ningún genio, se nota que hace sus proyectos con cariño e intentando dotarles de algo distinto, todo lo distinto que puede ser una horror movie de segunda fila. Schmoeller tiende a ignorar el gore y gusta de crear atmósferas extrañas e inquietantes, de salirse de topicazos y, esta sí es marciana, firmar sus guiones con pseudónimo italiano, ¡justo el caso contrario al habitual!. Así pues, a Schmoeller debemos cosas como la lograda "Trampa para turistas", la aburrida -pero bien considerada por algunos- "El ático", "La venganza de los muñecos" o "Netherworld" (estas dos últimas ya en "Full Moon"). Curiosamente, y según Imdb, actualmente rueda cortometrajes aprovechando sus funciones de profesor!!!, casi todo comedias, dramas y romances. Imagino que debe estar hasta la polla del negocio del cine y ha vuelto a las esencias, rodar por placer... que grande, ¿no?.
Centrándonos en "Catacombs", nos encontramos con una pequeña rareza dentro de su estilo y categoría. Veámoslo: aquí no hay gore, no hay sexo, todo se desarrolla en un monasterio perdido en Italia (país de co-producción) y la mayoría de los personajes son monjes tirando a abueletes. Encima, el único tio joven es religioso también, por lo que pocas posibilidades de marro hay con la chica protagonista (una pipiola). Todos estos personajes se mueven alrededor de una criatura, un especie de albino poseído, que habita las catacumbas del lugar y se muere por cazar a todos los monjes y vengarse así de sus antepasados, los mismos que le encerraron.
A la falta de ingredientes llamativos, hay que añadir una sosería general que duele al alma. Y es una pena, porque la intro está muy bien. Pero luego, nada, rutina casi propia de "slasher" pero sin bimbos tetonas ni asesinos enmascarados molones. Desaprovechar las posibilidades atmosféricas de un entorno como ese es un crimen imperdonable, y la vacua fotografía casi telefílmica no ayuda mucho. Tanto es así, que la única secuencia realmente poderosa y perturbadora (un cristo de ojos negros, tamaño natural, que baja de la cruz ante un flipado monje que cree ver un milagro y poco sabe que va a morir en manos de su supuesto salvador), no es tal. Pura rutina. El desenlace es la mar de tontuno... y dices ¿tanto rollo para esto?. En fin, un notable desperdicio de buenas intenciones e ideas.
Como curiosidad, mencionar que la banda sonora se la debemos a todo un habitual en el cine de terror, y en la filmo de Schmoeller, como es Pino Donaggio y que uno de los productores responde al nombre de Hope Perello, ¡director de "Aullidos 6"!.
El "ultimate sacrifice" es ver esto de un tirón sin dormirse.

sábado, 1 de octubre de 2022

SESIÓN DOBLE: CAZADORES DE MENTES + DOMINO

CAZADORES DE MENTES: "Cazadores de mentes" (que no "Cazadores dementes", buen título para un exploitation) es el paradigma del buen cine mainstream. Un producto perfectamente fabricado, en lo técnico, lo interpretativo (a base de buenos actores, algunos tan conocidos como Val Kilmer o Christian Slater), lo rítmico (va a toda castaña desde el minuto uno, aunque es cierto que luego da una leve bajona y eso, quieran que no, corta un poco el rollo), lo estético y una buena trama de misterios y asesinatos, no exenta de su pequeña dosis de truculencia -lo justo para no ofender- Planificada al milímetro para acompañar estupendamente un bol de palomitas y, al terminar, olvidar sin rencores. Dirige el tipo perfecto, Renny Harlin. La cosa va de unos aspirantes a criminalista del FBI que son "abandonados" en una isla a merced de un supuesto falso asesino al que tendrán que descubrir -de eso va el ejercicio-. Obviamente resulta que el tipo existe de verdad y comienza a matar a los presentes con retorcidos juegos llenos de complicadas trampas y pistas (de esos / esas que dices "¿Cómo ha tenido tiempo de fabricarlas y lograr que siempre 
funcionen a la perfección?") La movida gasta un regusto a "Seven", de cuando se pusieron de moda los psycho-thrillers estilizados y es orgullosamente "de domingo por la tarde".

DOMINO: Lo que de entrada parece la típica trama de policía en busca de venganza tras ver a su compañero morir en manos de un supuesto asesino, pronto tira por otros derroteros cuando descubrimos que, justamente, es este último el que se venga. Concretamente de los terroristas islámicos que se cargaron a su padre. La CIA lo captura y pretende utilizarlo para que haga el trabajo sucio, mientras el policía con sed de revancha sigue obsesionado en cazarlo. "Domino" es la última película oficial -hasta ahora, ya hay dos más anunciadas- del gran Brian De Palma. A diferencia de "Femme Fatale", aquí aparca un poco la vena autoral para adaptarse a la de artesano... pero no mucho. Momentos típicamente De Palmeros los hay, y están un rato guapos. Especialmente el final, graciosamente situado en Almería, concretamente una plaza de toros, ¡anda no me jodas! Otro aspecto que me ha gustado -y eso, supongo, se lo debemos a la condición medio europea del film- es que ninguno de los personajes "buenos", lo son tanto. El héroe, por muy héroe que sea, es el verdadero culpable de la muerte de su compañero. Y este, ascendido a santo tras morir, y más dejando una viuda impedida, en realidad andaba liado con otra.
La música del gran gran Pino Donaggio pone la necesaria guinda a un thriller perfectamente visible, vibrante y disfrutable.

lunes, 1 de junio de 2009

AULLIDOS

Hay algo de mágico y maravilloso en esto de repasar un viejo clásico -moderno- del horror. Y también en regodearse escribiendo reseñas como la que sigue.
Ayer noche tenía mono de "Aullidos", y me puse a verla. Naturalmente gocé plenamente de ella, me entretuvo, despertó mi lado nostálgico y reafirmó el hecho de que, como el terror de aquella década, no lo ha habido y no lo habrá. Lo digo de entrada: Esta es una gran película. Tu y yo lo sabemos... pero siempre hay despistados y mentes impuras que tal vez no hayan tenido la grandiosa suerte de verla, a ellos va destinado el presente escrito.
"Aullidos" es, junto a la también cojonuda "Un hombre lobo americano en Londres", uno de los mejores films de terror de su década, así como las dos más logradas muestras de cine licántropo producido entonces ya que, entre otros motivos, fueron pieza clave para modernizar el mito del hombre lobo, tanto narrativamente como en los efectos especiales. Sí, la primera mutación mega-gráfica fue invento -justamente Oscarizado- de Rick Baker para "Un hombre lobo americano en Londres". 
Si "Aullidos" se "adelantó" fue, sencillamente, porque el responsable de estas (un pelín más exageradas que en el film de John Landis), Rob Bottin, era alumno de Baker, quien le aconsejó / ayudó durante el rodaje de la reseñada (como bien indican los créditos finales), para mayor posterior cabreo de Landis.
Ya que hablo de los dos films en cuestión, cabe mencionar que en ocasiones se crean disputas sobre cual es mejor o peor... bien, yo creo que ninguna gana a ninguna... es más, se complementan perfectamente, y en lo que una falla, la otra acierta (y viceversa). Aunque sí es bien cierto que "Aullidos" es un trabajo más "tradicional" que "Un hombre lobo americano en Londres".
Hay un asesino que ronda por la ciudad. Se ha citado con una famosa presentadora televisiva y se monta el consabido tinglado. Durante el encuentro, algo extraño ocurre, la mujer grita horrorizada y la policía abate al criminal. Con el fin de recuperarse del sustazo, será enviada a pasar unos días a una especie de colonia. El problema es que está infestada de hombres lobo y, entre estos, ronda un "viejo amigo"
 ... supuestamente muerto.
Joe Dante, director, venía de la factoría Roger Corman (quien se marca un divertido cameo, rebuscando posibles monedas olvidadas en una cabina telefónica) y había dirigido la, también entrañable, "Piraña". Era joven y rebosaba talento, algo que se plasma perfectamente en esta peli. Al guión, John Sayles (quien también se marca un papelito como forense), gran guionista de cine fantástico, mediocre director de pelis más "de autor". En dicha tarea le acompaña Terence H. Winkless, a quien le aguardaba una extensa carrera en los dominios de la "serie B" (su debut en la dirección lo hizo con la curiosa "The Nest"). Ambos adaptan una novela original de Gary Brandner.
El reparto está plagado de maravillosos rostros populares: Una guapísima Dee Wallace (apuntito de ser la madre del mejor amigo humano de "E.T."), Patrick Macnee, Dennis Dugan (hoy director de comedias ultra-mainstream), Kevin McCarthy y Dick Miller (inseparables del mejor cine de Joe Dante), John Carradine, Slim Pickens, Elisabeth Brooks (resulta difícil olvidarse de esta ultra-sexy mujer lobo, tristemente fallecida de cáncer cuando solo tenía 46 tacos), Robert Picardo y más, muchos más. Cómo no, por ahí también rula Forrest J. Ackerman, luciendo entre las manos un ejemplar de su mítico "Famous Monsters". La excelente banda sonora la firma un inconmensurable Pino Donaggio. En el equipo técnico descubrimos a gente tan curiosa como Mark Goldblatt en el montaje (entonces futuro director del primer "Punisher" y montador de grandes films de acción en Hollywood), Robert Burns en la dirección artística (cosa que años antes hiciera en "La matanza de Texas" de donde, by the way, se recupera uno de sus cadáveres momificados para ambientar la tienda regentada por Dick Miller), Doug Beswick, David Allen, Greg Cannom (talentos en el terreno de los efectos especiales y/o la stop-motion) o Peter Manoogian (quien poco después se convertiría en realizador para la factoría de Charles Band).
"Aullidos" es una de aquellas películas que, por mucho que las ves, siempre descubres nuevos detalles, cosillas que le dan color y vida y contribuyen a su condición actual de clásico, desde su guión, hasta su fotografía, pasando por otros apartados técnicos y/o artísticos, va repleta de energía. Cierto que en ocasiones, y por aquello de la época y tal, roza el ridículo (los licántropos en dibujos animados fornicando, el caniche del final....), pero se le perdona muy mucho, y más como está hoy día el panorama. Las transformaciones son retorcidamente deliciosas y los hombres lobo en sí mismos me parecen geniales, con un aspecto fiero y una agilidad sorprendente... en eso, creo yo, le ganaron la partida al yanki desubicado en Londres.
El film fue un éxito y, como bien sabéis, generó una ristra de interminables secuelas, todas bastante chusqueras 
 -aunque curiosas-, que alcanzarían hasta el número ocho.
De obligada visión. Espero que a nadie se le ocurra hacer un remake de esta, ¡por dios!.

domingo, 15 de diciembre de 2013

UN TÍTULO DE LO MÁS CONSECUENTE

Si son ustedes coleccionistas de VHS y residentes en la Ciudad Condal, me extrañaría mucho que no llegara hasta sus encerados oídos hace cerca de un mes que cierto famoso video-club había decidido deshacerse de su veterano archivo de cintas, poniéndolas todas a la venta.
En fin, da la casualidad, por si aún no lo sabían, que yo sí soy -moderado- acumulador de vídeos y conozco a otros que sufren tan grata enfermedad, como el Sr.Enorm. Él fue quien me avisó del asunto y a él me pegué como una lapa en su primera visita a tan emocionante antro. Tranquilos, no voy a poner ni imágenes, ni vídeos del lugar, pero creánme si les digo que aquello era ESPECTACULAR. Un piso, entero, repleto de estanterías y, en esas estanterías, cintas y más cintas. A porrillo. Algunas con las cajas cambiadas, sí, pero también las había originales, y fueron más de las que pensaba. ¿Fechas?, pues de todo un poco, aunque las ediciones que más abundaban eran aquellas surgidas en pleno boom del videoclubismo, y de ahí en adelante.
El caso es que, a todo ello, hay que sumarle un dato de interés extra, maravillosamente espeluznante. Muchas de aquellas cintas, incluso las más abuelas, eran copias sin desvirgar. Que sí, que no es coña, llevaban una etiqueta que así lo indicaba. Imagino que los dueños querrían conservar al menos una de cada tal y como salieron de fábrica. Por si acaso. Y ahí se pasaron todos estos años, sin que ninguna mano les echara el guante y ningún cabezal las deshonrara. Resultaba fascinante abrir las cajas y encontrarse con unos soportes nuevos, brillantes, lustrosos y sin una mota de polvo de títulos como "La galaxia del terror", "Dreamaniac", "Museo de Cera", "Hysterical" y tantas otras (las que no anden por aquí ya reseñadas, acabarán apareciendo, no desesperen).
Aunque la joya de la corona fue "Usted primero, por favor", la infravalorada pero divertidísima comedia de Mark Pirro y por la que en este blog sentimos especial estima. No es ya que estuviera nueva, lista para estrenar, es que ni tan siquiera le habían quitado el plástico protector. El día que la agarré de los estantes casi me temblaban las manos de emoción. Y cuando decidí que era momento de romper su metafórico himen (con el sano fin de digitalizarla), sabía que me iba a topar con una cinta limpia de impurezas... pero no contaba con una sorpresica extra que fue de lo más celebrada por mi cascada persona.
Al abrir la caja, varios papelotes salieron esputados. Los más guachis fueron dos pegatinas, sí, pegatinas, una de "Mi novia es un diablo" y la otra -la más molona, claro- de "Exterminador 4". Junto a estas, un catálogo del sello distribuidor, "CB Films", desplegable y repleto de carteles de películas bien reconocibles y entrañables. Todo ello en tan buen estado y tan poco manoseado como una tumba egipcia huérfana de descubridor. Y ustedes se preguntarán, ¿cuánto pagaste por ello?... ahí está la garcia, ¡únicamente un puñetero euro!.
En fin, tanto fue el alegrón que, a pesar del ridículo que voy a hacer aireando una obsesión a la larga tan inútil -pero tan adorada/able-, decidí hacer fotos de todo ello y compartirlo con ustedes.
Sí amigos, yo fui el primero... el primero en abrir la caja y sobar todo aquello.... y no hizo falta que me lo pidieran por favor. Fue un gusZto!.
Deleitense...



Así venía la "tape", con su plástico y su etiqueta.


Detalle de la misma (ya destripada la protección).
He tachado el nombre del video-club para
garantizar mi seguridad personal.




Y así quedaba una cinta una vez desprovista
de todo el paripé.




Una vez abierta, y al sonido de "¡plop!", surgían
estas chuches tan deliciosas.




Antes de centrarnos en ellas, dejen que haga un pequeño
paréntesis para mostrarles la cinta. Limpia, brillante, pulcra
y diciendo aquello de "Cómeme!".




En cuanto a las chuches, ahí tienen las dos maravillosas pegatas.



Y este es el delicioso catálogo de "CB Films", que una vez
desplegado, quedaba así...




A pesar de su efecto acordeón, ya divisamos algunos
títulos de interés (la gran mayoría cortesía de
Menahem Golan y Yoram Globus), pero
vamos a centrarnos en ellos....




José Antonio de la Loma, Pino Donaggio, Max Von Sydow,
Chuck Connors...... ¡me corro!.




¡¡VAYA PAR!!, "Exterminador 2" y "Desaparecido en combate",
¡viva la "Cannon"! manque pierda.




Más "Cannon", destacando esta vez su celebrado ciclo ninja...



Hace muchos años que vi "Psicópata" (escalofriante caratula), y no me gustó nada,
como tampoco me gustó la otra peli del mismo palo de David Paulsen, "El asesino
tras la máscara". Ahora daría lo que fuese por revisarlas y reseñarlas.
Igual hasta me gustarían. Cosas de hacerse vieja.




Una saga sobre la que Víctor está muy empollado.
Y al lado, Rocío Durcal, ¡toma ya!.




Y nos despedimos con un hombre lobo adolescente
y con un gato, "Heatchliff", ¿se puede terminar de mejor manera?.
Lo dudo.

sábado, 30 de agosto de 2014

LOS OJOS DEL DIABLO

Aunque ya en 1978 Dario Argento y George A. Romero compartieron créditos en la mítica "Dawn of the dead" original, no sería hasta el año 1990 cuando realmente se repartirían -creativamente hablando- la paternidad de una película, este "Los ojos del diablo", "Two Evil Eyes", "Due occhi diabolici" (originalmente bautizada como "Poe", tal y como demuestra el pre-cartel que les dejo por ahí abajo, o "Metropolitan Horrors"), producción italo-yankee que jugaba con una premisa a priori atractivísima para cualquier aficionado medio, dos maestros del género unían fuerzas para adaptar sendos relatos de un titán de la literatura macabra, Edgar Allan Poe. Lástima que pal cambio de década Argento y Romero habían perdido ya un poco su "punch" (aunque nada comparado a lo que vendría después), algo que a mí no me importó ni un pimiento, que corrí al cine para ver la película resultante el día de su estreno. Es interesante señalar que, en principio, los directores no iban a ser únicamente el italiano y el de Pittsburgh, también querían liar a gente como John Carpenter, Wes Craven, Stuart Gordon o Clive Barker, aunque lo problemático de aunar calendarios convenció a sus perpetradores (los Argentos, Claudio y Dario) de que lo más fácil era contar con aquel al que ya conocían y con quién habían currado previamente de manera harto satisfactoria. De haberse materializado el pifostio tal y como se quería en un principio, hablaríamos ahora de todo un hito en el género.
Puesto que se trata de la unión de un par de mediometrajes, bastante diferentes a pesar de churrupetear del mismo escritor, me permitirán que anal-ice cada uno como si de dos títulos totalmente independientes se tratara. Y si no les gusta, que les den.
LA DE ROMERALES: El viejo Georgie se encargó de adaptar mi relato favorito de don Poe, "La verdad sobre el caso del señor Valdemar". Evidentemente, y dado el nivel de paletismo que acarreo, no he leído el texto original, pero sí vi en su día las versiones que firmaron Roger Corman y Narciso Ibáñez Serrador y en ambos casos (pero sobre todo el segundo) me cagué de miedo. Su concepto siempre me pareció genuinamente aterrador. Un tipo que fallece mientras se encuentra en estado de hipnosis, lo que lo mantiene atrapado en el limbo. Su cadáver se marchita, pero su mente aúlla agónicamente con un "¡Estoy mueeeerto!". Uf, escalofriante.
El caso es que George Romero lo pilla y lo lleva a su terreno, el del director de cine de horror cansado ya de la puta etiqueta y de tener que estar siempre liado con muertos vivientes y bichos apestados. La suya es una versión muy culebronesca, que hace más hincapié en el drama y el suspense que en el terror puro. La esposa de un millonario al pie de la tumba anda liada con el médico de este. Juntos planean aprovechar hasta el último halo de vida que le queda al viejo para que, mediante hipnosis, firme todos los documentos posibles y les ceda sus riquezas. Pero el tipo la palma en pleno subidón, lo que impedirá cruzar el portal del más allá y se montará un cristo de órdago, volviendo de la pre-muerte para cometer venganza.
Contaba don Romero que en aquellos tiempos andaba de bajona por el fracaso en taquilla de "Atracción Diabólica" y que aceptó el proyecto porque no requería una gran implicación emocional por sus partes. Y se nota, ya que le quedó muy fría, sosa, plana y -decían en la época- telefílmica. Él mismo así lo reconoció poco después, confesando que se sintió fatal después de ver el despliegue de imaginación que invirtió Dario Argento en su propuesta. Y hasta el italiano comentaría por ahí que en aquella ocasión la inspiración de Georgie anduvo bajo mínimos. Yo mismo me aburrí mortalmente cuando la consumí y durante mucho tiempo tuve un concepto muy pobre de ella, seguramente por su casi ausencia de gore, algo por entonces muy ligado a la obra del padre del zombie moderno. Pero el otro día, y como suele pasar, me pareció bastante mejor de lo que la recordaba. Sí, es cierto que no transpira ni mucha pasión ni mucha vida, que Romero puso el automático y tiró millas, pero aún así, su sobriedad, su saber hacer, su acabado más que solvente y su guión, bien parido y estructurado, la convierten en un producto bastante digno.
Contribuyen a ello sus actores, especialmente cuatro que ya habían currado previamente con
Romero en otra antología, la maravillosa "Creepshow", es decir, una ya avejentada Adrienne Barbeau (que lo hace muy bien, la verdad), Bingo O'Malley, E.G.Marshall y el bueno de Tom Atkins. Completan el cuadro Ramy Zada, muy popular en mi tierra durante inicios de los 90 a raíz de su protagonismo en una serie co-producida por la televisión de Cataluña sobre un justiciero titulada "Dark Justice" ("Quan es fa fosc", "Cuando se hace oscuro", aquí) y Christine Romero, la "esposa de", que pal caso interpreta un personaje idéntico al que diera vida, justamente, en la anterior "Atracción Diabólica", enfermera/cuidadora borde.
LA DE ARGENTALES: El caso de Argento es diametralmente opuesto al de Romero. Se nota que él fue uno de los instigadores del proyecto, que le pirra Poe y que comparte intereses con él y su universo. Su mediometraje es pura pasión... lo que no significa necesariamente que sea la repolla, pero sí que al menos viene plagado de guiños, tributos y homenajes al autor y su obra. Oficialmente adapta "El gato negro", aunque solo es una excusa pa salpicar la movida con referencias a "El pozo y el péndulo", "La caída de la casa Usher", "Ligeia" o "El corazón delator", entre otras.
Rod Usher (bingo!) es un fotógrafo especializado en sacar instantáneas de crímenes cruentos. Vive con una pava súper-lerda y espiritual que adora los/as gatos/as, como una de bien negra que ha traído a casa y que, ya de entrada, se lleva fatal con el maromo. Además, su vida conyugal cada vez anda peor y al parecer ella se ha buscado un amante (o uno en ciernes) joven y bien mono. Borrachuzo, celoso y rabioso, el muy hijo de puta de Rod decide pagarla matando al felino, no sin antes sacar fotos del proceso para ilustrar un libro recopilatorio de su macabra obra (titulado, justamente, "Metropolitan Horrors" -ver más arriba-). Cuando ella lo descubra, se liará parda, aparecerá un nuevo gato negro -que se parece mucho al anterior (lo que tampoco es nada nuevo porque todos los gatines niggas son cagaos entre ellos, yo fui poseedor de uno la mar de majo-) que él querrá aniquilar convencido de que acarrea una maldición. Cuando ella intenta salvarlo, él la mata y oculta su cuerpo tras una pared falsa. No hace falta decir que lo tendrá jodido para salirse con la suya... gracias en parte al enigmático black cat... o a su prole.

A nivel visual y narrativo, como decía, es lo opuesto a Romero, un despliegue de ideas, dinamismo, truculencia, locura y flipadas totalmente ausentes en la historia del Sr.Valdemar. La mayor diferencia es la duración (la del italiano es más larga) y el guión, bastante peor estructurado y con peor ritmo. Nada nuevo bajo el sol, ya que esa es una constante en el director de "Suspiria", "Phenomena" y "Tenebre". Y como en esos mismos títulos, la falta de dominio narrativo queda compensada por el desmadre visual, la cámara apañándose movimientos imposibles (en un momento dado adopta el punto de vista del péndulo de la muerte), el gore (gráficas cuchilladas, empalamientos...) y las típicas "argentadas" tan irritantes como entrañables. Esas salidas de tono en las que exclamas un "Anda yaaaa, no me jodas!". Antes solía preguntarme cómo era posible que Argento no se diera cuenta de lo tontunas y ridículas que eran, pero hoy considero que ya las hacía aposta como elemento  epatante, como parte de su estilo. En este caso no hablamos ni de asesinas esculturas punzantes ni de absurdas vagonetas-extermina-ratas, sino de cierto muñeco económicamente confeccionado para lograrse una coartada y.... en fin, no recuerdo la otra, pero eran dos de esas que dolían, y más con la sombra de Edgar Allan Poe detrás. Naturalmente, Argento se pasa un poco por el forro de lírica del escritor y -como Romero- se lo lleva totalmente a su terreno, exagerando sus ideas hasta el desquicie (esos gatitos mutantes devorando la carne de un cadáver). Pero ya mola, que pa algo es quien es, ¡carayo!.
"El gato negro" la protagonizan Harvey Keitel, un poco antes de su redescubrimiento de la mano de Tarantonto y pasando una etapa algo oscurilla, Madeleine Potter, una actriz que venía de cierto cine cultureta y se supone que despierta pasiones a pesar de lo poco agraciada que resulta (esa boquita suya en perenne estado de "piñonismo" dan ganas de soltarte una yoya) y algunos veteranos, entre los que destacan John Amos, Sally Kirklan, Kim Hunter y Martin Balsam en el inevitable guiño a Hitchcock.

Añadir como colofón que fue la primera película rodada en terreno yankee por el italiano (que cada vez que se va para allá, la verdad es que le salen mejor) y que la versión que vi hace unas noches (descargada de ese demonio llamado emule) incluía una escena cortada de la versión estrenada en España, una pesadilla en la que Keitel viaja a la época medieval para recibir doloroso y rectal castigo. No deja de ser gracioso tener en cuenta que los Argentos impidieron a Romero adaptar "La máscara de la Muerte Roja" porque no querían nada con ambientación "de época" en su producto, pa luego incluirla ellos en "El gato negro". ¡¡Malditos fetuccinis!!.
PLUS: De los notables efectos especiales se encargó, cómo no, Tom Savini, quien se reserva un papel como el demente que desentierra un cadáver para extraerle los dientes, idea esta sacada también del universo Poe (concretamente de su cuento "Berenice"). Hacer notar que tío Tom va ataviado con ropas victorianas.
La banda sonora es del siempre genial Pino Donaggio, que a la hora de poner música al capítulo de Dario se adapta a sus habituales partituras rimbombantes y semi-electrónicas, más propias de unos "Goblin"/Claudio Simonetti o un Keith Emerson.
Aunque el ayudante de dirección del italiano era en un principio Michele Soavi, fue al poco sustituido por el bueno de Luigi Cozzi cuando el otro cayó enfermo.
RESUMIENDO (ya tocaba): Aunque la historia de Argento es mucho más viva, colorista y apasionada, se me hizo un pelín pesada (tal vez por esa falta de capacidad de construcción narrativa -parece que no, pero a la larga es algo que se nota- o tal vez por extensión). Creo que esta vez me moló más la de Romero, a pesar de los pesares. Puede ser mi vejez, puede ser culpa de las expectativas, puede ser por ir la primera o el signo del cambio de los tiempos. Sea como sea, ambas se complementan bien y esputan un film bastante majo, sobre todo ahora que han pasado ya más de dos décadas, que sus autores andan en horas bajísimas y que el cine de terror, en general, va como va.

jueves, 22 de mayo de 2008

TRAMPA PARA TURISTAS

Copias de "La matanza de Texas" las hay a cientos, puede que a miles, pero copias que ofrezcan un punto de vista realmente diferente e incluso original, hay mínimas, muy pocas. "Trampa para turistas" está entre ellas.
El inevitable grupo de jovenzuelos en plenas vacaciones, en este caso desérticas (destaca una guapísima Tanya Roberts pre-"Ángeles de Charlie"), recalan casi accidentalmente en un especie de "oasis" presidido por un tétrico museo. El dueño del lugar es un tipejo (Chuck Connors, estrella que nunca acabó de despegar, genial como demente) con poderes telekinésicos que le permiten mover los objetos a su puto gusto, con especial predilección por los maniquíes. Naturalmente, se lo hará pasar canutas a los chavales en su afán de transformarlos en figuras inertes.
Aunque de ritmo muy pausado, y prácticamente carente de cualquier atisbo de sangre (la verdad es que sale poquísima), "Trampa para turistas" funciona de puta madre como producto muy setentero gracias, principalmente, a lo inquietantes y escalofriantes que resultan las secuencias en las que los maniquíes cobran vida, incluso aunque sepas que los "acciona" un tipo con poderes mentales. También es interesante destacar el acertado look de este, en su afán de tener el aspecto impoluto de un figurín de cartón piedra sin conseguirlo, y su macabra y monótona voz que, al menos en el doblaje español, mola que te cagas. Llegados a un punto, la peli entra en el terreno del surrealismo cuando las figuras en cuestión comienzan a tener el aspecto de personas de carne y hueso, cerrándose con un impactante y seco desenlace (muy de la década).
Con Irwin ("La noche de Halloween") Yablans y Charles (Empire, Full Moon) Band en tareas de producción, la dirección y co-paternidad del guión corren a cargo de David Schmoeller, seguramente uno de los cineastas más singulares surgidos de la factoría Band que, de vez en cuando, gusta de firmar sus guiones con pseudónimos italianos, vamos, al revés de lo "normal". Pino ("Aullidos") Donaggio se curra la adecuadísima, y logradísima, banda sonora.
"Trampa para turistas" es, sin duda, un pequeño clásico menor que se esfuerza en aquello que muchas pelis de terror del momento casi habían olvidado: Dar miedo.